Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quiero tener un bebé [En edición] por mikuuchan

[Reviews - 320]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola gente bonita, después de casi un mes de ausencia, sé que me extrañaron no lo nieguen ahahaha... ¡Joder! es que no he tenido vida con tanto trabajos que tengo de la u, así que sé que quieren golpearme, pero si lo hacen no hay historia ahahaha

He editado todos los capítulos de este fic y me tomó unos cuantos días en hacerlo, pero solo cambié cosillas y faltas que se me escapaban de las manos ahahaha

Disfruten del cap...

Gaara observaba con detenimiento el andar presuroso del blondo, le veía caminar de un lado a otro guardando el más mínimo detalle en el equipaje, desde la más fina camisa de marca hasta un hermoso kimono negro a media rodilla sin estampados. Se preguntaba, por qué el rubio llevaba aquellos ostentosos vestuarios para un fin de semana de sol, playa y arena. Negó con la cabeza con la sola idea de pensar en lo estrafalario que podía ser el rubio doncel.

Tomó el llamativo folleto entre sus manos dándole una ojeada al mismo, mientras escuchaba los acelerados pasos de Naruto desplazándose con rapidez en la decorada habitación de su departamento.

—Tengo una pregunta y espero que respondas con sinceridad. —el tono de voz altiva del pelirrojo detuvo de inmediato al rubio girándose sobre sus pies para observarle con curiosidad.

—¿Qué es Gaa-chan?

—¡¿Por qué carajos llevaras un maldito kimono a Las Maldivas?! Prácticamente estaremos en una playa nudista como para que luzcas esos ropajes costosos. —Naruto frunció el ceño molesto escuchando las palabras socarronas de Gaara.

—Nunca está de más que sea precavido para cualquiera ocasión, Garra… Espera… ¿Dijiste playa nudista?

—Supongo que te has dado cuenta que hablé con sarcasmo, al punto que quiero llegar, es que ambos disfrutaremos de las comodidades que nos ofrece el hotel donde nos hospedaremos el fin de semana y me imagino que sabrás lo que incluye. En síntesis, solo debes guardar bañadores, camisas de tirantes, shorts, suéteres, prendas frescas para el día y la noche, solamente lo que te he mencionado.

—Eres un pesado, ¡Joder! —el blondo de mala gana volvió a reordenar su maleta colocando lo dicho por el pelirrojo sin olvidar algún detalle que le ayudase e verse despampanante ante algún varón que conociese, Naruto estaba dispuesto a dejar el celibato de meses para divertirse como es debido volviendo a sus salidas nocturnas en su época de antaño, estaba emocionado y por qué no decirlo, excitado también. Rió bajito ganándose la mirada gélida de Gaara, quien le observaba con aquellos ojos turquesa escudriñándolo con la vista para mostrar al instante una sonrisa de complicidad donde se reflejaba el mismo objetivo en mente con un único fin en específico y como tal, lo aprovecharían al máximo.

 

 …

 

Ambos donceles partieron al aeropuerto repasando entre ellos lo que llevaban a la mano, el rubio asentía con la cabeza, mientras que el bermejo daba órdenes habidas y por haber, todo marchaba a pedir de boca y no había queja de ello. Esperaron el tiempo que debían sentados en uno de los locales disfrutando de un exquisito espresso americano.

—Le llamaré a Sasuke, me extraña que no haya ido a visitarme antes de irme.

—Me sorprende el grado de “supuesta preocupación”.

—¡No digas eso, Gaara! Conozco al Uchiha y ahora que retomamos la amistad, solo me es peculiar pensar que trama algo, te había dicho que él no quería que me fuese de viaje y de pronto lo ha dejado pasar.

—No crees que estás haciendo un drama y él te está dando un voto de confianza en su tonteo, porque lo visto en la oficina se prestó para más... —el rubio se sonrojó evitando cruzar mirada con los penetrantes ojos del pelirrojo, tomó la taza de café dándole un sorbo.

—No sé adónde quieres llegar, Gaa-chan, pero estoy muy consciente de lo que pienso hacer en Las Maldivas, no por nada me hice la depilación con cera.

—Vas con todo rubio… ¡Me parece muy bien!

—No es por presumir, pero he quedado con piel de bebé, ¿No quieres ver como ha quedado?

—No hace falta traumatizarme de tal manera, lo mismo que tienes tú lo tengo yo, además también me cercioré de ser precavido en cuanto a ese tema.

—Sabía qué harías exactamente lo mismo, Gaa-chan. Iré a hablarle a Sasuke. —el rubio se alejó unos cuantos pasos de la mesa donde yacía en compañía del pelirrojo marcando la pantalla táctil de su teléfono móvil, esperó escuchar tono sin tener respuesta del azabache. Bufó molesto intentándolo nuevamente, quería oír su voz antes de marcharse. Finalmente decidió dejarle una nota en el buzón. —“Sasuke, estoy en el aeropuerto con Gaara a minutos de partir, me alegra saber que no intentaras alguna estupidez para impedir mi viaje... deseaba saludarte y comentarte que me divertiré grandiosamente, quizás cuando regrese a Japón me veas de la mano con un moreno latino guapo y muy galante. Sé que en Las Maldivas el flujo de turistas extranjeros es impresionante y pueda que tenga oportunidad con un atractivo varón, espero que mi fantasía se haga realidad, ¿crees que sea posible?... lo más probable que suceda cuando escuches este mensaje, son las malas vibras que me enviaras, ¿no es así?, pero piensa positivo, serás el primero en ver mi sensual bronceado a mi regreso, me veré fabuloso, puedo asegurártelo. Me despido sin antes aconsejarte que no revientes en ira, me toca también disfrutar de los placeres de la vida como sueles hacer... Besos”. —el rubio rió con malicia dándole finalizar al mensaje, sabía de antemano que Sasuke se enojaría con oír lo dicho y aquello lo llenaba de satisfacción…

—Anunciaron nuestro vuelo, Naruto… —el par abandonó la cafetería para dirigirse a su destino, realizaron todo el protocolo necesario para finalmente abordar el avión sin inconvenientes…

 

 

—Estamos retrasados, Sasuke. Debimos estar una hora antes en el aeropuerto para evitar cualquier contratiempo de último minuto.

—Es preferible ir al siguiente vuelo, No hay prisa, Sai. —el moreno deslizó sus dedos por su cabello semilargo restándole importancia a las palabras de su amigo.

—Como digas Uchiha, realmente me asombra todo lo que estás haciendo por Naruto, te ha pegado fuerte el amor, eh. —Sasuke entornó sus afilados ojos brunos dirigiéndole una mirada fría al pelinegro. Sin embargo, debía admitir que lo dicho por Sai era cierto, él jamás se hubiese imaginado hacer algo tan descabellado como perseguir a un doncel fuera del país para proteger lo que él consideraba suyo.

—Naruto me dejó muy en claro lo que piensa hacer en Las Maldivas y puedo asegurarte que no irá a observar el hermoso paisaje y nadar en las cristalinas aguas de una playa como sirena por doquier, él solo lo está haciendo con el propósito de desquitarse conmigo y estoy completamente seguro que si no tomo medidas extremas él hará lo que se le dé la gana.

—¡Hombre, eres un tipo posesivo! Deberías dejarlo que se divierta un rato, tú lo sueles hacer a menudo y no creo que estés en posición de reprochárselo.

—Si no lo recuerdas, te informo que fuiste precisamente tú el que me animó a no renunciar a Naruto y es lo que pienso hacer, él será para mí porque así lo he decidido. —Sai sonrió ladino escuchando con atención las palabras de Sasuke, lo veía distinto y aquella nueva actitud aguerrida en el azabache le sorprendía con demasía.

—¡Tranquilo hermano! Tampoco hay necesidad de que te exaltes de esa manera. Ya he entendido el gran interés que tienes por el rubio y me parece genial que pienses en sentar cabeza a lado de ese atractivo doncel. —el azabache solo miró de reojo a Sai tomando su maleta en mano para perderse entre el mar de gente que se encontraba en el aeropuerto…

 

 

Las horas transcurrieron a la brevedad en un vuelo tranquilo para el par de donceles donde hablaron y descansaron por igual… Una vez llegaron a su destino fueron recibidos por un guía turístico quien les explicó a través del recorrido la historia y sitios de interés que debían conocer, finalmente dieron a parar en el asombroso resort de Las Maldivas donde pudieron descubrir con sus propios ojos la magnificencia de tan paradisíaco lugar.

—¡Gaara, esto es mejor de lo que imaginé! —Naruto se aferraba con fuerza al brazo de su amigo quien permanecía estoico mirando cada rasgo fenomenal de las fachadas imponentes del lujoso complejo de cabañas del hotel, sonrió imperceptible ladeando su rostro para observar con detenimiento al emocionado blondo.

—Definitivamente va ser un maravilloso paseo, Naruto. —el rubio asintió enérgicamente sonriendo con la felicidad desbordándole por los poros, caminó a paso apresurado arrastrando consigo al pelirrojo en dirección a la recepción siendo recibidos por el amable personal donde los atendieron con la cordialidad merecida.

Se dirigieron a sus respectivas habitaciones apreciando al instante la decoración del mismo, donde destacaba la armoniosa distinción de los elementos del mobiliario más los adornos tallados de madera característicos del estilo isleño de la península.

Naruto abrió sus zafiros con sorpresa llevándose una mano a la boca para aminorar su expresión de asombro, observó cada detalle sonriendo extasiado por la complacencia de tener una habitación exclusiva para él.

—No tengo queja al respecto, Gaara… ¡Te luciste!

—Lo sé, siempre he tenido buen ojo para esto, ¿No lo crees? Ahora solo quiero relajarme y disfrutar, te veo dentro de un rato. —el rubio asintió ante la afirmación dejando que el pelirrojo se retirara a su pieza, se acomodó en el centro de la enorme cama King size dando vueltas de un lado a otro riendo con diversión.

Se detuvo un momento para mirar con atención el techo de la estancia colocando las manos detrás de su cabeza dejándose embriagar por el aroma de perfume tropical que expelía el lugar, aspiró y exhaló con calma pensando en lo que haría después de regresar a Japón. Las decisiones que debía tomar con respecto a su vida eran primordiales para el bienestar del futuro bebé y más cuando todo dependía de los resultados de aquellos análisis a los que se había sometido él y el pelinegro con anterioridad.

—Sasuke… —musitó cerrando sus ojos azules divagando en el azabache. Sin embargo, decidió dejar de lado sus temores para sonreír y relajarse como es debido tomando sus ropas en mano e ir tras el pelirrojo.

 

 

El pelinegro aún no podía creer que el incompetente de su amigo no hubiese predicho en conseguir un guía para que los llevara al hotel donde estaría su rubio, chasqueó la lengua a punto de golpear a Sai, quien ignoraba sus reclamos y maldiciones que soltaba a cada instante.

 

—Esto no puede estar sucediendo... —Sasuke tironeaba exasperado sus cabellos negros observando el imperturbable semblante de Sai.

—Lo siento, Sasuke, fue un pequeño detalle que no tomé en cuenta, pero lo solucionaremos.

—¡Cómo demonios puedes estar tan tranquilo! Tenemos  más  de una maldita hora caminando sin rumbo fijo por que a ti no se te ocurrió prever lo más lógico.

—¡Maldita sea, Bastardo! Te estoy diciendo que llegaremos solo confía en mí.

—¡¿Me estás diciendo que confié en ti?! Mira lo que ha ocurrido por hacerlo, ¡No me jodas! —el azabache se dirigía de un lado a otro observando los pocos transeúntes que circulaban las vacías calles del atardecer de la isla. Habían llegado al aeropuerto de Las Maldivas hace aproximadamente dos horas donde debieron partir inmediatamente al hotel. Sin embargo, Sai no creyó necesario disponer de un guía para evitar más gastos y ahora el par se encontraba caminando sin saber dónde ir.

—Solo debemos encontrar a alguien que hable japonés o inglés, despreocúpate estaremos antes de que anochezca junto a tu rubio. —Sasuke rodó los ojos llevándose las manos a sus bolsillos siguiéndole los pasos al pelinegro.

—¿Tienes idea de que idioma hablan aquí? Porque si hasta ahora no hemos conseguido a algún idiota que nos diga cómo llegar, lo más probable es que no lo hallaremos.

—Hablan el dhivehi, también tengo entendido que existe cierta difusión del inglés por lo que no está todo perdido.

—¡Demonios! Todo esto es tú culpa, Sai. —el pelinegro se alejó de Sasuke divisando a escasos metros un grupo de turistas donde tuvieron la fortuna de encontrar a un japonés quien les indicó con exactitud la dirección del hotel y la ubicación de la estación de taxis más próxima, suspiraron aliviados agradeciendo con una reverencia al joven por su enorme ayuda.

—¿Ahora si estas tranquilo, maldito paranoico? —Sai rió divertido observando con gracia el inexpresivo rostro de Sasuke, quien solo bufó haciendo caso omiso a la pregunta del moreno.

—Solo acelera el paso que quiero llegar antes de que Naruto haga alguna tontería…

 

 

Los dos donceles yacían acostados en las cómodas sillas de playa del área social disfrutando de la fresca brisa y el panorama que se presentaba ante sus ojos, ambos reían compartiendo anécdotas, despreocupados de lo que pudiese acontecer a su alrededor, seguían uno que otro coqueteo de algún varón que se les acercase con la intención de hacer platica, pero ellos simplemente los ignoraban para continuar en su conversación enfocándose principalmente en las mofas y burlas por igual.

—Gaara, estoy algo decepcionado con los hombres de aquí, no hay absolutamente nada que capte mi atención, todos son unos vegetes.

—Desgraciadamente así es, los hombres jóvenes que rondan por aquí son muy pocos agraciados y no pienso involucrarme con cualquiera, aunque el mozo que trae las bebidas de mal ver no está.

—Observándolo con cuidado, tiene cierta gracia, él puedo ser un buen candidato para ti, Gaara. —el pelirrojo bajó sus gafas de sol al puente de su perfilada nariz mirando al varón con detenimiento, sonrió con gracia correspondiéndole el saludo al castaño.

—Deberías agradecerme, tendrás bebidas gratis gracias a mí.

—Yo quiero una piña colada sin alcohol, Gaa – chan, anda y enseña pierna para que sean por cuenta de la casa. —el pelirrojo sonrió presuntuoso dándole un ligero golpe en el brazo al rubio indicándole que mirase a dirección a la playa.

—Ya podrás dejar el celibato, Naruto, son muy guapos, hasta uno de ellos se parece a Sasuke, ¿Qué casualidad, no? —el blondo vio a los chicos sonriendo por lo que miraba, no podía negar que aquel par de varones habían llamado su atención.

 

—Hablando de Sasuke, hace algún tiempo atrás quería preguntarte si a ti no te molesta que él tenga cierto interés en mí, entre ustedes hubo una relación y ambos son mis mejores amigos y me es un poco incómodo esta situación, Gaara. —el bermejo miró incrédulo el rostro apenado del blondo soltando una carcajada aligerando el ambiente.

—¿En qué época vives, Naruto? Por supuesto que no me causa la más mínima molestia, lo que existió entre Sasuke y yo quedó en el pasado y no tiene por qué afectarme a estas alturas de mi vida, al contrario, pienso que sería interesante verlos como pareja.

—¿Lo dices en serio, Gaara?

—Absolutamente, solo te advierto que si el Uchiha se atreve hacer alguna soberana estupidez de las que suponemos y te llega a lastimar, me  importará un bledo hacerlo sufrir. —Naruto rió con alegría abalanzándose a los brazos del taheño, sentía tranquilidad de saber que el pelirrojo dejara a entrever su aceptación sin ningún reproche.

—Me siento aliviado de escucharlo de ti, Gaara.

—Ya aclarado el asunto, creo que podemos tomar un poco de sol cerca de la playa, ¿No me acompañas, Naruto? —el par de donceles tomaron sus pertenecías emocionados partiendo donde deseaban ir.

 

 

El anochecer cayó sin reparo trayendo consigo la llegada de dos pelinegros quienes no se detenían en discutir cualquier asunto sin relevancia, se miraron una vez más frunciendo el ceño para más tarde guardar silencio vislumbrando todo a su alrededor.

—¡Impresionante! —ambos articularon al unísono contemplando el mínimo pormenor que sus ojos oscuros podían observar, dejaron por un instante su disentimiento absurdo caminando a paso lento aproximándose al lobby del hotel sin apartar sus miradas de la enigmática pulcritud de cada material y color cálido que resaltaba la decoración del lugar, dieron sus datos verificando su reservación para proceder a entregarles sus tarjetas de ingreso e ir a sus respectivas habitaciones.

—Las políticas de los hoteles prohíben dar información de sus hospedados, ¿No es así?

—Es lo que se supone, Sasuke, además estas personas se ven muy correctas para sobornarlas.

—¡Maldición! Cómo diablos voy a encontrar a Naruto y a Gaara en este resort, si no tengo la más remota idea de dónde empezar.

—Vamos a lo primero, iremos a darnos una buena ducha, dejar las maletas y pensar con cabeza fría, ¿De acuerdo? —el azabache asintió desganado llevándose la bolsa a uno de sus hombros caminando hacia la acogedora cabaña donde pasaría la noche.

El par de pelinegros tomó su debido tiempo en recorrer y revisar que cada detalle de sus piezas estuviesen en orden, sonrieron satisfechos quedando conformes con lo visto para verse dentro de unos minutos.

Sasuke tomó su IPhone revisando sus mensajes dando consigo con el buzón de voz donde escuchó inmediatamente la risita divertida de su blondo, sonrió feliz de solo oír a su rubia adoración, pegó el móvil a su oído escuchando con atención las palabras del doncel, enarcó una de sus oscuras cejas al memorizar la última frase: “me toca también disfrutar de los placeres de la vida como sueles hacer... Besos”. Apretó el aparato con una de sus manos haciendo el esfuerzo de no aventarlo lo más lejos posible, soltó el teléfono dejándolo en la cama para despabilarse de su letargo de celos y desvestirse rápidamente ingresando al baño a darse una veloz ducha.

—Ese rubio se está burlando de mí…

Vistió con unos pantalones de lino corto azul oscuro, una camisa sin estampado de color blanco y unos mocasines casuales para la noche, pasó sus largos dedos por sus desordenados cabellos azabaches dándole un toque salvaje a su aspecto, se vio por última vez en el espejo asegurándose de verse bien, tomó su cartera y teléfono guardándolos en sus bolsillo para finalmente salir de la habitación.

Sasuke esperó a su amigo cruzado de brazos rememorando las palabras del blondo, frunció el ceño haciendo gestos de desagrado al imaginarse a su rubio cerca de otro hombre que no fuese él, bufó molesto de solo figurarse una escena como tal.

—¿Por qué tienes esa cara de pesar? —Sai observaba curioso los gestos del azabache, mientras abrochaba los últimos botones de su camisa holgada de cuadros haciendo juego con sus bermudas tono pastel y sus alpargatas.

—Nada, solo que Naruto me provoca dolores de cabeza tan intensos que me asombra la capacidad que tiene para hacerme enojar.

—¡Vamos por tu rubio, Sasuke!... ¡Lo encontraremos, solo tenemos que pensar como un doncel y todo será mucho  más sencillo! —el pelinegro miró incrédulo a su amigo dándole un golpe al costado por tomar todo tan a ligera.

—¿Qué diablos has dicho?

—Escucha, Sasuke… Las mujeres y los donceles solo piensan en ciertas cosas cuando desean pasar un rato de diversión, debemos analizar cuál de esos detalles son los más primordiales y dirigirnos específicamente a esos sitios que suelen frecuentar, ¿entendiste?

—Supongo que tienes razón.

—Siempre la tengo, bastardo… Ahora te pregunto, si tú fueses doncel, ¿cuál sería el primer sitio que te gustaría ir?

—Estaría en un baño arreglándome y tomándome fotos.

—Se más específico...

—Quizás estaría en un restaurante, pero estando en un lujoso hotel lo más razonable sería estar divirtiéndome en una discoteca.

—Ahí lo tienes, solo debemos dirigirnos allí y buscar a tu sensual rubio.

—No eres tan estúpido después de todo, Sai. —el moreno empujó con uno de sus hombros al Uchiha quien soltaba una carcajada burlona mirando a su amigo.

El duplo caminó hacia aquel sitio donde se podía oír el sonido estridente de la música como también se apreciaba las luces de colores vibrantes destellando a cada momento.

—¡Esto es intenso, Sasuke!

—Hay demasiada gente para poder dar con ellos.

—Iré a la barra a ver si están cerca… —el azabache se adentró entre la multitud evitando el contacto con mujeres y donceles que se les insinuaba con descaro, continuó su recorrido mirando de un lado a otro tratando de hallar una cabellera dorada entre el tumulto de personas sin conseguir nada parecido.

—Ya los vi, Sasuke, están en compañía de unos varones cerca de la barra de bebidas. —el pelinegro sonrió aliviado encaminándose en dirección  hacia su ojiazul. Sin embargo, su rostro inmediatamente  se desencajó en un gesto de rabia mal contenida al ver a Naruto besándose con un hombre extranjero de cabellos negros y de cuerpo atlético acariciando sin rastro de vergüenza la figura fina del doncel.

—¡Maldita sea!

—¡Hey Sasuke! No hagas un escándalo, recuerda que Naruto no es nada tuyo y no es el lugar ni el momento para dar comienzo con los celos.

—¡Y cómo demonios controlo la rabia de ver a Naruto con otro hombre!

—Si pierdes los estribos en este instante, el único que terminará lleno de frustración serás tú, tranquilízate y te acercarás como si no sintieses absolutamente nada mostrando tu mejor cara. —Sasuke suspiró exasperado revolviendo con desespero su cabello semilargo aproximándose a la sonriente pareja que no dejaba de besarse en la menor oportunidad.

Esperó a que el varón se alejara lo suficiente del blondo para acercarse detrás de Naruto apegándolo a su cuerpo.

—Debo imaginarme que estás pasándola a lo grande, Naruto… —el rubio ladeó con cierto temor la cabeza al escuchar el tono de voz áspero encontrándose con la mirada penetrante del azabache.

—Sasuke…

—Me has dejado en claro que estas disfrutando “de los placeres de la vida”. —el rubio chasqueó la lengua girándose sobre sus pies para encarar al pelinegro, lo vio con detenimiento ruborizándose al ver lo atractivo que se miraba, mientras que Sasuke hizo la misma acción detallando el kimono negro ligeramente ceñido a la figura del doncel destacando lo hermoso que lucía, alzó el mentón del blondo notando las mejillas sonrosadas, los labios levemente húmedos y los ojos azules mucho más brillantes producto al alcohol que había ingerido.

—¿Cómo es que estas aquí?

—No hay necesidad de que lo explique, solo es una simple coincidencia, además no estás en condiciones para tan siquiera reprocharme nada con lo ebrio que estas…

—Solo he bebido un poco, no seas exagerado… —el azabache sonrió ladino ignorando la excusa del rubio.

—Lo que tú digas, Naruto…

—Si vas a estar de pesado es mejor que te pierdas, Sasuke. —Naruto trató de zafarse del asir del azabache quien lo apresaba con más fuerza hacia su cuerpo.

—Ni lo intentes, te irás conmigo.

—¡No es justo que vengas a arruinarme la noche, no pienso irme a ningún lado contigo!

—Ya lo escuchaste, aléjate de él. —el azabache levantó la vista observando al tipo que estaba junto al rubio unos momentos atrás, lo miró con rabia liberando a Naruto del agarre para apartarlo y aproximarse al varón.

—¡Por qué no te alejas tú de Naruto! —Sasuke bramó colérico arrastrando las palabras con sorna provocando al hombre que tenía al frente, mientras que el blondo abría los ojos con sorpresa observando lo que pudiese ocurrir.

—¡Qué me lo diga él, no te parece!

—¡Basta ya! No soy ningún objeto para que me estén tratando como tal, si quieren pelearse como bestias, ¡Háganlo! me importa muy poco lo que suceda con ustedes. —el rubio dio media vuelta arrebatándole el vaso de vodka a su acompañante para dirigirles una fría mirada a ambos hombres.

—¡Joder! —masculló entre dientes el azabache dándole un empujón al varón extranjero para ir nuevamente en busca del doncel, regresó hacia la barra encontrándose con Sai quien le dio unos golpecitos en el hombro.

—Si lo presionas es peor, Sasuke.

—No puedo soportar verlo con otro varón, ¡Me está matando de rabia!

—Son celos, mi viejo amigo. —el moreno se sentó en una de las sillas de la barra aceptando el trago del bartender.

—No me es agradable verlo en compañía de otros hombres que lo miran con deseo, él sabe que llama la atención y les coquetea sin importarle que estoy aquí, ¿Lo observas?

—Tiene con qué presumir, es un doncel hermoso, Sasuke.

El par de azabaches conversaron de trivialidades siendo anuentes de los movimientos del par de donceles que bailaban y reían con el pasar de las horas. Naruto por momentos cruzaba miradas con el moreno quien no le quitaba la vista de encima observando cómo lo provocaba por medio de una sonrisa de fingida inocencia.

—¿Sai, puedes cuidar de Gaara? No me interesa que Naruto haga un escándalo si me lo tengo que llevar cargado al hombro, no puedo permanecer sentado aquí sin hacer nada.

—No hay problema, cuidaré de tu ex novio.

—¡No lo digas con ese tono morboso, si me entero de que le has puesto un dedo encima a Gaara te golpearé, Sai!

—¡También celas a tus ex parejas, eres increíble, Uchiha!... No tocaré al pelirrojo, ¿Tranquilo?

—Cumple tu palabra… Iré por Naruto.

Sasuke se despidió de su amigo para aproximarse hacia el rubio quien lo miró con sus ojos achinados por la embriaguez que denotaba.

—Naruto, vamos a descansar. —el azabache le sonrió con calidez siendo correspondido el gesto por parte de Naruto quien asintió con la cabeza tomando la mano del pelinegro, por ende, Sasuke sostuvo al blondo deslizando su brazo alrededor de la estrecha cintura del doncel para evitar una caída estrepitosa por la falta de coordinación de sus pies.

—Te extrañé, Sasuke… —el moreno miró al rubio haciendo el esfuerzo de mantener sus zafiros abiertos en un intento de contener la pesadez del sueño, sonrió con ternura acariciando el delicado rostro del blondo.

—Yo también, Naruto…

Tomó en brazos al doncel una vez salieron del local para llevarlo a su habitación, caminó con cuidado de no tropezar y lastimar a Naruto que permanecía quieto aferrado al cuello del moreno riendo en voz baja.

Una vez tuvieron afuera de la pieza del pelinegro, Sasuke ingresó a la habitación depositando al rubio en la cama.

—Sasu, quédate conmigo esta noche…

—Lo haré, Naruto…

—Bésame, quiero que lo hagas. —el azabache levantó el mentón del blondo acercando sus labios a los finos belfos del ojiazul degustando el sabor que el doncel le entregaba moviendo su lengua en compás de la otra en un intenso ritmo donde solo ellos podían expresar su sentir.

—Naruto…

—Quiero estar contigo, Sasuke…

Notas finales:

Tuve que cortar el capítulo por que me estaba quedando demaciado largo (ahora me dirán: ¡Por que cojones lo cortas allí!) es por que tenía que hacer unas de mis diabladas -inserte risa maléfica aquí-

Disculpen si hay faltas ortográficas, pero no he tenido tiempo de editar, así que cuando me desocupe lo hago.

¿Será que el teme se viola el dobe? Qué opinan ustedes, eh... ahahaha

Ya saben que los comentarios, sugerencias, amenazas, todo es muy bien recibido y nos vemos en cuanto me libre de mis deberes...

Nos estamos leyendo...

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).