Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quiero tener un bebé [En edición] por mikuuchan

[Reviews - 320]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola gente bonita, esta vez no me demoré nada en actualizar así que ha sido un verdadero logro ahaha

bueno este cap me gustó mucho escribirlo, espero que sea del agrado de ustedes...

Naruto abrió sus orbes zafiros de forma desmesurada ante la afirmativa convincente del pelinegro, escuchó con total atención la voz varonil del azabache sin despegar su mirada de los ennegrecidos ojos del contrario percibiendo al instante el latir acelerado de su propio corazón y por muy extraño que pareciese, el blondo creyó en las palabras sinceras del moreno… No sabía que sílabas pronunciar al respecto, ni tampoco comprendía a ciencia cierta a que se debía esa extraña “confesión” de Sasuke, pero fuese la razón que fuese, no pudo articular  frase coherente, solo se limitaba a oír la respiración agitada que se generaba en él y el incesante palpitar que resonaba con vigor.

—¿Por qué Sasuke?... ¿Por qué demonios me estás diciendo tales incoherencias?... ¿Qué ganas con mencionarme algo tan estúpido como lo que me quieres hacer creer, eh? —el rubio no podía explicar lo que sentía, era una mezcla de confusión, rabia, desesperación, sobretodo emociones encontradas que abarcaba desde la incomprensible molestia a la terrible decepción. Naruto afirmaba que lo dicho por el azabache solo era producto de la aparición de Shikamaru y su ansia de competencia para arrastrarlo a él como vehículo de prueba y demostrar su orgullo de hombre frente a su eterno rival, esa era la principal razón para sentirse iracundo con el pelinegro.

—¡Maldición Naruto! No sé cómo carajos explicar lo que me ocurre contigo, aún no soy capaz de descifrarlo, simplemente ya no puedo ocultar la atracción que siento al observarte o al tenerte cerca, estaría mintiendo descaradamente si te dijera que no provocas absolutamente nada en mi cuando es todo lo contrario, no puedo hacerme la idea de verte cerca del imbécil de Shikamaru o de otro hombre, me enfurece, me enoja, es algo que va más allá del cariño amistoso que te tengo… —el blondo sonrió con saña desviando su mirada azulina a la ventanilla del auto, no deseaba estar ahí junto a Sasuke oyendo la sarta de palabrerías que el moreno hablaba.

—¡¿A dónde quieres llegar, bastardo de mierda?! Te engrandecería el puto ego si dejo que me folles como las guarras que escoges para satisfacerte. ¿Me ves como una de esas furcias, no es así? Es por eso que me dices todas estas idioteces que no tienen lógica, solo lo haces para burlarte de mí, como sueles hacer con todos aquellos que caen en tus viles mentiras, lo único que realmente anhelas es tenerme como trofeo y restregárselo en la cara  a Shikamaru.

—¡Por supuesto que no, Naruto! Podré ser un puto de coña, pero a ti jamás te utilizaría para cometer una bajeza como esas, te respeto y siempre lo he hecho, eres mi mejor amigo y por eso me atrevo a decirte lo que sucede… No quiero perder tu amistad es lo último que desearía, pero no puedo seguir ocultando la atracción que siento por ti.

—Vete al mismo infierno, Sasuke... No quiero escucharte. —el blondo bajó del automóvil dejando con la palabra en la boca al alterado azabache, caminó unos cuantos pasos alejándose del ambiente sofocante del carro para tratar de apaciguar la ira incontenible que emergía de él. Cerró sus ojos llevándose las manos a su colérico rostro buscando una respuesta razonable para lo ocurrido, no quería perder a Sasuke por un simple gustar que solo duraría unos cuantos días a criterio de él, no deseaba alejarse del moreno por una supuesta atracción que ni siquiera el menor de los Uchiha era capaz de afirmar con cabal convicción, quizás la solución para ambos era alejarse por un tiempo prudente y aclarar sus sentimientos…

Naruto suspiró con pesadez volviendo adentrarse al automóvil sentándose en el asiento del copiloto sin mencionar palabra. En cambio, Sasuke tenía apoyada su cabeza en el timón soltando maldiciones, se recriminaba haber actuado impulsivamente producto de sus celos irracionales que lo orillaron a iniciar una discusión con el blondo, temía con demasía que el doncel decidiera poner distancia y su amistad de años se viera afectada abruptamente por una confusión que él mismo no podía esclarecer con sensatez.

—Los dos estamos actuando sin pensar, Sasuke… Dejándonos envolver por un asunto paradójico que no tiene trascendencia, siendo víctimas de los impulsos, lo mejor para ambos es aclarar nuestros sentimientos, por mi parte haré de cuenta que esta “conversación” nunca se dio, volveremos a ser amigos como de costumbre y todo retomara a su cauce original. —el azabache levantó la cabeza observando el perfil del rubio sin mostrar algún tipo de expresión en su rostro, sabía que el blondo tomaría una decisión al respecto y por primera vez en su existencia se reprochó llevar su lozanía licenciosa a extremos poco fiables a juicio de Naruto. 

—Será como tú quieras, Naruto. —el moreno contestó tajante encendiendo en el acto el automóvil y dando por finalizada su disentimiento. El transcurso del recorrido fue silencioso, ninguna de las partes deseaba romper con la afasia del momento encasillándose en sus absortas cavilaciones… Una vez llegaron a su destino se despidieron con un escueto “hasta pronto” sin dirigirse una mirada. El rubio ingresó presuroso a su lujoso apartamento para encerrarse en su cómoda habitación rodeada de ostentación y beato deseando fervientemente conciliar el sueño para evitar pensar en el moreno…

Los días siguientes fueron difíciles tanto para Naruto como para el azabache, ambos querían verse y hablar como solían hacer con aquellas típicas peleas sin fundamento, insultándose en broma y riendo por alguna ocurrencia sublime, pero su orgullo les sobrepasaba. Sasuke se concentró en explotar su talento en las pinturas sin descanso, entre más ocupado estuviese, su mente no le recordaba constantemente al blondo doncel, mientras que el rubiales de ojos zafiros laboraba en mancuerna con su colega y amigo pelirrojo en un importante caso sin mostrar ápice de emoción.

—Realmente desconozco la razón de tu actitud y me preocupa… No has parado en ningún instante, Naruto.

—No es estrictamente necesario que me ocurra algo para que trabaje al cien por ciento, Gaara. El caso ha tomado un nivel mediático impresionante y esta es nuestra oportunidad para que el bufete tome relevancia gracias a nuestro esfuerzo, no comprendo por qué me cuestionas.

—Para serte sincero me agradas más cuando debo tener el látigo en mano tratándote como esclavo y cumplas con tus obligaciones en el despacho. —el pelirrojo sonrió ganándose una miranda incrédula del blondo.

—Tan simpático, Gaa-chan…

—Gracias cariño, lo digo con toda la sinceridad posible….  Ahora dime que es lo que te tiene cabizbajo.

—¿Te había dicho alguna vez que eres un cotilla de primera? —el blondo apoyó su barbilla en el dorso de sus manos mirando detenidamente a su compañero.

—No, pero si no hablas en este momento te largas de mi oficina y te patearé el trasero por mal amigo, y créeme que soy capaz de hacerlo —el taheño sonrió con prepotencia observando a Naruto con sus expresivos ojos turquesa intimidándolo como de costumbre.

—No me cabe duda de que lo harías sin rechistar… —Naruto apoyó la cabeza sobre su silla reclinable revolviendo sus cabellos rubios con desespero. —Discutí con Sasuke…

—La mayor parte del tiempo los veo peleando irremediablemente, ¿Cuál es la diferencia ahora?

—La situación es muy distinta, Gaara. Temo perder a Sasuke por una discusión que surgió a base de supuestos celos infundados. —el bermejo miró incrédulo a Naruto analizando las palabras dichas del rubio. Gaara siempre tuvo conocimiento de la amistad cercana del blondo y el pelinegro. Sin embargo, nunca había reparado en un posible acercamiento amoroso entre ellos y aquello le asombraba de sobremanera.

—Explícate por qué no entiendo.

—Sasuke me dio a entender que le gusto, Gaara. Te puedes imaginar cómo me siento al respecto, él es como mi hermano y lo veo como tal, no puedo figurarme a mirarlo con otros ojos que no sea una amistad. —el pelirrojo suspiró con pesadez, veía el desconcierto en los orbes azules de Naruto preguntándose si lo mencionado por el blondo era del todo cierto.

—¿Y tú que sientes por él, Naruto?

—¡No me estás oyendo, Gaara! Te acabo de decir que quiero a Sasuke como mi propio hermano, no puedo verlo como una pareja.

—¿No puedes o no quieres, Naruto? Son dos cuestionamientos muy distintos y creo saber por qué estás tan alterado —el blondo guardó silencio observando con detalle la fineza característica de su pelirrojo amigo, Naruto sabía a qué se refería Gaara, pero no quería adentrarse a ese terreno peligroso de incertidumbre que conducía a un único camino, a Sasuke…

—Es muy posible que tú también correspondas a los sentimientos de Sasuke y lo evades por temor a perder su amistad. Sin embargo, el mayor miedo que albergas, es terminar involucrado en una relación de amantes y al término no sea lo esperado.

—¿A qué quieres llegar, Gaara?

—Lo que quiero que entiendas es el dilema en que estas envuelto, Naruto. Cuando Sasuke y yo decidimos iniciar con nuestro noviazgo fue por medio de una amistad de años, fuimos buenos amigos y como tales nuestra relación fue asombrosa, pero al dar el siguiente paso, el convivio como pareja no fue lo que imaginábamos, no congeniábamos en lo absoluto, nuestros ideales no eran los mismos que esperábamos del uno y el otro y el choque de temperamentos era una carga tanto para él como para mí, por ello el enamoramiento no se dio, preferimos dejarnos llevar por un fugaz gustar que solo nos llevó a distanciarnos y alejarnos como amigos, olvidamos el cariño de hermandad por una atracción efímera y finalmente la relación concluyó súbitamente… No negaré que en el sexo la química fue inigualable, pero una relación no se construye en lo formidable que puedas ser en la cama, se fundamenta en la necesidad dependiente de la pareja y ese fue nuestra caída, desistimos en tratarnos como amigos y solo nos embarcamos a complacernos carnalmente sin tomar en cuenta los sentimientos.

—Gaara…

—Lo que viví con Sasuke no tiene por qué pasarte exactamente igual, Naruto. Cada persona actúa, piensa y analiza de manera distinta, siendo ese el verdadero atractivo de cada persona. —el rubio sonrió sincero asintiendo con la cabeza, escuchar a Gaara le hizo bien para despejar su escabrosa mente, no sabía con certeza si en algún momento correspondería a los sentimientos del pelinegro o si aceptaría sentir una pequeña atracción hacia su amigo, pero solo dejaría que el tiempo decidiese lo correcto.

—¿Te había dicho lo adorable que eres cuando me hablas con el corazón en la mano, Gaara?

—¡Vete al diablo, idiota!... ¡Todo lo arruinas, rubio estúpido!

—Yo también te quiero, Gaa-chan, aunque demuestres todo lo contrario, gracias por escucharme, te lo agradezco infinitamente.

—Solo lo hago para verte con mejor ánimo. —Naruto rió alegre, sabía que a pesar del inquebrantable carácter frio de Gaara, sentía preocupación hacia él.

 

 

Sasuke miraba de reojo a su pelinegro amigo, desde que se internó en el estudio de su apartamento a trabajar sin hora de descanso, no dejaba de pintar cuadro tras cuadro, siendo cada una de las pinturas muestras de sus emociones frustradas, deseaba ver a Naruto, de eso no había duda alguna. Sin embargo, el orgullo podía más que él, no insistiría en un tema que él daba por perdido, prefería actuar bajo las sombras en tener que despedirse de su amistad con el blondo doncel por culpa de un varón castaño.

—Sea cual sea la razón de tu inspiración, esto es asombroso, Sasuke. Nunca había visto tanta minuciosidad en una pintura, la simpleza de las líneas, la inmaculada representación del trazado, las sentimientos son palpables si lo miras con ojo crítico… ¡Impresionante, no esperaba menos de ti, Uchiha!... Esta obra podría participar en la exhibición de nuevos artistas en Tokio, sería una gran oportunidad que no debes desaprovechar.

—No me interesa, Sai. Para mí es un simple cuadro que carece de todo sentido concreto.

—¡¿Perdiste la razón, idiota?! ¡Esto es una verdadera obra de arte! La combinación de los colores sobrios con la neutralidad que trasmite no puede ser un “simple cuadro” como le llamas, esto es lo que elogiaría el jurado al analizarlo, quedaran sorprendidos, sé de lo que te estoy hablando, Sasuke.

—Si tanto te llama la atención, tómalo y fírmalo, no me importa. No deseo participar en ese estúpido concurso.

—¡¿Estúpido concurso dices?! Es la plataforma para artistas como tú y como yo a ser reconocidos como excepcionales pintores, son escasas las ocasiones que se presenta este tipo de concurrencia a los novatos, ¿Porque te rehúsas a ello? Si continuas por el camino del anonimato tu nombre no tendrá valor y terminaras siendo cajero en un supermercado ¿Es lo que quieres, Sasuke?

—No sería tan mala idea, laboré como asistente de cocina en un restaurante y veme aquí sin ningún problema.

—¡Tengo unas ganas inmensurables de romperte la cara, bastardo! Esa actitud tan molesta y deprimente me cabrea, Sasuke. ¿Qué pasa contigo?

—Nada…

—¡¿Nada?!... Tienes más de una semana que no sales de este departamento y crees que me quedaré conforme con un escueto “nada”. ¡Soy tu amigo Sasuke! puedes contar conmigo para lo que sea.

—Un doncel me mandó a la mierda y estoy frustrado por que aun no entiendo que es lo que siento por él. —el azabache sonrió con sorna cubriéndose la cara con su mano derecha, le costaba hacerse la idea de que la situación con Naruto ahora trastabillaba por hablarle con sinceridad.

—¡Vaya, no me esperaba una confesión así!... ¿Qué pasa con el gran Sasuke Uchiha? siempre alardeabas de que aún no había nacido mujer o doncel que se te resista  y ahora  mírate, echándote a morir por que te mandaron al diablo a la primera, ese no es el bastardo ególatra que conozco. —Sasuke observó con desdén a su entusiasta interlocutor. Suspiró con resignación buscando el encendedor y la cajetilla de cigarros  en uno de sus bolsillos llevándose uno a la boca.

—Habías dejado de fumar, Sasuke. ¿Nuevamente caíste en el vicio?

—¡Joder, Sai! Solo es un cabrón cigarro, no lo hago todo el tiempo…

—Como sea, dime si conozco al doncel de tus delirios para mandarle hacer inmediatamente un pedestal por tremenda osadía. —el azabache le aventó uno de los cojines del sofá a su amigo, mientras le daba una calada a su cigarro. No tenía humor para soportar las bromas pesadas de Sai y tampoco quería oír sus insinuaciones llenas de sátira.

—Sí lo conoces… es Naruto.

—¡Uzumaki Naruto! como olvidar a ese bello doncel rubio de ojos azules, tenía a la facultad de derecho y la mitad de la universidad de vuelta y media. Yo también fui tras sus pies, pero me batió peor que un perro, Sasuke. Todos teníamos las esperanzas de que lo conquistaras y ahora me dices que fallaste. Lo lamento hermano, no creo que vayas a poder enamorarlo.

—Vete a la mierda, Sai. No sirves para nada… Además no tengo la intención de enamorarlo, solo quería ser sincero con él, pero no lo tomó nada bien, ambos nos exaltamos y decidimos poner distancias.

—¿Lo quieres?

—¡Por supuesto! es mi mejor amigo y le tengo un enorme aprecio. Sin embargo, las últimas semanas he estado muy cerca de Naruto y no he podido evitar sentir atracción hacia él, me gusta, me encanta, soy hombre y no puedo evitar mirarlo como el hermoso doncel que es, pero no quiero que nuestra amistad se desmorone por un simple capricho que no estoy del todo seguro de lo que en realidad es…

—¡Hermano, lamento informarte que estas podridamente enamorado de Naruto! —Sasuke abrió sus ojos oscuros con sorpresa mirando seriamente a su pelinegro amigo. Sentir amor hacia al rubio doncel era muy diferente a compararlo con la atracción que percibía al tenerlo a su lado, ambos fundamentos detallaban respuestas distintas con un matiz extraño. ¿Realmente podría estar enamorado de Naruto sin haberse dado cuenta de ello? Cómo puede ser posible algo de tal magnitud, lo negaba totalmente seguro. Él quería al blondo, de eso no había cuestionamiento, pero sentir amor, era algo que iba más allá del entendimiento convincente que él aseguraba.

—No puedo estar enamorado de él… Es utópico, surrealista, Sai… Naruto es alguien cercano a quien debo cuidar, proteger, querer, pero no debo amar…

—Tú quieres creer que es un imposible cuando sabes que no es de ese modo. Puedes enamorarte de la mujer o el doncel que menos creías por no tener control propio sobre los sentimientos a quien va dirigidos, Sasuke… Si cada persona escogiera de quien enamorase ¿existiría el desamor, el desconcierto, la soledad? Por supuesto que no, como seres pensantes que somos, tenemos la capacidad de amar, de sentir, de disfrutar y arriesgarnos a aceptar la realidad tal cual como es y tú solo finges demencia ante ello.

—¿Y qué quieres que haga? Si no puedo estar del todo seguro de mis estúpidos sentimientos.

—Sasuke, eres extremadamente astuto y tú tienes mucha más ventaja que el resto de los hombres que  pretende a Naruto. Eres su eterno incondicional, conoces lo que le gusta y lo que no, utiliza aquello a tu favor y enamóralo.

—No sé si realmente quiera enamorarlo, Sai. Toda la vida nos hemos tratado como amigos y dar un paso más allá, no sería lo correcto.

—Según tú, ¿Qué es lo correcto, Sasuke?

—Dejar las cosas como tal, no adelantar nada y ver qué sucede…

—¡Carajo! Te estas comportando como un verdadero maricón, pareces una nenaza, Sasuke. Vas a dejar ir tu felicidad por tus miedos absurdos y sin sentido…

—Dejemos esta conversación, Sai. Salgamos a beber y olvidemos todo, no quiero que toquemos este tema otra vez.

—Como quieras, bastardo. No continuaré atosigándote con lo mismo porque es una verdadera pérdida de tiempo.

Ambos azabaches salieron del departamento con un objetivo en mente, dar con un bar céntrico de Tokio a entregarse a los placeres prohibidos de la perdición noctívaga… Bebieron y se divirtieron en compañía de mujeres y donceles disfrutando del deleite a sabor a licor y el libido desinhibido provocado por el ambiente de las luces estridentes y la música retumbante del establecimiento.

Alcoholizados hasta la medula, se retiraron poco antes de medianoche con un doncel  a su lado de vuelta a sus respectivos hogares a culminar su noche de diversión, sexo sin amor, nada relevante en la vida de Sasuke, solo una entrega carnal satisfactoria como vía de escape a sus divagaciones exclusivas hacia Naruto…

Las horas corrieron a la brevedad posible dando entrada a la veraniega mañana en el país del sol naciente, Naruto despertaba con alegría al arriesgarse a encarar a su pelinegro amigo y departir civilizadamente como lo tenía estipulado, se disculparía y haría las paces con Sasuke.

Se arregló, vistió y cuidó cada detalle de su presentación para salir de su cómodo domicilio en dirección al departamento del azabache. Manejó rebosante de felicidad sintiéndose extasiado por volver a ver al moreno, le extrañaba aunque le costase admitirlo, más de una semana de escasa comunicación había sido extenuante, pero no por ello dejaría pasar más y se aventuraría a dar el primer paso. Tocó enérgicamente la puerta del departamento varias veces escuchando los pasos próximos al acercarse, lo que nunca esperó, fue ser recibido por un atractivo doncel que vestía una de las camisas de Sasuke.

Sintió rabia al poder observar como a lo lejos el azabache le miraba sin decir nada, aquello había dolido más que cualquier otro golpe, percibió la impotencia de haberse tragado su orgullo por ir a verlo y éste solo actuaba impulsivamente. Él lo sabía, Sasuke no cambiaría nunca y él solo fue un iluso por dejarse envolver por las palabras convincentes de Gaara…

Notas finales:

Aixxx me dio cosita por Narutin, él todo emocionado y se encuentra con eso. Nee... estúpido teme bastardo calenturiento...

Espero poder actualizar por lo menos una vez a la semana, trataré de hacerlo, pero no prometo nada, todo dependerá de como maneje mi tiempo.

Ya saben comentarios, peticiones, sugerencias, lo que sea, es bien recibido...

Nos estamos leyendo!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).