Nowaki por fin se había decidido a ir tras de su amado, y tras la determinación del doctor Kuzama le dieron ganas de salir a Onodera, se vistió y salió, su vista comenzaba a recobrarse, en este momento veía sombras de colores y eso lo entusiasmaba, pero habían sido claros con respecto a que cabía la posibilidad de no recuperar al cien por ciento su visión, iba absorto en sus pensamientos que no sintió o escucho un carro que venía a gran velocidad, el auto dio un sonoro frenon, ni siquiera lo toco pero el miedo hizo que sus rodillas fallara y cayó al suelo, el conductor del auto fue hasta donde Onodera, una familiar voz se refiero a él, no logro distinguirlo en un primer momento pero después de ser ayudado por un frio par de manos supo de quien se trataba Usagi Akihiko.
Onodera puso al corriente a Usagi San de su accidente y posterior operación y que actualmente se encontraba en recuperación, le contó que había perdido su trabajo como editor de esmerald y aquí fue cuando la conversación dio un giro inesperado, Usagi San y Onodera habían trabajado juntos con anterioridad, con las exitosas novelas del escritor, pero Onodera jamás se imaginó que el reservado Usagi San era un exitoso escritor de BL aunque con un seudónimo diferente, Usagi San contrato a Onodera como editor personal, para solventar la deficiencia visual de Onodera, Usagi San leería sus avances y Onodera haría sus correcciones al momento.
La relación laboral era muy productiva Usagi San era un gran escritor por lo cual no había grandes cambios, era una relación de cortesía, pero Usagi San era sumamente encantador, un buen conversador, un anfitrión extraordinario y una persona sumamente interesante, en su antigua relación laboral Onodera no había convivido tanto con Usagi San como lo hacía ahora, el hecho de que Usagi San hubiera utilizado su nombre como el de uno de los protagonistas de su obra le daba a Ritsu inequívocas señales de que Usagi San tenía intereses más íntimos en él, cuando Usagi San leía su obra era como si Onodera hubiera recuperado su visión veía cada nítida imagen en su mente, los paisajes, los atributos físicos de los personajes y aun peor cada escena de lemon era vívida por Onodera quien deseaba sentir las manos de Usagi San sobre su cuerpo, deseaba que Usagi San diera el paso de sus fantasías a la vida real y unieran sus labios y unieran sus cuerpos.
Conforme su relación avanzaba con Usagi también lo hacían sus ojos, ya podía ver figuras distorsionadas, era habitual que estuviera en casa de Usagi San hasta altas horas de la noche para después ser llevado a su hogar por este último, sin embargo creía que necesitaba apartarse de la pareja de recién casados pues necesitaban su privacidad, por eso a pesar de haberlo pensado mucho acepto ir a vivir a la casa Usagi cuando este se lo ofreció.
Ya conocía la ubicación de casi todos los muebles y podía valerse por sí mismo en casi todos los aspectos, continuaban su relación laboral tal y como siempre lo había hecho, después del primer beso Usagi San jamás comento nada ni se repitió escena parecida pero Onodera necesitaba sentir esos labios sobre los suyos, y sentir las manos inquietas tratando de explorar su anatomía, en esta ocasión Usagi leía una escena sexual, lo que mantuvo excitado todo el tiempo a Onodera, sin poder resistirlo más Onodera llevo una de sus manos a la pierna de Usagi, y la subió tímidamente sintiendo el calor de la zona intima de Usagi, se armó de valor iba a volver a sentir esos labios, cuando sonó el timbre, Usagi abrió la puerta y dejo pasar a un muchacho.
-Hola- dijo el muchacho sin embargo Onodera no fue capaz de reconocer la voz aunque se le hizo familiar, el muchacho depositó varias cosas sobre la mesa, -Misaki- dijo Usagi San con un tierno tono de voz que jamás le había escuchado antes. –Usagi San, te traje la cena, pero no sabía que estabas ocupado- Usagi se acercó a Misaki y lo abrazó, escena que no distinguió Onodera, -Misaki- volvió a decir Usagi con ese tono de voz.
El muchacho sirvió la cena para los tres, Usagi se sentó en medio de la mesa con uno de los muchachos a cada uno de sus costados, como en otras ocasiones ayudo a Onodera a ingerir sus alimentos, Onodera aprovechaba los momentos de cercanía para rozar las piernas de Usagi con sus dedos, el chico comento que el cocino esos deliciosos platillos, Onodera lo felicito por su talento, tras una copa de vino Onodera fue más audaz y coloco la palma de su mano sobre la pierna de Usagi lo que no sabía es que el muchacho que se encontraba a su lado contrario se encontraba haciendo exactamente lo mismo, una suerte que ninguno de los dos reclamara su erección, o quizá una tragedia sucedería con lo excitado que lo tenían estos muchachitos, pensó Usagi, al parecer el muchachito que no estaba acostumbrado a beber se embriago con la primer copa de vino, por lo cual Usagi San se ofreció llevar al joven su casa, el otro chico iba en el asiento trasero en calidad de bulto, mientras que Usagi San y Onodera se encontraban inmersos en una amena platica que solo se vio interrumpida cuando Misaki dijo: -Idiota Usagi, no me has buscado- Onodera se sorprendió ante la demostración tan íntima de confianza del chico, -Usagi, ¿quién es este chico?- dijo Onodera, -Es mi antiguó inquilino comentó Usagi, y está en la misma situación que tú, viviendo con una pareja de recién casados, -Entonces deberíamos de vivir todos juntos- dijo en tono de broma Onodera, sin embargo Usagi no se rio, -Si eso es lo que quiero, regresar contigo Usagi- dijo el chico en la parte trasera del auto, para romper en llanto.
Usagi detuvo el auto se bajó y bajo del asiento trasero al chico, Onodera se alarmo, no sabía lo que sucedía, -Usagi San- dijo Misaki antes de besarlo, Usagi probo los deseados labios y correspondió el anhelado beso, -tócame Usagi San, hazme el amor- dijo un ebrio Misaki que encendió a Usagi antes de que Misaki se durmiera, Usagi regresó al auto y depositó a Misaki en el asiento trasero, -¿todo bien?- pregunto Onodera, Usagi asintió, llevaron a Misaki a donde Takahiro, Usagi y Onodera regresaron al departamento, siguieron bebiendo un poco más, la noche transcurrió llena de besos, caricias, un par de prendas volaron, y Onodera cayo dormido, Usagi paso un par de horas contemplándolo semidesnudo, sensual, bello, vulnerable pero a la vez tan fuerte, por otro lado Misaki, su adorado Misaki, tan inocente, tan Misaki.
Usagi San casi no pudo dormir pensando en dos bellos jovenzuelos, ojiverdes, seguía ensimismado en sus pensamientos cuando tocaron el timbre, -Buenos días- dijo Onodera mientras bajaba de su habitación por las escaleras con una bata mal amarrada que mostraba bastante de su anatomía, al abrir la puerta se encontró con Misaki con todo y maletas quien al entrar no aparto la vista del otro joven.