Estaba muy molesto, me sentí engañado por lo que decía el médico, ¿Era verdad entonces? ¿Por qué no decirme eso desde un principio? Mis manos soltaron al hombre, lo había hecho de muy mala gana, me alejé de éste y me giré en dirección a la cama en donde estaba mi madre, su mirada estaba clavada en mi, se notaba que estaba triste, pero, ¿Qué podía yo hacer? Nada, ella no me había contado algo tan importante como eso, lo ocultó, ¿Por qué? ¡¿Por qué?!
- Hijo... esto es delicado, no podía decírtelo antes, ¿Cómo explcarle a un niño éste tipo de cosas? Que un día podría no estar más, que jamás volvería. Es difícil, lo sé, es difícil comprender mis motivos para ocultarlos, pero...
- ¿Por qué no quisiste hacer el tratamiento? De todo, eso es lo peor, ¡Nunca pensaste en mi! No te importó que pudiera quedarme solo, que no tuviera a nadie, ¡Sabes lo bien que eres la única que me queda! O más bien, quedaba... -De haberle reclamado su actitud, terminé alejando todo, si ella no se preocupaba por mi, por su hijo, entonces tampoco yo me preocuparía por ella.
- Allen, no lo comprendes, estaba muy mal por lo de tu padre y...
- ¡Deja de meterlo en todo lo malo que te sucede! Él se alejó de ti, porque así como eres conmigo también eras con él. Ahora entiendo porqué te dejó...
Vi caer las lágrimas de los ojos de mi madre, era doloroso lo que le dije, pero ella misma me había ocultado algo muy delicado, nunca le importé, no pensaba en mi seguridad ni lo que yo sentía, por eso había recibido a Louis en casa. Él siempre había sido el "Chico Perfecto", "El hijo que toda madre quisiera tener", no como yo, un rebelde sin causa, un don nadie, una persona que no llegaría muy lejos.
- Hijo...
- Ya no me llames así, ni soy tu hijo, ni eres mi madre. Sabía que eras una persona poco cariñosa, que te cansabas por el trabajo tanto que al llegar ni siquiera me veías la cara y te ibas a dormir, pero esto... esto es demasiado. ¿Qué clase de madre se deja morir y deja a su hijo a su suerte? Sólo las peores... -Dije aquello con la mayor dureza posible, todo esto me hizo sentir que nunca había significado nada, nada para nadie.
La mujer a la que antes llamaba "mamá" ahora era una desconocida, una persona más del montón, la cual no me interesaba.
Me salí del cuarto tan rápido como pude, nuevamente no me importó correr por los pasillos aunque me iban regañando algunos doctores y enfermeras, pero me daba igual, ya nadie podría decirme que hacer, ninguna persona tenía ese derecho.
Cuando estuve afuera del hospital me encontré con Louis, ¿Cómo supo que estaba allí? No quería hablar, me sentía demasiado traicionado, por una persona de la cual jamás pensé que me sentiría de aquella forma, por alguien que jamás creí que me haría algo así. Empecé a caminar en dirección a Louis, pasando por su lado, tratando de no mirarlo y no prestar atención si me llegaba a decir algo.
Me terminé yendo a casa, o almenos al lugar que lo había llamado así, quizás era exagerado para algunos, pero no para mi, era mi familia, mi propia familia me quería abandonar, ¿Era yo un estorbo? Tal vez, por eso mismo no podía seguir en ese lugar, debía irme de aquella casa. Cuando ingresé, allí estaba Demian, sentado en la escalera, al verme llegar se levantó y a duras penas se acercó a mi, me daba un poco de lástima verlo en aquel estado, al fin y al cabo había sido por mi culpa.
- Te sucede algo, ¿Verdad?
- Me sucede de todo, por eso debo irme...
- ¿Irte? ¿A donde? No lo hagas por favor...
- Debo hacerlo, no puedo quedarme en este lugar, Demian.
- ¿Tan grave fue? ¿Qué sucedió?
- Mi propia madre me mintió, me ocultó cosas, hasta iba a abandonarme.
- Ven conmigo entonces. Ven a vivir conmigo, yo... yo nunca te dejaré solo, sé que suena extraño que te lo diga así, en este momento, pero no quero que te alejes de mi...
Si, sonaba extraño, quizás más que extraño, pero, ¿Qué más podía hacer? Mi madre había pagado ya un par de años adelantados en la escuela, yo estando sólo, no sabía a donde iría y para conseguir un lugar a donde vivir, debería trabajar, y si lo hacía no podría estudiar, no tendría tiempo. Me sentía mal de ir a su casa, yo no sentía lo mismo que él, o al menos eso creía, tal vez, sólo tal vez, si el fuera Louis, hubiera aceptado sin pensarlo, s fuera él, antes de que se fuera así. Sabía que no era su culpa, pero ni siquiera se dignó en llamarme, y no estaba muy bien ese día para más explicaciones absurdas, quizás era injusto, pero era muy orgulloso.
- Yo... no lo sé...
- Por favor, Allen, te cuidaré, haré todo lo posible por ayudarte, sin compromisos, pero no te vayas.
Suspiré levemente, sentía que le debía mucho, si no me hubiera saltado esa clase ese día, él no estaría todo golpeado y lastimado.
- Pues...