Un molesto ruido hace que despierte de golpe del pesado sueño en el que me mantenía, abro los ojos y como si eso fuera suficiente el molesto sonido se detiene, gruño en protesta y es en ese momento que me percato, que a mi lado en la cama, no hay nadie, solo una nota puesta sobre la almohada, la tomo entre mis manos y comienzo a leerla, enfocando de a poco las letras por el sueño:
Thor, cariño.
He salido con Darcy al centro, el desayuno está en la estufa,
volveré por la tarde.
Besos, Jane XOXO
PDT: Te ha llegado una carta está en la mesita de la sala.
Parpadee un poco y deje la nota sobre la mesa de noche, estaba por ponerme de pie cuando el molesto ruido volvió, fruncí el ceño y tome mi teléfono, conteste la llamada escuchando del otro lado voces y gente corriendo.
-¿Bueno? – Dije, escuchando el bullicio de la gente.
-Thor, hola, soy yo Steve – Dijeron del otro lado, supe en ese momento que era mi amigo y el bullicio debía ser provocado por la gente del aeropuerto.
-Hola Steve, ¿Qué pasa?- Dije contestando al saludo de mi amigo.
-Thor, ya hemos llegado, me gustaría saber si puedes pasar a recogernos – Dijo Steve alzando la voz un poco para lograr que esta sobresaliera de entre el bullicio.
-Por supuesto, espérenme, llego en veinte minutos – Dije yo poniéndome de pie, y despidiéndome de Steve para comenzar a vestirme.
Estuve listo en cinco minutos; salí del departamento sin fijarme siquiera en el sobre sobre la mesa de la sala, entre al auto y conduje por largos quince minutos hasta el aeropuerto, al llegar, aparque el auto y baje avanzando hacia la entrada del lugar, entre, volteando hacia todos lados buscando a mi rubio amigo y a su castaño esposo, los busque por varios minutos hasta que los vi sentados en unas sillas del lugar, había unas maletas a su lado y Tony sostenía en sus brazos a un pequeño niño castañito que se retorcía entre sus brazos inquieto, me acerque a ellos, eran una hermosa familia, me daba cierta envidia, en mi vida les desearía mal, sin embargo, me imagine a mí mismo, con un pequeño bebe en brazos y a mi lado, no había nadie más que Loki, curiosamente, cada vez que tenía ese tipo de ideas, Jane jamás aparecía, y no me lo explicaba.
Me acerque a ellos, Steve se levantó y me dio un abrazo que no dude en corresponder, se separó de mí y Tony se acercó, le dio el pequeño a Steve y me abrazo también, dándome un par de palmadas en la espalda, se separó de mí y comenzó ver hacia los lados, buscando algo, mejor dicho, a alguien, sin embargo, no lo encontró, Steve noto la tensión que se extendía en el ambiente y se acercó a nosotros cargando al pequeño Peter, lo acerco a mí, diciéndome que lo tomara, lo cargue con cuidado, era pequeño, tenía unos bonitos ojos azul oscuro, sin duda una mezcla de los ojos de sus padres y el cabello rebelde y castaño, heredado sin duda de Tony, conversamos un rato para luego dirigirnos hacia el auto, Steve subió al frente y Tony y Peter en la parte trasera, les pregunte donde se quedarían, y les ofrecí mi casa, mande un mensaje avisándole a Jane que unos amigos se quedarían unos días, los chicos estuvieron reticentes al principio, pero al final terminaron aceptando; llegamos al edificio en el que vivía, pude notar la extrañada expresión en el rostro de mis amigos y la clara pregunta en sus ojos ¿Cuándo se mudaron?, estacione el auto y ayude a bajar las maletas, entramos al edificio, salude al guardia y subimos al ascensor, todo se mantenía en un incómodo silencio, sabía que tenían preguntas, pero no estaba listo para responderlas, el elevador se detuvo en el onceavo piso y bajamos, caminamos hasta la última puerta del corredor y entramos al departamento, les indique donde podrían dormir y luego de que acostaran al pequeño Pete que durante el viaje se había quedado dormido salimos y nos sentamos en la sala, prepare café y nos sentamos en los sillones comenzando a ponernos al tanto de nuestras vidas.
- Entonces Thor- Dijo Tony recargándose en el costado de Steve- ¿Qué ha pasado en tu vida estos últimos años?
- Ufff- Suspire quedamente- Sinceramente, demasiadas cosas- Dije como quien no quiere la cosa.
- ¿Qué clase de cosas? Te escuchabas muy raro por teléfono- Dijo esta vez Steve, mirándome con preocupación.
- Pues… ha habido muchos problemas- Dije tratando de retrasar lo inevitable- Con Loki, principalmente.
- ¿Thor que pasa?- Dijo mi rubio amigo, mirándome con ojos tristes.
- Loki y yo nos divorciamos- Dije poniéndome de pie y dándoles la espalda.
- ¿Hace cuánto?- Dijo esta vez el castaño, con pesar en la voz.
- …- Guarde silencio un momento antes de contestar- Hace, tras años- Dije suspirando al final de la oración.
Un incómodo silencio se instaló en la sala, cada uno perdido en sus propio mundo, estuvimos así por varios minutos hasta que la puerta de la entrada se abrió, dejando ver a Jane, quien venía cargando un par de bolsas y se notaba cansada, entro a la sala y se quedó parada al notar el incómodo ambiente, poco a poco el lugar volvió a la normalidad, o a toda la normalidad que se pudo, Jane saludo a los chicos, se hicieron las presentaciones correspondientes y todos nos sentamos a charlar sin volver a tocar el tema otra vez.
Estuvimos hablando por largo rato, hasta que unos pasitos acelerados se escucharon por el pasillo y vimos aparecer al pequeño Pete que tenía un rostro asustado y una lagrimillas se asomaban en sus azules ojos, cuando vio a sus padres corrió hacia ellos y se acurruco en el medio de ambos, escondiéndose de la desconocida mirada café que lo veía enternecida, Tony tomo al pequeño y lo puso sobre su regazo, acariciando su cabeza y besando su frente.
Paso un rato antes de que nos levantáramos a cenar, cenamos tranquilamente, entre comentarios sueltos y los ruiditos de Peter al comer, para las doce Peter ya estaba otra vez durmiendo en los brazos de su rubio padre y decidimos marcharnos todos a dormir; cuando salía de la cocina con un vaso de agua me topé con Tony, el solo me abrazo y me susurro que todo estaba bien, luego se separó de mí y entro a la cocina, después pasaba frente a la habitación donde los chicos dormían y me topé con Steve que me dio unas palmadas en la espalda y me dijo que todo estaría bien, que ellos estarían ahí para mí, luego se fue con rumbo a la cocina y yo no entendía nada, sus palabras me hicieron recordar buenos momentos y también otros tristes, al final entre a mi habitación y recostado en la cama recordé viejos tiempos lamentándome y alegrándome hasta quedarme dormido.