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Blue Mirage por SumTheHeaven

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Notas del capitulo:

Hola:3

¡Pues aláááááaaa! xddd Aquí el primer capítulo de este proyecto KaiShin^^ Espero que les guste, me ha entretenido este primer capítulo que aunque es bastante corto y parece una introducción, es necesario para el capítulo dos lleno de cositas^^

¡Sin más, les dejo leer!

 

Capítulo uno; {Secuestrados}

 

Atravesó el palacio Mágico con el corazón en un puño. Su traje, recién presentado para la ocasión en que debería ir a Blue Sky, se veía sedoso y ondeando al momento de pasar corriendo el pasillo. La noticia que lo llevaba a correr con desesperación por su castillo era el saber que sus padres habían sufrido un accidente de camino al reino vecino, aquel compromiso que debían cumplir para firmar el acuerdo de paz.

Llegó hasta el hall del castillo, aquel gran salón de recibimiento. Un herido Jii se acercaba a él apoyado de otro soldado que debía acompañar en el viaje. Sus brazos atraparon a su fiel sirviente y capitán del ejército, antes de que este diese contra el suelo de la debilidad que tenía. Sus ojos amoratados, la piel manchada por la tierra y el traje desgarrado y sin armadura.

— ¡Pri-príncipe!—exclamó con dificultad, cayendo en brazos del menor mientras este le sostenía sin problemas.

— ¿Qué pasó, Jii-chan? ¿Dónde están mis padres?—comenzó a cuestionar, tratando de encontrar con su vista a sus padres que deberían de haber entrado.

— Prin-príncipe...—suspiró largo, recuperando aire que no tenía— S-sus padres... Lo-los reyes... Fu-fueron... secuestrados.

El cuerpo de Kaito se paralizó, el mismo perdiendo su fuerza. Trato de sostener a su sirviente, sin embargo, él mismo cayó débil al suelo frío. Sentía que le estaban arrancando el corazón.

— ¡Blue Sky se lo tomará como una guerra!—exclamaron los guardias heridos desde la entrada, causando el despierte del príncipe.

Kaito ni siquiera lo pensó dos veces antes de ordenar a una sirvienta atender a Jii y él salir del palacio real mágico. Montó en el caballo y a tientas de su desconcierto, le ordenó avanzar sabiéndose el camino hacía Blue Sky. Sus padres habían sido secuestrados ¡No habían cumplido el compromiso con los reyes Mouri! Si se cumplía el plazo de llegada, se lo tomarían como un atentado contra ellos, debido a la no respuesta de sus padres. Si había algo que le preocupaba a igual nivel que la desaparición y vida de sus padres, era el reino que con tanto cariño habían sostenido.

-.-.-.-.-.-.-

Demoró parte de la noche fría y del día en llegar a Blue Sky, sin detenerse en ningún momento más que para dar de comer al cansado caballo que le llevaba corriendo en su lomo. Como príncipe tenía responsabilidades, no podía permitir una guerra entre el Magic Trick, su reino y el Blue Sky. ¡Todo quedaría destrozado! La razón por la que hubiera un reino únicamente para los magos era que estos fuesen criticados en los otros reinos por lo misteriosos y peligrosos que podían ser.

Por eso había sido creado Magic Trick.

Las grandes puertas, aquella muralla pintada de blanco, y dos guardias en la entrada. Se acercó a ellos presuroso, recibiendo el rostro burlesco de ambos que le preguntaban que necesidad tenía en el palacio del Blue Sky, al cual seguramente ninguno de los súbditos podía acudir.

— ¡Soy el príncipe de Magic Trick!—gritó a viva voz, molesto de la actitud tan desagradable de los guardias.

Estos bajaron la cabeza, reconociendo el diseño del Magic Trick en los vestigios de Kaito, aparte de aquellas manos que destellaban azul.

Lo dejaron entrar al palacio inmediatamente, guiándolo entre los pasillos habiendo dejado su caballo en el establo.  Corrió entre los pasillos con rapidez, tratando de alcanzar el salón de los reyes donde deberían estar. Sus piernas largas y saltos mágicos de un lugar a otro le permitieron llegar al salón de la corona rápido. Abrió la puerta casi sin aire, encontrándose con la luz deslumbrante de los tragaluces, los tres asientos tallados en oro del trono, el rey en medio, con el más alto, la reina a su derecha, con un asiento un poco más bajo, y la princesa Ran Mouri a la izquierda, un poco más baja que la reina.

La chica era bonita, debía admitir, pese a su estrujado corazón saltarín, que no paraba de golpear contra su pecho.

— ¡¿Qué hace usted aquí?!—cuestionó la voz molesta del Rey, quizá cansado de la espera de sus padres, que habrían de haber llegado hacía dos días.

Estaba frente al que le llevaban y decía ser él, el Rey Sabio.

— Rey Kogoro,—se inclinó, el nombre del condecorado saliendo de sus labios a alta y firme voz.— Mi nombre es Kaito, soy el príncipe de Magic Trick.—se presentó suspirando, tratando de recuperar el aire y el control de su respiración, que sentía agitada debido a la desesperación que estaba enfrentando.— He venido aquí en reemplazo de mis padres, que fueron secuestrados de camino a su reino, el Blue Sky.

El rostro de Kogoro mostró su expresión de preocupación ante la desdichada noticia, mientras la reina y princesa adquirieron un color pálido. De inmediato, Kaito decidió utilizar la magia que peor se le daba, las visiones. Sus manos brillaban intensamente de un azul, levantándolas hacía al rey, mostrando una especie de círculo donde se recreaba la escena de la carroza atacada, y después esta misma vacía tirada en medio del camino. Quería llorar, sus ojos decaerían de seguir viendo una escena tal. Sus amados padres atacados y dejados sin la posibilidad de usar las manos, el elemento más importante para cualquier mago.

— ¡Pri-príncipe!—exclamó la reina, deteniendo la dolorosa visión.

Kaito se inclinó, apoyándose con las manos al suelo. La debilidad de su cuerpo le imposibilitaba el equilibrio.

— Príncipe Kaito, deberá conocer usted el procedimiento el reino ¿No?—Kogoro cuestionó escéptico, dudando de que Kaito, casi de la edad de su pequeña, supiese cosas tales como la organización.

— Lo sé, Rey Mouri. El siguiente heredero deberá asumir el trono temporalmente, mientras se puede dar la orden de búsqueda.—acotó, sorprendiendo al rey que le daba de más bajo nivel, y menos conocimiento.

— Te ayudaremos entonces. Queríamos la paz y amistad con tu reino, el Magic Trick, no porque nos beneficiase, si no que hemos aprendido a aceptar las diferentes características.—comentó el Rey, con una sonrisa sincera en los labios— pero, usted príncipe tendrá que entender las medidas que tomaré. Vuestro reino está en este momento sin mando, el único que puede seguir es el príncipe, al ser el único heredero y familiar de los Reyes Kuroba. No me puedo permitir que le suceda algo. Para que su ejército pueda buscar con libertad a sus reyes, permítame dejarlo a alguien de mi reino, él que deberá cuidarlo en todo momento. Y no puede decir que no, príncipe, porque en tal caso no le permitiré volver a su reino. Si han capturado a sus padres, también lo quieren a usted. 

Kaito soltó un suspiro ahogado, asimilando lo dicho. Maldecía internamente, pero su mente se limitaba a decirse que sí, porque no podía decir que no. Lo único que quedaba estaba en su reino aún, por lo que debía regresar.

— Está bien. Aceptaré a esa persona, Reyes. Mis padres hubiesen querido tener la paz con ustedes, pero deseo que ellos vuelvan antes de terminar este acuerdo.—Kaito completó, recibiendo el asentimiento por parte del Rey.

— ¡Capitán!—gritó el Rey, hacía su derecha, donde se hallaban filas de hombres organizados por altura. Uno de aquellos chicos, casi de su edad, dio un paso adelante.

Esa mirada tan altanera no le gustó en lo más mínimo, pero acabó bajando la cabeza. El chico era casi idéntico a él, un poco más fornido y alto, claro está, con el cabello bien arreglado a diferencia de sus mechones al azar, pero podía ver en la estola que usaba la cantidad de reconocimiento que poseía aquel hombre. Él recién tenía dieciocho, y no había querido asumir el trono hasta los veintiuno, como es costumbre. 

 — Capitán Kudou, le pido que cuide con todo su voluntad al príncipe Kaito. El Magic Trick sufre complicaciones, y usted es el más confiable.—glorió Kogoro, sonriendo al chico frente a él.

El capitán asintió, antes de mirar directamente al príncipe que debería cuidar. Y no le pareció más que un niño mimado, que seguramente era mucho más ignorante que la princesa de su propio reino, aunque quisiese a Ran, Shinichi Kudo, el capitán del ejército del Blue Sky, consideraba que al ser una princesa se descuidaba de todo. Y no pensaba de otra forma con Kaito. Mimados, que recibían todo consentimiento por parte de sus padres.

— Nuestro capitán del ejército real, Kudou Shinichi.—presentó Kogoro— Él cuidará de ti, príncipe Kuroba Kaito. 

.

.

.

Cinco horas más tarde, después de que a Kaito le hayan arreglado, según los reyes, Shinichi el capitán había acabado sus deberes restantes para poder marchar al Magic Trick. Pese a su primera impresión no ser nada buena del príncipe del reino vecino, se llevaría una sorpresa. 

Cabalgaron horas devuelta al Magic Trick. Se podían llegar a demorar doce horas de ir al camino en el que acostumbraban, pero Kaito seguía siendo aficionado al viento sobre su rostro al ir con demasiada rapidez. Así que en esta ocasión, ni siquiera estando Shinichi, se tomó el tiempo de ir con lentitud o aceptar el carruaje. Solo cabalgó con velocidad entre los caminos que él conocía como la palma de su mano, y Shinichi estuvo obligado a seguirle.

Este príncipe seguro sería mucho más difícil que su propia princesa Ran.

-.-.-.-.-.-

Al entrar en su palacio, Kaito fue recibido por las sirvientas que lloraban a sus pies de la preocupación, además de un Jii que cojeaba apoyado de su personal para llegar hasta él. Shinichi pensó en ese momento que el príncipe tenía el cariño incondicional de sus sirvientes, porque al salón aquel llegaron súbditos a por montón, comprobando que se encontrase bien, siendo recibidos con una sonrisa por Kaito.

— ¿Quién es él, joven amo?—cuestionó Jii, mirando con descuido al otro que se hayaba a su lado.

— ¡Oh, se los presento!—Kaito sonrió afable, volteándose a Shinichi, que miraba con sus ojos azules a todas las cabezas que merodeaban delante de él.— Es Kudou Shinichi, capitán del ejército real en Blue Sky. Por orden del rey, él también me cuidará.

Jii le inspeccionó, sonriendo. Parecía ser un buen chico, aunque como cualquier capitán, no muy acostumbrado al trato. No estaba muy de acuerdo con el método, pero sabía que mientras él tuviese las órdenes de búsqueda para los reyes no habría nadie que cuidase de Kaito, es bueno que estuviese él aquí. 

— Un placer conocerles, Magic Trick. Mi encomiendo es cuidar de su príncipe en ausencia de los reyes.—afirmó nuevamente, mientras les daba una sonrisa al resto de los sirvientes.

— Mai, ¿Las habitaciones en el piso real están en condiciones?—cuestionó Kaito, mirando de reojo a Shinichi. Sabía por demás que pese a ser capitán de un reino vecino y que podría quedarse en las habitaciones de honor, el deber de Kudou era cuidarlo, así que no era conveniente estar en diferentes pisos.

— Sí mi señor. Están todas en condiciones.—afirmó la muchacha, que estaba frente de Kaito.

— Muy bien, en una de ellas se quedará el capitán. Con su permiso, me retiro.—Kaito les sonrió, mientras sus sirvientes dispersaban para darle camino. Shinichi le siguió, curioso de un palacio del que se suponía mágico, y este especialmente lleno de colores, tanto fuertes como adornados brillantes, que resultaban en una combinación vistosa y agradable. 

Los sirvientes se dispersaron de inmediato.

Llegaron hasta el piso de uno de los sectores del castillo. Era realmente enorme, con distintas divisiones y pisos organizados para destinar a cada quién en visitas. Incluso Shinichi llegaba a pensar que era mucho más grande que el propio de Blue Sky. El sector Norte, directo desde el Hall de entrada era donde residía la realeza. El segundo piso era especial para las habitaciones de la familia real, aunque todo el palacio estaba organizado en sectores, era solo para las habitaciones, el resto todo eran habitaciones o salones tanto de cocina, juegos, comedores, etc.

Shinichi admiró las pinturas de los reyes, en cuanto cruzó su mirada con la pintura específica del rey, Toichi Kuroba, una punzada dio en su pecho como habiendo recordado algo, sin saber qué. Kaito le dirigió hasta un gran y amplio pasillo, con puertas que iban desde el suelo hasta casi el superior del techo, a unos cuatro metros por arriba. 

Abrió la puerta, una de las del sector derecho desde la subida, y ahí instaló a Shinichi.

— La habitación a la izquierda es la mía. Espero que estés cómodo.—le sonrió,—Yo vendré después para que vayamos a cenar. Descansa y organízate—. Completó, antes de desaparecer por la puerta para regresar a su habitación.

Algo en Shinichi le hizo cambiar de opinión, tan solo un poco, del príncipe Kaito. Y no quería hacerse ilusiones con alguien que podía ser igual de egocéntrico que la familia a la que él servía.

Quizá, Kaito no era lo que esperaba... Aunque ¿Qué era esa actitud tan misteriosa?

Notas finales:

¡Ojalá les haya gustado! En realidad espero que si^^ Nos vemos en el siguiente capítulo:)

¡Gracias!


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