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El amor es un lienzo en blanco que teñiremos entre los dos por chibibeast

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Notas del capitulo:

[Editado]

Hola! 

Aquí yo con un nuevo cap.  :D

Sé que dije que actualizaría la semana pasado pero es que la universidad me consume demasiado tiempo y la inspiraación no llegaba D: y cuando lo hacía me daba pereza xD -soyirresponsablelosé-

Aclaraciones:

-Narrador omniciente.

-Aparición del Aoita!!! Yey!!!

-Corrigiendo tonos se refiere a la manera en la que está su relación, es decir quieren corregir los errores con los que se han lastimado.

-Dirigiendo pinceladas se refiere al camino por el que llevan su relación, tal vez lo entiendan más cuando lo lean.

-Hay suspenso (si como no :v)

-Y por último... LEMON KAIHA!!!!!

Y eso es todo...creo, no sé ._. son las 3:26 am del sábado y me esoty cayendo del sueño, si algo me hizo falta luego lo agrego.

Disculpen los errores otrográficos o si algo carece de sentido y que en el lemon no haya puesto tanto sentimiento, cuando lo escribí estaba más dormida que despierta. 

Nos leemos abajo :D

Yutaka salió de su departamento encaminándose devuelta a la PSC para buscar su olvidada billetera, no estaba seguro de haberla dejado allí, pero por algún lado tenía que empezar.

Llegó a la compañía, ya no había nadie, era muy tarde como para que alguien, además de los de seguridad se encontrara rondando el edificio. Saludó a cuánto guardia se encontró hasta llegar a la sala asignada a su banda, buscó por casi todos los rincones, sólo le faltó desbaratar su batería para ver si su billetera no había quedado dentro de alguno de los tambores, cosa que es imposible ya que no podría atravesar el pergamino, pero vamos que el hombre tiene demasiada imaginación y estaba desesperado por encontrarla.

Al no tener ninguna pista de dónde podría estar su billetera decidió llamar a los chicos, tal vez alguno de ellos la habría visto y tomado para luego devolvérsela o en otro caso hacerle una broma. Al primero que llamó fue a su bajito vocal, pero este no contestó ninguna de las tres veces que lo llamó, quién sabe qué estaría haciendo, lo más seguro era que no estaba durmiendo, conocía a Takanori y sabía que lo más probable es que hubiese salido con algún amigo integrante de otra banda.

Ante la negativa del vocal, llamó al bajista, si este le deba una respuesta negativa tal vez el guitarrista pelinegro pudiese saber algo y ya que vivían juntos no tendría que hacer otra llamada.

─ ¿Hola?─ dijo el baterista al escuchar que contestaban su llamada, pero no se escuchaba nada más que sonidos extraños, como si forcejearan por el teléfono celular.

─ ¿Hola, Yutaka?─ se escuchaba a un agitado bajista, como si estuviese corriendo.

─ ¿Akira? ¿Qué pasa?─ preguntó un poco preocupado al escuchar al rubio.

─No es nada.─ se escuchó el ruido de una puerta al ser cerrada con extrema fuerza y con seguro─ Dime, ¿Para qué llamas?─ tranquilo como si nada pasara.

─Eh, te llamaba para saber…─desconcertado por el cambio─ ¿Viste mi billetera antes de salir de la sala de ensayo?─ no mencionó nada del forcejeo ni el ruido de la puerta tal vez Akira y Yuu ya habían arreglado sus problemas y estaban jugando como siempre o el pelinegro había hecho algo que hiso molestar al rubio empeorando la situación.

─Otra vez perdiendo cosas, líder-san. ─suspiró fingiendo fastidio, la verdad es que la llamada del líder le había hecho olvidar lo que había pasado antes con Yuu y el por qué se había encerrado. El que el líder olvidara sus cosas le divertía. ─No la vi en todo el día. Ni siquiera recuerdo que la hayas sacado. ¿Seguro que la llevaste contigo a la compañía?─

─Estoy seguro que la llevé. De hecho compré el almuerzo de Kouyou con mi dinero, ya que el aprovechado no quiso gastar del suyo ni porque era para él.─ dijo lo último entre dientes.

Rió divertido por el reclamo del líder.─ Es tu responsabilidad como su pareja alimentarle. ─

─Eso mismo me dijo él.─ suspiró, una vez más y aun le hacía falta suspirar más, no sabía lo que se avecinaba. ─Además estas en lo cierto. Sí, soy su pareja, no su jodido cuidador, no es mi mascota; Kouyou es un aprovechador, cada que lo invito a comer terminar ordenando un poco de todo, no entiendo cómo es que come tanto y no aumenta ni un kilo. ─exasperado.

─Los misterios del cuerpo humano. ─risita.

─Bueno, ya cambiamos el tema.─

─Tú lo cambiaste.─

─Lo que sea.─ rodó los ojos aunque el bajista no lo veía. ─ Eras una de mis dos últimas esperanzas.─ dijo triste. ─ ¿Podrías preguntarle a Yuu si él la ha visto, por favor?─

Se escuchó un breve silencio seguido de un fuerte golpe como si quisiesen derribar la puerta del lugar en el que Akira se encontraba, ruido que trajo de vuelta los recuerdos del bajista y que alertó al baterista.

─ ¿Akira? ¿Qué demonios pasa? ¿Por qué hay tanto escándalo?─ preguntaba de corrido, pero el rubio no contestaba.

De repente el pelinegro escuchó como forzaban la puerta a abrirse, a Yuu gritando palabras inentendibles a través del teléfono celular, a Akira contestando a los gritos del otro al mismo tono, objetos estrellándose contra la pared, algo quebrarse cerca del auricular, un golpe en seco, al bajista quejarse del dolor y después…nada, más que el sonido que se produce al cortar la llamada.

Yutaka más que preocupado por el corte abrupto, marcó al celular de Yuu, pero este no contestaba, repicaba pero no atendía.

Salió corriendo de la compañía, subió a su auto y lo puso en marcha hacía el departamento compartido por guitarrista y bajista. En el camino, por medio del manos libres*, marcó el número del castaño para avisarle que iría donde el de la bandita, le contó lo que escuchó, Kouyou le contó que él tenía su billetera y le pidió que tuviese cuidado, se despidieron unos momentos antes de que el pelinegro detuviera el auto frente al complejo de departamentos en el que moraban sus dos problemáticos compañeros.

Subió por el ascensor, al llegar a la puerta comenzó a golpear para que abrieran, no gritaba ni nada por el estilo, no quería hacer enojar más a Yuu; la puerta fue abierta por el otro pelinegro, a penas lo suficiente, cuando vio que se trataba de Yutaka intento cerrarla, pero este ya había previsto que lo haría entonces lo empujó logrando así ingresar a la vivienda de la pareja.

Buscaba al bajista con la vista, se mostraba tranquilo e inexpresivo, pero por dentro estaba desesperado por encontrarlo y asegurarse de estuviese fuera de peligro.

─ ¿Dónde está Akira?─se dirigió al guitarrista, quien se notaba molesto por introducirse de forma agresiva a su hogar.

─ ¿Para qué quieres saberlo? No debería importarte. Además ¿Qué haces aquí?, ya es tarde deberías estar con Kouyou.─ con el ceño fruncido y de brazos cruzados mirándolo fríamente.

─ Claro que me importa dónde está, soy su líder, pero más importante aún soy su amigo. ─cruzó sus brazos. ─ Ahora, dime ¿dónde está? ─ No recibió respuesta. Se hiso silencio, ambos se retaban con la mirada.

Yutaka en su interior rogaba por que Yuu no le hubiese hecho nada a Akira, sabía que estaban en malos términos en su relación y que el otro pelinegro haya lastimado a la adoración del rubio (Keiji) y que luego este destruyera su celular fue sólo el detonante para que los reclamos, peleas verbales y acusaciones pasaran a ser agresiones físicas; en cuestión de fuerza ambos estaban a la par pero el pelinegro sabía cómo manipular la mente del rubio, lo que le daba una gran ventaja y eso era lo que preocupaba más a Yutaka, que se preguntaba “¿Cómo pasaron de ser discusiones infantiles a algo tan serio como esto?”.

Como vio que el otro pelinegro no contestaría por más que preguntara, decidió buscar al rubio por sí mismo y si el otro intentaba impedirlo ya vería cómo librarse de él.

Caminó a paso tranquilo por los alrededores del departamento viendo si el bajista se encontraba en alguna parte, el lugar era un poco grande, ocupaba casi todo un piso del edificio; al no encontrarlo en los lugares cercanos, pensó que no pudo haber salido, el otro no lo dejaría, “La habitación” pensó que allí era donde estaba.

Fue a paso veloz hacia la habitación, estaba a punto de girar el pomo cuando una mano se posó sobre la suya impidiendo que abriera la puerta.

No cruzaron palabras, sólo miradas retadoras y fulminantes. Yutaka con la mano que tenía libre apartó la de Yuu que estaba sobre la suya, le costó un poco pero lo logró.

Abrió la puerta adentrándose a la habitación iluminada tenuemente, en la cama se encontraba el rubio acostado de espaldas a la puerta.

El líder puso el grito en el cielo cuando se dio cuenta del estado del rubio, se acercó corriendo hacia él y lo que observó no le gustó para nada, el rubio estaba llorando silenciosamente con pequeños espasmos, una de sus mejillas estaba hinchada y amoratada, sucedió lo que temía.

Habían llegado a los golpes y Akira fue el perdedor.

Eso deshizo su inexpresividad cambiando por un semblante furico al punto que lo único que le hacía falta era gruñir y destrozar el cuerpo de Yuu, y lo iba a cumplir, pero el rubio se lo impidió tomando su mano y negando con la cabeza.

─Gracias por preocuparte, Yutaka.─ dijo con un poco de dificultad por la inflamación de su mejilla.─ Pero no debiste venir, te agradezco que lo hayas hecho, pero no debiste.─

─ Pero Akira ─ replicó─ ¿Cómo querías que no viniera luego de escuchar tanto escándalo a través del celular? Me preocupé demasiado y aún más luego de oír un golpe que, ahora, viéndote confirma mis sospechas.─ el rubio miró fugazmente a Yuu, tocó su mejilla amoratada  y bajó su vista dolido.

─Yo…─ fue interrumpido por el guitarrista pelinegro, quien hasta ese momento sólo los observaba y los escuchaba hablar.

Al ver que Akira tomaba la mano del baterista sus celos se activaron, a Yuu no le gustaba que el rubio tomara otra mano que no fuera la suya, a veces lo hacía por molestarlo pero estaba seguro de que esa no era la intención, aun así quería que lo soltase y empeoraron cuando Yutaka lo abrazó. Recorrió el cuerpo de Akira, recostado en la cama, hasta llegar a su rostro y se sorprendió tanto como se asustó, sabía que había utilizado demasiada fuerza en el golpe pero no lo creyó tan grave, ya que el rubio seguía consciente, pero al ver la condición en la que se encontraba el otro con las mejillas bañadas de lágrimas que rodaban hasta morir en el cuello de su camisa se sintió un bestia, una basura y su pecho se oprimió al saberse el causante del mal estado de la persona que tanto decía amar, en verdad amaba a Akira pero con tantas situaciones, discusiones infantiles sin sentido, destrozos de  pertenencias lo tenían a punto de explotar y lo que al fin lo había logrado fue lo que presenció antes de arribar a su departamento compartido, una desagradable escena en la que su rubio amor era el protagonista.

─Ya basta.─ ordenó, llego hasta ellos separándolos del abrazo, interponiéndose entre ambos.─ Akira. ─intentó tocarlo pero el mencionado se alejó, Yuu se sintió peor al ver esa reacción, se volteó.─ Sé que fui un completo imbécil, no, ─ rió sarcástico─ sé que soy un completo imbécil y me siento una real basura por haberme atrevido a golpear a Akira ─veía serio a Yutaka pero también podía sentir la mirada del rubio fija en su espalda. ─y quiero arreglar esto, de modo que te pido por favor nos dejes a solas, en verdad quiero.─ pidió con ojos llorosos. El pelinegro mayor quería aclarar ciertas dudas que tenía y que sólo el rubio podía resolver, que mal que no pensó antes en hablar y se decidió por los golpes, ahora no estaba seguro de si él querría estar a solas después de recibir tremendo golpe y si Yutaka confiaría en dejar al rubio en sus manos de nuevo.

Yutaka viró su mirada hacia Akira como esperando a que este se negara o aceptara, según su decisión actuaría.

Akira tenía miedo de que el pelinegro mayor lo golpease de nuevo, esa era la segunda vez que lo hacía, la primera… no quería recordarla, aun así tomó valor y asintió en afirmación a la pregunta muda que le hacía el baterista.

─Bien, me iré.─ suspiró por quien sabe qué vez en esa noche─ Esta es la segunda vez que dejo a Akira en tus manos, no hagas que me arrepienta de haberlo hecho porque si vuelvo a ver alguna marca en su cuerpo ten por seguro que…─ el pelinegro mayor lo interrumpió.

─ Si le vuelvo a poner una mano encima a Akira terminaré nuestra relación y me alejaré de su vida para siempre, no podría seguir a su lado sabiendo el daño que le causo, por eso quiero hablarlo con él.─ aseguró, realmente estaba dispuesto a alejarse si así el rubio lo quería; lo amaba, sí, pero sus arranques de celos y sus ideas de que Akira era de su propiedad lo cegaban y terminaba por lastimar al rubio, lastimándose a sí mismo en el proceso.

─Creeré en tus palabras, sólo por ver la expresión de felicidad en el rostro de Akira. La primera vez cumpliste, espero que la segunda hagas más que sólo mantenerla por un tiempo porque no habrá una tercera, de eso me seguro yo, ten por seguro que Takanori y Kouyou tampoco se quedarán de brazos cruzados.─ en tono serio y amenazante se dirigió al pelinegro mayor.

Sus palabras alegraron a Akira quería hablar con Yuu pero el miedo aún estaba ahí, en parte se sentía seguro ya que sus amigos estarían para él si le sucedía algo.

Con un estremecimiento por parte de Yuu, que sabía lo que le esperaba si volvía a cometer el mismo error, y un asentimiento, el baterista se despidió de Akira con un ‘Llámame si es necesario y aunque no lo sea también llámame que vendré lo antes posible’ y le sonrió suave para salir de la habitación y posteriormente encaminarse a su propio hogar.

El sonido que produce la puerta de entrada al ser cerrada les confirmó que estaban nuevamente solos.

Preguntándose en sus mentes: ¿Podremos corregir los tonos utilizados y dirigir las pinceladas dadas a nuestro lienzo?

 

 

 

 

 

 

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Arribó a su departamento ya bastante tarde, se sentía como alma en pena de tanto cansancio y estrés acumulado durante el día sumándole la ‘no pérdida’ de su billetera, lo que había pasado con aquel parcito que trataba de mantener la confianza en las palabras del guitarrista.

Se dirigió a la habitación y vio que el castaño usaba la bata de seda color púrpura que él le había regalado en uno de sus cumpleaños y que le gustaba que usara, dicha bata dejaba sus hermosas y torneadas piernas a la vista, al igual que parte de su pecho y por la posición en la que se encontraba dormido (sobre su costado izquierdo con un brazo sobre la cintura, el otro doblado apoyado en la almohada y sobre este su cabeza, con las piernas semi-flexionadas dejando un poco más estirada la derecha) la bata se había movido un poco hacia atrás dejando visible parte de su zona genital, lo que causó que el estrés que el pelinegro había acumulado en la discusión con la pareja de tontos se esfumara como por arte de magia dando paso a un cosquilleo que empezaba en su abdomen y terminaba en sus partes privadas, sintió su boca secarse y sus pupilas se dilataron. ¿Cansancio? ¡A la mierda el cansancio!

 Se acercó a paso lento a la cama como un predador acechando a su inocente y débil presa, se sentó con cuidado al borde de la cama observando su rostro por si despertaba antes de que lograra su cometido. Posó su mano izquierda en el muslo derecho de su pareja, la punta de sus dedos viajaban de arriba a abajo dejando una superficial caricia, luego posó la mano completa sobre la cadera girando el cuerpo del otro de manera suave para cambiarlo de posición y quedara boca arriba, haciendo que la bata se moviera más dejando sus partes privadas (ya no tan privadas) completamente a la vista.

Sintió un tirón dentro de sus pantalones, en su zona baja y jadeó al ver una de las tetillas del castaño que lo invitaba a lamerla, eso hiso; se acercó al pezón rodeándolo con su lengua y mordiéndolo ligeramente, sacando un gemido suave de los labios de Kouyou, dio otra pequeña mordida, lo que hiso que despertara desconcertado.

No lo dejó proferir palabra alguna, se lanzó directo a su boca cazando sus labios, hambriento. Necesitaba descargar su estrés y Kouyou lo ayudaría, sabía que aun estando medio dormido el castaño entendía lo que él quería.

Después de unos segundos de haber despertado por el beso repentino de Yutaka, Kouyou correspondió sus besos y caricias, lo sentió tenso y decidió dejarlo hacer a su antojo para que se relajara. Lo apretó con todas sus fuerzas contra sí mientras el pelinegro se posicionaba sobre él, lamía la comisura de sus labios, al tiempo que el castaño abría las piernas dejándolo entre estas; saboreaban la dulzura de sus bocas, este desabotonó la camisa del otro sin mucho esfuerzo, lanzándola lejos, sus pulmones exigían aire, se separaron centímetros de sus rostros y el pelinegro pudo ver que Kouyou estaba ya totalmente despierto y desesperado como él mismo por sentirle, dejándose llevar desató el nudo de la bata púrpura que el castaño traía puesta, quitándola lentamente apreciando cada tramo de esa nívea y tersa piel, terminó de quitarla y la tiró al piso.

Bajó de nuevo a sus pezones y empezó a jugar con ellos, el  castaño trataba de ahogar sus gemidos llevando una  mano a su boca, la cual Yutaka besó y apartó, dejaba pequeños besos y mordidas en sus mejillas y borde de su barbilla. Bajó hasta su pene y un gemido salió de los labios de Kouyou al sentir la humedad de la boca del baterista envolviendo su pene, succionaba la punta mientras que este arqueaba su espalda, y ponía una mano en su cabeza, enredando los dedos entre los cabellos negros, podía sentir que estaba por terminar así que sacó el miembro de su boca antes de que lo hiciera, recibió un quejido de inconformidad.

Se apartó del castaño para tomar de una gaveta de la mesita de noche un frasco de lubricante que siempre dejaban ahí, quitó la tapa y regresó a su posición, untó los dedos de la mano derecha, con el índice acaricio ese estrecho orificio, introdujo ese mismo dedo en su interior, el castaño ahogó un gemido de placer mordiendo su labio inferior, el baterista empezó a moverlo en círculos mientras que el otro ahogaba más y más gemidos, lamía su cuello mientras que introducía otro dedo, los abría y cerraba como tijeras.─ Yuta…ka…ya estoy…listo…sólo…─ se desabrochó el pantalón, Kouyou le ayudó a quitarlo junto a su ropa interior con desespero.

Sacó sus dedos del interior, tomó las hermosas piernas del castaño rodeando su cintura con ellas y gentilmente metió su miembro entre esas estrechas y húmedas paredes que lo hacían sentir que se asfixiaba, mientras que el castaño gemía fuertemente por sentir el intruso en su interior.

Las gotas de sudor recorrían sus cuerpos, mientras que Kouyou gemía por sentir las fuertes y profundas embestidas haciendo que el miembro del baterista se adentrara más y más en su cálido interior; Kouyou unió sus brazos alrededor del cuello del otro, y le beso mientras que embestía su próstata, su interior cada vez apretaba más la virilidad de Yutaka.

Por la posición en la que se encontraban, al pelinegro le fue fácil levantar el cuerpo de Kouyou, quedando sentado sobre sus talones y el castaño sobre él, manteniendo una posición parecida a la anterior sólo que esta vez era el guitarrista quien se autopenetraba botando sobre el baterista de manera rápida y descontrolada profiriendo gemidos graves y otros agudos cuando lograba dar directo en su próstata, ambos sacudían sus cuerpos de manera sorprendente, el guitarrista se cansó de botar y el baterista lo ayudaba a subir y bajar con sus manos, embistiéndolo de distintas formas: entrando rápido y saliendo despacio, en círculos, tocando repetidas veces su próstata causando que Kouyou no aguantara más tiempo.

Ambos parecían haberse  vuelto locos, sus gemidos pasaron a ser gritos, no pudieron aguantar más.

Yutaka apretó el miembro de Kouyou, aún no se podía correr…se sorprendió, se negó a aguantarse más pero lo besó callando sus protestas, sintió que pronto se correría, así que aumentó la profundidad de las embestidas, causando que el castaño apretara más su interior, y en cuestión de segundos, soltó el apretón dejando que por fin el castaño lograra expulsar su esencia entre sus cuerpos y seguido él se corrió en su interior, causando que dejaran caer sus cuerpos lacios aun con estremecimientos por el reciente orgasmo recorriendo sus cuerpos, el baterista esperó a que respiraciones agitadas se pusieran normales para sacar su miembro del interior del guitarrista con cuidado.

 Acomodó ambos cuerpos bajo las sábanas, abrazó a su castaña pareja y le dio un besito en la nariz causando que soltara una risita por hacerle sentir cosquillas.

─Eso fue fantástico. ─ dijo el castaño con un suspiro de satisfacción─ Pero debo preguntar ¿qué pasa? ¿Por qué tan tenso? No es como si no lo estuvieses siempre, bueno, tú entiendes. –soltó una risita. Recordó el por qué su pareja había tardado.─ ¿Le pasó algo a Ue-chan? ─ Preocupado.

─Suspiró─ Lo que pasa es que al ver lo desastrosa que se ha vuelto la relación de Akira y Yuu hace que aprecie cada momento contigo y que dé gracias por que seas tan tranquilo y no causes conflictos de ningún tipo, si alguno de nosotros se molesta con el otro hablamos para arreglarnos, hacemos las pases y todo termina bien. –dijo con tono sereno, atrajo el más el cuerpo del castaño hacia el propio y le dio un tierno beso en la frente haciendo que un ligero sonrojo volviera teñir sus mejillas.─ Yuu golpeo a Akira. ─ directo, sin tacto.

Era la realidad y su pareja tenía que saber por lo que su amigo estaba pasando.

─¿Qué? ─ sorprendido─ ¿Cómo está Akira? ¿Qué tanto lo golpeó? ¿Por qué mierda se atrevió a golpearlo de nuevo? ─ a cada pregunta que hacia se molestaba más, su ceño se fruncía y se había sentado. ─ Además ¿Qué haces aquí? Ese idiota podría estar maltratando y violando a Akira en este momento. ¿Cómo pudiste dejarlo solo con ese? ─ exageraba con lo de la violación, Yuu no sería tan bruto como para forzarlo… ¿o sí?

─Tranquilo. Está bien, lo golpeó en la mejilla a puño cerrado, se le inflamó y amorató, lo encontré llorando, quise destrozar a Yuu en ese momento pero Akira me lo impidió, luego Yuu me pidió irme, dijo que se sentía culpable y que quería hablar a solas, Akira aceptó que me fuera por eso regresé. Confio en que lo arreglaran, en que Akira no se dejará caer si Yuu le dice cosas malas, que esto no lo superará y que tendrá la fuerza y voluntad suficiente como para darle una patada en los huevos a Yuu y mandarlo a la mierda si se atreve a lastimarlo otra vez; porque si él no lo hace, lo haré yo, sé que Yuu también es nuestro amigo y compañero de banda, pero ¡Joder! el que sufre en esa relación es Akira. La banda es importante pero es más importante el bienestar de nuestros amigos.─

─Entiendo. Aun así estoy muy preocupado, sólo espero que tengas razón y se arreglen o acaben en buenos términos esa relación. ─ se sentía mal por su amigo rubio, tan feliz que se veía al lado del guitarrista pelinegro y venía este a cagarla con sus ataques de novia histérica, agresiones físicas y sicológicas, ellos no podían hacer nada más que apoyarles y darles consejos pero no entrometerse en su relación, aunque si sentían que sería necesario, lo harían. ─ Y si se atreve a tocarlo de nuevo ten por seguro que Taka y yo también le daremos su merecido. ─ regresó a los brazos de su pareja, acostado.

─Lo sé. ─ sonrió de lado. ─ Le di una advertencia, la cual cumpliré y en ella van ustedes dos. ─

─sonidito de ternura─ Gracias por dejarme ser parte de tus amenazas. ─ se acurrucó más entre las cobijas y el cuerpo de su pareja.

─No es una amenaza. Yo no amenazo, advierto. ─

─Es lo mismo. ─  rió.

─No es así.

─Claro que sí. ─ continuó sonriendo al ver la expresión amurrada del pelinegro.

Yutaka quedó embobado en la expresión del castaño, esa sonrisa que a pesar de que han pasado 4 años desde que iniciaron su relación, le sigue causando las mismas sensaciones y sacándole más de sus famosas sonrisas con hoyuelos.

─ ¿Sabes? He notado que en nuestro lienzo han habido más colores cálidos que grises. ─

─Tal vez se debe a que tenemos una buena comunicación, nuestras personalidades no son chocantes pero tampoco son semejantes, creo que se complementan; tú sabes cocinar, yo hago el esfuerzo, ─rieron─ a ti te gusta hablar en público, a mí no. Ambos nos entregamos nuestros corazones y los tenemos guardados dentro de una caja fuerte blindada. ─más risas y  a continuación miradas tiernas.

─Sabes, eso me recuerda las palabras que nos dedicamos la primera que hicimos el amor. ─ rozó su nariz con la del castaño, este se sonrojó ante el recuerdo de ese día.

Has logrado atravesar la armadura con la que protegía mi corazón, una coraza que hasta hace poco creía indestructible así que te entrego mi más preciado tesoro no lo lastimes, cuídalo, protégelo y abrígalo con tus cálidas manos. ─ citó el castaño las misma palabras que hubiese dedicado a Yutaka esa vez.

Has logrado introducirte en mi mente y desbaratar todos mis esquemas, te apoderaste de todo mi ser, te convertiste en el centro de mi todo por eso acepto cuidar, proteger y abrigar tu corazón; yo te entrego mi corazón en un intercambio equivalente, desde hace mucho te pertenece, no lo dejes ir. Ambos latirán al mismo son.─ citó el pelinegro baterista, atrajo más el cuerpo del otro hacia el suyo, estrechando más el abrazo. Besó sus labios de forma suave y gentil, como les gustaba besarse, se sentían flotar en ese amor mutuo.

Separaron sus labios, Yutaka acercó su boca a la oreja de Kouyou y le susurró las siguientes palabras:

[ Eres el único que significa todo para mí
porque cuándo estás en mis brazos
me haces más orgulloso que
cualquier cosa que pudiera lograr
y haces que todo lo que solía parecer tan grande,
parece ser tan pequeño desde que llegaste. ]

Notas finales:

Gracias por haber leído!!! En verdad agradezco a todas esas personas que se toman unos cuantos minutos en leer esta cosa llamada 'fic' xD y también las que comentan aunque sean poquitas :'D

Aclaraciones (¿más? xD)

*manos libres: en mi país se les dice así a los aparatitos que se usan para contestar llamadas y que se conectan por medio del bluetooth a los celulares.

*La frase que usa Kai "Yo no amezo, adrvierto"... es una las frases que yo uso más xD

Siento que algo se me olvida pero ya veré después xD

Gracias de nuevo.

Ah por cierto, habrá un extra en el que revelaré el verdadero motivo tras las agrasiones de Yuu hacia Akira.

Hasta pronto.


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