Yuki abrió sus ojos en esa bonita mañana en la isla. Estaba algo perturbado por el sueño tan raro que tuvo.
-Pero... ¿qué diablos? -se preguntó a sí mismo en la habitación del hotel. Recordó cómo conoció a ese par de idiotas. Una sonrisa se dibujó en su rostro, definitivamente era uno de los mejores sueños que había tenido.
-¡Yuki! Vamos, Akio llega hoy, ¡¿recuerdas!?- era la voz de Kyo estaba golpeando la puerta de la recámara para despertar al menor.
-Ya voy- dijo alegre al acordarse de Akio. Ese día llegaría Akio, al final se había convencido de ir a la isla a sus vacaciones como le habían propuesto, no había aceptado primero, pero luego cambio de opinión, cosa que lo hiso muy feliz.
-Te espero- respondió Kyo con una voz extrañamente dulce, el peli rojo no se lo espero sólo hizo un gesto extraño y no contestó- Digo, ¡ya muévete!, ¡que vamos tarde enano! –grito el güero desde afuera, Yuki no le tomo importancia a aquello y siguió con su rutina matutina.
Llegaron al aeropuerto donde después de unos minutos recibieron a Akio. Eso estuvo muy bien, todo era genial. Lo llevaron al hotel donde dejo sus cosas he inmediatamente se quiso ir a la playa, así que decidieron hacerle caso.
En la playa todo iba bien, hasta que sucedió el accidente en el que Akio casi muere y el salvavidas lo tuvo que rescatar. Yuki no supo muy bien cómo pasó todo eso, cuando lo sacaron del agua este enloqueció y termino llevándose el auto dejándolos varados en la playa.
-Voy a hablar al hotel-dijo Kyo mientras se iba con su celular fuera del ruido de la playa. El peli rojo tomo el suyo y noto algunas llamadas de un número desconocido, no sabía de quien era, aunque ya se hacía una idea, de repente el teléfono comenzó a sonar.
-¿Bueno?- se apresuró a contestar
-¿Eres el enano no? ....¿cómo era?..... ¡Ah! si Yuki, ¿cierto?- se escuchó la voz de un hombre algo tomado.
-¿Qué quieres? -pregunto el peli rojo enojado, ya sabía quién era, el hombre que hace unos meses empezó a salir con su madre. No llevaba un buena relación con él, era un hombre alcoholico, muy tacaño y con dinero que lo más probable solo queria a su madre para estafarla. Pero no lo sabía y su madre parecía feliz así que tuvo que aceptar que salieran.
-Cálmate mocoso, si no fuera por mí, tu madre ni siquiera se acordaría de que existes-
-Aja, No me repitas cosas que ya se, ¿qué es lo que quieres? -
-Quería saber si podrías quedarte más tiempo por allá, por el dinero no te preocupes, tu sólo pídelo, es que... digamos que aquí estorbas un poco-
-Vete a la mierda-
-¿Eso es un sí?
-Adiós- dijo Yuki luego colgó, y cuando se dio la media vuelta se encontró con esos ojos verdes que siempre lo veían de la misma forma.
-¿Quién era?- le pregunto Kyo a Yuki ya sabiendo la respuesta, cada que Yuki se ponía así era por ese hombre.
-¿Quién crees?-
-¿Por qué no hablas con tu madre? Se nota que ese tipo no es de confianza-
-Es que… ella se ve muy feliz y… no quiero arruinarlo ¿Qué tal si en realidad no la estafa? Aparte fui yo quien le metió la idea de que entablara una relación-
-Pero no con alguien como el-
-Da lo mismo, ¿Qué paso con el hotel?-
-Nos traerán un auto, después tendremos que ver quien sacara a Akio de su habitación, porque lo más probable es que se haga la diva y no quiera salir-
-No seré yo-dijo con algo de miedo, no era nada recomendable hablar con Akio cuando estaba de malas.
-¿Bromeas? Yo tampoco lo hare-
Después de unos minutos llegaron con el auto.
Entraron al hotel y después de dejar unas cosas en sus habitaciones fueron a ver Akio. Aun no sabían quién entraría, así que echaron un volado y perdió Yuki, Kyo simplemente empezó a reír mientras este asustado tocaba a la puerta del ogro.
-¡Adelante!- se escuchó del otro lado de la puerta. Yuki realmente estaba nervioso así que, en cuanto se abrió la puerta, aventó a Kyo dentro de la habitación, que por estar ocupado burlándose no se dio cuenta de las acciones del menor. Cuando se dio cuanta ya estaba dentro de la habitación maldiciendo a Yuki.
Unos minutos después la puerta se volvió a abrir dejando salir a Akio y a Kyo, este en cuanto vio al pelirrojo pálido y asustado lo empezó a corretear
-¡¡Tu estúpido!! ¡Me las vas a pagar!- decía Kyo intentando alcanzar a Yuki por el pasillo, eso lo había enfadado. Corrieron por prácticamente todo el hotel, hasta que llegaron a la entrada y Yuki ya no pudo correr más. Kyo le dio un buen golpe en el hombro que hiso a Yuki quejarse.
-Lo siento, tenía miedo-
-¡¡Eres un cobarde!! ¿Te lo han dicho? Yo creo que si-
-¡Y tu un mamón! ¡¿¿También te lo han dicho??!- respondió Yuki enfurecido al güero que ahora lo perseguía otra vez, pero esta vez no lo alcanzo, Akio ya estaba en auto gritándoles para que entraran y pudieran irse a la medicina mágica que le había dado Kyo.
Después de su trayecto en el auto llegaron a un bar muy moderno, era de noche así que se veía una gran cantidad de gente. En cuanto aparcaron el auto Akio salió disparado.
Buscaron un lugar para estar y como se esperaba unos minutos después estaban rodeados de chicas, especialmente por Akio que ya se estaba desesperando de que no llegaran sus bebidas
-Estos imbéciles se tardan, esperen hermosuras ya vuelvo- Así Akio desapareció entre la gente.
Paso un rato y Kyo ni siquiera miro al pelirrojo, su humor había estado así ya hace tiempo, Yuki no sabía porque Kyo se comportaba tan raro, creía que ese no había sido tan grave lo que paso en el hotel pero talvez se equivocó, ahora solo pensaba en lo tonto que había sido, talvez ya se había cansado de él, después de todo él no era la gran cosa.
-Yo…yo, mejor me retiro, iré a avisarle a Akio, adiós chicas- ya se había parado dispuesto a irse, a Kyo no parecía importarle en lo absoluto.
-Lindo, ¿ya te vas?- le detuvo una de las chicas- Mejor quédate, esto será divertido-
-En… en otra ocasión, ahora solo soy un estorbo- al escuchar esas palabras Kyo por fin levanto la mirada y se topó con los ojos cristalinos de Yuki, este rompió contacto lo más rápido que pudo.
Salió casi corriendo del lugar se preguntaba ¿porque estaba a punto de llorar? Se veía patético. Estaba tan ocupado en ocultar sus ojos llorosos que no se fijó por donde iba y termino chocando con un joven derramando su bebida en su camiseta-
-Yo...Lo-lo siento mucho-
-¡Lo sientes! ¡¿Mira lo que haz echo?! Sabes cuánto cuesta esta camisa, acaso eres retra...- el joven volteo a ver la cara de Yuki, que seguía afligido y eso lo hacía desbordar ternura, tenía un rostro lindísimo en ese momento, todo el que lo mirara pensaría lo mismo y ese joven no era la acepción.
-Yo...le pagare ¿Cu-cuánto es?- decía Yuki buscando su billetera, algo nervioso.
-No, nada de eso- le detuvo el joven- Yo tengo una mejor manera para pagar- tomo a Yuki por las caderas y lo acerco más a él. El pequeño se quedó algo extrañado y vulnerable, intento zafarse de aquellas manos, pero era imposible en esos momentos no se sentía con fuerzas y aquel hombre se pegaba cada vez más.
-¡Basta, por favor! -decía el intentando zafarse.
-Venga, será divertido- lo tomo con fuerza del brazo y lo fue jalando hasta la entrada por más que Yuki intentara resistirse era imposible escapar, pronto perdió la fuerza, ¿Que más daba si se rendía? De todas formas, el día ya era una mierda, su vida era jodidamente mala, ¿qué más daba?
-Veo que ya empiezas a cooperar, será mejor así, seré bueno lo prometo - levantó el mentón del muchacho para acercarlo a su rostro tomando esos lindos labios rosados.
-¡¡¿¿Qué crees que haces imbécil??!!- escucharon un grito que venía de atrás, era la voz de Kyo, pronto llego hasta donde estaban empujando al joven rompiendo el besó robado -¡¿Cómo te atreves a ponerle las manos enzima?!- lo tomo por el cuello del camisa, Yuki estaba algo desconcertado, nunca había visto así a Kyo.
-¿Y tú quién eres? No vez que solamente me divertía un poco -
-Él no es tu juguete bastardo -
-Ya, no quiero problemas, te lo regresó si tanto te importa. Yo solo lo quería para una noche de todas formas- Kyo no aguanto más su furia y con solo un golpe, noqueo al joven, cuando volteo se encontró con el pelirrojo llorando algo confundió. Kyo parecía todavía más enojado, lo tomo del brazo y lo jaloneo hasta la camioneta, Yuki ya no opuso resistencia, no tenía fuerzas.
Llegaron al hotel, Kyo no le había dirigido la palabra en todo el camino y parecía estar más enojado. Lo bajó de la camioneta y lo llevó hasta su habitación, Yuki lo seguía entre gemidos y sollozos, pero en un instante se hayo atrapado contra la pared con sus brazos a los costados de su cabeza, Kyo estaba en frente mirando detenidamente la reacción del pelirrojo, pero él no parecía hacer nada, solo lo miraba algo sorprendido.
Esos ojos verdes solo se concentraban en los labios del menor, y sin pensarlo los asalto en un beso aprovechando una pequeña abertura que había echo el pelirrojo, provocando la profundidad del beso, la falta de aire se hizo presente y Kyo se separó un poco dejando un hilo de saliva entre ambos.
-Kyo... ¿Qué estás haciendo? -musito Yuki apenas recuperó el aliento
Kyo bajo la mirada -Ese hombre....él te besó- podía oírse el odio en sus palabras
-¿Y eso a ti que más te da?, déjate de bromas Kyo-
-Yuki yo....-
-Tranquilo me olvidare de esto...y seguro que tu igual- interrumpió, esas palabras hicieron enojar todavía más al güero. Lo cargo y lo tiró a la cama, sin siquiera esperar que se incorporará. Lo detuvo sujetándole las manos sobre la cabeza. Yuki no sabía que intentaba, su corazón empezó a latir más rápido.
-Yuki...yo... Ya no puedo, lo siento- lo volvió a besar ahora con más brutalidad, haciendo que Yuki empezara a patalear y a quejarse un poco, Kyo empezó a quitarle la camisa con poco tacto, empezó a besar su cuello dando chupetones, Yuki seguía resistiéndose pero la sensación era extraña para él, tanto que lo hacía temblar un poco. Kyo bajando con sus besos y mordiscos dejando marcas algo notables, llego hasta los pantalones del menor haciendo que Yuki se tensara.
-¿Que-que haces?- decía entre jadeos, pero no obtuvo respuesta alguna, sintió como lo despojaron rápidamente de su pantalón junto con su ropa interior. Ahora estaba más asustado. –Alto… Kyo para…- fue callado por un beso. Sintió como Kyo lo tocaba en esa parte tan íntima para él. No sabía que sentir, o pensar, no sabía si quería eso o no. Estaba muy nervioso. Kyo empezó a masturbar el miembro de Yuki que para él era algo pequeño y tierno, mientras lo besaba con pasión dirigió su mano hacia su entrada y adentro un dedo de una manera ruda. Yuki rompió el beso y grito. Le dolió. Quería parar, ya no quería continuar.
-¡Ah! ¡K-kyo para!… me duele- Kyo empezó a dilatarlo ignorando las suplicas de Yuki, el si quería eso, ya hace tiempo que veía a Yuki como algo más que un amigo, pensaba que era algo que necesitaba proteger y en esos momentos solo lo quería para él.
Una vez que estuvo listo, lo puso boca abajo y levanto ligeramente sus caderas. Se desabrocho el pantalón liberando de su prisión su miembro erecto. Lo coloco en la entrada de Yuki y de una sola estocada lo metió por completo, haciendo que el menor lanzara un grito.
Kyo empezó a moverse, sin esperar un segundo, Yuki empezó a gemir, era doloroso y no le gustaba la posición en la que estaba, se sentía muy débil, quería que pararan, cada envestida que recibía era dolorosa. No quería que Kyo le hiciera eso y aun así lo deseaba.
Las embestidas aumentaron de velocidad, hasta que Kyo se detuvo de repente. Le dio la vuelta a Yuki para tenerlo frente a frente. El menor estaba jadeando, su pecho subía y bajaba rápidamente, tenía los ojos cerrados con unas lágrimas, abrió los ojos lentamente observando los ojos verdes de Kyo mientras este a la vez no perdía la vista de los ojos azules del pelirrojo, se observaban detalladamente, admirándose el uno al otro. Kyo se acercó lentamente a Yuki acariciando sus cabellos, para luego darle un tierno beso que poco a poco se hacía más intenso entre los dos, Kyo dio otra embestida, tocando el punto más dulce que Yuki pudiera sentir dejándolo perdido en un mar de placer donde solo estaba él y Kyo.
Empezó a jadear con intensidad al compás de cada envestida que cada vez aumentaba más de velocidad. Tan rápido. Tan intenso. Tan dulce. Yuki grito al momento de correrse, manchando a Kyo del abdomen y Kyo dio un gruñido al venirse dentro del menor.
Ambos estaban cansados y sudando. Yuki rápidamente quedo inconsciente echando una pequeña mirada a los ojos de Kyo. Este abrazo con mucho cuidado a Yuki mientras se acostaba en la cama para tenerlo retenido, como si al soltarlo fuera escapar. Y se quedó igual dormido.