Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Comenzando por el final por Broken Kiara

[Reviews - 115]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Estoy de vuelta!! No estoy muerta ni me ha ocurrido un accidente ni nada por si alguien lo pregunta. Estoy perfectamente sana y viva (dentro de lo que entra).

No quiero demorarme porque probablemente vuestras ganas de mandarme a la tumba sean muchas y no os culpo. Así que abajo os cuento

Lamento haber dejado la historia en un momento tan critico.

Disfrutad de la lectura ^^

SUSTO

Sentía todo el cuerpo entumecido y su cabeza parecía estar a punto de estallar. Entreabrió los ojos cegándose por la intensa y blanca luz. Los oídos le pitaban y el mareo le impedía pensar con claridad, escuchaba voces fondo junto a pasos apresurados y el sonido de máquinas funcionando. Se sentía perdido, no sabía de donde se encontraba.

Forzó la memoria intentando saber que había pasado. Lo último que recordaba era haber salido a dar un paseo con su hijo después de comer, habían parado a comprar unos helados y luego… Luego había aparecido un coche y…

-          ¡Kai!

Se levantó de golpe, percatándose entonces de que había estado tumbado. Se mareó aún más al estar de pie y le costaba mantener la vista clara, pero no se detuvo. Corrió la cortina que le impedía ver el resto, encontrándose con lo que parecía ser una sala de emergencias de un hospital, ahora que lo veía recordaba haber escuchado una ambulancia.

Anduvo lo más rápido que pudo buscando el característico azul de su hijo entre las personas. Se desesperó al no verlo por ningún lado. No sabía cuánto tiempo había estado inconsciente,  tampoco recordaba mucho del accidente, solo un coche yendo directamente hacia ellos, haber gritado el nombre de su hijo y después… Todo estaba en blanco.

Lo único en lo que  podía pensar era en Kai, necesitaba encontrar a su hijo, saber que estaba bien, que no le había sucedido nada.

-          ¡Sanji-san!

Buscó el origen de la voz que le llamaba encontrándose con Kaya que estaba curando a un hombre con Usopp al lado suya. De inmediato fue hacia ellos escuchando de fondo lo que le decía la chica.

-          ¿Cuándo has despertado? ¿Qué haces levantado?

-          Kai. ¿Dónde está Kai? – preguntó ignorando el interrogatorio.

La chica suspiró, tocándole con suavidad el brazo.

-          Sanji-san, ¿Por qué no te sientas? Te has dado un buen golpe.

El rubio negó con la cabeza soltándose. ¿Golpe? ¿En qué momento se había dado un golpe?

-          Yo estoy bien. Mi hijo, ¿y mi hijo? – repitió impaciente.

-          Él está bien, Sanji-san. Trafalgar-san le está operando ahora mismo.

-          ¿Operando? ¿Qué le ha pasado?

-          ¿El niño peli azul es tu hijo? – habló el hombre detrás de Kaya.

No se paró a pesar porque ese hombre conocía a su hijo, se limitó a asentir rápidamente. Toda información era útil.

-          Oiga, no debería… - comenzó  Usopp pero el hombre le cortó.

-          Yo… Lo lamento, no sé qué pasó y cuando mi quise dar cuenta…

Sanji sintió como su rostro se descomponía y toda su atención se centró en el hombre frente él.

-          ¿Cómo? – articuló débil.

-          Yo… - empezó a decir el hombre, el cual ahora que Sanji se percataba, tenía un feo corte en la cara.

-          De verdad, señor – volvió a interrumpir Usopp – No es necesario que…

-          Lo siento mucho, los frenos no respondían y quise parar pero… Lo siento muchísimo.

El ceño de Sanji se frunció, su rostro se crispó en una mueca de enfado y sus puños se apretaron hasta dejar los nudillos blancos. El hombre se estremeció ante la mirada de ira del cocinero.

Usopp reaccionó el primero, rodeó la cintura de su amigo con ambos brazos intentando inútilmente alejarle de allí, pero el rubio ni se inmutó.

-          Sanji, vamos – decía Ussop intentando tranquilizarle – Ha sido un accidente.

-          ¡¿Un accidente?! – su voz destilaba rabia.

-          ¡Sanji relájate!

Tuvo que rodearle los hombros desde atrás cuando Sanji prácticamente se abalanzó hacia el hombre.

-          ¡Suéltame! – el rubio se revolvía intentando soltarse.

-          ¡Tienes que calmarte! – gritó Usopp frenando su avance todo lo que podía.

-          ¡Ese cabrón ha atropellado a mi hijo!

Logró soltarse al final pero al segundo otros brazos le rodearon el pecho esta vez con más fuerza, inmovilizándole.

-          ¡Suéltame joder! – gritó a quien le agarraba - ¡Voy a matarle!

Su hijo estaba siendo operado y todo por culpa de ese hombre. Se revolvió aún más enfadado por no poder librarse.

-          ¡No lo entendéis! ¡Es mi hijo!

-          También es mi hijo, cocinero.

Sanji se calló de golpe. Esa… Había sido la voz de Zoro, y había sonado demasiado cerca.

-          ¿Ma-rimo? – preguntó con duda, ya calmado.

-          Relájate cocinero, así no vas a solucionar nada – escuchó decir de nuevo a Zoro mientras los brazos le apretaban cariñosamente.

Ahí fue cuando se dio cuenta de que Usopp ya era quien no le sujetaba, sino los morenos antebrazos de su marido.

Zoro le soltó y Sanji giró para mirarle aun sin creerse que realmente estuviera allí. Miró al peliverde de arriba abajo, comprobando que era real. Estaba parado delante suya, con su yakuta verde y los pantalones negros, vestido al igual que la última vez que le había visto a excepción de las katanas. Desprendiendo aquella calma y seguridad tan común en él, que siempre hacían sentir más confianza a Sanji.

Sanji se estremeció cuando Zoro abrazó, dejando que escondiera la cabeza en su pecho.

Por un segundo se olvidó de todo, dejo de querer matar al hombre tras, ignoró las dudas de su mente acerca de la presencia de Zoro, se olvidó incluso de donde estaba, evaporando todo ruido a su alrededor, relajándose entre los brazos de su pareja. Lo único que notó fue el intenso dolor de cabeza volverle de golpe junto al cansancio, pero tampoco le presó atención. Ahora que Zoro se encontraba con él, sentía que todo estaba bien.

-          Zoro…

-          Estoy aquí.

 

Sostuvo el débil cuerpo del marimo antes de que se diera de brices contra el suelo, sin importarle mancharse las ropas de sangre en el proceso.

-          Cocinero…

Sanji le cogió en brazos cunado las piernas de Zoro fueron incapaces de mantenerle en pie. El peliverde se recargó en su cuerpo, haciendo un esfuerzo para levantar un brazo y rodearle el cuello sin fuerzas.

-          Estoy aquí.

 

La sala de espera para las operaciones era totalmente diferente a la de urgencias. Era mucho más pequeña, apenas había personas y la sala estaba en completo silencio. Todo esto sumado a su impaciencia solo hacía que Sanji estuviera más nervioso, apenas llevaban 20 minutos esperando pero a él le estaban pareciendo horas.

-          Estate quieto de una vez cocinero – dijo Zoro cansado de ver como Sanji se paseaba de un lado a otro – Ya te he dicho que está bien.

Kai se había roto un brazo por varias partes, según le había dicho Zoro, de tal forma que era necesario operarle. Por suerte no le había pasado nada más. Aun sabiendo eso, el cocinero seguía estando inquieto y hasta que no lograra ver a Kai con sus propio ojos no estaría del todo tranquilo.

Zoro suspiró al ver como Sanji se mordía el labio inferior echando en falta un cigarrillo. El peliverde cerró el ojo apoyando la cabeza en la pared haciendo que su pareja detuviera su andar para verle.

Siempre había envidiado la capacidad que tenía Zoro para mantenerse sereno ante cualquier situación, todo al contrario de él. Admiraba esa cualidad de su pareja, y más al ver como el aura y la determinación de Zoro hacia que algunas ocasiones otras personas se sintieran más cómodas y firmes, entre las que se incluía él. Aunque eso era algo que jamás le diría.

Se obligó a calmarse y se dejó caer en el asiento libre de a su lado.

-          Siento haber actuado así antes – se disculpó mirando al suelo – Si no llega a ser por ti hubiera pateado a ese tipo.

Zoro abrió su ojo al oírle. Realmente Sanji tenía muy poco control a veces, como la vez que casi golpea a un cliente del restaurante de no haber estado Zoro, otra vez. Era algo un tanto irónico pues el rubio también era un gran estratega capaz de usar la cabeza en vez de la fuerza bruta.

-          No ha sido culpa suya, fue un accidente – dijo Zoro, a lo que Sanji asintió conforme – Pero tampoco ha sido tu culpa, así que deja de pensarlo.

El rubio no se sorprendió de que su pareja supiera que se sentía culpable, pero como no sentirse así después de lo ocurrido.

-          Si tan solo hubiera hecho algo Kai ahora mismo no estaría en un quirófano.

-          No digas tonterías cocinero – le dio una suave patadita como reprimenda – lo importante es que los dos estéis bien.

Le apretó un hombro con cariño y Sanji atrapó su mano antes de que la quitara, entrelazando sus dedos.

-          Marimo yo…

-          Roronoa-ya, Kuroashi-ya – Trafalgar Law les saludó mientras se ponía de nuevo la bata de médico tras salir del quirófano.

-          ¿Cómo esta Kai? – preguntó rápidamente Sanji levantándose.

Zoro le imitó pero más calmado.

-          Está bien, tendrá que llevar una escayola durante tres semanas y venir a revisión cada 10 días – dijo con tranquilidad – Ahora mismo le están llevando a una habitación, pasara una noche en observación pero por la mañana podrá irse. Tardará en despertarse pero si queréis verle os llevo con él.

 

Cuando llegaron a la habitación que el cirujano les indicó, Chopper estaba allí revisando que todo se encontrara en orden. El pequeño Kai estaba tumbado en la cama con una escayola cubriéndole hasta la mitad superior del brazo derecho, y algunas vendas  y apósitos repartidos por el resto del cuerpo.

Chopper se giró a verles al acabar de revisarle.

-          ¡Sanji! ¿Te encuentras bien?

-          Si, ya apenas me duele la cabeza  - le sonrió para no preocuparle.

-          Me alegro – miró al peliverde para dirigirse a él – Recuerda que tienes que darle la pastilla cada ocho horas Zoro.

-          Sí, sí.

-          ¿Por qué le das mis pastillas a él, Chopper? – pregunto indignado el rubio pero el médico ya había salido de la habitación.

-          Es obvio que si te las da a ti no te las vas a tomar cocinero – habló Zoro a sus espaldas.

-          Tú eres el menos indicado para hablar, señor me quito las vendas apenas me las pongo.

-          Eso es porque me molestan.

-          Ya, claro.

Paso a su lado aun con la sonrisita burlona en la cara, acercándose a la cama para ver a su hijo que dormía tranquilo. Zoro se situó a su lado posando su mano en el hombro del cocinero.

La habitación se quedó en silencio, tan solo con el pitido de las pulsaciones de Kai en el monitor.

 

Volvió a cambiar de postura en un vano intento de encontrar una adecuada. Las butacas del hospital no eran precisamente cómodas, aunque tampoco podía quejarse. Law le había hecho un favor trayéndoselas para que pudieran quedarse a dormir, pues ninguno de los dos quería separarse de Kai.

Suspiro resignado, probablemente no dormiría en toda la noche. Cansado de intentarlo se levantó, haciendo el mínimo ruido posible.

-          Voy un rato a fuera, ¿quieres venir? – dijo en voz suficientemente alta para que la persona a la que hablaba pudiera oírle.

Su pareja no dijo nada, solo se levantó saliendo primero de la habitación.

Sanji sonrió siguiéndole, era más que evidente que a ninguno de los dos le agradaban los hospitales. Anduvieron por los pasillos en silencio, sin decir nada ni apenas mirarse. Algunos médicos y enfermeros que pasaban les miraban curiosos pero ninguno dijo nada.

Sanji miró a Zoro mientras bajaban por el ascensor, realmente las duras facciones de su rostros le hacían parecer estar siempre enfadado. Y se acentuaba más con la fría mirada del peliverde. Cuando le conoció el rostro del espadachín fue uno de los motivos que hicieron creer a Sanji que Zoro era un verdadero capullo. Y ahora esos pensamientos no podían ser más lejanos a la realidad.

El aire frio les golpeó al salir, Zoro agradecía que no fuera una noche calurosa. Vio a Sanji encenderse un cigarro y darle una larga calada, no se había equivocado al pensar que el tabaco era el motivo del cocinero para salir. Paso a su lado tumbándose en uno de los bancos a la salida del hospital.

Se mantuvieron en silencio sin ninguno tener ganas de iniciar una conversación, tan solo a gusto con la presencia del otro.

-          Estábamos hablando de ir de nuevo a la playa los tres juntos cuando ocurrió  - dijo Sanji rompiendo el silencio.

-          Se desilusionara cuando le digamos que no podemos ir, por lo menos hasta que se recupere – repuso Zoro colocando los brazos bajo la cabeza para mirar al cielo.

-          No lo creo – el rubio tiró la colilla al suelo apagándola, para luego sentarse en el pequeño hueco que dejaba el cuerpo del marimo en el banco – Podemos hacer otras cosas. Él lo que quería era que volvieras y pasar tiempo contigo. Se moría de ganas por verte, te ha echado mucho de menos.

Zoro se incorporó quedando sentado de lado a espaldas de su marido.

-          ¿Y tú Sanji? ¿Me has echado de menos?

El rubio ladeo la cabeza mirando un segundo los labios del moreno antes de subir a sus ojos, permitiendo a Zoro mirarle directamente.

-          Han sido solo dos semanas – respondió.

-          No te he preguntado eso.

Escrutó el rostro del peliverde con sus ojos deteniéndose en la cicatriz culpable de la pérdida del ojo izquierdo de Zoro, por un lado la odiaba, pero por otro… Por otro lado siempre le tendría especial cariño.

-          Si – contestó sin dejar de mirarle.

-          Dímelo, quiero oírlo – la mano morena envolvió la delgada cintura con suavidad.

-          Te he echado de menos. Siempre lo hago.

Zoro sonrió brevemente y Sanji le abrazó rodeando su cuello con ambos brazos como podía en aquella posición.

-          Yo también a ti. A los dos.

-          Marimo… No podemos dejar que le pase nada.

-          Nunca.

Era una promesa.

Notas finales:

Espero que aquellos a los que deje con el corazon en vilo por el accidente esten ya tranquilo ^^

Ha sido un capitulo tranquilito y mas corto de lo normal, pero espero hayas captado los pequeños detalles como el mini recuerdo. Mas de uno se habra quedado con la intriga jeje No os preocupes todo a su tiempo.

 

Respecto a mi ausencia no quiero andarme con excusas ni nada, solo decir que no ha sido por gusto, no parado ni un momento y no he tenido apenas tiempo para nada. Ademas de que me venia inspiracion para escribir mis otras historias y relatos y no podia dejarlo pasar, que a ellas les dedico siempre menos tiempo. Entre ellas el pequeño one-shot ZoSan para Killer-san.

Tengo algunas noticias para vosotro que se de antemano que no os van a gustar. Pero antes de nada quiero aclarar que aunque tarde en actualizar yo jamas dejaria el fic a medias.

Bueno, vereis el 14 me voy de vacaciones y durante ese tiempo voy a estar incomunicada, literalemente, porque me voy a la montaña (Voy a hacer el camino de Santiago ^^). Y no vuelvo hasta el 31, si puedo ese dia subire un capitulo pero no quiero daros muchas esperanzas por que el 1 me voy de nuevo y estare muerta. Del 1 al 15 de agosto si tendre internet y es seguro que subiera uno o dos capitulos aunque sea. Y ya el resto del mes me vuelvo a la montaña, aunque esa vez tendre internet pero no ordenador asi que intenare subir desde el movil o algo.

Si quereis podeis buscarme en Tumblr que alli si veo que me tardo mucho en subir el capitulo podre un fragmento o algo para teneros en ascuas y ademas os voy a dejar mi correo, si quereis leer algo mio que no sea yaoi decidme y os lo paso por correo ^^. De normal lo miro diariamente asi que os respondere seguro (siempre y cuando no este incomunicada del resto del mundo).

Eso es todo, lamento la parrafada y la ausencia. Espero que os haya gustado el capitulo y de verdad que os agracezco muchisimo a todos lo que seguis leyendome a pesar de todo. 

Gracias por leer ^^ Y feliz verano :D

kiarabroken.tumblr.com

kiarabroken@gmail.com


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).