El anochecer al fin se hacía presente por lo tanto Zero no demoro en despertar dándose cuenta que se encontraba recostado sobre el sillón de despacho de Kaname completamente desnudo —con solo una manta cubriéndolo— no demoro en sonrojándose de sobre manera y se incorporó de inmediato para comenzar a tomar sus ropas esparcidas por todo el suelo, se levantó con cuidado y procedió a vestirse.
Una vez vestido, suspiro para enseguida ver a Kaname sentado en otro de los sillón, durmiendo, se veía cansado y sabía que aquello se debía a estar investigando durante varios días la situación de Ayato descuidando así sus horas de sueño. El peli-plateado no demoro en acercarse al peli-rojizo —que se encontraba vestido— para acariciarle la mejilla tiernamente, no quería separarse del pura sangre ya que en aquel poco tiempo lo había comenzado a querer demasiado pero sabía que si le contaba su verdad, quizás las cosas cambiarían, suspiro, ¿Kaname se alejaría de él sí sabía la verdad?, ¿Yukki, Ayato y los demás reaccionarían de la misma manera?...
— ¿Sucedió algo? —cuestiono Kaname posando su mano izquierda sobre la mano que Zero tenía sobre su mejilla.
El peli-plateado que se encontraba sumergido en sus pensamientos tardo unos segundos en reaccionar.
—L…Lo siento, no fue mi intensión despertarte —le sonrió cálidamente a su pura sangre.
—No te preocupes, ya anocheció y debo dirigirme con los demás para comunicarles acerca de la visita de Kento-san —decidio decir Kaname sonriéndole devuelta al peli-plateado, se inclinó un poco y no demoro en besar los labios de Zero.
Un notorio sonrojo surgió en las mejillas del de orbes purpuras al sentir sus labios siendo presionados por los de Kaname en un beso dulce, tierno y con amor… ¿el peli-rojizo dejaría de sentir aquello cuando supiera la verdad?... Zero se regañó mentalmente y una vez que el peli-rojizo se separó de su boca decidio hablar.
—I…Iré a ver a Ayato, cuando lo deje aún se encontraba durmiendo —decidio decir el cazador para enseguida salir de la habitación sonrojado y con algo de dolor en sus caderas.
Kaname sonrió al ver la reacción de Zero antes su beso y el también se dispuso a salir del despacho para dirigirse a su habitación, ducharse y cambiarse de ropa.
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El peli-plateado no demoro en llegar a su cuarto encontrándose con que Ayato aún se encontraba profundamente dormido, ahora ocupando la totalidad de la cama.
Sonrió ampliamente al ver esto, dejaría que el peli-rojizo durmiera un poco más, tomo una muda de ropa limpia —una de las tantas que Kaname había insistido en comprarle— y entro al cuarto de baño, luego de lo que había pasado con el pura sangre necesitaba otra ducha.
Y así luego de 20 minutos Zero se encontraba listo, salió de cuarto de baño ya vestido con su muda de ropa limpia y con sus cabellos plateados aun goteando.
—Ayato —llamo al peli-rojizo una vez junto a la cama, no recibió respuesta— Ayato —volvió a decir Zero esta vez moviendo el hombro del aludido para ver si al fin conseguía despertarlo.
Pero el peli-plateado solo consiguió unos cuantos murmullos inentendibles por parte del menor y que se removiera para ya no seguir siendo molestado.
Zero suspiro con resignación y opto por dirigirse al cuarto de baño, tomo un vaso que se encontraba sobre el lavabo, lo lleno con agua y volvió a entrar a la alcoba vaciando el contenido sobre el rostro del peli-rojizo que no demoro en despertar sobresaltado.
— ¡¿Pero qué…?! —exclamo Ayato enfocando sus orbes purpura en el peli-plateado que sonreía de lado.
Últimamente se le estaba haciendo costumbre despertar al menor utilizando agua, ya que era la única manera de despertarlo y a Zero se le hacía divertido pero también nostálgico ya que cuando había entrado a la adolescencia y era un chico “rebelde” Cross también tenía que despertarlo de esa forma.
—Otra vez —agrego el menor secando su rostro con una toalla que Zero le había entregado.
—Últimamente es la única forma que tengo para sacarte de la cama —se justificó el peli-plateado aun sonriendo divertido.
El peli-rojizo suspiro y también dejo que una sonrisa aflorara en sus labios, aunque en un principio le había comenzado a molestar que Zero lo despertara de esa forma, ahora le causaba gracias, bueno después de todo era el peli-plateado el que lo hacía, aquel que lo cuidaba y que se comportaba como un padre o para ser más exactos como una madre protectora con él y aquello lo hacía realmente feliz volvía a tener una familia que lo cuidaba y quiera aunque solo habían pasado unos días desde el incidente que había acabado con su verdadera familia.
— ¿Papá ya ha averiguado algo con respecto a mi crecimiento acelerado? —cuestiono Ayato sentándose al borde de la cama observando a Zero que buscaba una muda de ropa para el peli-rojizo.
Hace ya unos días había comenzado a llamar a Kaname de esa forma y al pura sangre no le molestaba en lo absoluto por lo tanto el peli-rojizo menor se sentía a gusto llamándolo de esa forma.
Aunque Zero era otra historia, cada vez que escuchaba a Ayato referirse al peli-rojizo de esa forma no podía evitar sonrojarse de sobre manera, pero su sonrojo aumentaba aún más al escuchar la forma en la que el menor había decidido comenzar a llamarlo a él.
—Hoy recibió una carta respondiendo a todas las preguntas que teníamos con respecto a lo que te ocurre —Zero que al escuchar aquella pregunta por parte del menor se había detenido en su búsqueda de una tenida de ropa para Ayato, al comenzar a responder volvió a su actividad— así que cuando bajemos a “desayunar” habláramos contigo —finalizo volteando para acercarse a la cama y así entregarla la ropa al chico.
El peli-rojizo no demoro en sonreír ampliamente al recibir la ropa que Zero le entregaba.
—Gracias… mamá —agradeció sin dejar su sonrisa mientras que un pronunciado sonrojo no demoro en aparecer en las mejillas de Zero, aun se le hacía raro ser llamado de esa forma.
Flash Back;
Como ya era costumbre todos los vampiros que vivían en aquella mansión se encontraba reunidos en la mesa que se encontraba en la cocina sirviéndose los platillos que Yukki, Ruka y Seiren se habían ofrecido a preparar.
—Kaname —Ayato el cual se encontraba sentado junto a Zero no demoro en llamar la atención del aludido.
— ¿Qué sucede Ayato? —cuestiono el peli-rojizo observando al menor con curiosidad, rara vez el peli-rojizo menor lo llamaba Kaname, pues prefería llamarlo Ka-chan.
—Bueno es que… yo —el peli-rojizo menor dudo por unos segundos, había estado pensando aquello desde hace un tiempo, bueno desde que había visto a Zero y al pura sangre besándose en el despacho del último sin ser notado, pero por una simple casualidad, por lo tanto ahora que estaba seguro quería comentárselo a todos— Yo… yo me estaba preguntado si… ¿Podría decirte papá? —cuestiono con su tono infantil e inocente que lo caracterizaba.
Y todos en la habitación guardaron silencio por unos segundos, Kaname sonrió ampliamente mientras que Zero no creía lo que escuchaba.
—Yo no tengo problemas —respondió Kaname sin dejar su sonrisa— e incluso me alegra saber que me consideras uno —agrego ensanchando su sonrisa.
Ayato no demoro en sonreír ampliamente.
—Entonces… —el menor observo a los demás— Si Ka-chan es mi papá, ya que realmente se comporta como uno, los demás a excepción de Taku-chan y Ze-chan serán mis tíos —sonrió ampliamente mientras que Seiren, Ruka, Shiki, Aidou, Kain y Rima le devolvían la sonrisa enternecidos a ninguno les molestaba ser llamado así por el menor.
— ¿Y qué sucede con Zero y Takuma? —decidio cuestionar Kaname.
—E…Es que… —Ayato volvió a dudar— yo quiero que Taku-chan sea… sea mi novio —un pronunciado sonrojo afloro en el rostro del peli-rojizo menor.
Takuma por su parte no demoro en bajar la vista igual de avergonzado y un poco temeroso de la reacción de Zero, ya que sabía muy bien lo protector que era el peli-plateado con el menor, mientras que los demás solo ahogaron sus risas.
Kaname prefirió no decir nada, Takuma era su mejor amigo y mano derecha por lo tanto cuando Ayato fuera mayor nada le gustaría más que este, tuviera a su lado a alguien como el rubio.
— ¿Y qué sucede conmigo? —cuestiono el peli-plateado dejando pasar lo dicho por Ayato referente a Takuma, ya que realmente sentía curiosidad de saber que sería el para el menor, pero jamás se imaginó lo que este diría a continuación.
El peli-rojizo sonrió ampliamente antes de decir…
—Yo quiero llamas a Ze-chan, Mamá —exclamo con una enorme sonrisa— quisiste cuidarme cuando ni siquiera me conocías, te preocupas siempre por mí, no quieres que nada malo me pase y siempre me proteges… por eso siento que te comportas como una madre o por lo menos como mi verdadera mamá se comportaba —Ayato ensancho un poco más su sonrisa al observar al peli-plateado que no había podido evitar sonrojarse.
Fin Flash Back.
Y desde ese día, Ayato no había dejado de llamar de esa forma a Zero, aunque aquello no le molestaba para nada al peli-plateado solo que aún no se acostumbraba del todo.
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Kaname por su parte ya había salido de su habitación y ahora se encontraba de camino al primer piso.
—Buenos días Oni-chan —Saludo animadamente Yukki mientras que le sonreía al peli-rojizo al salir de su habitación.
—Buenos días Yukki —saludo Kaname devolviéndole el saludo a su hermana.
—Buenos días papá, Yukki-chan —saludo esta vez Ayato saliendo de la habitación que compartía con Zero para enseguida comenzar a correr y lanzarse a los brazos de Kaname que no dudo en recibirlo con una sonrisa.
—Buenos días —saludo Kaname.
—Buenos días Aya-chan —saludo esta vez Yukki sonriéndole al menor.
Zero por su parte no dudo en acercarse a ambos pura sangres mientras que sonreía, no era necesario que los saludara, a Yukki la había visto tiempo atrás y con Kaname había estado hasta que anocheció.
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En cuestión de minutos, Yukki, Zero, Kaname y Ayato —el menor aun en brazos del pura sangre— se encontraban bajando las escaleras. Por lo tanto una vez se encontraban en el primer piso, se escuchó un cortes *buenos días* general por parte de los demás vampiros que ya se encontraban levantados y listo para “desayunar” como ya se les había hecho costumbre, todos juntos.
Kaname no demoro en bajar de sus brazos a Ayato que no perdió tiempo y se acercó a los demás para saludarlos mientras que el buscaba a cierto peli-azul.
— ¡Buenos días! —Saludo escandalosamente Nozomi bajando las escaleras mientras que movía su mano y en sus labios afloraba una enorme sonrisa— ha pasado mucho tiempo —agrego sin dejar su tono animado una vez en el primer piso frente a los demás vampiros.
Ayato que se encontraba conversando con Takuma, Shiki y Rima al ver al nuevo vampiro no dudo en correr a ocultarse detrás de Zero, pues no se fiaba de ningún vampiros que no perteneciera a aquella comunidad.
— ¿Qué es lo que te trae por aquí Nozomi? —cuestiono Aidou dando un paso al frente mientras fruncía el ceño.
El peli-azul hiso un puchero.
—Creí que se alegrarían un poco más de verme… —comenzó a decir ya que ninguno de los vampiro había correspondido su saludo— después de todo el tiempo que ha pasado desde la última vez que nos vimos —agrego.
—No es eso… —decidio decir Kein acercándose al peli-azul para estirar su mano y saludarlo— solo que nos sorprendió verte…
—Considerando que cada vez que nos visitas y que no está Kento junto a ti…
—Es por que traes malas noticia… —completo Ruka interrumpiendo a Aidou mientras que se acercaba al peli-azul igual que Kein, pero esta, no dudo en abrazar a su hermano.
—Y tienen razón… —decidio intervenir Kaname haciendo que los vampiro lo observaran preocupados.
— ¿Qué es lo que sucede Kaname-sama? —cuestiono Seiren observando al peli-rojizo.
—Primero que nada… —exclamo Nozomi alzando un poco la voz— quiero conocer a Ayato-chan —agrego con un tono infantil, mientras que el aludido al ser nombrado se escondía un poco más detrás de Zero.
—Ayato —esta vez fue Kaname el que llamo al peli-rojizo quien no dudo en observarlo— él es un amigo no tienes de que preocuparte, no te hará daño —decidio tranquilizar al menor.
El de orbes purpura al escuchar al pura sangre no demoro en levantar la vista para observar a Zero, el cual decidio asentir en acuerdo con las palabras dichas por Kaname.
—Hola, mi nombre es Arai Nozomi —saludo sonriéndole a Ayato una vez este se había dejado de esconder.
—Hola… —saludo tímidamente el menor acercándose un poco más al peli-azul— Mi nombre es Fukuyama Ayato —se presentó recibiendo la mano que el mayor estiraba en señal de saludo mientras que un pequeño sonrojo adornaba sus mejillas.
—Eres bastante lindo… —exclamo con una enorme sonrisa Nozomi al ver el sonrojo en el menor— Si fueras un poco más mayor —comento para enseguida dirigir una de sus manos a las mejillas de Ayato la cual no llego a tocar pues Takuma lo había detenido.
—Ni lo intentes —exclamo el rubio de orbes verdes apretando la muñeca del peli-azul mientras fruncía el ceño.
Una sonrisa no demoro en aflorar en los labios de Nozomi quien enseguida se liberó del agarre en su muñeca y se alejó del peli-rojizo.
—Vamos Takuma-chan, sabes que mi corazón solo le pertenece a Kento —exclamo sin dejar su sonrisa al ver que el ceño del aludido se fruncía un poco más.
Ayato y Zero no entendían nada de lo que estaba ocurriendo, mientras que los demás vampiros solo guardaron silencio.
—Bueno… ahora que conoces a Ayato, será mejor que nos dirijamos a la sala ya que lo que debo decirles es grave —exclamo Kaname al ver el ambiente que comenzaba a formarse entre Takuma y Nozomi.
Todos los vampiros asintieron y sin demora, se dirigieron a la sala, por lo tanto Ruka, Rima, Yukki y Seirin tomaban asiento en los sillones mientras que Takuma, Aidou, Kein, Kaname y Nozomi prefirieron quedarse de pie.
—Ayato —Zero no demoro en llamar la atención del peli-rojizo que se dirigía a sentarse junto a Yukki.
— ¿Qué sucede? —cuestiono observando al peli-plateado curioso de ver que este no seguía a los demás.
— ¿Vamos a desayunar? —contra pregunto Zero, no quería que el menor se enterara de lo que ocurría con Ryo, ya que solo se asustaría.
El menor lo medito por unos momentos para finalmente asentir en acuerdo con el cazador, su garganta se encontraba seca indicándole que tenía hambre.
Una vez Kaname se dio cuenta de que Ayato y Zero se dirigían a la cocina decidio comenzar a decirles lo que ocurría con la visita de Kento y los detalles de que era lo que ocurría con el menor.
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Una vez dentro de la cocina, Ayato no perdió tiempo y tomo asiento junto a la mesa que se encontraba en medio de la habitación.
— ¿Qué cocinaras? —cuestiono curioso el peli-rojizo mientras que observaba a Zero sacar algunas cosas de la alacena.
—Panqueques —respondió el peli-plateado sin detener la búsqueda de las cosas que necesitaba.
Una enorme sonrisa afloro en los labios del menor.
— ¿Puedo ayudar? —cuestiono completamente ilusionado.
—Claro —respondió el cazador sonriendo, debía entretén a Ayato para que no quisiera salir de la cocina por lo tanto que este quisiera ayudarlo, le convenía— pero primero hay que beber esto —el peli-plateado no demoro en sacar de una pequeña cajita dos pastillas de color blanco con un dibujo de una rosa en el centro, lleno dos vasos con agua y dejo caer una pastilla en cada uno.
En cuestión de minutos el agua se había tornado carmesí y su consistencia era espesa… ahora que ya había pasado tiempo desde que Zero había llegado a aquella mansión además de la relación que tenía con el pura sangre, Yukki y Kaname habían decidio revelarle la fuente de su alimento, eran aquellas pastillas las cuales habían sido creadas por Kento para alimentarlos sin ningún problema que perjudicara la salud del que lo consumía, aunque también había un pequeño detalle, los vampiros que se alimentaban de aquello no podían sacar todo su poder aunque a ninguno de los convivientes en aquel hogar parecía importarle aquello, todos estaban cómodos con sus vidas.
Una vez el líquido se encontraba listo, Ayato no demoro en tomar uno de los vasos para enseguida comenzar a beberlo, ahora el menor ya sabía que era lo que consumía y gracias a su nueva mentalidad no le importaba demasiado por lo tanto en cuestión de segundos el vaso nuevamente se encontraba vacío al igual que el de Zero.
Y así en cuestión de segundos ambos comenzaron a preparar el desayuno que también debían compartir con Kaname, Yukki y los demás.
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Y así, luego de alrededor de 20 minutos… la mesa ya se encontraba lista y con los panqueques servidos por lo tanto Ayato decidio tomar asiento junto a la mesa mientras que Zero terminaba de lavar algunos utensilios que habían utilizado.
—M…Mamá… —el menor dudo por unos segundos llamando la atención del peli-plateado— ¿Qué era lo que decía la carta que recibió papá, acerca de lo que sucede conmigo? —cuestión Ayato luego de algunos segundos en silencio.
Zero que ya había terminado de lavar las cosas utilizadas no demoro en acercarse a Ayato el cual tenía la vista fija en la superficie de la mesa.
El peli-plateado suspiro, el quería ser el que tranquilizara al menor.
—No hay nada de qué preocuparse —respondió el peli-plateado observando al menor que al escucharlo no demoro en levantar la vista.
— ¿En serio? —Quiso asegurarse, Zero asintió en respuesta— ¿Entonces porque crezco tan rápido? —decidio cuestionar.
—Es el resultado de ser mordido a tan temprana edad —comenzó a explicar el mayor— por lo tanto y según la información que Kaname recibió de Kento en cuestión de algunos días o a más tardar dentro de un mes tendrás la mayoría de edad…
—Eso quiere decir que… —los orbes de Ayato comenzaron a cristalizarse al imaginarse lo que todos en aquella mansión también temían antes de la información proporcionada por el amigo de Kaname.
—No… —se apresuró a decir Zero sonriéndole al menor para tranquilizarlo a pesar de que Ayato tenía “10 años” su mente procesaba rápidamente todo lo que se le decía y en ocasiones sacaba sus propias conclusiones— el crecimiento acelerado solo durara hasta que cumplas los 18 años de edad, luego tu cuerpo se normalizara y podrás crecer normalmente como todos nosotros —termino de explicar.
Un suspiro de alivio no demoro en escaparse de los labios del menor para luego dar paso a una enorme sonrisa.
—Entonces seguiré viviendo con todos ustedes por un largo, largo tiempo —exclamo completamente feliz Ayato para enseguida abrazar a Zero.
El peli-plateado no dudo en corresponder el abrazo.
—Así es —concordó el mayor sonriendo ampliamente.
Y en ese preciso momento a la cocina comenzaron a entrar los demás, Kaname les había dicho que Zero solo le contaría lo referente a su situación a Ayato, nada referente a Ryo por lo tanto ellos tampoco podían comentar nada.
—Todo se ve delicioso —Exclamo Aidou con cierto tono infantil acercándose a la mesa donde Ayato y Zero se encontraban.
—Pues yo lo hice —exclamo Ayato completamente orgulloso de haberle ayudado a Zero.
— ¿Entonces podemos comenzar a comer? —cuestiono esta vez Nozomi observando la mesa.
—Claro —decidio decir Zero para enseguida tomar asiento junto al mueble, siendo imitado por todos los demás.
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La noche ya se encontraba avanzada y en la mansión todo parecía trascurrir con normalidad.
Zero, Takuma, Yukki y ahora también Nozomi se encontraban jugando con Ayato, Shiki y Rima habían decidido dirigirse a la biblioteca de la mansión, Kaname se encontraba sentado en uno de los sillones leyendo un libro, Seiren había desaparecido y Aidou, Ruka y Kein se encontraban en la cocina preparándose algo para comer.
Por lo tanto todo parecía estar en calma, hasta que cierta presencia en la entrada de la mansión rápidamente puso a todos los vampiros en alerta a excepción de Ayato que seguía jugando.
La puerta fue tocada suavemente y fue Yukki la que decidio dirigirse a abrir.
—Buenas noches —saludo el recién llegado una vez que la puerta fue abierta.
Zero no creía lo que estaba escuchando, pues sabía perfectamente bien a quien pertenecía aquella voz.
Continuara…