-XVI-
Ya habían pasado exactamente dos semanas desde que Zero y Kaname habían hablado de lo ocurrió entre ellos y pese a que el cazador le había advertido al pura-sangre que se alejara de él, que no quería volver a verlo, el peli-rojizo no había desistido en buscarlo aunque sus intentos resultaron en vano y varios bastantes peligrosos, ahora el de orbes granate sabia de primera mano que cuando el peli-plateado se enojaba era realmente aterrador.
Por otro lado, Zero había pasado aquella dos semana, dejando de lado los intentos de Kaname por reconquistarlos —palabras del mismo peli-rojizo— junto a Ayato, pues Takuma había decidido llevar al peli-rojizo menor a la vivienda del peli-plateado a petición del adolecente y del pura-sangre. Por lo tanto aquella semana, el cazador no había tenido tiempo de sentirse mal por el ¿engaño? Del vampiro pura-sangre.
—Buenos días Zero —saludo animadamente Haruka una vez el peli-plateado le había abierto la puerta luego de tocar el timbre —woow, pensé que ya desistirías con el intento de dispararle al Kuran —comento divertido al ver que su amigo tenía en su mano derecha su pistola.
—Buenos días Haru —saludo prefiriendo ignorar el comentario de su amigo— ¿y a que se debe tu visita? —cuestiono guardando el arma en el interior de su chaqueta.
—No pensé que tendría que tener un motivo para visitarte —respondió el rubio entrando a la vivienda una vez que el peli-plateado le había dejado el paso.
—No se trata de eso —se apresuró a decir el peli-plateado al ver el rostro deprimido de su amigo.
—Entonces —Haruka volvió a sonreír ampliamente— ¿Quieres salir conmigo hoy? —cuestiono esperanzado sin dejar su sonrisa.
El peli-plateado al ver esto suspiro, no tenía ánimos.
—No… no lo sé —respondió un tanto dudoso.
— ¿Por qué?, ¿hoy vendrá Ayato-chan? —volvió a cuestionar el de orbes morados.
—No, Aya-chan vendrá mañana, es solo que…
—Entonces no tienes por qué negarte, además te conozco mejor que nadie… así que quiero subirte el ánimo… —observo al peli-plateado que se encontraba frente a él, de pies a cabeza —ahora sube a tu cuarto, báñate, cámbiate de ropa y saldremos a pasarla bien —ensancho su sonrisa —no me hagas tener que obligarte —ahora la sonrisa de Haruka se había vuelto maliciosa —o prefieres que te ayude… —se acercó al menor que como siempre no hiso nada para alejarse —como cuando éramos más jóvenes.
Y el rostro de Zero enrojeció de sobre manera.
—Yo puedo bañarme solo —y sin más nada que decir el peli-plateado subió las escaleras rumbo a su cuarto rápidamente dejando a Haruka con una sonrisa divertida.
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En la mansión del pueblo Tasogare, Kaname se encontraba recostado sobre su lecho mientras observaba el techo de la alcoba.
— ¡Ita! —se quejó cuando una pequeña punzada de dolor ataco nuevamente su brazo derecho.
Y en ese preciso momento la puerta fue golpeada suavemente.
—Adelante —autorizo el pura-sangre reincorporándose lentamente sobre el lecho tratando de no mover demasiado aquel brazo lastimado.
La puerta fue abierta dejando ver a Yukki y Ayato, este último no lo observaba.
—Buenos tardes Oni-chan —saludo la pura-sangre cerrando la puerta para enseguida acercarse al lecho del aludido.
—Buenas tardes —devolvió el saludo.
—Oni-chan, Aya-chan quiere saber cómo te encuentras —decidio decir la peli-rojiza al ver que el menor no daba indicios de querer hablar.
—No es cierto —exclamo el adolecente mientras observaba a su tía con el ceño fruncido —si no hubiese sido por tu insistencia y la de Takuma, yo no estaría aquí —frunció el ceño un poco más.
Kaname al ver esto suspiro.
— ¿Aun estas molesto conmigo? —se atrevió a preguntar aun sabiendo la respuesta a aquella interrogante.
El peli-rojizo menor observo al pura-sangre molesto.
— ¡Como quieres que no esté molesto contigo si después de todo lo que ha hecho Ishihara, sigues defendiéndolo y prefiriéndolo a él, antes que a Zero! —exclamo. Siempre era la misma pregunta y él decía la misma respuesta. Suspiro para controlarse, le había mentido al peli-plateado, el había escuchado toda la historia, o casi, pues había escuchado desde que Kaname había comenzado a explicarle al de orbes purpura acerca de cómo había conocido a Ryo, por lo tanto sabia como habían sido las cosas y la relación que estos dos tenían.
Otro suspiro por parte de Kaname.
—Bien Oni-chan veré si al fin sano la herida —decidio decir Yukki al ver que ninguno de los otros vampiros diría algo más —si te duele solo tienes que avisarme —sonrió dulcemente y se acercó para sentarse al borde de la cama.
Kaname asintió y la peli-rojiza comenzó a desenvolver la venda que cubría la parte de arriba del brazo del pura-sangre.
El peli-rojizo hiso una pequeña mueca, mientras que Ayato no perdía detalle de lo que Yukki se encontraba asiendo.
— ¿Cómo se encuentra? —decidio preguntar Kaname una vez la venda había sido retirada por completo.
—Esta sanando correctamente —respondió la chica —pero no tan rápido como me gustaría —suspiro con preocupación.
—Vamos Yukki no te pongas así —le acaricio la cabeza tiernamente con la mano izquierda —después de todo me dispararon con un arma anti-vampírica es normal que tarde un tiempo en sanar completamente.
— ¡Aun no comprendo cómo Zero fue capaz de hacerlo! —Exclamo ahora exaltada —después de todo lo que pasaron juntos —suspiro para controlarse.
— ¿Cómo te sentirías si la personas que dice quererte prefiere defender a otra persona en vez de a ti? —Cuestiono Ayato observando a la peli-rojiza que había volteado a verlo— ¿le guardarías un poco de rencor si te enteras de que solo fuiste utilizado? —agrego apretando los puños.
—Pero eso no le da el derecho de dispararle —exclamo ahora la peli-rojiza molesta.
—Mamá le advirtió a Kaname que no se volviera a acercar a él —grito igual de enfadado el adolecente —por lo tanto el solo se buscó aquello.
—Ayato —exclamo ahora con molestia y sorpresa la chica.
—Lo que Ayato dice es la verdad —decidio intervenir el peli-rojizo —y aunque haya recibido el disparo por parte de Zero no me arrepiento, yo también lo he hecho sufrir y no desistiré hasta recuperar la confianza de este, aunque reciba más disparos… —observo al herida por unos momentos, la cual aún podía decirse solo con mirarla que era una herida de bala.
—Pero Oni-chan, si Zero no dudo en dispararte, que te hace pensar que para la próxima no querrá asesinarte —exclamo la pura-sangre sorprendida.
—Si hubiese querido matarme, lo hubiese hecho en ese momento… pero no lo hiso, solo era una advertencia… la cual no quiero tomar en cuenta —respondió completamente seguro de sus palabras y sin demora volvió a cubrir la herida con una venda limpia.
Yukki al ver esto decidio ayudarlo.
— ¿Por qué quieres seguir buscando a Zero? —cuestiono Ayato algo molesto.
Kaname observo al menor mientras Yukki seguía envolviendo la herida.
—Porque aunque mis acciones hayan dicho todo lo contrario, yo realmente estoy enamorado de Zero y no pienso rendirme hasta que él lo comprenda —respondió con completa sinceridad.
—“Entonces te deseo suerte” —al escuchar aquello dentro de su mente, el Kuran sonrió —espero no tener que dirigirme donde mamá y recogerte en pedacitos —y sin decir más salió de la habitación.
—Ayato dejar ese tono —exclamo Yukki molesta antes de que el aludido saliera por completo de la habitación y cerrara la puerta de la alcoba— ¿Cómo es posible de que se encuentre tan molesto? —la chica suspiro.
—No te preocupes, comprendo muy bien por que defiende y protege tanto a Zero —respondió el Kuran.
—Yo también… —volvió a suspirar —pero pese a todo, tú también estuviste junto a él cuándo estaba comenzando su nueva vida, pero de ti parece que no se preocupa…
—Eso no es cierto —interrumpió el peli-rojizo —Ayato si se preocupa por mí, a su manera pero lo hace —sonrió y rápidamente se levantó del lecho para con cuidado colocarse una chaqueta.
—No me digas que vas a salir —exclamo la chica levantándose para quedar frente a su hermano completamente molesta.
—Entonces no te lo diré —respondió el Kuran burlesco.
Yukki bufo ahora aún más molesta.
— ¿A dónde vas a ir? Recuerda que aquella herida no te deja pelear bien —exclamo preocupada.
—Esta vez no tendré que pelear o defenderme, tengo un plan y tengo algo de ayuda —muy a su pesar admitió a aquello al recordar a quien le había pedido aquel favor —por lo tanto me dirijo a casa de Zero —sonrió ampliamente.
—Terminaras logrando que Zero te mate —exclamo completamente molesta y también muy preocupada, ya no sabía de qué podía llegar a ser capas el peli-plateado.
—No lo hará —respondió el Kuran.
— ¿Cómo puedes estar tan seguro? —cuestiono Yukki.
—Solo lo sé —sonrió, acaricio la cabeza de su hermana y comenzó a caminar hacia la puerta de la habitación.
—Es oficial, ya no te entiendo… —suspiro —tu antes no eras así y sinceramente no estoy segura de si aquello es bueno o malo —exclamo la Kuran —en fin, espero que todo te resulte bien y… —se acercó a su hermano —cuídate.
El peli-rojizo suspiro y sonrió cálidamente.
—Ya te lo dije, Zero no hará nada malo y está bien, me cuidare —y con aquello dicho, el peli-rojizo salió de la habitación —Kento y Nozomi se quedaran a cargo de la mansión —aviso antes de alejarse finalmente rumbo a las escaleras.
—Hai —respondió la peli-rojiza, aunque estaba preocupada la sonrisa que adornaba el rostro de Kaname cuando hablaba o pensaba en Zero la hacía sentir alegre —Que Kaname conociera a Zero resulto ser bueno al final de todo pues aquella sonrisa nunca la había visto antes —sonrió cálidamente —“espero puedas recuperarlo” —y con aquello en mente, Yukki se dispuso a regresar a su habitación.
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Haruka esperaba a Zero en la sala de la vivienda.
—Ya estoy listo —aviso el peli-plateado no muy animado mientras que observaba al rubio con su cabello aun goteando.
—Si no secas correctamente tu cabello, te enfermaras —le regaño el rubio levantándose del lugar en el que se encontraba —iré por una toalla —aviso y subió rumbo al cuarto de baño.
Zero al ver esto suspiro, camino hacia el sofá y tomo asiento para cerrar sus orbes purpura, pero casi al mismo instante en que lo había cerrado los abrió, de su mente no salía ningún segundo la escena en la que le había disparado a Kaname. Se arrepentía y mucho.
—“¿Ahora realmente desistirás?” —cuestiono en su mente para suspirar con pesar, ¿Kaname lo estaría odiando en ese momento? Pues ya habían pasado alrededor de 4 días de aquel hecho.
Y el sonido del timbre de la vivienda lo saco de sus pensamiento, se levantó y camino hacia la puerta.
Una vez abrió se encontró de frente con la persona que ocupaba todos y cada uno de su pensamientos, sonriéndole cálidamente. Sintió una opresión en el pecho, ¿Cómo era posible que Kaname le sonriera de esa forma después de lo que el había hecho?
— ¿Qué haces aquí? —Cuestiono frunciendo el ceño mientras que de su bolsillo sacaba su pistola y le apuntaba al Kuran —Te dije que no volvieras a buscarme, esta vez no dudare en… —y su frase no pudo ser terminada pues una toalla había caído sobre su cabello y ojos.
—Te dije que te secaras el cabello antes de salir de la casa —exclamo Haruka quitándole el arma al peli-plateado —así que vuelve a la casa y sécate —el tono era claramente de regaño.
—Haruka, devuélveme el arma —Zero descubrió sus orbes y volteo a ver su amigo.
—Lo siento, pero esta vez estoy del lado del vampiro —comento divertido —Buenos días Kuran Kaname, siéntase como en su casa y no olvide cerrar la puerta cuando entre.
— ¡Qué demonios estas diciendo Haruka! —exclamo un muy furioso peli-plateado.
Haruka sonrió divertido y tomo a Zero de la mano y comenzó a arrastrarlo hasta la sala.
—Lo de que vas a “asesinar” a Kaname no te lo crees ni tú mismo —el rubio sonrió al ver el ceño claramente fruncido del peli-plateado —por lo tanto hoy, no saldrás conmigo sino con el Kuran así que pórtate bien y la pistola se queda conmigo —sonrió y volvió a colocar la toalla sobre el rostro de Zero para comenzar a secar los cabellos de este.
— ¿Tu y Kaname planearon esto? —cuestiono dejando el enojo de lado para dar paso a un desconcierto total, ¿ellos se odiaban, cierto?
—Así es —sonrió dejando que la toalla esta vez cubriera solo el cabello plateado sin dejar el movimiento para secarlo —no quiero seguir viéndote tan deprimido y con todos los intentos del Kuran para acercártele, sin mencionar que aun después de aquel disparo que le diste te sigue buscando, ya no me quedan dudas de que realmente está interesado sinceramente en ti...
—Conoces la historia —le refuto el cazador.
—Y también sé que el lazo que une a Kaname con Ishihara solo es el afecto de pura-sangre y convertido, ¿Qué tan fuerte crees que es aquel lazo? —cuestiono el rubio.
—Yo… —dudo por unos segundos —no lo sé —suspiro bajando la vista.
Haruka detuvo el movimiento sobre el cabello del menor y sonrió cálidamente.
—Sabes que quiero lo mejor para ti, ere mi hermanito y quiero que seas feliz por lo tanto dale una oportunidad a Kaname, si el idiota la desaprovecha ya será su culpa —sonrío un poco más al ver que Zero levantaba la vista —no creo que sea tan malo pasar solo un día a solas con el ¿o sí? —cuestiono sonriéndole cálidamente al peli-plateado.
Zero suspiro.
—Bien, no pierdo nada con intentarlo —sonrío levemente mientras que Haruka lo observaba.
—Entonces pásatela bien —el rubio ensancho su sonrisa y con ternura beso la frente de Zero ganándose un adorable sonrojo por parte del contrario.
—Bien —Zero un sonrojado se alejó un poco de Dazai y al voltear en dirección al pasillo donde se suponía se encontraba el vampiro, se encontró con que Kaname los observaba con el ceño fruncido.
El rubio rio animadamente.
—Vamos Kaname —sonrío ampliamente —solo es una muestra de cariño, no pretendo nada más —el rubio paso junto al pura sangre —será mejor que no lo arruines —le susurro al Kuran —Zero nos vemos más tarde —se despidió con la mano y salió de la vivienda.
—Nos vemos —se despidió Zero aunque dudaba que el contrario lo hubiese escuchado.
La sala se quedó en completo silencio por unos segundos.
—Zero yo…
—Haru ya me explico lo que pretendes —suspiro para controlar su corazón que no dejaba de latir descontrolado en el interior de su pecho —por lo tanto, ¿A dónde quieres dirigirte? —cuestiono con el rostro serio.
Kaname sonrío ampliamente.
—Hoy quiero conocer tus gustos por lo tanto estoy dispuesto a llevarte al lugar que prefieras —respondió el peli-rojizo que no demoro en ensanchar su sonrisa al ver el pequeño sonrojo en las mejillas del peli-plateado.
—Si ese es el caso —decidio decir para disimular —el cine es una buena opción —camino hacia el pasillo para enseguida dirigirse a la puerta.
—Claro —respondió Kaname mientras sonreía y comenzaba a seguir al peli-plateado fuera de la vivienda.
Continuara…