-XVII-
Luego de una caminata en completo silencio —que ciertamente incomodaba un poco al cazador por el hecho de que su corazón latía tan descontrolado en el interior de su pecho que juraría que Kaname podía escucharlo— ambos llegaron al edificio donde se ubicaba el cine.
— ¿Qué película es la que deseas ver? —cuestiono Kaname una vez se encontraban frente a la boletería una vez había llegado su turno.
El peli-plateado no demoro en observar la cartelera donde se encontraba los nombres de las películas junto a las horas de las funciones. Para la suerte de Zero la película que había estado esperando a que se estrenara tenía su segunda función dentro de 20 minutos.
—Esta —el cazador señalo la película de acción y suspenso que deseaba ver.
Kaname por su parte sonrió y no demoro en solicitarle las dos entradas al señor detrás de la ventanilla.
—Aquí tiene —el hombre joven luego de recibir el dinero proveniente del pura-sangre no demoro en entregarle ambos ticket.
—Gracias —el peli-rojizo sonrió y junto a Zero se alejaron rumbo al lugar de venta de golosinas y refrescos.
—Un combo 4 por favor —pidió esta vez el cazador al ver que aquella promoción contaba con dos refrescos medianos y un recipiente de palomitas de maíz tamaño grande.
—Enseguida —la chica le sonrió ampliamente al peli-plateado y recibió el dinero que este le ofrecía —mi compañera le entregara el pedido —le aviso la muchacha sin dejar su sonrisa.
—Gracias —Zero sonrió y se acercó a la otra chica que llenaba el recipiente con palomitas.
—Yo iba a pagar por la comida —comento Kaname que seguía de cerca al peli-plateado.
—Aunque según tú, esto es una “Cita” —el peli-plateado recibió los refrescos que la chica le ofrecía con una sonrisa —no dejare que pagues todo —agrego observando serio al mayor.
—Yo nunca dije que esto era un cita —el peli-rojizo sonrió ampliamente al ver como el rostro del cazador enrojecía.
—S…Sera mejor que… entremos a la sala —tartamudeo avergonzado Zero para enseguida comenzar a caminar hacia el lugar antes mencionado.
Kaname al ver la tierna reacción del peli-plateado sonrió, tomo el recipiente de palomitas y se dispuso a seguir al peli-plateado.
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En cuestión de segundo ambos chicos se encontraban tomando asiento en las última corrida de asientos —a petición de Kaname, pues Zero quería sentarse en medio—.
— ¿Quieres palomitas? —cuestiono el peli-rojizo mientras estiraba su brazo para enseñarle el recipiente a Zero.
—Gracias —respondió el cazador para tomar un poco de las antes mencionadas mientras le daba un sorbo a su refresco.
Ambos volvieron a guardar silencio mientras la sala comenzaba a llenarse poco a poco de personas.
Zero se llevó un poco de palomitas a la boca mientras que su corazón no dejaba de latir descontrolado en el interior de su pecho. ¿Cómo hablar con el peli-rojizo después de lo que había ocurrido entre ellos?
Kaname por su parte, no sabía que decir para comenzar una conversación agradable con el cazador pues no quería arruinarlo, suspiro.
—Zero…
—Kaname… —ambos dijeron el nombre del contrario a coro, una sonrisa amplia se dibujó en el rostro del pura-sangre al ver que el cazador también quiera hablarle.
El peli-plateado no demoro en apartar la vista hacia el asiento del frente mientras se sonrojaba levemente y volvía a sentir aquella opresión en el pecho y es que se seguía preguntando, ¿Cómo era posible de que el peli-rojizo le sonriera de esa manera después de aquel disparo?
— ¿Cómo está tu brazo? —se apresuró a decir, aunque estuviera molesto con el contrario de igual forma se encontraba preocupado.
—Mejor —respondió con simpleza el pura-sangre mientras que no dejaba de sonreír.
El peli-plateado observo a Kaname algo sorprendido.
— ¿Cómo es posible que puedas hablar y sonreírme con tanta naturalidad después de lo que te hice? —cuestiono el peli-plateado sin creerse la actitud del contrario.
Kaname volvió a sonreír, esta vez cálidamente.
—La razón es simple… —levanto una de sus manos y la poso suavemente sobre el rostro del cazador que increíblemente no hiso nada para impedírselo.
La sala de cine estaba oscura, nadie los vería.
—Yo fui el único culpable de que me dispararas, me lo advertiste y yo no te hice caso… —sonrió un poco más y acaricio la mejilla ahora sonrojada del cazador —la herida en mi brazo es la muestra de mi terquedad… pero aunque me volvieras a lastimaras físicamente no dejare de insistir en buscarte… Zero… —se acercó un poco al rostro del peli-plateado —yo realmente te amo… no quiero seguir separado de ti y créeme que no me rendiré hasta conseguir recuperar toda tu confianza… mi amor por ti es mucho más fuerte que el lazo que me une a Ryo… y no descansare hasta convencerte de eso… —y sin esperar el consentimiento o alguna palabra del contrario, Kaname unió sus labios con los contrario.
Se moría por probar aquello apetecibles labios, quería saborear aquel sabor único que le brindaban aquella boca por lo tanto no perdió tiempo y lo beso, suave, tierna y cariñosamente, tratando de demostrarle al cazador que aquellos sentimientos y palabras que había dicho antes no eran mentira ni tampoco bromas.
La sorpresa de Kaname se hiso notable cuando en vez de recibir un empujón o algo peor por parte del peli-plateado, su beso fue correspondido, con la misma ternura, suavidad, cariño y amor que le brindaba al contrario. Zero seguía amándolo a pesar de todo y eso lo anima a seguir insistiendo.
El aire les hiso falta luego de algunos segundos y el peli-rojizo se separó del menor lentamente.
—Eres un idiota masoquista —susurro el peli-plateado con su rostro completamente rojo.
—Lo sé —Kaname sonrió y acaricio nuevamente la mejilla del contrario.
—Pero… —una sonrisa pequeña y también sincera se formó en los labios del peli-plateado —déjame advertirte que no porque me haya dicho aquella palabras tan lindas y haya respondido a tu beso, signifique que te perdonare y volveré a tus brazos —agrego ahora sonriendo burlón.
Kaname sonrió.
—Yo tampoco me esperaba que me la hicieras fácil —ensancho su sonrisa —por lo tanto, es un gusto para mi… volver a enamorarte —se acercó y volvió a besar los labios contrario esta vez por solo unos segundos —aunque tengo claro que no hace falta… pues tu estas tan enamorado de mí, como yo de ti —y el rostro de Zero enrojeció de sobre manera.
—Idiota —comento para remover la mano de Kaname de su rostro y voltear hacia la pantalla que indicaba que la película comenzaba.
El pura-sangre sonrió al ver el hermoso color en las mejillas del peli-plateado y luego de observarlo opto por posar su vista en la pantalla de color blanco que poco a poco se iluminaba.
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La película duro alrededor de una hora y media por lo tanto una vez que esta ya había terminado, el cazador y el vampiro salieron de la sala en dirección a la salida del cine.
— ¿Alguna otra cosa que quieras hacer? —cuestiono el peli-rojizo observando al peli-plateado que caminaba junto a él.
Zero que se encontraba observando hacia el frente poso su vista en el pura-sangre.
—Dirigirme a casa —respondió con simpleza pues el cielo comenzaba a tomar una mescla de hermosos matices anaranjado, rosas y lilas.
—Ni lo sueñes —exclamo el vampiro deteniéndose frente a una tienda. Ambos ya caminaban por la acera junto a la calle.
—La película tomo más tiempo del que esperaba por lo tanto ya estuve mucho tiempo contigo, ahora quiero irme a casa —le refuto el cazador y volvió a emprender rumbo en la dirección que se encontraba su hogar.
Su muñeca fue sujetara rápidamente.
—No dejare que te vayas —exclamo el vampiro —el día aun no acaba —sonrió algo malicioso.
—Y yo te digo que quiero irme a casa —intento remover la mano de Kaname —además la gente nos mira raro, suéltame —exclamo al no lograr ser liberado.
—Te repito, no dejare que te vayas… aun no —respondió el pura-sangre dio media vuelta y comenzó a caminar con el peli-plateado aun sujeto de la muñeca en la dirección contraria a la cual quería ir el cazador.
—Kaname estoy hablando enserio… —exclamo el cazador mientras trataba de seguirle el paso al aludido, pues al parecer este se estaba olvidando de que él era humano —suéltame —pidió ahora jadeante ya que en cuestión de segundos se encontraban corriendo por entre la gente que a esas horas caminaban devuelta a sus hogares —I…Idiota, recuerda que soy humano —exclamo al límite de su paciencia mientras que el pura-sangre no cesaba su carrera.
Kaname al escuchar lo último dicho por el de orbes color purpura sonrió y solo disminuyo un poco su velocidad, sabía muy bien que la condición física del peli-plateado era buena, no por nada era un cazador.
En cuestión de algunos segundos más, en los cuales Zero seguía intentando liberar su muñeca. Ambos chicos se encontraban a las afueras del pueblo frente al frondoso bosque que los separaba de los demás pueblos y ciudades.
— ¿Qué demonios quieres hacer aquí? —cuestiono el cazador una vez Kaname se había detenido y había soltado su muñeca.
—Es una sorpresa —respondió el peli-rojizo observando a Zero.
— ¿Sorpresa? —Cuestiono curioso y sorprendido— ¿Qué tipo de sorpresa? —agrego observando al vampiro.
—Si te lo digo perdería el sentido —respondió el pura-sangre sonriendo divertido y en un descuido del cazador este lo había besado tiernamente— ¿me acompañas? —cuestiono.
El rostro de Zero no tardo en colorearse y frunció el ceño levemente.
—No quiero, así que me voy a casa —y aun rojo se dio media vuelta y decidio regresa por donde segundos antes había venido.
—Por favor —pidió Kaname sujetando la mano del peli-plateado —me gustaría que conocieras aquel lugar… —sonrió ampliamente al ver que el contrario volteaba a verlo.
El peli-plateado suspiro resignado.
—Está bien —respondió —guíame —“ordeno” removiendo la mano del Kuran.
—Bien —y con aquello dicho, ambos se internaron entre los árboles.
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Cuando llevaban algunos minutos de caminata Kaname decidio detenerse por unos segundos siendo imitado por el peli-plateado.
— ¿Sucedió algo? —cuestiono Zero al ver que el pura-sangre se detenía unos pasos detrás de él.
—Nada de qué preocuparse —respondió el peli-rojizo forzando una sonrisa —es solo que… —dudo por unos segundos —desde que mis padres fallecieron… no visito este lugar por lo tanto, no sé si habrá cambiado o si se mantiene igual… —suspiro —bueno, sigamos caminado, aún falta un poco —y sin decir más, volvió a emprender marcha.
El peli-plateado observo por unos segundos al peli-rojizo que ahora caminaba frente a él, ¿a qué se refería con eso?
Zero siguió su camino detrás de Kaname.
Y así, luego de un poco más de caminata, el peli-rojizo se detuvo frente aun hermosa pradera verde con flores de distintas tonalidades, formas y tamaños.
—Woow —exclamo el cazador sorprendido —Este lugar es…
—Hermosos —completo el vampiro mientras observaba el lugar. No había cambiado en nada.
—Hai —concordó Zero para enseguida comenzar a caminar hacia el frente.
—Este lugar lo visitaba junto a mis padres y Yukki —comento al ver como el peli-plateado se acuclillaba para observar una flor del arcoíris que en aquel lugar crecía por montones.
— ¿En serio? —cuestiono el peli-plateado reincorporándose para observar al peli-rojizo.
—Sí, veníamos a jugar todo el tiempo —sonrió al comenzar a recordar aquello —mis padres tenían una pequeña vivienda en este pueblo y encontramos este lugar un día de verano, aquí el aire es realmente fresco por lo tanto se convirtió en nuestro lugar favorito para visitar —poso su vista en Zero que no dejaba de observarlo.
— ¿Entonces por qué me lo enseñas? —Cuestiono un tanto sorprendido —es un lugar especial para ti y Yukki —agrego.
Kaname sonrió ampliamente.
—Justamente porque es un lugar especial para mi quise enseñártelo —ensancho su sonrisa y se acercó al cazador —además, hay otro motivo… —paso junto al cazador, se acuclillo frente a la flor que segundos antes Zero había observado y corto algunas— ¿alguna vez has escuchado del lenguaje de las flores? —cuestiono reincorporándose para observar al contrario.
—No —respondió el peli-plateado ahora confundido.
El peli-rojizo observo la flor que sostenía entre sus manos.
—Bueno… pues se dice que cada una de las flores tiene un significado, ejemplo, la rosa de color blanco significa pureza, la de color violeta significa amor a primera vista… el clavel blanco significa el amor sigue vivo —sonrió al ver la curiosidad reflejada en los orbes purpura —por lo tanto las flores que tengo entre mis manos… —ensancho su sonrisa y estiro su mano para dejar el pequeño ramo de flores frente a Zero —se llaman la flor del arcoíris y significa; Amor y sinceridad.
Y el rostro del peli-plateado se tiño de un suave rojo.
—Amor y sinceridad —repitió el peli-plateado igual de rojo que antes —es un bonito significado —y no demoro en recibir lo que el contrario le entregaba.
—Pues es eso lo que yo siento por ti —sonrió y se acercó al peli-plateado para rodearlo con sus brazos —Zero yo realmente te amo y siempre he sido sincero aunque mis acciones hayan demostrado lo contrario —y el menor no demoro en esconder su rostro en el pecho contrario.
—Kaname, yo también te amo —susurro. Para ser sinceró Zero no creyó que el otro lo escucharía pero sus dudas se esfumaron cuando el peli-rojizo intensifico el abrazo y sus labios se posaron tiernamente sobre sus cabellos.
Ambos optaron por quedarse en aquel abrazo por unos segundos más, hasta que le pura-sangre se separó un poco y le ofreció al peli-plateado tomar asiento sobre el césped, el cielo aún tenía suficiente luz como para que dentro de poco regresaran a la casa del cazador.
—Zero… —el Kuran no demoro en llamar la atención del peli-plateado que observaba el pequeño ramo de flores entre sus manos —aunque me hayas dicho aquello, aún tengo que seguir insistiendo, ¿cierto? —cuestiono el peli-rojizo una vez había conseguido la atención del contrario.
Una sonrisa amplia y sincera no demoro en aflorar en los labios del cazador.
—Admito que me lastimo que prefirieras a Ryo antes de escucharme a mi… pero ahora comprendo que la relación que tienes con Ishihara ahora es un simple lazo de Pura-sangre y convertido, lo cual me alegra un poco… —el peli-rojizo sonrió al escuchar aquello —solo un poco —recalco el peli-plateado —pero gracias a tu insistencia por volver a verme, pese a mis amenazas y la vez que te herí… puedo estar un poco más seguro de que lo que tu sientes por mí es sinceró… pero… —y en ese preciso momento los labios del Kuran se encontraban sobre los del peli-plateado.
—No importa que me digas que quieres que siga insistiendo porque por el momento me hace feliz saber que todos mis intentos han valido la pena y que tu confianza en mí comienza a reconstruirse… —decidio decir una vez separo sus bocas —Te amo… —y no demoro en volver a besar aquello labios, siendo correspondido por el menor.
Kaname en cuestión de algunos segundos deslizo su lengua por alrededor de los labios del peli-plateado pidiéndole a este que abriera su boca, Zero acato la petición casi de inmediato. La lengua del Kuran no perdió tiempo para recorrer aquella cavidad sin dejar ningún sentimiento inexplorado.
En cuestión de segundos, Kaname había recostado al cazador sobre el suave colchón de hierba mientras él se posicionaba enzima aun besándose. El aire les hiso falta a ambos, obligándolos a separarse.
—No sabes cuánto extrañaba tus besos —comento el peli-rojizo sonriendo ampliamente al ver el rubor en las mejillas contrarias.
Zero solo le devolvió la sonrisa y Kaname se recostó con cuidado sobre este, siendo abrazado por el menor, que sentía que pronto el corazón se le saldría del pecho.
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La noche ya había caído sobre el pueblo por lo tanto Kaname junto a Zero habían decidido dirigirse a la vivienda del cazador, luego de esa —a criterio de los dos— hermosa tarde.
—Bueno, creo que es momento de que me marche —Kaname sonrió ampliamente al ver que el peli-plateado abría la puerta de la vivienda que ciertamente se encontraba con las luces encendidas, en señal de que Cross ya se encontraba en el lugar.
—Buenas noches —se despidió el cazador y en cuestión de segundos se encontraba entre los brazos del pura-sangre siendo besado dulcemente.
—Buenas noches —se despidió una vez se había separado del contrario.
—… —susurro con su rostro rojo como tomate.
Y una sonrisa amplia y sincera afloro en los labios del peli-rojizo.
—Yo también te amo Zero… —y con aquello dicho el peli-plateado entro a la vivienda mientras que Kaname se alejaba rumbo a su hogar.
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En alguna parte del bosque que rodeaba el pueblo Tasogare, un vampiro de cabello negros y orbes color verde esmeralda corría por entre los arboles esquivando con bastante agilidad los troncos que se cruzaban por su camino.
En cuestión de algunos segundos se encontraba frente a una mansión de color gris, abrió la puerta de la entrada y entro al lugar encontrándose con algunos de sus compañeros y amigos que descansaba o leía algunos libros sentados en el sillón de la sala.
—Al fin llegas Ren —exclamo Kei sonriendo mientras se levantaba para acercarse al aludido.
—Cierto, ¿Dónde te encontrabas? —cuestiono ahora un chico pelirrojo de nombre Takashi con una sonrisa.
—Ese no es tu problema —respondió el pelinegro —Por cierto Kei, ¿Ryo-sama? —cuestiono observando al peli-morado.
—En su despacho —respondió esta vez Nao con una sonrisa dejando de posar su vista en el libro que leía segundos atrás.
—Gracias —respondió el pelinegro comenzando a caminar en dirección al lugar antes señalado.
Takashi al ver que el pelinegro pasaba junto a él chasqueo su lengua y se dispuso a sentarse junto a Nao quien no le tomo demasiada atención.
Ren por su parte no demoro más de unos minutos en llegar frente a la puerta del despacho del castaño.
—Ryo-sama, ¿puedo entrar? —cuestiono luego de golpear la puerta.
—Claro, adelante —autorizo.
El pelinegro ingreso a la habitación encontrándose al castaño con una cantidad considerable de documentos sobre su escritorio.
— ¿Sucedió algo? —cuestiono extrañado Ryo al ver a su espía frente a él.
—Ryo-sama, Kaname-sama ha vuelto a frecuentar a… al humano de cabellos plateados —respondió un tanto dudoso.
Y el escritorio frente al castaño se encontraba en cuestión de segundos partido por la mitad.
— ¿Cómo es eso? —cuestiono ardiendo en ira.
—Hoy Kaname-sama fue a la vivienda del cazador y luego de algunos segundos salieron rumbo al pueblo… para entrada la noche regresar al hogar del peli-plateado y despedirse con un beso…
Otro ruido de madera rompiéndose hiso que el pelinegro guardara silencio.
—Al parecer el momento de actuar es ahora —un sonrisa maliciosa afloro en el rostro del castaño —todos ustedes han desarrollado su poder perfectamente bien y ya no son unos niños… —observo al pelinegro —Ren, reúne a tus compañeros y diles que nuestro plan de apoderarnos del pueblo Tasogare y aniquilar a los vampiros que ahí habitan comienza dentro de dos días.
—Hai, Ryo-sama —Ren no demoro en salir de la habitación dejando al castaño aun molesto.
—Si ese idiota de Zero sigue interviniendo… no me queda más remedio que asesinarlo y a todos los que se interpongan para conseguir mi objetivo…—el de orbes marrones sonrió malicioso y observo al luna que a esas horas ya se encontraba en lo más alto del cielo —y si una de esa personas resultas ser tú Kaname no temeré en asesinarte, prefiero que este muerto antes de que con Zero… —ensancho sus sonrisa.
Continuara…