Zero no demoro en llegar a la sala donde se encontraba Ayato, el pequeño niño se encontraba con sus orbes purpuras tapados con ambas manos, mientras contaba animadamente.
-8, 9 y 10, listos o no, ¡aquí voy!-exclamo divertido para enseguida disponerse a buscar a ambos vampiros que jugaban con el-¡Zero!-llamo al ver que el peli-plateado lo observaba enternecido-ayúdame a buscar a Yukki-chan y Takuma-chan-le pidió con una sonrisa.
-Claro-sonrió cálidamente Zero, Ayato por su parte lo tomo de la mano y enseguida comenzó a registrar las habitaciones del primer piso junto al peli-plateado en busca de la peli-rojiza y el rubio.
Y así entre un entretenido juego al que se le uniera, Aidou, Ruka y Rima, un delicioso “almuerzo” en compañía de todos los ocupantes de aquella mansión y más juegos, Ayato volvió a caer rendido entre los brazos de Morfeo.
Zero no pudo evitar sonreír enternecido al ver esto.
-Iré a acostar a Ayato-aviso el peli-plateado tomando entre sus brazos al menor que dormía en el sillón de tres cuerpos en medio de la sala.
Pero cuando se dirigía a las escaleras, detuvo su andar recordando el informe que tenía que enviarle a su padre, después de todo ya había trascurrido varios días desde que había ingresado a aquella mansión y el incidente de la familia asesinada por aquel vampiro no pasaría desapercibida para los casa-vampiros, ni mucho menos para el consejo.
-Yukki-llamo a la peli-rojiza cuando ni siquiera había subido el primer peldaño de la escalera frente a él.
-¿Qué sucede?-cuestiono curiosa al ser llamada por Zero, por lo tanto al ver que el peli-plateado le hacía un ademan para que se acercara, deicidio hacerlo.
-Por casualidad tienes una hojas y una pluma que me facilites-le pidió, después de todo era la vampira que más confianza le daba, además de que sabía muy bien que si le pedía aquello a Kaname, este no descansaría hasta averiguar para que necesitaba aquellas cosas.
-En mi habitación-respondió la peli-rojiza, aunque aquello era extraño decidio no darle muchas vueltas al asunto, seguramente Zero quería realizar sus propia investigación con respecto a Ayato-si quieres voy enseguida por ellos, no hay problemas-agrego.
En el rostro de Zero no demoro en aparecer una sonrisa sincera.
-No es necesario-después de todo aun ni siquiera amanecía para así dirigirse al pueblo y depositar el informe en el correo-por lo tanto más tarde los pediré, ahora solo iré a acostar a Ayato-respondió sin dejar su sonrisa.
-Bien-Yukki no dudo en devolverle la sonrisa al peli-plateado.
Y así, ahora un poco más tranquilo por conseguir los materiales para escribir su informe, Zero comenzó a subir las escaleras y en cuestión de minutos se encontraba en la segunda planta.
No demoro mucho tiempo en llegar a la habitación, por lo tanto y con cuidado depositó suavemente al peli-rojizo en el lecho, sonrió enternecido y con suavidad removió las hebras de cabello que cubrían la frente del menor.
-Que escena más conmovedora-exclamo con frialdad una tercera persona dentro de la habitación.
Zero al reconocer la voz, pese a solo haberla escuchado una vez, no dudo en moverse con agilidad para quedar a una distancia prudente del castaño, pero protegiendo al menor que dormía ajeno a lo acontecido.
-¿Qué haces aquí?-cuestiono con la misma frialdad que había empleado el contrario.
-Solo viene a saludar-sonrió divertido.
-¿Realmente crees que me tragare ese cuento?-exclamo esta vez con el ceño fruncido.
Ryo rio animadamente.
-Bien, me descubriste-su mirada se afilo-solo vengo a ver a mi pequeña creación-el castaño no demoro en moverse para poder observar mejor al pequeño niño que dormía en el lecho, pero Zero se lo impidió moviéndose al igual que el contrario-y a la persona que se interpone entre mi amado Kaname y yo-sonrió con malicia.
El ceño de Zero se frunció aún más, no le gustaba para nada lo que Ryo decía, cada vez se encontraba más celoso del contrario y eso también le molestaba.
-¡Sera mejor que te largues!-exclamo-si Kaname y los demás te descubren aquí estarás en problemas, se lo que hiciste en el pasado y lo mucho que las personas aquí te odian-mintió tratando de que al contrario se fuera de una vez por todas, no quería ver al chico con el cual Kaname había tenido una relación sentimental en el pasado.
Otra risa por parte de Ryo lo descoloco por completo.
-Zero, sé muy bien que estas mintiendo-al ver la sorpresa en el rostro del peli-plateado decidio continuar-tú no sabes absolutamente nada de lo que ocurrió en el pasado, no conoces a Kaname, lo que hubo entre nosotros, la relación que tuve con Yukki y los demás, ni mucho menos sabes que es ser un vampiro convertido como le has hecho creer a todos en esta mansión, eres simplemente un mentiroso caza-vampiro que odia a sus presas por…
-¡Cállate!-grito con todas sus fuerzas interrumpiendo al castaño, como era posible que el contrario supiera todo aquello, ni siquiera la mejor investigación podría revelar tantos detalles-¡Cállate! Y será mejor que te largues de aquí o…
-¿O qué?-cuestiono el castaño fríamente-no me digas que esperas que Kaname entre por aquella puerta y te defienda, porque sabes muy bien que tratándose de mí, no hará absolutamente nada-sonrió al ver la tristeza en el rostro del chico frente a él.
Zero no pudo contener una mueca de tristeza, después de todo el castaño tenía razón, Kaname la vez que se había reencontrado con Ryo no había hecho nado por detenerlo, solo lo había dejado ir con una advertencia, nada más.
-Realmente me das risa-comento Ryo interrumpiendo los pensamiento del peli-plateado-Kaname aún está enamorado de mí y aunque te haya besado y dicho lo que te dijo, realmente no me ha olvidado y aunque tú eres su verdadero hilo rojo, no sacaras nada mientras yo esté cerca de él.
Zero no podía creer aquello, como era posible que el castaño supiera aquello, no se lo había contado a nadie ni mucho menos creía que Kaname le dijera a alguien su pequeño encuentro la noche anterior, además ¿Qué era eso del hilo rojo?...
-Oh, lo siento-exclamo con falsa preocupación-eso era algo que tu no debías saber, ya que era un secreto que Kaname y Yukki estaban escondiendo de ti, pero bueno…-Ryo se encogió de hombros para restarle importancia-que tú lo sepas no cambiara nada-rio divertido al ver la confusión en el rostro del peli-plateado-realmente y a pesar de ser un cazador y un actor por fingir ser un vampiro, tú no sabes absolutamente nada de nosotros, ya que ni siquiera comprendes lo que te dije hace tan solo unos momentos-sonrió con malicia.
-¿Zero?-la voz de Ayato no demoro en llamar no solo la atención del nombrado sino que también la de Ryo.
El pequeño niño no demoro en divisar al castaño, por lo tanto y por instinto bajo de la cama y se ocultó detrás de Zero en busca de protección.
-¿Qué hace el aquí?-cuestiono Ayato asustado-me da miedo-pero aquellas palabras ni siquiera habían salido de la boca del menor, pero Zero las había escuchado claramente dentro de su cabeza, como si fueran sus propios pensamientos, con la voz infantil del peli-rojizo.
Por lo tanto el peli-plateado observo al menor con asombro, ni siquiera sabía que había sido aquello.
-Veo que estaba en lo correcto-hablo nuevamente el castaño sonriendo ampliamente, no por nada había convertido a aquel niño-pues bien, mi visita a finalizado y…-sonrió un poco más-Zero espero entiendas lo que te dije y por favor cuida de Ayato por mí, es un vampiro especial-y así, tan rápido como había llegado, el castaño se marchó dejando al peli-plateado con un sinfín de preguntas y a un muy asustado peli-rojizo.
Y en ese preciso instante la puerta fue golpeada suavemente.
-Zero, tengo lo que pediste-exclamo Yukki tras la puerta.
Tanto el peli-plateado como Ayato se miraron, Zero suspiro y decidio colocarse a la altura del menor.
-Ayato, puedo pedirte un pequeño favor-cuestiono el mayor con una cálida sonrisa para tranquilizarlo.
-¿Qué cosa?-cuestiono devolviéndole la sonrisa a Zero.
-El favor que quiero pedirte es que…-dudo un poco, pero enseguida decidio continuar-no le digas nada a ningunos de las demás personas acerca de la visita que tuvimos hace algunos momento, ni mucho menos a Kaname o a Yukki, ¿está bien?-cuestiono sin dejar de sonreír.
El menor dudo por unos minutos, ¿Por qué Zero protegería a aquel vampiro malo?
-Está bien, no diré nada de nada-sonrió como un niño bueno.
La sonrisa del peli-plateado se ensancho un poco más y acaricio con ternura la cabellera rojiza. Ahora debía recibir las hojas y la pluma, enviaría el informe a su padre y buscaría respuestas a sus dudas con Kaname y si este no cooperaba, hablaría con Yukki, ya que sabía muy bien que el también estaba involucrado sin siquiera quererlo en un trio amoroso y Ryo se lo había dejado claro esta noche.
Con paso apresurado se dispuso a abrir la puerta.
-Siento no haber atendido al primer llamado, es que me quede dormido junto a Ayato-trato de sonreír.
-No te preocupes-Yukki le devolvió la sonrisa-aquí están las cosas que me pediste, espero te sirvan-agrego.
-Gracias-esta vez sí le dedico una sonrisa verdadera a la Kuran.
-No tienes nada que agradecer-respondió le peli-rojiza con una sonrisa cálida-bueno, creo que es momento para que me dirija a mi habitaciones-se despidió Yukki-nos vemos-y enseguida comenzó a caminar rumbo a su habitación.
-Nos vemos-alcanzo a despedirse Zero, para luego cerrar la puerta de la alcoba.
-Ayato-llamo la atención del pequeño que ahora se encontraba sentado en la cama-será mejor que vuelvas a dormir-le informo con una sonrisa cálida, dejo las hojas sobre el pequeño escritorio que había junto a una de las paredes y enseguida se dirigió al ventanal, debía ser menos arriesgado, por lo tanto ahora cerraría con seguro aquella puerta hacia el balcón.
-Está bien-respondió Ayato suspirando aliviado al ver que Zero colocaba seguro en aquel ventanal-pero… duerme junto a mí-pidió tiernamente haciendo sonreír nuevamente al peli-plateado.
-Bien-acepto para enseguida acercarse a la cama y acomodarse junto a Ayato.
El pequeño vampiro de cabellos rojizos en cuestión de minutos volvió a caer dormido.
Una nueva sonrisa apareció en los labios de Zero y no dudo en acariciar tiernamente los cabellos del menor, le resultaba increíble haberse encariñado con ese pequeño en tan poco tiempo, sonrió un poco más, no le molestaba en lo absoluto que Ayato resultara ser un vampiro, ya no, por lo tanto ahora con mayor razón debía averiguar quién era el vampiro que los había visitado hace solo segundos, ya que estaba claro que quería tener al peli-rojizo menor en sus manos.
Frunció el ceño, suspiro audiblemente y con cuidado salió de la cama para no despertar al menor, debía realizar aquel informe para entregarlo a la primera oportunidad que tuviera, por lo tanto no dudo en caminar hacia el escritorio, tomo asiento y comenzó a escribir, ya sabía que colocar y a quien culpar.
Ciertamente escribir aquel informe no le tomo más de media ahora, por lo tanto no dudo en crear con las hojas restantes un sobre y lo introdujo en el interior de este.
Una vez todo listo, Zero suspiro, giro la silla y observo a Ayato, el menor aun dormía profundamente y el, pues la visita de Ryo lo habían dejado con un sinfín de preguntas, las cuales no lo dejarían dormir, hasta por lo menos tener unas cuantas respuesta, las cuales solo Kaname se las podía responder.
-“No me quedare aquí sentado, quiero respuestas”-y con aquello en mente, salió de la habitación, esperaba encontrar a Kaname en su alcoba.
Por lo tanto con paso lento pero decidido, comenzó a acercarse a las puertas de color negro que se encontraban al final del pasillo, suspiro un par de veces, realmente se encontraba nervioso y no sabía si la razón de aquello era; por estar a solas con el peli-rojizo en su habitación o por escuchar las respuestas del mayor (por estatura), volvió a suspirar y toco la puerta suavemente.
Y así en cuestión de segundos el rostro de Zero era un verdadero tomate maduro, y como no si frente a él estaba Kaname con el torso descubierto, el cabello húmedo y con solo una toalla amarrada a la cintura.
Continuara…