Capítulo 2: Cartas
-Makoto…. ¿qué haces con eso?- pregunto algo nervioso Haru al ver el remitente de estas mismas.
-Haru….. ¿Por qué tienes estas cartas?- respondió un castaño, triste, celoso, enojado, pero más que nada decepcionado porque su mejor amigo de la infancia no le tenía la suficiente confianza como para hablarle de las cartas.
Haru volteo la cabeza para no tener que ver al oji-verde. – Son de Rin- respondió en un susurro que al parecer el castaño los escucho a la perfección.
-Ya veo, pero…… ¿por qué no me dijiste nada de eso, soy tu amigo, se supone que nos tenemos confían-
-¿Por eso no me dijiste nada al respecto de lo que sentías por Rin?- interrumpió abruptamente el pelinegro, dejando a un castaño muy sorprendido.
-¿Cómo…….. cómo lo sabes?- respondió Makoto sorprendido y a la vez apenado que sus mejillas comenzaron a tornarse de un ligero color rosa, apenas visible.
-Lo he sabido desde siempre Makoto, te conozco y la preocupación que tenías hacia Rin de pequeños lo hacía más notorio, tus sonrisas que solo se las entregabas a él, por ello……. (era la primera vez que Haru decía lo que sentía y pensaba lo cual sorprendió a Makoto) no te había hablado sobre las cartas, pero ya ha pasado mucho tiempo así que creo que ya es hora de que las leas- el pelinegro le entrego las cartas al castaño que hace un momento había tirado.
-Hi- exclamo Makoto abriendo una de las cartas
Para Nanase Haruka
Hola Haru, te envió esta carta como los meses pasados, todo va excelente, mi entrenador dice que podría llegar a ser un excelente nadador olímpico muy pronto, la materias no son tan difíciles, todo marcha bien y Sousuke a mejorado en su terapia para el hombro, no sé por qué te escribo sobre Sousuke si se que te cae mal, pero solo quería que te enteraras, hasta la próxima.
Matsuoka Rin.
Makoto abrió otra de las cartas, parece que le está yendo bien a Rin, me alegro, pensó el castaño con una ligera sonrisa que no paso desapercibida para oji-azul.
Para Nanase Haruka
Hola Haru, hoy ha sido un día terrible, he tenido 3 exámenes y las practicas cada vez son más cansadas, pero por suerte Sousuke y yo compartimos apartamento, así el me podrá explicar mejor las materias, hasta la próxima.
Matsuoka Rin.
-Parece que no somos los únicos con exámenes difíciles y prácticas agotadoras- sonrió el oji verde recibiendo una afirmación del pelinegro- oh….. ¿esta es la carta correspondiente a este mes?-
-Hi, pero aún no lo he leído ya que dejo de escribir cartas hace 6 meses- respondió sin importancia Haru.
-¿Qué te parece si la leemos juntos?- a lo que el ojiazul respondió afirmativamente, pero antes de que Makoto la abriera pudo ver una carta que le envió Rin antes de la última, decidió ver antes esa.
Para Nanase Haruka
Hola Haru, te envió esta carta antes ya que no puedo soportar un día más sin informarte que……. Sousuke y yo ya somos pareja, estoy tan feliz que podría morir, lo amo como no tienes idea alguna, más adelante te contare como va nuestra relación, hasta pronto.
Matsuoka Rin
Makoto no podía creerlo, Rin, al que había amado en su niñez y que aún a pesar de todos esos años seguía sintiendo algo por el chico pelirrojo, tenía pareja. -Parece que Rin ya encontró a alguien- le dijo a Haru con unas cuantas lagrimas amenazando salir de sus hermosos ojos esmeraldas - Haru……………. ¿me podría quedar esta noche contigo? No quiero que mis padres se preocupen por como estoy-
-Por supuesto, pero Makoto…………………. ¿aún sientes algo por Rin?- pregunto el ojiazul preocupado al ver a su mejor amigo de esa forma.
-Increíble, ¿no lo crees?, pero lo mejor será olvidar todo………………. Haru no me siento muy bien, ¿puedo ir a dormir? No quiero ir hoy a la escuela- pregunto un castaño muy deprimido.
-Hai, quédate en la cama- respondió el pelinegro con toda sinceridad, sabía como se sentía Makoto y su justificación por no querer ir a la escuela, ya que era lo mismo que él sentía por el castaño, pero él lo quería ver feliz.
Makoto se dirigió a paso lento a la recamara de Haru, mientras este decidió recoger todas las cartas, sabía que su amigo no despertaría hasta entrada la noche, o más bien no quería ver a nadie hasta que se sintiera un poco mejor.
Pasaron 2 horas y Haru decidió leer la última carta de Rin, al terminar no lo podía creer, tenía que avisarle a Makoto, que aunque lo amaba como a ninguno, quería verlo feliz sobre todas las cosas. Llego a la habitación no se espero a tocar y abrió la puerta, pudo ver al castaño recostado, no había dormido nada.
-Makoto, necesito que leas esto- dijo Haru entregándole la carta.
-No Haru, ya no quiero saber nada más de él- dijo un cansado y deprimido castaño.
-Makoto, toma la carta, es importante- dijo el ojiazul un tanto molesto. Al ver que Haru no se iría hasta que leyera la carta decidió tomarla.
Le tomo un poco de tiempo leer la carta, ya que por más que la leía y leía, parecía que no podía comprender bien lo que decía esta o más bien no quería creerlo.
-¿Haru, es verdad todo lo que dice la carta?- pregunto el castaño totalmente perplejo de lo que había leído.