Lunes 7:00 AM. Corría un muchacho de más o menos 24 años. Corría por un bosque muy rápido y preocupado, siendo perseguido por un sujeto enorme, de casi 2 metros de alto de tez morena, llevaba el cabello corto castaño claro y desordenado, sus ojos tan negros como la muerte misma, pero lo que más llamaba la atención de aquel hombre era la argolla que colgaba de su nariz igual a la de un toro. El muchacho corría ya desesperadamente pero no se fijó que una roca estaba en su camino y calló muy fuerte en el suelo, trató de levantarse y correr, pero ya era muy tarde, el sujeto estaba justo detrás de él, por lo único que podía hacer era enfrentarlo. "¿qué diablos es lo que
quieres? ¡¡¡Déjame en paz!!!" le gritó el muchacho enojado y nervioso al mismo tiempo, el sujeto solo sonrió de medio lado "por qué he de responder tu pregunta si esta vez será la última para ti, bastardo" le respondió el sujeto señalándolo con su enorme martillo, el chico se enfadó aún más por la arrogancia de aquel hombre, y entonces la transformación comenzó, al muchacho le empezó a salir pelo color ocre en todo el cuerpo, sus músculos ya grandes crecieron aún más haciéndolo ver más grande, sus orejas crecieron en la parte superior de su cabeza, sus ojos se volvieron completamente celestes, en su boca crecieron grandes y afilados colmillos, de sus manos salieron grandes y afiladas garras, y al final de su espalda le salió una esponjosa cola, "¿y ahora? ¿Aún piensas luchar contra mí?" le preguntó el muchacho muy confiado con su voz sumamente gruesa, cosa que le hizo gracia al sujeto "esa será tu última advertencia lobo sarnoso" le dijo el hombre corriendo hacia él, el chico se molestó más y también corrió hacia el hombre "¡¡veamos que tienes vaca!!" gritó dando un salto al igual que su adversario iniciando formalmente su combate.
Más tarde ese mismo día, en la escuela donde iban las chicas a ver sus clases diarias, estaban ambas sentadas en el verde pasto del jardín comiendo sus respectivos almuerzos. Pero Makoto aún estaba un poco distraída, cosa que Yuko notó de inmediato, "sigues pensando en aquel niño, ¿verdad?" dijo la pelinegra bebiendo su
habitual jugo de naranja, "eemmm..... Sí, es extraño que no lo haya vuelto a ver si vive en esta misma ciudad" dijo Makoto de brazos cruzados algo pensativa. Yuko solo soltó un pequeño suspiro y tomó el resto de su sándwich para seguir comiéndolo, era un caso perdido hablar con Makoto cuando algo llamaba su atención, y en este caso, era el niño de la otra vez, "¿Yuko?" preguntó Makoto tocando su hombro "qué quieres skater" le respondió Yuko sin quitar los ojos de su comida, "¿quién es esa chica que está junto a Yashida?" preguntó la morena algo confundida, la pálida chica volteó en la dirección que miraba la morena y no lo podía creer. Yashida estaba ¿sonriendo? ¿Enserio?, no habían pasado ni tres meses cuando el pálido
muchacho ya estaba saliendo con otras chicas, Yuko no podía estar más furiosa. Se levantó de ahí y se fue en dirección al salón de clases, seguida de su fiel amiga.
Justo en ese mismo lugar, se encontraba un ojiazul muy interesado en la notoria molestia de la pelinegra, y sonrió aún más ya que era por obra suya que la chica se pusiera así, "¿es esa chica de pelo negro con mechas la que te tiene tan obsesionado Yashida?" preguntó una peliazul viendo en dirección a donde se habían ido ambas chicas, "¿qué acaso estás ciega Eo?, claro que es ella, y por lo que veo, mi plan está funcionando" dijo el castaño con un tono narcisista caminando hacia el otro lado seguido de una insegura chica peliazul.
En el pasillo de la escuela se encontraba caminando una furiosa chica de mirada grisácea. No le importaba nada ni nadie que se le atravesara en medio. Solo quería llegar al salón y estamparse en su asiento a maldecir todo lo que viera, por otra parte, Makoto no sabía que le ocurría a la pelinegra. Estaba confundida, y extrañada así que hizo lo que creyó era mejor "Yuko espera, Yuko" trataba de detener a la joven para que le tratara de explicar lo que ocurría, pero la pálida chica ni se inmuta, así que la chica optó por hacer otra cosa, de un rápido movimiento, la pelinegra quedó justo enfrente de la furiosa Yuko, quien no se esperaba ese movimiento por parte de la morena, "¡Yuko!, ¿qué te pasa?" le preguntó una vez captara la atención de la otra chica.
"¿a mí? ¡¡Nada!! ¿Por qué he de pasarme algo Makoto? ¿He?" le dijo Yuko a la pobre chica, la cual se confundió más que antes, esto era algo que casi nunca le había sucedido, estar tan confundida por cosas como esa, Makoto solo suspiró, Yuko trató de apartarla del camino pero la chica de mirada verdosa ni se movió, "Yuko, mírame, somos amigas, puedes confiar en mí, ¿podrías decirme qué es lo que te sucede en estos momentos?" le preguntó la morena sin rodeos a su amiga tomándola de ambos hombros para que la viera a los ojos. Pero Yuko no lo tomó de buena manera, y apartó bruscamente la mano de la joven loba de ella y le estampó una bofetada que resonó en todo el pasillo llamando la atención de todos los presentes incluso de la hermana menor de la pálida chica, "!!¿¿Decirte??!! ¡¡¿¿Qué demonios tendría que decirte??!! ¡¡Déjame en paz Makoto!! ¡¡Así que hazme el gran favor de irte a la mierda!!" le gritó Yuko a la morena con toda su rabia contenida y sin ninguna consideración por los alumnos y profesores que veían la escena algo incómodos. La pelinegra la quedó mirando desde el suelo, ya que del golpe esta cayó al suelo, Yuko se fue a pasos rápidos y furiosos sin ningún arrepentimiento por lo que había hecho, Miyu se acercó a la chica en el suelo del lugar y la ayudó a levantarse "Mako..." dijo la niña algo apenada "lamento el comportamiento de mi hermana, es solo..." pero no pudo terminar ya que la mayor la interrumpió y le regaló una sonrisa "hey no te preocupes Miyu, yo estoy bien, pero debo admitir que tu hermana tiene la mano pesada, ¡me duele el rostro!" dijo la morena adolorida pero bien.
La pequeña soltó una risita "no tienes remedio jejeje" le dijo alegre a la morena, la cual se rió y empezó a seguir los pasos que antes había dado Yuko "¿piensas seguirla Mako? ¿Quieres morir o qué?" le dijo la pequeña acompañándola, "vaya, vaya, ya comienzas a sonar como ella, pero sí, Yuko está molesta por algo y como su amiga es mi deber estar a su laso y hacerla sentir mejor" le dijo a la menor con una mano en el pecho y los ojos cerrados con mucha pasión en su voz "jajajajaja, solo ten cuidado ¿sí?" le dijo la niña de cabello cobrizo a la morena, "déjalo en mis manos, ahora vete o se molestará contigo también" la pequeña asintió y se fue, Makoto entró al salón y estaba Yuko pateando su asiento con mucha furia. La joven licántropo dio una
mirada decidida y fue hasta donde estaba su amiga, y sin que esta se diera cuenta la tomo de sus brazos y la arrastró hacia atrás, Yuko sin pensárselo dos veces se zafó del agarre y lanzó otra bofetada, pero esta vez fue Makoto quien la sorprendió sujetando su mano antes de que impactara en su rostro, "Yuko por favor, no me gusta verte así
¿qué tienes?" le preguntó la morena a la gótica, la cual trató de acertarle una patada pero Makoto la esquivó con facilidad sin soltar la mano de la chica, Yuko trató por todos los medios de soltar ese agarre pero le era imposible entonces, le dio un fuerte golpe con el puño cerrado a la morena en el estómago, pero la joven loba lo recibió, pero a pesar del dolor que le provocó ese golpe terminó sorprendiendo aún más a la pálida chica al darle un cálido abrazo a ésta, y de los ojos de la más baja rebeldes lágrimas resbalaron por esa pálida piel para terminar en su mentón.
"Yuko, lamento si te hice molestar, pero realmente me preocupa tu actitud, ¿podrías decirme que fue lo que te hizo reaccionar así? ¿Por favor?" le habló dulcemente la morena a la otra chica, dando a entender que no corría ningún peligro al contarle que le molestaba, "lamento... haberte golpeado Makoto... es solo que..." tomo una pausa y continuó "me molesta que Yashida... esté con esa otra chica", y justo
en ese momento Makoto sintió una fuerte punzada en su pecho, cómo si una espada caliente la hubiera atravesado el corazón "oh... y-ya veo Yuko... bueno, está bien si te sientes celosa es... normal" le dijo la morena forzando una sonrisa, Yuko levantó la vista y Makoto ocultó la suya, sólo se levantó y ayudó a Yuko a hacer lo mismo una vez de pie Yuko quiso decir algo pero fue interrumpida por los alumnos que ya comenzaban a entrar al salón de clases así que tomaron asiento. "muy bien chicos, no solemos dar este tipo de noticias tan tarde pero hoy les tengo una sorpresa" les dijo el profesor a todos, los cuales prestaron atención, el profesor hizo una seña y una linda chica entró al aula de clases, todos se quedaron con la boca abierta cuando vieron a la chica "buenos días a todos, mi nombre es Hamemiya Eo, espero poder llevarme bien con todos" dijo haciendo una pequeña reverencia, "muy bien señorita Hamemiya, un gusto, ahora por favor tome asiento para empezar la clase" y la chica se sentó justo al lado de cierto castaño de mirada azulada, eso hizo que Yuko se enfadara una vez más, y Makoto al darse cuenta, sintió dolor y rabia, el dolor por que Yuko le daba mucha importancia a ese idiota, y rabia hacia el chico, el cual sonreía sínicamente al saber que tenía unas miradas sobre él, pero la chica a su lado no estaba muy segura de lo que estaba pasando.
De vuelta al bosque donde el lobo y el sujeto luchaban fuertemente, sólo se encontraba uno de pie mientras que el otro estaba en el suelo sin moverse, el sujeto ya no lucía humano, ahora era más alto, más fornido y su cabello se extendió a sus brazos, espalda, y parte del pecho, su cara era igual a la de un toro, incluso tenía cuernos saliendo de su cabeza, tenía la ropa desgarrada y partes del cuerpo heridas, escribía algo en su celular y lo puso en altavoz, "Kamashi... dime ¿acabaste con el sujeto?" preguntó esa otra voz en el aparato, en eso el muchacho en el suelo quien volvió a la normalidad se movió un poco, el sujeto llamado KAMASHI, tomó su martillo y con todas sus fuerzas lo estampó en la cabeza del muchacho moribundo estallando su cabeza en mil pedazos brotando la sangre manchando todo a su alrededor, "¿Kamashi? ¿Estás ahí? ¿Qué fue eso?" preguntó la voz, "no fue nada, el trabajo está hecho, nos vemos en el cuartel para discutir los detalles" respondió por fin el castaño volviendo a su estado normal, "oh ¡bien hecho! nos vemos aquí, hay que celebrar, nos vemos" se despidió aquella voz masculina, el hombre solo tronó sus nudillos y comenzó su camino hacia aquella fortaleza oculta en un lugar dónde nadie a excepción de ellos conocía su ubicación.
Fin del Cap.