Domingo 10:30 AM, Makoto estaba recostada en su cama boca arriba pensando en todo y nada a la vez. No sabía que hacer respecto a lo que pasó aquel día en la escuela. Después de que Yuko le revelara qué le molestaba, ella simplemente se fue sin más cuando la clase acabó, no esperó a la pelinegra ni a su pequeña hermana. Incluso, ya no le importaba buscar a ese niño lobo, sólo quería que todo eso no fuera real, que lo que creía sentir por la pálida chica no fuera real. Cerró los ojos con fuerza y se recostó esta vez boca abajo. Su pecho dolía, dolía mucho, pero ella nada podía hacer, entre todas esas cosas que rondaban su cabeza, la impotencia era una de las que más daño le causaba, "te odio desgraciado" fue lo que soltó la joven al aire levantándose de su suave cama sentándose en ella con la mirada enfocada en la nada.
Su madre entró a su habitación sin tocar, observó un momento a su hija y luego avanzó hacia ella, se sentó a su lado mirándola, "cielo... ¿Estás bien?" preguntó la castaña algo preocupada por su hija "sí mamá estoy muy bien" contestó la morena poniendo la mejor sonrisa fingida que tenía "ya deja de mentirme Makoto, soy tu madre y sé cuándo me estás mintiendo" le dijo su madre con voz seria "mamá, estoy bien, enserio, ¿por qué razón te mentiría?" contestó tratando de despistar a su madre, pero sólo hizo que la mujer se levantara de golpe y quedara frente a ella "Makoto Konohana, no te atrevas a mentirme, te conozco, te crie y sé cuando estás bien o mal" le dijo su madre regañándola "además, te has saltado muchas comidas y eso es algo que tú nunca haces" le dijo más tranquila y con una pequeña sonrisa en el rostro.
Makoto miró a la mujer y soltó un sonoro suspiro, era verdad, ella era su madre y la conocía demasiado bien cómo para estarle mintiendo. Por lo que la pelinegra tomó valor y decidió contarle a su madre lo que hace casi una semana la estaba atormentando, "m-mamá....... Y-yo......" trataba pero nada salía "es por alguien que te gusta ¿verdad?" la ojiesmeralda miró a la mayor muy sorprendida, de verdad que las madres lo saben todo, la morena asintió "sí.... Es.... Es Yuko" dijo la chica sonrojada desviando la mirada, su madre le sonrió, "¿y cuál es el problema con eso?" le dijo la mujer "el problema es que... Parece que aún le gusta su ex" dijo Makoto notoriamente triste, su madre sintió pena por ella, en cierto modo le recordaba a sí misma cuando tenía su edad, "¿estás segura de eso hija?" preguntó su madre, Mako miró al suelo y respondió "eso creo.... Y lo peor de todo es que es un bastardo" dijo con desprecio en su voz y mirada.
"¿lo conoces?" preguntó la mujer algo curiosa "es Yashida mamá" le respondió la joven licántropo con el ceño fruncido. Su madre abrió los ojos como platos ante tal confesión. "vaya.... Así que ese chico no te va a dejar en paz" dijo esta algo preocupada por su hija "¿has hablado con Yuko ya?" Makoto desvió la mirada apenada, pues ella sabía que no
era así, se la pasó en toda la escuela evadiendo a la pelinegra, incluso la chica la había llamado innumerables veces pero siempre le decía a su madre que le dijera alguna excusa tonta para no atender "Makoto... Yuko merece que le digas algo" le dijo su madre con voz tierna acariciando el cabello de la más joven "yo.... ¿Tú crees?" preguntó Makoto con rubor en sus mejillas. "¿cómo preguntas eso Mako? ¡Claro que debes hablar con ella!" le sugirió su madre "bueno.... Está bien, lo aré mamá, ¡hoy lo aré!" dijo decidida la pelinegra haciendo sonreír a su madre, "me recuerdas a tu padre Mako" le dijo esta con una sonrisa nostálgica Makoto fue y abrazó a su progenitora para calmarla "jejeje, ¿por qué todos dicen eso?" preguntó la chica a su madre "porque es cierto, ahora ve y arréglate que debes hablar con Yuko, ¡ve!" dijo la mujer dándole un empujoncito a su tan amada hija "ya voy, ya voy" respondió la chica divertida.
En casa de Yuko, se encontraba ésta recostada sobre su cama, mirando el techo de su habitación, pensando en las cosas que ahora la atormentaban, en Yashida y esa odiosa chica nueva, pero especialmente, pensando en Makoto.... ¿Por qué se distanció tan repentinamente de ella?, ¿Qué acaso no le prometió que siempre estaría a su lado?, parece que ahora Yuko no estaba segura de lo que le había dicho, todo eso la estaba volviendo loca. "eres una verdadera tonta Makoto" dijo para ella misma y se sentó en la orilla de la cama, tomó su celular buscó en contactos y vio un nombre "Skater" decía.... Después de un cansado suspiro dejó el aparato donde lo había encontrado y decidió tomar su bajo, pasaba sus dedos por sobre las cuerdas de éste, pero nada salía, no sabía que tocar.... Y entonces, cómo si sus manos tomaran vida propia, una melodía se podía escuchar de aquel objeto, el sonido era suave, tierno y hasta inocente se podía decir. Yuko sólo dejó que sus dedos tomaran el control y que sus pensamientos dejasen de fluir.... "Mako..." se le escapó de repente. Paró en seco cuando se dio cuenta de lo que había dicho "¿qué diablos te pasa Yuko?" se dijo a sí misma echándose en su cama nuevamente.
Pero un golpe en la puerta la sacó de su ensimismamiento para hacerla volver a la realidad. "¡qué!" preguntó la pelinegra sin intención de levantarse "hija soy yo, tienes visitas" se le escucho decir a la mujer al otro lado de la puerta, pero eso confundió a la pálida chica, "¿visitas? Nunca tengo visitas" respondió la confusa joven "pero esta vez sí, ahora levántate" contestó la mujer algo ¿risueña? para luego alejarse "¿quién demonios será?" se preguntó Yuko buscando algo de ropa que ponerse, pues no podía bajar con sólo su pijama puesto. Una vez lista, mientras bajaba las escaleras, pudo escuchar risas en la sala de estar "¿de qué se ríen?" fue lo primero que le llegó a la cabeza, y cuando giró a su izquierda quedó en estado de shock al ver a cierta pelinegra sentada en el sofá, ésta al notar su presencia se levantó de golpe poniendo una pequeña sonrisa en su rostro, "hola Yuko..." fue lo primero que dijo la chica algo apenada "hola skater..." fue la respuesta de Yuko "cielos hija, ¿por qué nunca me habías presentado a tus amigos?" preguntó su madre algo divertida, "porque no los tengo" contestó Yuko tajante frente a todos, eso le dolió a Makoto se notaba a kilómetros pero no se podía dar por vencida "Yuko... ¿podemos hablar?" preguntó la pelinegra a la otra chica "claro, resulta que ahora sí quieres hablarme ¿no?" le dijo a la otra chica con el ceño fruncido y mucha molestia, entonces el ambiente se tensó, y los presentes ahí se disculparon y se fueron del lugar dejando a ambas chicas solas "Yuko.... Sé que debes estar molesta y no te culpo sé que metí la pata y realmente lo siento, es que..." trató de decir Makoto, pero se detuvo "es que qué, ¿umm?" dijo Yuko de brazos cruzados "quiero arreglar las cosas.... Yo no soy así y no quiero perderte Yuko" le dijo la morena a su amiga muy arrepentida y sonrojada, Yuko por su parte, estaba algo insegura por lo que le estaba diciendo la pelinegra, pero también debía admitir que antes ninguna persona trató de disculparse con ella. Nunca se habían atrevido a ir a su casa, pero Makoto... Ella no era como los demás, Yuko la miró y avanzó hacia la chica, se paró justo frente a ella, causando que el sonrojamiento de la morena aumentara aún más, la cual ya se encontraba muy nerviosa por el repentino acercamiento de la pálida chica.
Yuko la miró a los ojos, y de improviso le dio un pequeño golpecito a la más alta con una pequeña sonrisa mostrando su blanca dentadura, ese gesto hizo que Makoto pudiera respirar nuevamente, "Makoto, ¿por qué me estabas evitando?" le preguntó Yuko a su amiga. Ésta se incomodó un poco con la pregunta que le hizo la más baja, pero de todas formas ella se lo debía "bueno.... Es que.... " la pelinegra buscaba las palabras exactas para describir su estado, "e-es que a mí me gustó esa chica nueva que se la pasa con el amargado de Yashida" mintió, aunque no del todo "¡¡¿QUÉ?!! ¡¡PERO QUÉ DEMONIOS MAKOTO!!" le dijo la chica alterada por las palabras de la ojiesmeralda, "por eso me alejé, pensé que no te agradaría la idea... Ya que la odias sin razón" dijo haciendo énfasis en la última parte, Yuko la miró con los ojos muy abiertos, "y-yo n-no.... Es complicado" dijo la pelinegra desviando la mirada, "sí, lo sé Yuko" dijo dándole un golpecito en el brazo a la gótica haciéndola reír "Yuko, la cena ya está lista, y dile a tu amiga que ni se le ocurra irse sin cenar" gritó su madre desde la cocina "está bien mamá" le respondió la chica a su madre levantándose del sofá "vienes o que" dijo con una sonrisa en su rostro, Makoto también sonrió y siguió a la chica.
Se sentaron todos a cenar y hablaron de muchas cosas, esa fue la primera vez que Yuko convivió tanto con su familia y también la primera vez que la vieron sonreír tanto, pero no todo dura para siempre. Llegó la hora en la que Makoto debía volver con su madre, "gracias por la visita Makoto, Yuko nunca había traído a nadie a casa así que esta visita fue especial para todos" le dijo la mujer a la morena "no se preocupe, me la pasé muy bien con todos, espero poder venir nuevamente" dijo la chica con una gran sonrisa, "te veo mañana en la escuela Mako" le dijo la pequeña dándole un abrazo a la mayor "claro que sí, hasta entonces pequeña" le dijo y se separó de ella, Yuko se acercó a su amiga para despedirse, "bueno... G-gracias por... Por la visita tonta" dijo Yuko algo avergonzada pues nunca pasó por esa situación, "hey, cuando quieras Yuko, siempre estaré ahí para ti" le dijo con una sonrisa de medio lado Yuko se sonrojó y también sonrió, pero lo que hizo después tomó de improviso a la pelinegra, se levantó en la punta de sus pies y le dio un fuerte abrazo a la loba, la cual estaba más que sonrojada... Pero después de volver al mundo real, correspondió el abrazo que le dio la pálida chica "gracias..." susurró Yuko en el oído de Makoto haciendo que esta se estremeciera para luego separarse y sonreírle "n-no e-está bien Yuko... Nos... Nos vemos mañana" le dijo la morena devolviendo la sonrisa y yéndose de ahí sin dejar de pensar en ese abrazo, Yuko cerró la puerta y subió hasta su habitación sin saludar a nadie, dio un portazo y se lanzó a su cama, se puso boca arriba y posó su mano en su pecho donde estaba su corazón y pensó "¿por qué me siento así? ¿Sólo fue un abrazo...? ¿No?" tomó una almohada y la colocó en su cara "¡¡¡¿QUÉ ME PASA?!!! ¡¡¡¿POR QUÉ TODO ES TAN CONFUSO?!!!" luego terminó dormida con esos extraños sentimientos en su pecho, sin pensar bien lo que eso significaba.
Ya eran las 8:30 PM y la morena caminaba muy animada por las calles en camino a su hogar, iba con una sonrisa boba en el rostro, sonrisa que se le borró cuando reconoció un aroma en el aire, se tensó y paró a mitad de camino. "veo que fuiste a visitar a Yuko" se escuchó una voz detrás de ella "eso no te importa, ¿o es que estás celoso Yashida?" dijo Makoto dándose la vuelta viendo al castaño a los ojos, "¿celoso? ¿De ti? Por favor, no representas ninguna amenaza para mí" dijo éste con una presumida sonrisa caminando hacia la derecha, "pues eso no es lo que demostraste cuando llegué a la escuela, ahí se te podía ver muy celoso" dijo la ojiesmeralda observándolo con una sonrisa en su rostro "cierra la boca, tal vez en ese tiempo sí lo estaba, pero ahora ya estoy con alguien más" dijo el chico con voz seria deteniéndose al lado de un poste de luz, "sí claro, y yo soy una bella hada cómo esa chica" dijo con total sarcasmo "¿qué acaso dudas de mí?" dijo el chico mirándola expectante "absolutamente, eres del tipo de persona que no acepta una ruptura, pero que sí puede romper con todo el mundo, ¡¡madura!! Sé un hombre de verdad y deja al orgullo de lado por primera vez en la vida" le dijo la morena con el ceño fruncido y molestia contenida, "¡¡NO TE ATREVAS A HABLARME DE ESE MODO KONOHANA!!" gritó el pálido chico con furioso con sus ojos de un color rojo brillante, "porque según recuerdo, tu padre no se hizo responsable por lo que le pasó a mi familia, así que no me hables de ser un hombre de verdad" le dijo el chico con la mandíbula tensa y los puños casi sangrantes, Makoto bajó la cabeza y también cerró los puños para mirar al vampiro a los ojos, "él sí se hizo responsable por lo que pasó, mi madre y yo igual, ¿o qué? ¿Crees que no nos dolió? ¡¡TÚ FUISTE EL QUE CAMBIÓ Y SE VOLVIÓ UN COMPLETO IDIOTA MARIKAWA, ASÍ QUE NO CULPES A MI PADRE POR LO QUE PASÓ!!" habló con furia la morena, y eso era difícil de ocurrir, Yashida se acercó a paso veloz y desafiante hacia Makoto, pero ésta no retrocedió ni un centímetro "¡¡CÁLLATE!! ¡¡TODO FUE SU CULPA!! ¡¡TODO!! ¡¡ASÍ QUE...!!" pero no terminó de hablar porque una voz lo interrumpió "oigan muchachos, ¿qué está pasando aquí? ¿Tienen algún problema?" preguntó un hombre robusto con bigote, era un policía, se acercó hacia ellos con el ceño fruncido y los brazos cruzados "no oficial, no..." miró al ojiazul quien la miró a ella y volvió a mirar al policía "no pasa nada, todo está bien" respondió la chica con una sonrisa, mientras que el chico estaba callado cabizbaja "eso espero, ahora váyanse a sus casas o los dos deberán pasar la noche en la comisaría" les dijo el sujeto guiñándoles un ojo "claro, no se preocupe señor, ya nos vamos" dijo Yashida para comenzar a caminar rumbo a su mansión, al igual que Makoto que iba en camino a su departamento, "después terminaremos lo que comenzamos Konohana" dijo bajo Yashida, pero lo suficientemente fuerte como para que el audaz oído de la joven loba lo ollera "dónde y cuándo quieras Marikawa" respondió ésta de la misma forma desapareciendo cada uno de la vista del policía.
FIN CAP. 9