Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ciel ¿Es infiel? por SebbyPhantomhive

[Reviews - 116]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

muchas gracias por mostrar interes... gracias a los que han comentado se los agradezco mucho y espero les guste este capitulo :*

Todos tenían su mirada fija en la pareja, pues se notaba el notable enojo del joven conde y Sebastian callado no acertaba que decir parpadeando miraba a su amo y lo que contenía esa canasta.

-Explícame...- Le ordenó con la mirada furiosa el conde señalando la canasta. -Yo...- trataba de explicar el demonio, -No entiendo...- Dijo muy confundido por primera vez en su larga existencia no acertaba que decir pues debía ser un error o una broma de mal gusto, los sirvientes estaban tensos con la situación pero no sabían si salir corriendo o quedarse allí, el silencio sepulcral invadió la entrada de la prestigiosa mansión Phantomhive, cuando de repente el llanto de un bebé retumbaba rompiendo ese tenso silencio.

-Por favor Ciel… esto debe ser un error, no me acuses sin saber- Decía Sebastian deteniendo a su amo que deprisa al escuchar ese llanto entraba más que enojado a la mansión, Meyrin sostenía al niño para calmarlo los demás miraban a la pareja que parecía discutir. –Nos están viendo… - Murmuró con vergüenza el joven desviando la mirada pues le apenaba que sus sirvientes confirmaran lo que meses llevaban sospechando una relación amorosa entre él y su mayordomo, aunque era inútil ocultarlo porque dentro de la mansión era un secreto a voces solo pretendían no saberlo.

-entonces, cálmate…- Sugirió Sebastian mirándolo con intensidad, Ciel suspiró profundamente así que decidió calmarse y era cierto no podía dar nada por seguro, aunque ese niño era igual a su demonio, todos entraron y los sirvientes por orden de su amo se llevaron al niño a la cocina para que dejara de llorar, lo alimentaran o algo así, lo que quería era quedarse a solas con su demonio para aclarar la situación.

-Léela…. – Le ordenaba el conde entregándole una carta a su demonio la que constaba que era para él. –Esto es absurdo- Murmuró malhumorado el demonio tomando la carta, -Absurdo o no quiero que la leas- Dijo con seriedad el conde aunque no lo mostrara se sentía herido de solo pensar en la idea de que ese niño era hijo de su amado demonio, así que internamente rogaba porque de verdad esa fuera una mala broma, Sebastian aclaró su garganta y se disponía a leer cuando escuchó la orden de su amo al referirse que la leyera en voz alta y así se disponía a hacer.

Querido Sebastian:

No sé si ese sea tu nombre, mucho me ha costado encontrarte, te preguntaras ¿Qué es todo esto? Y yo te dejo las respuestas aquí. Recuerdas hace casi un año cuando te acercaste a mí a buscar una información importante sobre un hombre que conocía, debo admitir que fue un agradable momento de locura que aún perdura en mi mente…

-No quiero leer esto…- Decía entre enojado y avergonzado Sebastian mirando a su amo mientras interrumpía su lectura -¿Por qué no quieres? ¿Te acusa de algo esta mala broma?- Cuestionaba con sarcasmo el jovencito que sentía romperse su frágil corazón enamorado pues por la reacción de su mayordomo todo parecía indicar que aquello no era una broma, era una realidad, le dolía la traición pero no se lo haría notar al que estaba parado frente a él y que le esquivaba la mirada y con un grito le ordenó seguir leyendo.

Fue sencillo deducir quien era el padre de mi hijo porque  aunque me hayas tomado por una cualquiera no lo era, pasé por muchas dificultades durante mi embarazo pero antes de que naciera por suerte logré hallarte entonces supe que este niño tenía posibilidad de un mejor futuro que el que hubiera tenido en algún orfanato, no dudo que este niño será bien criado y tampoco dudo que tú serás un buen padre aunque yo sea una pésima madre, Suerte con este niño aunque yo no debería decir esto es un bebé algo extraño y me da algo de temor y recelo.

-Si todo eso es cierto, me debes una explicación- Aclaraba Ciel con la mirada agachada notando el silencio de su demonio cuando terminó de leer esa carta. -Es tu hijo ¿Verdad?- Le cuestionaba con furia el pequeño agarrándolo del chaleco con sus pocas fuerzas tratando de desfogar su enojo y frustración, el demonio callado se dejaba golpear, sentía las bofetadas en sus mejillas no le dolían físicamente pero su corazón se conmovía al ver como su pequeño se reprimía las lágrimas, pero sabiendo lo orgulloso que era no las dejaba salir.

-Estábamos juntos hace un año- Reprochaba Ciel con enojo. –Lo sé… pero fue un error, un maldito error- Se justificaba inútilmente el demonio. –Los errores se pagan muy caro y mucho más cuando es a Ciel Phantomhive- Declaraba con firmeza el conde mirándolo con odio dejándolo estupefacto con esa declaración al demonio salía del despacho.

-Ciel… perdóname…- Le rogaba el demonio a la entrada de la puerta arrodillándose detrás de él lo agarraba de la cintura por la espalda. –Te ordeno no acercarte a mí… nunca más- Decía fríamente el conde apartando las manos de su demonio dejándolo en el suelo con el dolor de su alma se alejaba de él,

-¡Este niño es muy lindo¡- Exclamaba emocionado Finny mirando al pequeño que sonreía y tomaba su biberón. -¿será cierto que es hijo de Sebastian?- Cuestionaba con duda el cocinero mirando con detenimiento al niño que estaba en los brazos de Meyrin, todos se quedaron en silencio pensando en esa posibilidad.

-Pues aunque así sea, no es de nuestra incumbencia- aclaraba seriamente la sirvienta. -Pero el joven amo se pondrá triste- Se escuchaba hablar al joven jardinero con la mirada llena de tristeza, todos lo miraron pues sabian que el sentía un fuerte y especial afecto por su amo.

-¡Ay Finny! siempre tan preocupado por el joven amo- Murmuraba con una tierna sonrisa Meyrin mirándolo fijamente, -Claro es mi joven amo- Dijo el jovencito de cabellera rubia con una pequeña sonrisa y un leve sonrojo, aquello era observado con fijación por Snake.

-Puedes tener una oportunidad con él ya que está peleado con el que sabemos.- Hablaba con burla el cocinero codeándolo en juego Finny se sonrojó más al escuchar esa insinuación de inmediato se escuchaba un ligero zapateo por parte de la sirvienta que contenía su enojo.

-No es momento para ese tipo de bromas, Bard… es muy serio todo este asunto- Le regañaba la mujer con mirada seria mientras mecía al bebé entre sus brazos. -Tu lengua es más venenosa que una serpiente- Terminaba de decir con molestia

-No lo digo por ti Snake- Se justificaba Meyrin al pensar un poco en su comparación mientras miraba nerviosa a nuevo sirviente que estaba callado y parecía ignorarle. -Ya se enojó- Dijo Bard al notar esa actitud en él, Meyrin lo llamaba para disculparse pero este no le hacía caso, hasta que tuvo que llamarle en un tono de voz más fuerte entonces este la miró algo sorprendido, en realidad no es que haya querido ignorarla intencionalmente solo que estaba perdido en sus pensamientos ignorando su entorno.

-Últimamente andas en las nubes Snake-  Murmuraba con una pequeña sonrisa la mujer al notar esos últimos cambios en la actitud del mensajero. -Tal vez está enamorado- hablaba el cocinero sin dudarlo entonces esa aclaración hizo sonrojar al callado sirviente  que apretaba los puños, porque aquella insinuación parecía ser cierta aunque quisiera negarla.

-Claro que no…- Se escuchó decir en tono molesto a Snake algo inusual en su habitual comportamiento los demás sorprendidos lo miraban ya que este parecía irse de la cocina. -Ahora si se enojó- Murmuró la sirvienta tratando de calmar al niño que comenzaba a querer llorar.

-Mañana un cocinero amanecerá muerto lleno de picaduras de serpientes- Hablaba Meyrin con burla al escuchar eso el cocinero le recorrió un escalofrío en su cuerpo el pensar en esa posibilidad porque los sirvientes de la casa compartían una sola habitación y Snake la compartía con ellos también.

-No Snake, no fue mi intención enojarte- Rogaba Bard intentando seguirle en medio de las risas de Finny y Meyrin, cuando todos callaron y se quedaron quietos abruptamente.

-¿Qué es todo este alboroto?- Cuestionó el demonio que estaba de pésimo humor los sirvientes encogieron sus hombros y callados no decían palabra cuando Meyrin sintió frente a ella al siempre audaz mayordomo con un semblante tétrico que daba mucho miedo. -Sebastian-san- musitó la sirvienta llamándole temerosa y fue cuando vio como él tomaba al niño con sus manos de forma tosca.

-tú tienes la culpa de todo… mocoso…- Se escuchaba decir al demonio que parecía fuera de sí, mirando con enojo al pequeño que se retorcía en ese agarre brusco.

 

Notas finales:

les agradezco que lo leyeran... espero sinceramente les haya gustado *_* 

esperaré sus reviews :D

besos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).