Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Slice of Life por Radhe

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Fracaso 

Dio un salto atrás, tropezando un poco con la túnica patriarcal, hasta que su espalda chocó contra una de las columnas del exterior de Star Hill, deteniendo su caída. Pero el muchacho frente a él no le dio tiempo a reaccionar cuando ya estaba atacándolo nuevamente.

Shion saltó hacia adelante, desviándole el puño, pero no se atrevió a regresar el ataque. ¡Conocía a aquel muchacho! Lo había criado, visto crecer, había vertido en él todos los venerables valores de la orden. No podía aceptar que había fracasado, que algo dentro de Saga había fallado y dado lugar a la más terrible amenaza para el Santuario. 

Lo evadió nuevamente, pero comenzaba a cansarse, era viejo, y el menor era movido por fuerzas malignas de poder increíble. Finalmente Saga lo acorraló y de un certero y furioso golpe le penetró el pecho. 

Dándose por vencido, Shion se relajó, un gorgoteo de sangre subió a sus labios, que se movieron pronunciando un nombre final:

‘Dohko’. 


 Interrupción

Sus cuerpos estaban firmemente apretados, sus bocas no se detenían, lamiendo, mordiendo, succionando todo cuanto encontraban, sus manos apretaban firmes un momento, para luego viajar por el cuerpo ajeno con urgencia. 

Sobre el suelo yacían las piezas de sus armaduras, doradas las de Libra, azuladas la de la Surplice que portaba Shion. 

El tiempo estaba corriendo y aun no cumplían su misión; pero aunque el mundo se acabara, no podían detenerse. 

Sólo había una cosa que podría interrumpirlos y fue la que sucedió, ambos sintieron la vida de su Diosa extinguirse, Shion se apartó del cuerpo de Dohko, como si quemara y dejándose caer sobre sus rodillas, vomitó. 

¿Qué había estado haciendo? Estaba gastando las preciosas horas que el destino le concedía. Sin embargo Dohko no estaba en mucho mejor estado, la impresión de sentir a Atenea morir lo dejó temblando y débil. 

–Debo irme ya– murmuró Shion limpiándose los labios. 

Dohko asintió –Nos veremos antes del final.

Llamaron a las armaduras y se separaron, quizá no habría otra oportunidad para encontrarse, pero no importaba, su deber para con el mundo hizo que una vez más, dejaran su amor de lado.  


 Sobrenatural 

Había estado a punto de quedarse inconsciente cuando una sacudida lo regresó a la vigilia, Shion le miraba intensamente, preocupado.

–No te duermas.

Dohko asintió y se puso de pie. Los otros doce también deambulaban, desnudos y helados; todo estaba obscuro y las figuras rojas que les rodeaban no se habían movido. ¿Hacía cuanto tiempo que estaban encerrados en aquel lugar? ¿Cuánto tiempo tardarían los dioses en liberarles o en destruirles?

No lo sabían, quizá eso era parte el castigo. No estaban vivos ni muertos, estando muertos todo hubiera sido más fácil, volver otra vez al ciclo de la reencarnación y continuar, pero en cambio estaban encerrados, sin saber qué era del mundo, de su diosa, ni de sus compañeros. Dohko no sufría, la persona más importante para él se encontraba allí mismo, y confiaba en su discípulo para proteger a Atenea. Pero Shion les había advertido, que si se dormían, quizá fuera para siempre, en aquel lugar nada era seguro. 

No hablaban mucho, sólo vigilaban pero no podrían estar así para siempre. Dohko se acercó al cuerpo desnudo de Shion haciéndolo sorprender. 

–Dohko – dijo con un suspiro, poniéndose tenso. No estaban a solas, allí era imposible estar a solas. Pero finalmente volvían a tener cuerpos, por más que fueran sólo una proyección de sí mismos, estaban allí y podían tocarse, y el chino no podía aguantar más –¿qué… qué haces?

Porque había bajado sus manos de su espalda y le acariciaba íntimamente. Los demás detuvieron su andar, mirándolos de reojo, francamente impresionados. Hubo un levantamiento de protestas, pero Dohko lo acalló sujetando firmemente a Shion y recostándolo sobre el suelo negro de aquel lugar, que pareció absorberlos por un momento. 

El lemuriano fue a decir algo pero fue callado por la boca de Dohko. Los demás se agruparon aparte, dándoles la espalda, pero aún podían escuchar el roce entre las pieles, los suspiros, la humedad. 

Quizá eso iba a terminar por volverlos locos, estar allí encerrados sin otra cosa qué hacer, pero no parecía una idea demasiado mala, al menos enloquecer amando. Infectados por una necesidad extraña fueron acercándose unos a otros, hasta que los catorce cuerpos yacieron enredados unos con otros, en un frenesí carnal que no se parecía nada a un castigo.




FIN

Sí, fín, ya fueron los 30 drabbles, y además yo no creo que Saori los saque de esa estatua -.-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).