Los días posteriores fueron un tormento para todos los Slytherin cuyo príncipe seguía devastado, llorando a mares cada que estaba despierto, recordando una y otra vez sus felices momentos que resultaron ser una cruel mentira producto de una terrible jugarreta por un manipulador sin escrúpulos que se movía campante por todo el castillo lado a lado de sus estúpidos amigos y la insulsa pelirroja que se la pasaba más pegada a su brazo que las moscas al azúcar.
-Ya no puedo estar aquí, Pansy, siento que sigo muriendo por dentro, por favor…- rogó el rubio a su amiga que también pensaba que estaría mejor entre más lejos estuviera su amigo del castillo, lejos de su pasado, de Potter…
-Blaise, Nott, cuiden a Draco, en un momento regreso- dijo la chica imperisa corriendo a escribir una carta a sus padres. Los chicos asintieron tratando de consolar a su amigo que no quería responder a nada.
-Draco… Lovegood está aquí… ¿la mando a volar?- Preguntó Millicent incrédula viendo a la lunática Ravenclaw en el nido de las serpientes con una mirada fresca y soñadora.
-Déjala pasar Mill…- dijo en un hilo de voz –danos un poco de tiempo Theo…- su amigo apretó los puños, odiaba que siempre en el que se apoyaba era en Blaise y no en él, pero no podía hacer nada al respecto, esos dos tenían una vida juntos como hermanos, así que sin agregar palabra, salió del cuarto viendo pasar a la rubia que examinaba curiosa su alrededor, era la primera vez que se encontraba ahí y le resultaba fascinante lo diferente que eran las casa de Hogwarts.
Cuando se encontraron solos, la chica se sentó en la orilla de la cama de Draco; en su opinión no se veía nada bien; su semblante demacrado, con sus ojos enrojecidos por tantas lagrimas derramadas al desamor, el tormento en su mirada le daban a entender que nada sería igual con él y era lógico, no todos los días uno experimenta lo trágico y cruel de la vida como le pasó a su pobre amigo.
-Hola Draco, te vez fatal- dejó ir la muchacha para comprobar de donde se tambaleaba el piso.
-¿Tú como te sentirías si quien más quieres aplasta tus sueños y rompe en mil pedazos tu corazón para luego escupirle?- preguntó con ironía sin apartarle su rostro impregnado con perpetuo dolor.
-Como si un millar de centauros caminaran sobre mí- declaró llanamente tomando su mano, acariciándola como una madre lo haría y suspiró.
-Bueno, ya te das una idea…- se quedaron unos segundos en silencio; silencio que no apreció el rubio pues frunció el entrecejo; quería que Luna le dijera de una vez por todas que quería y que hacía en su habitación; pero todo lo que obtuvo fue:
-¿Sabes que pasó el otro día mientras comía pudin? Me encontré con Harry, se veía tan cambiado, como si le faltara algo…- miró al techo como si fuera lo más interesante del mundo o tal vez porque en su mente recreaba la escena, pero ni una ni otra cosa le importaba menos a Draco.
-Mira, Luna no me interesa lo que pase con la vida de ese maldito, si es lo único que viniste a decir…- colérico gruñó en voz baja.
-Pues la verdad si se veía diferente…- continuó ignorando la petición del rubio –incluso hace unas semanas cuando despertó en la enfermería y nos quedamos a solas, le pregunté si te había visto… pero fue muy extraña su respuesta, ya que me vio como si estuviera diciendo una barbaridad y negó rotundamente pensando que era improbable que tu quisieras saber de su estado, creo que algo raro le pasó…-
-Sí, y esa cosa rara se llama descubrimiento de su sucia jugada-
-Pero la verdad no se veía como alguien satisfecho, sino como alguien perdido, que no recordara nada… incluso me preguntó de dónde conseguí esta pulsera que me regalaron los dos esa linda salida a Hogsmeade, que lindos tiempos… creo que alguien lo hechizó o algo así y por cierto, ¿sabes una cosa más? dice madame Pomfrey que tenía marcas de magia oscura en su interior y esencia del agua del rio Nilo, sabes que es muy difícil que se desvanezca del organismo...-
-Suena linda tu idea de conspiración, pero ¿Quién sacaría provecho alterando los recuerdos de Harry? Nadie, ya no existe el señor tenebroso así que seguro y solo es traumatismo lo que sufre…- apretó los ojos conteniendo nuevamente sus lagrimas que eran traicioneras.
-Solo piénsalo Draco, realmente dudo que sea capaz de hacerte daño, yo lo vi con mis ojos y pude ver el amor que siente por ti…- dijo la chica palmeándole el hombro levantándose de su silla para salir calmadamente como entró.
-Yo también pensé verlo, pero eso no quiere decir que haya sido verdad…- dijo rodando con mucho trabajo sobre sí mismo para darle la espalda y se cubrió con la sabana para ocultar su sufrimiento.
Luna al ver el poco interés de su amigo se despidió cordialmente antes de retirarse, tendría muchas cosas en que pensar en su sala común. Blaise suspiró apesadumbrado, no había nada peor que ver a su mejor amigo en ese estado, pero lo que dijo la Lunática no cuadraba o tal vez demasiado...
-Y... ¿qué piensas de ello? tal vez lo que dijo la Ravenclaw es cierto y le dieron una pócima del olvido... recuerda que el agua del rio Nilo es uno de sus componentes, tal vez alguien se la dio para que te olvidara...-
-¡Basta Blaise! no quiero que tu también continúes con esa estupidez… como le dije a ella, te lo digo a ti, ¿Quién haría algo así? ¿Para qué? si nadie más que ustedes y ella sabía sobre nosotros… y yo confío plenamente en todos ustedes... y para tu información también para el veritaserum se requiere ese ingrediente, así que lo más probable es que haya sido eso...-
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A la hora y media que Pansy mandó la carta, la chimenea del cuarto individual de Draco recibió a Mary Parkinson la madre de su amiga y a su madre, quien se veía aterrada por el estado en el que le encontró.
-Mi bebe…- corrió a abrazarlo y el otro como muñequito de trapo se dejo abrazar por su madre quien solo acariciaba su cabeza y se aferraba a su cuerpo con maternal preocupación -Todo estará bien pequeño...- aunque Pansy no le había dicho gran cosa, tuvo la sensación que eso tenía que ver con Potter, probablemente sexto sentido.
Pero no era momento para preguntar, así que con la ayuda de Blaise se lo llevaron a la mansión Parkinson, donde, con total disposición lo instalaron en un cuarto de su uso exclusivo, con todas las comodidades necesarias y con una ferviente solidaridad por los años de conocerse y muchísimo más por su delicado estado. Aquellas amplias paredes serían, sin lugar a duda su residencia durante los siguientes meses…