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My Last Goodbye por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Aww queridos solecitos! ahora si me toco repartir bastantes galletas!! creo que tendre que hornear mas! ;3

Les mando muchos besitos especiales a kaorugloomy, QueenRaven-Stark, yui_shirogane, Innaluu, LRMV, dark moon 1515, Salo Reyes, Aylin, KamDreamFlu, Kat-winner, MarA, enamorada del yaoi y Mel_Loveless95!! muchas gracias por comentar y no saben como me fascinan sus maravillosas ideas! *O* son fenomenales!!

Ahora a leer se ha dicho!

Aun no podía creer aquellas palabras carentes de cualquier sentimiento, que, aunque no lo expresaba, eso explicaba la triste mirada del ojigris y su infinito dolor que trataba de esconder ante los ojos curiosos de los demás. Tenía sentido, pero no por ello le desconcertaba menos.


Quería hacer algo por él, tal vez alegrarle el día por breves momentos, aunque este siempre prefería alejarse o mandarlo a freír espárragos cuando quería, pero debía de admitir que aunque sea unos minutos podía ver el fantasma de una sincera sonrisa surcar por esa pálida cara, tan bella que cada vez más ansiaba en llamarlo para perderse en ella y sus singulares facciones; tan estéticas y afiladas que parecían hechos con la más fina porcelana, que le dejaban absorto.


-Harry ¿te vas tan pronto?- preguntó su amiga Hermione poniéndose de pie al ver la actitud decidida de su amigo por tomar sus cosas y salir de ahí.


-Si Mione tengo cosas que hacer- dijo esbozando una sonrisa de lado al recordar a la pequeña Peony que le prometió leer un cuento pues su padre se negó rotundamente a hacerlo porque volvió a desobedecerle por seguir a un gato cerca de su escuela que le hizo casi desfallecer por perderle de vista por más de quince minutos.


-Te vez bastante feliz cumpa ¿acaso Ginny te carteó?- preguntó Ron esperanzado echándose a la boca un pedazo de tarda de melaza.


-Claro que no…- soltó la lengua para después carraspear por su metida de pata –bueno, ahora que lo mencionas, si, parece que se encuentra bien, está bastante aclimatada a Rumania y dice que tal vez se precipitó en juzgarla…- dijo como si nada buscando entre sus cosas sus guantes, hacía bastante frío en la calle con su nuboso cielo, en definitiva “aparecerse” era su mejor idea.


-¿Vas a ir a ver a Malfoy otra vez? ¿Ya le preguntaste sobre tus recuerdos?- preguntó severa la castaña a lo que su marido la regresó a ver con espanto con la sola mención de su antiguo enemigo.


-Si... si voy a ir a ver a Malfoy y a su hija… -rodó los ojos pues no entendía el constante malhumor de su amiga por algo que solamente a él le concierne –y claro que no le he preguntado nada- “y no porque me falten ganas” pensó suspirando pesadamente – pero uno no va preguntando a la gente ¿oye que sabes de mi pasado? ¿Acaso teníamos que ver en algo?- Ron ahogó una risita pues la exasperación de su mujer era palpable.


-No te conviene frecuentarlo, es Malfoy… es una mala persona que no dudará en hacerte daño, Harry comprende- dijo Hermione secundada por Ron, exasperando de paso a Harry.


-Ustedes ni le conocen como es ahora, así que no tienen derecho a juzgarle mal… así que si van a seguir hablando pestes de él  como en las semanas pasadas ni se molesten en incluirme-


-Pero Harry…- se desapareció dejándoles con la palabra en la boca.


Se sentía bastante agitado y colérico por la reacción de sus amigos ¿Cuáles eran sus problemas? Ya no era un niño pequeño y perdido que necesitaba alguien que velara por su seguridad, era un adulto que podía tomar sus propias decisiones, ver y frecuentar a quien le plazca.


Aparte, apreciaba bastante la compañía de esa pequeña familia, tanto amor que se profesaba era una calidez tan maravillosa que nunca podía contemplarla lo suficiente. Adoraba a Peony y aunque fuera una locura le emocionaba su padre.


“Tengo que preguntarle” se dijo determinado pues, si él rubio era parte de su pasado eso explicaría muchas cosas que sucedían en su interior, esos sentimientos que florecían cada que lo miraba, cada que escuchaba su voz… “¿Tal vez éramos amigos pero lo arruiné enamorándome de él?” asintió, tal vez eso era, aunque no entendía como sus emociones podrían hacerle daño a alguien más que al depositario “dudo que Dra...err…Malfoy  me haya lanzado ese hechizo” simplemente lo descartaba por default, era extraño pues sabía que en otro momento no hubiera dudado como Ron o Hermione en echarle la culpa, pero convivir con él provocaba que tuviera plena confianza en él.


Como era su adquirida costumbre, se apareció en el pequeño departamento de los Malfoy y se lamentó su ocurrencia pues los aparatos eléctricos rezongaron un poco. Realmente le gustaba ese lugar y más cuando sus ojos verdes captaron lo más bello que se podía ver en el mundo. Un Draco Malfoy recostado en su sillón cuan largo es, ocupando el posamanos como almohada, con una expresión de total y absoluta paz, con sus plateados cabellos platinados desparramados sobre sus hombros y un brazo aferrándose a su pequeño tesoro dormido sobre su pecho con una pequeña sonrisa en sus infantiles labios.


-Que linda escena- dijo por lo bajo tratando de acomodar el brazo colgante del rubio que con ese ligero movimiento comenzó a despertar.


-¡Potter! ¿Que no te he dicho que entres por la puerta?- como siempre, regañó la insolencia del azabache quien rodó los ojos divertido por su usual recibimiento -Maldito seas, que si mi televisión o mi computadora estallan te lo cobraré con intereses-


-Claro, Claro Malfoy, ponlo a mi cuenta- chasqueó la lengua molestando al rubio quien resopló molesto por haber sido despertado.


-Eres un idiota-


-Dime algo que no sepa- Draco entrecerró los ojos -¿y ahora que te trae por aquí Evan?- remarcó esto último sacándole una sonrisa inocente a Harry que el otro casi sintió que sus ojos brillaron al notarla – ¿no deberías estar con tu taaaan maravilloso trió dorado?- dijo venenoso tratando de borrar esa estúpida sonrisa que para nada desistió.


-Digamos que estoy molesto con ellos y no tengo ganas de verlos-


-¿Problemas en el paraíso?-


-A veces pueden ser bastante infantiles...-


-No ¿enserio? La comadreja pobretona es la persona más madura que conozco y ni hablar del cerebro andante ¿Qué los libros que come ya no le sirven?- la ironía en su voz le hizo reír, aunque jamás le había gustado que ofendiera a sus amigos, no lo sentía como una verdadera ofensa, o tal vez ya se estaba acostumbrando a su mordaz humor que incluso le resultaba divertido. 


-No lo sé, tal vez podrías sugerirle algo de tu cosecha, tal vez le sirva- el ojigris arqueó una ceja curioso y no agregó nada mas pues la pequeña que escuchaba a lo lejos la conversación se removió inquieta pues no quería despertar. Frotó sus ojitos amodorrados y lo primero que vio fue a Harry y con una dulce sonrisa se puso en pie y corrió a saludarlo.


–Hola preciosa ¿vamos a leer un cuento?- dijo tomándole de la mano dándole una significativa mirada que lo desarmó.


*~*~*1 semana después*~*~*


Draco no quería admitirlo, no lo haría; simple y sencillamente no. Puede que su hija fuera más feliz con la presencia del ojiverde en su casa, pero eso no quería decir que al él también le agradara. Aceptaba su presencia continua; claro, tuvo varias semanas para acostumbrarse a esa intromisión, pero perdonarlo por el pasado; nunca.


Tal vez fue culpa suya y a la vez no, pero eso no le quitaba el dolor que experimentó en plena incertidumbre durante esos tortuosos cinco años, nada lo haría, solo el tiempo como le solía decir Blaise lo solucionaría…  “pero ya se está demorando bastante”


-Alguien se ve feliz- dijo con voy burlona Pansy recargándose en su amigo para depositar un beso en su mejilla –pero ¿un salón de fiestas muggle? ¿En serio?- arqueó las cejas inquisitiva antes de observar a la pequeña cumpleañera corretear con otros niños.


-Déjalo Pansy, que la mayoría de los amigos de Peony son muggles… y ella quería este motivo de “princesas” para celebrar su cumpleaños- puso los ojos en blanco, pues aquella fue una discusión como ninguna que hubieran tenido en el pasado. Mientras que Draco insistía en realizar la celebración en la comodidad de su casa, su pequeña insistía que invitaría a todos sus amiguitos y necesitaban un lugar más grande para jugar, con muchos globos y motivos rosas de princesas para que llevaran disfraces; no tuvo de otra más que acceder a regañadientes.


“Es toda una Malfoy cuando quiere” se decía algo orgulloso con sus genes que le demostraba que Peony no era tan Potter como pensaba.


-Parece que tu lindo “cariñito” está muy emocionado tomando fotos- ironizó el moreno señalando al chico de rizos con su perpetua alegría siguiendo a Peony con cámara en mano por indicaciones del rubio, pues ansiaba un  nuevo álbum de fotos.


-Ni se te ocurra decir semejante idiotez en su delante que no me lo despegaré en un mes…- frunció la boca en una mueca denotando desagrado, pero después rió, en verdad que Christian podría ser un pegostioso de lo peor, pero a veces no le molestaba demasiado.


-Es monísimo tu monito del amor, aunque eso reafirma mi suposición de que tienes un fetiche por los ojos verdes…- se quedó pensativa Pansy viendo al chico de arriba abajo; Draco se erizó en su lugar asegurándose que ningún padre de familia que pasara al salón escuchara algo tan vergonzoso como eso.


-No tengo nada de eso Pansy- siseó venenosamente haciendo que la azabache sonriera más.


-¿Ah no? Pues parece… Potty tiene los ojos verdes ¿o me equivoco?- dijo con voz cantarina exasperando al rubio.


Ohh mierda, lo olvidé por completo” pensó súbitamente suponiendo que en cualquier momento llegaría el susodicho y para colmo no les contó gran cosa a sus amigos sobre lo que sucedía con el salvador del mundo mágico más que la conversación con Luna a grandes (muy grandes) rasgos y que “más o menos” se ha estado paseando por su casa.


Buscó con la vista a Luna para solicitar su apoyo, pero se veía bastante ensimismada bailando junto a su esposo en el centro del salón, que contar en ese momento con ella, sabía que era un “no” rotundo.


-¿Qué jodidas está haciendo él aquí?- bufó molesto Blaise poniéndose rígido al igual que su esposa.


“Y hablando del rey de Roma” pensó golpeando su frente con la palma de su mano. Se veía tan casual con sus vaqueros deslavados y su polo rojo que se le antojó que remarcaban demasiado bien su torneado cuerpo; se mordió nervioso el labio inferior y se volvió hacía sus amigos.


-Chicos, más les vale que no hagan nada, Peony lo invitó y por ello tiene permiso de estar aquí- se frotó la sien izquierda queriendo alejar cualquier pensamiento pecaminoso de su mente y apartó la vista antes de cruzarse con ese verde intenso.


-¡Pero Drakis!- chilló Pansy sintiendo su sangre bombear rápidamente; odiaban a Potter y no creían en la palabras de la ex –Ravenclaw por muy conveniente que sonara.


-He dicho que no hagan ningún movimiento en falso, él no recuerda nada…- y vaya que lo sabía, pues lo escuchó con santo y seña de Luna, siendo reafirmado posteriormente por parte del pelinegro, quien incluso le enseñó las pastillas que consumía para menguar sus efectos secundarios; si era una artimaña, seguro que estaba muy bien maquinada…


-¡Tía Pansy! ¡Tío Blaise!- exclamó jubilosa la niña corriendo a su encuentro.


-Feliz cumpleaños muñequita- la mujer se agachó para estrechar en sus brazos a la menuda niña con un brillante vestido amarillo, quien lucía en su largo cabello negro sujeto por un moño azul y con una pequeña corona brillante sobre su cabeza. Blaise la secundó dándole un beso en su mejilla sonriente.


-Mira lo que te trajimos de regalo- profirió él moreno lo más calmado posible mostrándole una muñeca de cabello castaño -Es PansyBell-


-¡Wow! ¡PansyNieves ya va a tener una nueva compañera para jugar! Porque no le cae muy bien PansyCienta…Gracias tíos ¡son lo máximo!- su padre palmeó su cabeza con cariño y contuvo la respiración cuando cierto azabache se aproximó a saludar -¡Señor Harry!-


Los ex –Slytherin se regresaron a ver exasperados y mantuvieron la vista clavada en el león que se aproximaba a su encuentro –Potter…- exclamaron los dos al unísono denotando veneno que a Harry se le resbaló, pues no fue a la fiesta con intensión de algo más que pasarla bien con Peony y probablemente para ver la nueva expresión que Malfoy le dedicaría.


-Parkinson, Zabinni- se mantuvo firme frente a las dos serpientes, que prefirieron retirarse por una mirada casi suplicante de Draco.-Feliz cumpleaños pequeña-


-Qué bueno que pudo venir señor Harry- exclamó la pequeña dándole un besito en su mejilla.


-¿Y perderme tu fiesta? Nunca- le guiñó el ojo de tal manera que abochornó a Draco quien al instante desvió la vista. Sonriendo, Peony recibió su nuevo regalo se fue corriendo a dejarlo en la mesa de sus obsequios y siguió en su cometido de juguetear por todo el salón con sus amiguitos -Hola Malfoy, que lindo que le hayas hecho la fiesta a lo grande-


-Ya sabes lo que dicen, Potter, solo se cumplen seis una vez- dijo alzándose de hombros –pero siendo honestos, yo no podría haberle organizado todo esto con mi presupuesto… Luna se encargo de una parte, Pansy y Blaise de la otra…. Haciéndome inútil de paso…- agregó desganado, jamás le gustó recibir caridad, pero si ni siquiera podía costarle una lujosa y pomposa fiesta por sus propios métodos, no podía dejar con ganas a su querida hija…


-No creo que lo hicieran con esa intención, solo demuestran lo mucho que los quieren- Draco se sonrojó y asintió levemente con la cabeza.


-Como sea, ya estás aquí, toma un refresco o dulces, por allá hay papas fritas, disfruta que ya todo está pagado- chasqueó la lengua y comenzó a alejarse para supervisar que los niños no se estuvieran haciendo daño; no porque quisiera alejarse de Potter o algo parecido.


-¿Y quién se supone que es?- preguntó disimuladamente como que no entendió su expresión corporal de “déjame en paz”. Draco no comprendió a que se refería hasta que le señaló a su niña que resplandecía como un pequeño sol amarillo.


-Es Anastasia Romanov… aunque técnicamente no es una princesa, pero bueno, ella no quería venir con un disfraz de Blancanieves o de Cenicienta porque supuso que muchas de sus compañeritas vendrían disfrazadas así y…-


 -Quería resaltar- completó su idea dando un asentimiento –se ve bastante feliz, realmente se lo merece Papá Draco-


“wow, no creí que fuera tan vergonzoso llamarlo por su nombre” pensó con vergüenza, pues, en su mente a veces se refería a él como “Draco” pero pensarlo y decirlo eran dos cosas muy diferentes. El peliplata por su parte sintió aquel peculiar brinco que daba su corazón cuando escuchaba su nombre con esa peculiar voz estremeciéndole desde los pies a la punta de su cabello. Los dos se quedaron serios.


-Sí, lo sé, hijo Harry…- hizo una mueca de aversión y negó efusivamente -que horrible se escuchó, ni sueñes que te volveré a decir así- dijo tratando de acompasar el ambiente entre ellos y lográndolo ambos rieron por breves instantes cuando anunciaron la hora de cortar el pastel.


La pasaron amenamente lo que duró el convivio, Pansy y Blaise observaban y analizaban las intenciones de aquel individuo que tanto daño ocasionó en su querido amigo y por ende mantuvieron considerable distancia con el salvador del mundo mágico, quien muy alegremente se los agradecía pues no estaban presentes las ganas de conversar civilizadamente con ellos.


Draco organizaba todo lamentándose que su madre no estuviera presente, pues se había estado sintiendo mal por la cercanía de su aniversario de bodas que, prefirió disculparse antes de tiempo que hacerle falsas ilusiones a su nieta que iría a la fiesta.


Christian de vez en cuando se le acercaba tratando de animarlo y ayudarle con lo que pudiera, incluso cuando creía que nadie veía le daba disimulados roces en su mejilla o besaba su mano con devoción sacando de sus casillas a Harry.


“Bendita sea Luna por estar aquí… de lo contrario ya hubiera salido volando ese tío” pensó dándole un gran sorbo a su gaseosa de naranja.


-Oficialmente esta fiesta está terminada gracias a Merlín- exclamó Draco dando un gran suspiro aliviado; ya no podría soportar más gritos de niño durante una larga temporada.


-Todavía no cantes victoria Draco, que hay todavía muchos niños que no se han retirado- dijo la rubia disimulando una sonrisa saludando a los niñitas que se acercaban para tocar su tan largo y esponjoso cabello diciéndole que parecía un hada.


-No me arruines las cosas Luna…- cesó molesto cruzándose de brazos -¿y tú de qué te ríes cara rajada?- lo miró ceñudo pues parecía que cada que se le ocurría se reía a su costa.


-Uyy que humorcito… simplemente que te encanta estresarte y no te das un tiempo para darte un respiro-


-Ahh cállate…- le sacó la lengua haciendo berrinche, berrinche que le encantó al ojiverde y no dudaría en picarlo un poco.


-Pero descuida, que sé un buen método para relajarte-


-¿A qué te refieres?- procuró que no le temblara la voz “como si esperara algo de este inútil” se dijo muy seguro de sí mismo esperando no mantenerle mucho la mirada pues sabía que no existía defensa en ningún mundo para ese resplandor jovial y travieso de Harry Potter.


-Tengo una proposición que hacerte-


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


-Estas demente ¡no, no y absolutamente NO iremos!- sentenció dando por zanjada la charla que ni por un segundo Harry frenó su ímpetu de insistir. Peony que estaba muy divertida observando a los adultos discutir decidió ponerse del lado que más le convenía, que en este caso era con su héroe Harry.


-Papi, no se le dice no a una salida a patinaje- el rubio bufó, quería menos Potter en el panorama, pero parecía que solamente lograba lo contrario –por favor, por favor, por favor- y ahora su hija conspiraba en su contra.


-Que no- dijo tajante.


-Vamos Malfoy, se que quieres decir que si, aunque tu boquita diga lo contrario-


-¡Por favor, por favor papi!-


-¡Ustedes dos me sacaran canas verdes! ¡He dicho que no!-


*~*~*Dos días después*~*~*


-No puedo creer que estemos viajando a Goldming Surrey por gusto…- exclamó molesto sin despegar la vista de la carretera, Harry iba de copiloto, bastante divertido por las pequeñas rabietas del rubio y se deleitaba observarlo de soslayo.


-Calma, si quieres en la siguiente gasolinera yo conduzco-


-¿Para qué estrelles mi auto? No gracias…como si supieras manejar- rodó los ojos, Harry iba a agregar que una vez lo intentó junto con Ron cuando cursaban segundo año, aunque claro, las cosas salieron muy mal y terminaron estrellándose contra el sauce boxeador de la escuela; en definitiva era mejor ni mencionarlo “que viejos tiempos” pensó con añoranza –ok, entiendo que vengas tu, tú fuiste el de la brillante idea, pero ¿porque viene Luna y Rolf?-


-Porque nunca hemos estado en Goldming, suena maravilloso…- dijo la rubia observando por la ventana recargada cariñosamente en el hombro de su esposo y abrazando a una inquiera Peony que ya ansiaba poder patinar sobre hielo.


-Ok… y ¿Qué hace Xenophilus aquí también?-


-Porque podríamos ver un ermitaño de las nieves o un Snidget plateado, son rarísimos y podríamos tomar unas fotos…-  apretó las manos alrededor del volante, al menos agradecía que mucha gente estaba a bordo, pues tal vez de esa manera no era necesario tener a Harry tan cerca, eso le motivaba.


Aparte, Luna y Rolf siempre tenían algo que decir de sus innumerables viajes de investigación y siempre sus historias tan amenas e interesantes creaban un buen ambiente donde no cabían los silencios incómodos y para su buena suerte, Rolf no se hizo del rogar por Peony y comentó sobre una expedición que hicieron a Sudamérica donde encontraron innumerables chizzepuff que creían extintos en esa región.


Menos, mal” pensó agradecido; así tal vez ya podría concentrarse en el camino y no en el idiota que iba a su lado picándolo con la mirada verde que seguro si le preguntaba, juraría que no lo estaba viendo.


Cuando llegaron todos se bajaron del vehículo para poder estirarse, Harry sonrió con plenitud al notar la preciosa nieve cubriendo como un manto blanco todo el paisaje y el imponente lago que estaba tan congelado que había poca gente alrededor patinando entre risas.


-¡Papi vamos a patinar!- exclamó jubilosa dando brinquitos alrededor de su padre. Draco le colocó su gorrito rosa y le aseguró su bufanda –Madrina, Rolf, abuelito Xeno, ¡vamos, vamos!- se sonrieron entre sí ante tal energía de la pequeña que asintiendo comenzaron a bajar sus cosas para que no estuvieran abriendo y cerrando el coche.


-¿Me concedes la primera pieza Peony?- le preguntó Rolf alargándole la mano, que pidiendo permiso a su padre, la tomó gustosa y se encaminaron al lago.


Luna con una sonrisa divertida tomó el brazo de su padre y le ayudó con la cámara –Harry cuida a Draco en lo que regreso, mi papá y yo vamos a explorar los alrededores- le guiñó el ojo descaradamente aireando al rubio y avergonzando al moreno.


-Estúpida Luna, yo puedo cuidarme solo- gritó frunció el ceño haciendo reír a su amiga que muy quitada de la pena se llevó a rastras a su padre.


Ya me las pagaras Scammander” rezongó para sus adentros y regresó a ver al ojiverde con escepticismo –y bueno…- dijo como que no quiere la cosa -¿Cómo conoces este lugar olvidado del mundo?- Harry rió ante su comentario.


-Tuve que venir a una conferencia de medimagia a Surrey y unos amigos de la facultad me dieron el recorrido, es increíble la cantidad de pubs que encuentras por esta zona-


-Claro, los profesionistas responsables solo entraron a inspeccionar las “condiciones de salubridad” en las que se encontraban- ironizó divertido.


-Por supuesto y por ello era indispensable probar cada una de las botellas para asegurarnos que no hubiera nada “raro”- ambos rieron con fuerza que resultaba tan relajante –bueno, aparte de eso, dimos varios paseos sin rumbo, llegamos aquí por casualidad y me pareció bastante agradable y mas que mi amigo me dijo que en temporadas de invierno el rio se congela naturalmente…así que no dudé en querer traerlos aquí como regalo para Peony, pues me ha insistido que es bastante buena patinando-


Draco disimuló su sonrisa observando a su pequeña deslizándose sobre el hielo como si fuera su segunda naturaleza, tomada de la mano de Rolf quien de vez en cuando la levantaba sacándole risillas y luego cuando encontraba a su padre le saludaba con la mano.


-Ya me estoy hartando de darte las gracias por tus excursiones sin sentido, pero gracias-


-Me encanta tu humildad y agradecimiento tan sencillo, es fantástico- el rubio le dio un codazo.


-Pues no te acostumbres, Potter- el azabache le dio un golpecito en la nariz respingona que estaba helada por el clima y por instinto más que nada, despejó la frente del rubio que se quedó estático por ese indecoroso roce.


-¡Papi mira lo que encontró mi madrina Luna! ¡Fresas con chocolate!- dijo triunfal enseñándole la caja con aproximadamente veinte fresas que compartiendo la alegría de su hija le acarició su mejilla ruborizada.


-Mmm, que rico, mis favoritas-


-¡Vamos papi, has la magia, por favor!- pidió emocionada queriendo ver a su padre usar su magia, pues pocas veces lo hacía con libertad.


-Está bien, pero hay que ser cuidadosos que no nos vean- le advirtió haciéndola reír y tratando de ponerse seria se colocó con cuidado tratando de “bloquear” las vistas ajenas -incendio…- murmuró a la fresa que tenía sujeta por su pedúnculo a una distancia considerable y el chocolate recibiendo ese pequeño fuego, comenzó a derretirse.


Harry miró absortó aquella escena casi con la boca abierta “imposible” pensó. Eso era tan parecido al recuerdo o intento de recuerdo que tuvo y no podía creerlo.


-¿Q-Qué hiciste?- su voz tembló más de lo que quería y el rubio lo regresó a ver ladeando la cabeza.


-Un pequeño incendio, nada nocivo, pero es perfecto para las fresas con chocolate, les da un sabor riquísimo ¿o no Peony?- la niña asintió con la cabeza echándose la fresa a la boca haciendo muecas de regocijo.


-¡Le diré a mi madrina para que vea, seguro también le gusta!- exclamó emprendiendo la carrera hacia la rubia que se dedicaba a tomar fotos con su esposo y su padre.


-No corras Peony que no quiero que te caigas- con torpeza Harry se acercó tratando de asegurarse que no fuera un recuerdo solamente y cuando tocó realmente el abrigo del rubio sintió que sus piernas le fallaron y se vino abajo con todo y rubio.


-¡Harry!- chilló inconscientemente cuando sintió la fría nieve bajo su cuerpo calándole rápidamente –Hablando de caer…- dijo con sorna para después sonreír enigmáticamente que tensó a Harry –mira, por tu culpa tire las fresas- señaló con la mirada a los frutos regados a su alrededor; pero aquello poco podía importarle al otro.


Tenerlo así, era tan familiar; él era el de su recuerdo en la torre de Astronomía, tenía que serlo y como si del más puro magnetismo se tratara, sin más ni más unió sus labios con los del rubio como si no hubiera un mañana; una pizca de recuerdo, melancolía inexplicable y explosivo deseo; quería deleitarse en esos apetitosos labios sonrosados y helados que sin dudarlo le correspondieron por breves instantes que le parecieron los más preciados de toda su existencia.


-¿Qué éramos Draco?- preguntó en voz baja mirándolo con desesperación -¿Por qué me siento así contigo como si fueras parte de mí?- Draco se quedó sin palabras y sonrió tristemente. No quería recordar, no más. Y ahí estaba el Harry amnésico rogando por saber el pasado.


-¿Qué pasaría si te dijera que éramos algo más... mucho más que simples enemigos?-


 

Notas finales:

Pues es todo por esta semana, queridos mios! espero que les haya gustado jeje! intente hacerlo lo mas largo que pude y si los hago bolas me avisan ;9 (esque siento que fueron bastantes cosas que sucedieron y si alguien se siente desorientado o perdido, no podre jaja no, no se crean! con gusto les resuelvo sus dudas ;3)

Los adoro! y espero sus lindos rr! claro, si quieren y si me lo meresco xD

Nos vemos el proximo lunes sin falta! Les mando muchos besitos!! <33


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