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My Last Goodbye por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Holitas preciosos!! ya estoy aqui!! wii!! que felicidad!! Es el momento mas feliz del dia! (ya que el verano en la uni esta haciendo sus estragos e mi >o<!!) 

Quiero mandarles dulces y animosos saludines a Kaorugloomy, Innaluu, LRMV, QueenRaven-Stark, LORDMOON, Aylin, grimmyschiffer(omgsh!! volviste chica!! yey~), dark moon 1515, Salo Reyes, laene, helenhades y Jaqueline!! wii!! los adoro!! muchas gracias por sus lindos reviews!! <33

Espero que les guste!! Les dije que les tenia 2 sorpresitas y ahi estan! wii!!~

Ahora a leer se ha dicho!! yey!~*

-Madrina ¿Qué estamos haciendo aquí?- preguntó la pequeña Peony sujetándose de la mano de la rubia que caminaba con prisa por los amplios pasillos bordeados de paredes iluminadas por velas flotantes.


-Estamos en una misión secreta- murmuró haciendo que la niña abriera los ojos emocionada.


-¿Cómo misión imposible?- la bióloga asintió, estaba casi cerca de atar todos los cabos sueltos; ya tenía sus principales sospechosos, la ayuda que necesitaba; lo único que faltaba era el medio, y podía jurar que lo había visto por ese lugar.


-¿Y dónde estamos?- preguntó fascinada, sentía tanta magia a su alrededor que casi podía dar brinquitos, era casi como Hogsmeade pero mucho mejor; con ese aire de suspenso y fantasía como los castillos de princesas que su padre le leía por las noches.


-Esto es Hogwarts, pequeña… y aquí encontraremos algo importante- aseguró con esa misma veracidad bailando en sus ojos de que algún día encontraría un snorkcark de cuerno arrugado.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Queriendo dejar de lado sus profundas cavilaciones, salió a su pequeño balcón y se sirvió en una copa un poco de Whisky de fuego; puede que el champagne o el vino blanco hubiera quedado mejor para la ocasión, pero si quería una resaca de calidad, mejor comenzar con el bueno.


La cercanía de Harry Potter le abrumaba y en qué manera; quería alejarse como si le quemase su sola presencia, pero a la vez, una fuerza natural lo mantenía en vilo a quedarse ahí plantado, observándole acortar distancias para que su fuego lo quemara lento hasta consumirlo…


“Esto es de masoquistas…” pensó dándole un trago al liquido ambarino que raspó su garganta.


Las palabras de Christian le dolían, eran terribles pues, todos sus esfuerzos por eliminarlo de sí, desintoxicarse de su corazón y pensamientos fue en vano… “tanto dolor ¿para qué? Si no he aprendido nada…” pensaba acongojado removiendo su copa entre sus dedos.


-¿Qué estás haciendo aquí solito?- preguntó en un tono suave que le hizo virar la cabeza para verlo “perfecto” rumió fastidiado.


-Pensar- soltó alzándose de hombros; claro no le diría que él era el protagonista de sus pensamientos, pues si le preguntará lo negaría rotundamente y de paso lo mandaría a la tiznada por metiche.


-Wow ¿seguro que no te duele la cabeza?- bufó exasperado haciendo reír al azabache.


-Para tu información, no. Mi mente, a diferencia de la tuya es excepcionalmente brillante y pensar es uno de esos pasatiempos que la mantienen ocupada- dijo con ese soberbia tan característica de su etapa escolar que sonrió con cierto aire de nostalgia. Todavía tenía el toque, aunque era solo eso lo que quedaba.


-Ya- contestó con un asentimiento sentándose a su lado. La noche estaba agradablemente fresca, y las pocas estrellas en el firmamento titilaban levemente, no había luna brillando y la cantidad de gruesas nubes presagiaba que volvería a llover.


Una corriente de aire comenzó y Draco solo se refugió en su ligero chal sobre sus hombros. Harry quería pasar sus brazos por sus hombros para abrigarlo, pero intuyó que no sería bien recibido aquella muestra -¿y Peony?- preguntó curioso queriendo evadir la necesidad de tocarlo.


Aunque si lo pensaba un poco era raro que no estuviera la pequeña correteando por ahí armando barullo con su jovial risa o divirtiéndose con sus programas infantiles.


-Esta con Luna y Rolf, hicieron una piyamada o algo así y regresará en la mañana a medio día, así que tengo la noche libre para embriagarme a gusto- dijo meneando la botella recién abierta.


-Pues considerando tu resistencia al alcohol, diría que solo te falta otro vaso para que quedes noqueado- ironizó ganándose un fuerte golpe en el hombro.


-Jajaja que gracioso Potter, tu agudo sentido del humor me apantalla- siseó rodando los ojos.


-No aguantas nada Draco…- dijo sobando su brazo con la palma abierta.


-¡Deja de decir mi nombre cuando te plazca que lo desgastas!- bramó furioso empujándolo de su camastro para que lo dejara en paz; pero eso solamente encendió al otro.


-Me gusta tu nombre, Draco, Draco, Draco…- canturreó como chiquillo sobresaltando al otro que le lanzaba manotazos.


-¡Deja de cacarear Potter!- chilló exasperado tratando de taparle la boca al risueño azabache que mas que infantil seguía repitiendo su nombre -¡silencio Potter que arruinas mi noche de relajación!- los golpes volaban a diestra y siniestra haciendo carcajear aun mas al moreno. Draco ya estaba sobre él queriéndolo callar.


-Dime Harry- pidió tomándolo por sus manos.


-¿Qué?- jadeó tratando de soltarse de ese roce que no toleraba porque le erizaba hasta medula.


-Que me digas Harry, solo Harry y tal vez yo te de algo que tengo en mi bolcillo- dijo radiante entrelazando sus dedos con los del rubio que se tensó con ese toque.


-No estás en posición de negociar-


-Vamos, se bueno- hizo un puchero que el otro solo puso los ojos en blanco “imposible” era la palabra adecuada para describirlo –vamos Draco ya lo hiciste antes- el ojiplata no quería aceptarlo que lo hacía inconscientemente porque ese nombre estaba clavado en su mente, esas cinco letras permanecían en él.


-¡Cállate! Como molestas- el otro con ternura le acomodó el cabello tras su oreja y prosiguió a acariciar su suave cabello para seguir por su mejilla que comenzaba a ganar un delicioso sonrojo –Como jodes… eres un insoportable… está bien… Harry… dame la estúpida cosa que tengas en tu horrible pantalón-


El moreno complacido lo soltó y sacando algo pequeño de su bolcillo, conjuró un egorgio y lo depositó con cuidado. Draco quedó pasmado ante lo que captaron sus ojos grises “El cofre” pensó; era tal cual lo recordaba y sonrió, hasta que descubrió que él no estaba bien cerrado -¡Lo abriste!- chilló horrorizado.


-Claro, estaba entreabierto y no pude evitar echar un vistazo…- se alzó de hombros a lo que Draco lo miró mal, pero volviendo su mirada a ese cofre de los recuerdos, con las fotos, la snitch y su mechón de cabello; tantos eventos que no volverán pero que significaron todo para él, hasta ese momento terrible… –aunque ahora que lo pienso, no debería devolvértelo ya que es mío, tú me lo regalaste…- dijo volviéndoselo a quitar de las manos.


-¡Déjate de sandeces y dámelo!- vociferó queriendo arrebatárselo -¿no que querías que te contara sobre… esa cosa del pasado…?- no estaba listo para revelar nada aun, pero realmente quería ese cofre… si lo tenía el azabache sería solamente como un incentivo que les recordaría ese pasado compartido que ya no valía la pena recordar, porque entre mas se aferraba, mas dolía…


-Sí, claro que quiero recordar todo acerca de lo que compartimos, pero no quiero lastimarte… que parece que siempre que quiero hablar de ello, poner esa cara de profunda tristeza que me parte el corazón…- acarició con ternura su rozagante mejilla que comenzaba a arder.


-Idiota- dijo sintiendo sus dedos resbalar por la oscura madera hasta soltarlo.


-Ya lo sabía…- le sonrió mordiéndose las ganas de besar esos labios tan cerca que nerviosamente fueron humedecidos por la lengua del rubio; casi podía sentirla en los suyos –ven, vamos adentro que está haciendo frio…- lo tomó de la mano guiándolo al calor de la sala; el otro dócilmente se dejó hacer.


-¿Qué es eso?- preguntó clavando sus ojos en la mesa que captó su atención con prontitud. Era  una pregunta tonta, pues con solo notar el tamaño, los pétalos rosas perfectamente abiertos y el característico aroma; era más que obvio, pero no por ello dejaba de ser sorpresivo e inesperado.


-Peonias; supuse que son tus favoritas por, bueno, tu sabes- sonrió tan preciosamente que antes de que lo notara, con un arranque de electricidad que lo invadió obligándole a jalarlo fuertemente con ambas manos hasta que sus labios chocaran, fundiéndose con pasión correspondida fluyendo entre sus cuerpos que se entrelazaron.


Se besaron como en el ayer, como si nada hubiera pasado y el tiempo se hubiera congelado, dejándolos en una dimensión desconocida pero muy placentera, donde lo que hacían era correcto y lo más natural del mundo.


-Ohh Harry…- sollozó abrazándolo necesitadamente; sentía sus manos temblar pero no podía dejar de besarle. Sin separarse, continuaron besando esos labios sagrados tan maravillosos que sabían que probablemente jamás probarían ese delicioso sabor en ninguna otra persona, se pertenecían a pesar de la distancia y el tiempo, siempre convergerían a ese preciso lugar entre sus brazos.


-Mmm... Draco…- gruñó apretándolo con fuerza como si temiera que desapareciera de un momento a otro, no lo soportaría.  Sus lenguas se reencontraron como viejas amigas, deleitándose la una con la otra, danzando en esa caliente batalla de pasión y agonía.


Draco le separó un poco a respirar; ambos jadeaban arrítmicamente por los estragos que generaban en el otro; con devoción recargó su frente en la del moreno mirándose lentamente, perdiéndose la esmeralda en la plata queriendo preservar el momento en sus mentes.


Sabía que aunque su raciocinio le exigía que lo soltara, que se deslindara de una vez por todas y que fuera fuerte para mandarlo al carajo,  pero no podría... simplemente dejó que sus ansias lo dominaran y que aquellos sentimientos que siempre albergó florecieran como nunca antes; nuevamente a la luz de la noche, siendo la luna su fiel compañera testigo de la entrega de sus afectos.


-Yo... Draco... te...-


-Shh...-cubrió nuevamente su boca con la suya -no lo digas...- pidió dejando sus manos vagar laxas por su cuello hasta su cabellera alborotada -no es necesario...-


-Para mi si...- mordisqueó su los labios entreabiertos llenándose de su dulzor, exaltándose ante los pequeños gemidos cargados de deseo.


Sus palabras de amor se enredaban en su garganta rogando por ser expuestas, pero sus besos no se podían detener, quería probar más de él y lo haría, no había vuelta atrás -Draco… creo que no importa lo que pase, ni lo que se interponga entre nosotros… siempre terminaré enamorándome de ti…- esas pequeñas, pero tan significativas palabras le derritieron.


Aunque sus ojos estaban anegados de lágrimas, una tímida sonrisa no dudó en aparecer; tan brillante que era la respuesta que el azabache esperaba. Con todo lo que su corazón profesaba lo cargó entre sus brazos sin dejar de besarle guiándole hacia la habitación con la puerta abierta.


-Si sigues así vas a sangrar mis labios…- dijo divertido el rubio siendo depositado con tal ternura en la cama que sus pálidas manos se divertían con el rostro del moreno que se sonrojó por lo que dijo, pero no por mucho pues en seguida tomó su mano y la besó con fervor.


-Con gusto lo seguiré haciendo hasta poder fundirme con ellos…- murmuró repartiendo pequeños besos por el dorso de su mano;  esa dulce piel sabia tan bien que su lengua comenzó a delinear cada porción que llegaba a ella.


Draco se removía en la cama viendo la maravillosa imagen de Harry probándolo con ansias, sin recato, perdiéndose en él como si también le hubiera extrañado por esos años de distancia.


“Tanto amor era imposible que se perdiera” súbitamente esa palabra llegó a su mente; eso fue lo que le dijo alguien una vez y era cierto; ahora lo corroboraba y lo estaba viviendo.


-Ahh… Harry…- se erizó cuando el salvador del mundo mágico se prendió a su cuello dándole una ligera succión que no acabó ahí, sino que siguió bajando tortuosamente hacia sus clavículas, sus dientes se clavaban en su fragante piel, queriendo marcarla como suya y seguro lo estaba logrando.


Sus manos tampoco pudieron mantenerse quietas, pues tener ahí tan dispuesto a Harry brindándole toda su exquisita atención, comenzó a recorrerle desde sus codos hasta los hombros; sentir aquella piel, tan diferente a la de su primera vez, tan cambiada, pero con la misma esencia en ese cuerpo masculino que estaba tan tonificado que podía sentir la tensión que ejercían sus marcados músculos; con gula siguió reconociendo. El azabache seguía su camino desabotonando con infame lentitud los botones de su camisa queriendo revelar poco a poco su blanco torso como si de un espectáculo se tratara.


-Draco… eres tan delicioso…- murmuró succionando sus rosados botones generando círculos a su alrededor, endureciéndolos con sus dedos haciéndole jadear. Ya no podía pensar adecuadamente, su cordura comenzaba a deslizarse al olvido.


-No… Harry de-detente…- sollozó jalándole los cabellos negros al sentir como bajaba peligrosamente esa lengua húmeda y caliente hasta llegar a su vientre… la condenada mano del ojiverde se posaba descaradamente sobre el bulto de su entrepierna, tan dolorosamente apresado que sabía que si seguía tocándolo de ese modo se perdería en el éxtasis y frenesí de pasiones que, no debía, no era correcto…


-Ya es muy tarde Draco…- su voz ronca le excitó de sobremanera, era tan sensual que arqueando la espalda se soltó a sus bajos instintos para que gobernaran su cuerpo; su hombría fue liberada y comenzó a ser complacida en el acto por el ojiverde, que en el borde del delirio, observaba expectante la expresión de embriaguez del rubio que gemía audiblemente apretando en puño las sabanas de su cama, arrugaba el ceño, se relajaba, se tensaba y volvía a comenzar; sus ojos se entrecerraban en una gloriosa expresión de placer, el calor en sus mejillas inició su esparcimiento por su delicado mentón hasta su cuello.


Harry enajenado en ello metió ese rozagante miembro en su boca, apretándolo con sus labios procurando no usar mucho sus dientes, pero a veces no podía evitarlo. Era una experiencia incomparable, ese sabor amargo del pre-semen entremezclado con el peculiar sabor de la piel de Draco le motivaba a complacerle aun más; con su lengua delineó las marcadas venas provocando que el cuerpo del rubio vibrara.


Sin querer que terminara por su cuenta, dejó de brindarle atención a su enrojecido falo ganándose quejidos de Draco que tragó saliva con dificultad. La noche era larga y quería aprovecharla.


-Ahh… idiota… ¿P-Porque no… ter-terminaste?- dijo en un erótico hilo de voz, frotando sus ojos y su arrebatador cuerpo intentó recuperar su aliento para seguir reprochándole, pero Harry ignoró cualquier protesta, pues tenía otras cosas en mente y brindarle un placer sobre humano era una de ellas. Humedeciendo sus dedos comenzó a masajear ese ceñido anillo de músculos, tan pequeño que se le antojaba clavarse en él con demencial pasión. Draco se ruborizó aun más, si eso pudiera ser posible y comenzó a gimotear cubriéndose el rostro con sus manos.


¿Enserio lo dejaría llegar hasta el final? Era lo que se preguntaba la última pizca de raciocinio en su mente, pero ver la determinación en los ojos verdes, su pasión y amor solo lo arrastraba a mar abierto. Gimió sintiendo el digito invasor dentro, deslizándose con precaución, procurando no hacerle daño alguno; su mirada volvió a empañarse por las lágrimas.


-Ohh, Draco… ¡joder! estas tan estrecho y caliente…- murmuró en su boca plantándole un beso profundo, tratando de distraerlo de su intromisión; su entrada lo estaba volviendo loco pero procuró darse su tiempo para dilatarlo adecuadamente, estimuló nuevamente su pene acariciando su glande con la mano libre, besaba la tersa piel de los blancos muslos relajándolo hasta poder ingresar otro dedo.


-Ya… maldita sea… entra de una vez…- sollozó, ya no aguantaba y quería tenerlo dentro una vez más, como antes.


Harry no quería lastimarlo, pero moría por unir su cuerpo con el del rubio, quien con su deliciosa e insana piel le imploraba pertenecerle; quería hacerle sentir todo lo que cargaba dentro. Sabía que tal vez Draco había buscado compañía en otro ser, pero le haría darse cuenta que por más que su mente lo olvidó, su cuerpo y corazón jamás lo harían y de una estocada entró.


Los gemidos de ambos no se hicieron esperar, la cadencia de sus cuerpos moverse sinfónicamente en ese pausado vaivén le arrancaba roncos lamentos a Draco cuyas temblorosas manos se afianzaban de la espalda de Harry.


Dolía horrores, pero también el placer se difundía, ese grueso miembro no se comparaba para nada con sus míseros dedos; pero sin importar los prejuicios del pasado, el dolor recibido y por haber, quería sentirlo en su máximo esplendor a ese hombre que de nuevo venía a él con dulces palabras de amor sincero y que con toda el alma quería creer.


Apenas notó que lloraba nuevamente y que Harry tan pendiente de él lo acomodó a horcajadas sobre sus piernas, bebiendo sus lágrimas como si fuera el más delicioso manjar.


-¿Te duele?- preguntó apretando los ojos, llenándose de Draco y su arrebato, esas saladas gotas que rodaban silenciosas por el bello rostro le tenían turbado.


-No…- hipó con media sonrisa afianzándose a esa cabellera azabache tan rebelde como siempre –es solo… que… nadie… estuvo… tan dentro de mi… como tu…- y no se refería precisamente a las estocadas firmes y violentas, si no a que su corazón siempre le perteneció, pues dejándolo inhabitable  por tantos años nadie pudo entrar más que él.


Comenzó a mover sus caderas cadenciosamente profundizando las embestidas, entrando tan dentro de él que casi veía las estrellas en pleno cielo azul.


La lluvia tempestuosa en las afueras de esas cuatro paredes empapadas de tanta devoción y amor centellaba con relámpagos golpeteando con fuerza las ventanas, pero a ninguno de los dos parecía importarle nada más que entregarse a ellos mismos para siempre.


Cómo esperaban que ese preciado momento donde las preocupaciones y martirios pasaran a segundo término durara mucho más que la ultima vez… ¡Que gloriosa seria la vida su fuera posible! aunque muy dentro, ambos sabían que no podía ser así, pues tarde o temprano la lluvia cesaría entre agónicos gemidos y placenteros orgasmos del corazón expuesto y el alma entregada, pero daría cabida al siguiente extraño y ajeno nuevo día que ninguno de los dos quería conocer.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Tras su larga jornada de trabajo, llegó al departamento en Cherry Street. Había pasado poco tiempo desde su última vez ahí, pues su jefe de piso lo mandó a un simposio en Paris y durante ese tiempo que le pareció el más largo y desperdiciado de su vida; solamente anhelaba una cosa y eso era poder estar nuevamente en Londres.


Sonrió para sus adentros pues nada ansiaba más en el mundo que jugar con la dulce Peony y poder estrechar en sus brazos a Draco. Se sonrojó violentamente de solo recordarlo.  ¿Cómo podía siquiera haber dejado de amarlo? Seguro nunca lo hizo, pero las circunstancias lo obligaron a vivir sin recordar algo tan preciado y valioso como sus sentimientos por él.


Para su sorpresa, solamente  se percibía una calmada melodía proviniendo del cuarto de la pequeña. Arqueó la ceja y se aproximó a ver desprendiéndose se su abrigo y su portafolios; el cuarto de Draco estaba cerrado y eso era aun más extraño.


Encontró a la niña envuelta en un leotardo rosa con sus mallas y zapatillas a juego. Traía un fuerte chongo sobre la cabeza y solo  se escapaban sus dos hebras platinadas de ese agarre. Estaba haciendo sus flexiones de ballet que cuando lo vio llegar, esbozó una amplia sonrisa llena de regocijo.


-¡Señor Harry, ya regresó!- lo llamó deteniéndose en plie y volviendo a su primera posición, se aproximó a abrazarlo -¡espero que le haya ido bien!- jugueteó con su mano que tomaban las suyas con cariño; como adoraba a ese hombre que hacia tan feliz a su padre y a ella por igual.


-Estoy bastante bien, muchas gracias pequeña- besó con cariño su mejilla –y… ¿y tu padre?- pregunto cómo que no quiere la cosa. Su momento especial aun permanecía en su mente y le hacía sonrojar de una manera que jamás esperó “parezco colegiala” se decía abochornado.


-Está en su cuarto, Chris vino con él después del trabajo y están platicando en su cuarto como siempre- eso entumeció al azabache, no había pasado ni una semana de que ellos subieran de peldaño en su relación y el rubio estaba encerrado “como siempre” con el extraño muggle que lo observaba con adoración… “perfecto, perfecto, esta con su maravilloso amigo del alma” pensó iracundo “estúpidos celos…” siseaba cancinamente tratando de controlarse, su magia comenzaba a hacer círculos a su alrededor y no era nada bueno “nosotros tenemos…  ni si quiera tengo idea que tenemos, ni siquiera sé si se podría considerar relación lo que tenemos”


-¿Porque se ve triste?- preguntó la niña acariciando su mejilla calmando cualquier molesta línea de pensamiento misivo en el salvador.


-No estoy triste pequeña, no te preocupes-


-¿Sabe lo que yo hago cuando estoy triste? Observo una foto de mis papás, ¡eso siempre me hace feliz!- quería contestarle que él también hacia eso, pero la niña se separó y ladeó la cabeza curiosa -espere, le enseñaré-


Como si se tratase de un secreto de estado, volteó a ver a todos lados y sacó un papel de una caja musical que entonó una lenta sinfonía hasta que volvió a cerrarla. Su rostro se iluminó y lo abrazó.


-Mi tía Pansy me lo dio hace un año en mi cumpleaños, y aunque a mi papá no se le ve claramente su cara, ¡sé que es él! porque mi papi sonríe tan bonito que no podría ser nadie más que él- la sonrisa de Harry se congeló cuando vio la foto.


"No puedes ser..." pensó evitando entrar en pánico.


Ahí estaba Draco de no más de 15 años con un traje verde disfrazado de algo como un elfo con una corona de madera sobre su cabeza, se veía majestoso pero a la vez tan radiante porque estaba riendo con una risa tan clara y refrescante como nunca la había visto, movía la mano queriendo apartar la cámara, pero a la vez tratando de prestar atención al chico que besaba su mejilla con regocijo.


Ese traje negro con una capa roja y un antifaz cubriendo la mitad de su rostro, con ese cabello oscuro alborotado era imposible confundirse...


"Su padre... ¿soy yo?"


 

Notas finales:

Tuve ciertos conflictos con el desarrollo del capi, pero espero que no haya quedado muy chafa jeje! espero que sea de su agrado y sí o si no, espero sus rr y me digan que les parecio!

Les mando muchos besitos y abracitos de oso panda! :* los adoro! y nos leemos prontito!~


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