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My Last Goodbye por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Holas queridas estrellitas!! cuanto los he extrañado!! Sniff sniff -llora como magdalena- ;A; no saben lo dificil que ha sido para mi poder terminar este capi en forma, todo pareció al principio como una pequeña bola de nieve rodando cuesta abajo y (ya se imaginaran) tremenda bola de nieve que me aplastó... TOT Mid sin tiempo, sin computadora (debido a un cruel castigo sumado a las cochinas tormentas electricas que hace que se me vaya la luz en la casa... bububu QoQ) -y en los pocos tiempos de tener la compu- sin un apice de inspiracion... 

Realmente gomenasai por no poder actualizar antes... y les ruego que me tengan paciencia para el siguiente capi!! 

por lo pronto no los entretengo y

A leer se ha dicho~

Peony llegó más que maravillada a su casa. Si había algo que adoraba más que correr en el parque o dibujar, era ver películas en compañía de su padre acurrucándose en su hombro. Este siempre solía verse tan ensimismado con las coloridas imágenes expuestas en la pantalla, adentrándose en la trama, siguiéndola como si en realidad estuviera pasando, emocionándola demasiado de solo verlo. Y esta vez no fue la excepción, es más, consideraba que tener la presencia de su querido héroe, le hizo que aquella fuera una noche inolvidable.


-¿Cuál fue su parte favorita señor Harry?- preguntó la pequeña dando brinquitos en el regazo de su padre, quien trataba con todas sus fuerzas de no perder la paciencia trenzando el largo cabello azabache pues en más de cinco veces se le deshizo por los bruscos movimientos de su hija –a mi me gusto mucho la parte cuando el papá de Memo y la azulita estaban en las medusas jugando y haciendo fuashh, fue muy divertido- dijo risueña.


-Aunque pudo resultar trágico…- dijo Draco en voz baja colocando una de las liguitas en su boca para poder cepillar mejor el cabello de su hija.


-Tal vez, pero lograron salvarse al final de cuentas- se alzó de hombros sin perder de vista la mirada gris tan concentrada –A mi me gustó la parte de las tortugas…- dijo mordiendo su labio inferior cuando Draco mostró su disimulada sonrisa al termino de su trabajo que concluyó con un beso en la cabeza de una más que vivaz Peony.


-¡A mí también me gustó esa parte!- exclamó jubilosa trepando ahora al regazo de Harry siguiendo conversando sobre la película mientras Draco acomodaba los útiles de su pequeña en su mochila y veía de reojo esa enternecedora escena de Harry con Peony – papi ¿me compras una tortuguita?-


-No- negó efusivamente con la cabeza. Rodó los ojos cuando vio a Peony pararse en su cama -¿Cuántas veces te he dicho que no brinques en la cama?- la pequeña le dedicó una risilla nerviosa y Harry sujetándola por las axilas la sentó sobre la cama.


-Perdón papi- dijo jugueteando con sus manos dándole esa miradita que sabía que derretía a su padre.


-¿Cómo se dice?-


-Gracias señor Harry por ayudarme a bajar- expresó acomodándose entre sus sabanas y Draco aprovechó a colocar su luz de noche.


-De nada Peony y descuida, yo te compraré tu tortuguita- le guiñó el ojo para la emoción de la pequeña.


-¡Harry!- chilló Draco frunciendo el entrecejo –no me la mimes de ese modo- el azabache fingió inocencia y el rubio solo rodó los ojos –como sea, buenas noches mi niña- besó su frente y sus ojitos. Acarició los dorados mechones a sus costados, quiso agregar algo, pero su celular comenzó a sonar- descansa- le dedicó una última mirada llena de ternura antes de contestar.


-Me alegra que te la hayas pasado bien Peony- Harry le dio un cariñoso beso en la frente, asegurándose que estuviera bien arropada.


Hacer aquello provocaba una gran calidez en su interior. Poder estar cerca de su pequeña de esa manera como se suponía que debió de ser desde un principio, dolía; pero saberlo en ese momento le daba cierta tranquilidad pues podría recompensarla, tendría toda una vida para hacerlo.


-Lo quiero Señor Harry- exclamó la pequeña dándole un besito en la mejilla envolviéndolo su cuello con sus bracitos -¿usted también me quiere? ¿y a mi papá?- preguntó con timidez tratando de mantener su temerosa mirada en él. “¿Cómo no voy a quererlos?” se preguntó


 -Los quiero más que nada en el mundo pequeña Peony- contestó con tal seguridad que los ojitos verdes resplandecieron – ahora descansa princesita, que tengas dulces sueños-


-Buenas noches- sonrió acomodándose de lado abrazando a su muñeca esperando que el señor Harry permaneciera a su lado y que siguiera haciéndoles muy felices.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Cuando Harry comprobó que Peony ya estaba dormida, salió del cuarto para dirigirse al de Draco. Revoleó los ojos divertido por los gestos y ademanes que hacia al celular. Al parecer discutía con Christian sobre algo que no estaba saliendo como el rubio esperaba.


Harry se acomodó en la silla más próxima examinando con ternura un álbum de fotos que encontró. Todas las fotos perfectamente acomodadas eran de de Peony sola y otro tanto de un Draco muy feliz junto con su hija. Sonrió con nostalgia acariciando una donde Peony aun siendo un bebe reía mostrando sus encías desdentadas a un Draco que la contemplaba como el maravilloso regalo que era. “Ojalá yo hubiera estado…”


Cerrando de golpe el celular Draco se arrojó a la cama cubriendo sus ojos dando un par de bocanadas tratando de relajar sus adoloridos hombros.


-¿Problemas en el trabajo?- preguntó mirándolo por arriba del álbum. Draco descubrió sus ojos separando escasos centímetros su brazo buscando esos preciosos ojos verdes tras las gafas circulares e hizo una mueca.


-Y que lo digas…- murmuró viéndole cerrar el libro. Harry lentamente se acercó hasta posarse a su lado; acarició sus cabellos rubios recorriendo su longitud como esperando que le revelara más, pero Draco no lo haría, aun no era momento y prefirió seguir guardando silencio –¿Qué estabas haciendo?- preguntó con curiosidad señalando el libro que depositó en su mesita de noche.


-Viendo el tiempo que perdí separado de ti y nuestra pequeña- dijo tomando una de sus manos para besar sus nudillos Como le encantaban sus dedos, tan delicados y largos.


El ojigris tembló ante la frase “nuestra hija” susurró para sus adentros evitando a toda costa que se mostrara la sonrisa bobalicona que amenazaba surcar su rostro.


-Realmente me gustaría haber estado con ustedes…- el aguijonazo de la culpa lo invadió y trató de incorporarse en la cama. Con cariño acarició la pierna doblada de Harry. Nada le hubiera gustado más que compartir esos momentos de ver crecer a Peony con él; pero recordar todo el daño que experimentó durante la gestación de su niña, le reiteró que en su momento fue lo correcto alejarse y prefirió no agregar nada.


-¿Me podrías enseñar en un Pensadero?- preguntó con ilusión. Draco ladeó la cabeza cerrando los ojos meditándolo escasos segundo y negó -¿Por qué?- la tristeza era clara en su semblante que le punzó negarse. Con cuidado tomó su barbilla para que levantara la vista.


-No quiero que lo veas- declaró –pero no me niego para fastidiarte o para vengarme- esbozó media sonrisa –aunque adoraba sentir cerca de mi corazón a Peony, esos meses fueron verdaderamente tormentosos para mi… me la pasaba cabizbajo y lloroso que no sería una agradable experiencia- arrugó la nariz. Harry hizo un puchero.


-Pero…-


-Pero- contraatacó –por lo mientras disfruta este que es el mejor momento de nosotros tres- eso pareció agradar a Harry que relajó la aprensión en su faz –cuando me sienta más listo te lo muestro- “que será en un par de años” pensó para sus adentros. Harry asintió. Aunque no se veía tan convencido, lo dejó pasar -Por cierto… que guapo te vez- señaló las gafas y el moreno se ruborizó deliciosamente. Justo lo que quería conseguir.


-Gracias- la tranquilidad recobrada le permitió detenerse a saborear con sus gafas de antaño, la maravillosa visión de Draco en todo su esplendor con esa camisa negra tan entallada que resalaba su palidez y sus denim deslavados. Suspiró -Digamos que alguien se moría por verme con ellas…- se alzó de de hombros recibiendo un golpe de costado de parte de Draco. Harry rió.


-Si serás idiota- dijo haciendo un mohín.


-Pero así y todo me adoras- dijo juguetón acariciando sus mejillas tenuemente teñidas.


-Pues ya lo estoy dudando…- fue turno de Harry en ofuscarse.


-¿Ah no me digas? Si apenas ayer estabas diciéndome tantas cosas lindas que me gustaría que me las volvieras a decir…- imitando su forma de arrastras las palabras Draco se sintió expuesto, y mas con esa mirada depredadora que le regalaba.


-No- contestó a secas, pero Harry no se rindió y montándose a horcajadas lo tomó de los brazos poniéndoselos por arriba de la cabeza –Esas cursilerías… te corresponden a ti- dijo intentando zafarse sin éxito. La respiración profunda de Harry le pegaba de lleno en el rostro calentándolo a fuego lento.


-Pero se te escuchó tan bien diciendo que soy tu otra mitad…- Draco le interrumpió.


-Lastima, eso solamente se dice una vez en una vida- Harry acercó la cara haciendo que el aire le faltara, sus labios casi se rosaban y eso lo desesperaba. Se debatía internamente si ansiaba devorarle los labios y separársele.


-Draco…- murmuró de forma sensual que al rubio le estaba costando trabajo idear una forma sensata de librarse de decir tales cosas. “Maldita sea, que no soy un sentimental Hufflepuff” se dijo a si mismo mordiendo su labio, que Harry tomó como una provocación. Se abalanzó ansioso sobre ellos de manera hambrienta. Adoraba su dulce sabor, su calidez embriagadora y su fuerza al responderle.


-No, Harry…- murmuró siendo presa de su desbordante pasión y sus labios peregrinos que viajaban por su cuello repartiendo generosos besos por su sensible piel –P-Peony…-


-Ya está dormida…- musitó repasando su lengua por su afilada barbilla, sintiendo como Draco se tensaba y se distendía derritiéndose a su toque, invitándolo seductoramente sin proponérselo abrió las piernas para que se acomodara mejor entre ellas. Encajaban perfectamente como dos piezas de rompecabezas –Eres tan hermoso…- eso desató la llamarada.


Se besaron desesperados, sus manos ansiosas prodigaban caricias en el cuerpo ajeno, su arrolladora entrega hacía que sus corazones palpitaran con fuerza. El éxtasis aumentaba forjando espirales a su alrededor y las ropas comenzaban a sobrar. Para ellos solo existía ese momento, solo ellos dos; su momento especial, que no dejarían que nada ni nadie se los arrebatara. 


Con el prodigioso vaivén de sus cuerpos entregados se aferraban a esa exquisita sensación de sus almas entrelazadas. Harry repartía húmedos besos por la espalda de su amante ciñéndolo por la cintura con un brazo. Draco sollozaba apretando con sus manos las sabanas prendiéndose con la intensidad de su acto; se amaban en silenciosos gemidos y quedas palabras de amor eterno. El choque de sus carnes y el sonido de la cama los llevaba al delirio y con firmes y certeras estocadas llegaron a su orgásmica cumbre besándose hasta quedarse sin aliento.


-Te amo…- pronunció en un suspiro.


-Yo aun más…- dijo rodeándolo con sus brazos de forma protectora. Besó sus húmedos cabellos sintiendo que era ahí el lugar en el que pertenecía; a su lado.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Despertar juntos seguía siendo surreal, pero estaba seguro que podía acostumbrarse a ello. Peony les brincó encima acurrucándose entre ellos siendo recibida con mimos por parte de Harry y Draco más tranquilo agradecía que estuvieran vestidos, porque sería una experiencia no muy agradable y hasta traumática para su pequeña y ni hablar de explicarle el motivo.


Aunque ninguno de los dos tenía planes para lo que deparaba el día, Draco tenía que ir a visitar a su madre y darse una vuelta a su trabajo para arreglar unas “cosas” que pese a que Harry volvió a insistir, no soltó prenda de sus problemas laborales.


-Estaba pensando que tal vez podrían darse una vuelta a Grimmauld Place… digo sería divertido- Peony lo regresó a ver emocionada ante la palabra “diversión” y asintió gustosa; lástima que Draco no era de la misma idea.


-¿Grimmauld Place? ¿Estás loco?- exclamó escandalizado. No le gustaba aquella casa; era demasiado sombría para su gusto, incluso se le hacía raro que Harry siguiera viviendo en ella después de tantos años “claro, será como un memorándum de su padrino y todo eso, pero aun así…” el solo hecho le provocaba escalofrió.


-Vamos Draco ¿Por qué no quieres ir?- preguntó dolido.


-Simplemente porque no. No quiero ir…- el moreno hizo puchero –ya lo conozco ¿para qué quieres que vayamos?- puso los brazos en jarra esperando una explicación.


-Porque, es mi casa y tal vez hasta pueda ayudarme a recordar mas ¿no crees? Aparte… no quiero ir solo…- rodó los ojos intentando molestarse por la carita de sufrimiento de Harry ¿Qué podía hacer cuando se ponía así de lindo? Simple y sencillamente no podía negarse “maldición”


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Narcisa Malfoy solamente observaba a su hijo mover su pierna espasmódicamente como cuando estaba nervioso o tenso y negó con la cabeza. Nuevamente se acercó a la chimenea y contactó a los Scammander.


-Draco…- llamó con su delicada voz, pero no contestó. Aunque Narcisa adoraba que su hijo junto con su adorable nieta la visitaran, sentía que Draco estaba muy diferente y ansiaba que le dijera que le sucedía, pero al parecer, aquello no estaba en su panorama.


Acarició los cabellos negros de la pequeña que estaba hecha bolita entre sus brazos y dormía plácidamente, ajena al ajetreo y vociferación de su padre.


-¿Cómo de que no está?- casi sentía la frustración aplastándolo cuando Rolf le contestó el mensaje vía red flu, ahora cuando más necesitaba la sabiduría de Luna resultaba que estaba camino a Rumania. “¿Qué está haciendo allá?” se preguntó recargándose en la pared.


-¿Qué pasa cielo?- preguntó alargando su mano para que Draco la tomara, el ojigris dudó unos instantes, pero correspondió el gesto de su madre –te noto algo tenso… ¿ahora qué pasó?-


El rubio negó con la cabeza –nada que deba preocuparte madre, es solo una corazonada que tengo y ansiaba corroborarlo con Luna- dijo paseándose por la pequeña habitación hasta decidir sentarse en el puff azul favorito de su madre.


-Tu actitud me preocupa, querido- bufó frunciendo el ceño –aunque también me causa algo de contradicción porque mi dulce Peony me decía que estabas muy contento últimamente…- el sonrojo en sus mejillas lo delató y su madre sonrió -¿se debe a que encontraste  alguien? ¿Tal vez?- preguntó esperanzada, pues aunque no tenía mucho conocimiento del tormentoso pasado de su pequeño, notó y sintió lo destrozado que estaba y sabía que ya era momento de ser feliz al lado de alguien que le cuidara y protegiera.


-No es cierto… bueno… yo soy feliz siempre y…- su madre arqueó la ceja escéptica –pero Peony ha estado mucho más alegre y extrovertida estas semanas por la presencia de Harry… no creí que le fuera hacer mucho bien conocerle… pero ver para creer, creo que tal vez me está contagiando esa efusividad …-


-¿Harry?- interrumpió la elegante dama haciendo que su hijo se callara súbitamente apretando los labios –no estarás diciendo Harry Potter ¿o sí?-


-Madre…- titubeó para ser callado nuevamente por la gélida mirada de su madre.


-Mira Draco, cuando nació Peony prometí que no me metería en tus asuntos. Tu vida, tus decisiones, pues estaba en total desacuerdo que fueras a vivir al mundo muggle y trabajar en un lugar de poco prestigio, pero si así lo decidiste; lo acepté, me costó mucho, pero terminé por aceptar que cargaras tu solo con todo lo que conllevaba tu decisión. Sin embargo, el tema de Potter es muy aparte…-


-El no fue el que me hizo daño, él…-


-No necesito tus excusas Draco, el hecho de que ahora estén bien, no borra tantos años de abandono, a ti y su hija…- “y que lo digas…” esas palabras dolieron pero no pudo más que aceptarlas –solo… quiero que lo pienses bien que medites las cosas con la cabeza fría… no quiero que te hagan daño nuevamente, ni mucho menos a mi pequeñita- asintió afligido, el tampoco quería volver a sufrir, no por Harry al menos. 


-No lo hará. No lo permitiré- dijo con una férrea seguridad. Eso más que ayudarle, le hizo reiterar que necesitaba las palabras de su querida amiga; estaba hecho un lio. “Luna, ¿Por qué no estás aquí?” se preguntó bajando la mirada ante el atento escrutinio de su madre, quien solo suspiró negando con la cabeza.


-Espero que así sea, dragoncito…-


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Harry se sentía bastante feliz pues Draco accedió a su demanda, claro, después de demasiada verborrea y mala cara, pero lo consiguió.


Había decidido pasar por unas cosas a San Mungo antes de regresar a su casa. Suspiró desanimado. Después de tremenda revelación en ese lugar no se sentía a gusto; como si de repente su hogar remodelado tan acogedor, se hubiera transformado en algo tan frio y austero.


-Ojalá las cosas hubieran sido diferentes…- murmuró entrando por la puerta principal -¡mierda!- exclamó sobresaltado cuando vio en el umbral a Hermione.


-¡Harry!- reprochó la castaña por su mal léxico y se aproximó a abrazarlo.


-Rayos Mione no pudiste avisarme antes que…- no pudo terminar la frase al ver el mal semblante que se cargaba y la venda alrededor de su cabeza -¡¿Qué te pasó?!- preguntó alarmado.


-Ahh, ¿esto? Descuida- le restó importancia –¿tu estas bien?- le dedicó una afligida mirada.


-Claro, pero ¿Qué sucedió? ¿Quién te hizo eso?- la castaña avergonzada inhaló pesadamente.


-Es algo que yo misma me hice- su voz se escuchó resignada –pero no quiero hablar de ello… yo solo, tenía que advertirte algo muy importante… se que debí de habértelo dicho antes, pero, ya de nada sirve lamentarse a estas alturas, pero ansió decírtelo…-


 -¿Pero de que estás hablando? Que no entiendo. ¿Están todos bien? ¿y Ron?- su rostro se ensombreció ante en nombre de su esposo y jugueteó con su anillo de matrimonio dándose valor para expresar después de tanto aquel secreto que la corroía y que ansiaba decírselo a quien más dañó causó.


-No, Todos están bien… Ron sigue de misión… pero esto que te quiero decir es sobre algo que hice… hace tiempo… no tienes ni idea de lo que me duele causarte pesar, eres como mi hermano y como tal deseo lo mejor para ti y hubiera hecho lo que estuviera a mi alcance para lograrlo…cuanto lo siento Harry…-


-Mione, yo también haría lo que fuera por ustedes, pero me estas espantando ¿de qué se trata?-


-Es sobre tu pérdida de memoria… - Harry puso los ojos de plato. Las manos de Hermione temblaban y sus ojos anegados de lágrimas imploraban su perdón. En su cerebro algo hizo clic y se tensó. Antes de poder preguntar o de siquiera pronunciar palabra un sonido captó su atención.


La puerta se abrió estrepitosamente y solamente Harry pudo captar un rápido movimiento, la mirada horrorizada de Hermione, unos brazos rodeando su cuello y una mata de cabello pelirrojo.


-¡Harry!- exclamó la mujer recargando todo su peso en él acariciando su rostro -recibí tu carta… ¿de qué querías hablar?- los ojos castaños expectantes y ansiosos lo turbaban. Sintió que su alma cayó hasta sus pies. No creía lo que veía.


-G-Ginny…-


 

Notas finales:

Pff realmente espero que haya sido de su agrado este capi! y les pido (otra vez) una enorme disculpa por el retraso y por no contestar sus bellos y tan motivantes rr!! pliss no me dejen sin ellos!! prometo contestarlos!! ;A; -vuelve a llorar desconsolada-

Los adoro a todos ustedes que me leen y principalmente todo mi amor va a: Kaorugloomy, Innaluu, QueenRaven-Stark, LRMV, Aylin, HelenHades, Dark moon 1515, Lizzy SD, Skin Blue, LORD MOON, Lady Yandere Rivaille, Aby Black, Annie, Mariel, Alys y Alex Luna!!

Espero poder actualizar pronto!! hare un esfuerzo titanico!! +w+

Les mando muchos besitos!!~


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