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My Last Goodbye por MidNightFlower

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Notas del capitulo:

Hola queridas estrellitas!!~ realmente estoy muy apenada por apenas publicar, pero desafortunadamente el capi no terminaba de quedar! y luego para rematarle ya regrese a la uni y estoy super frustrada porque es mi ultimo año y tengo que esforzarme como dios manda (y demas cosas de obligacion estudiantil que mejor ni menciono -w-!) asi que me disculpo con antelacion por los posibles fallos con este capi que, aunque esta escrito con cariño y dedicacion, puede que no cumpla con sus espectativas!

Los adoro y quiero mandarles saluditos a: Kaorugloomy, Innaluu, QueenRaven-Stark, LRMV, Aylin, HelenHades, LizzySD, dark moon 1515, grimmyschiffer, marshalperroyaoista, Aby Black, Annie, Kat-winner, CaocTaisho, LORDMOON, UkeTierno, Takamina, sayuri y draBL21!! 

A leer se ha dicho~

Harry instintivamente cubrió con su cuerpo a su querida familia esperando aquel peculiar impacto del rayo letal que tan bien conocía. Un amargo trago cruzó su reseca garganta al pensar en esa fracción de segundo que jamás le dijo a Draco y Peony cuanto los amaba y cuanto ansiaba recuperar el tiempo perdido, pero ahora todo parecía vano pues no parecía haber piedad en la encolerizada pelirroja “una muerte indolora que será como quedarse dormido…” pensó resignado.


Pero dicho rayó no llegó. Lo único que captó fue un agudo grito brotando desde lo más profundo de  Ginny seguido por un una espesa cabellera castaña pasando frente a él y un golpe sordo contra el suelo.


-Hermione...- la voz apagada de Ron lo regresó parcialmente a la estancia sin poder creer lo que sucedió frente a sus ojos. Nada escuchaba más que un perpetuo zumbido ajeno a su realidad y los ojos castaños sin vida mirándole con una  paz infinita, una redención muda que jamás brotó de sus labios ni jamás lo haría.


Aquello no podía pasarle, su querida Hermione no podía irse de aquel modo, simplemente así no… sus recuerdos aparecieron frente a sus ojos, sus años de escuela, su  complicidad, su inteligencia, su siempre buena disposición y fraternal amor, todo lo que vivieron juntos... su amiga incondicional para bien o para mal, ya no estaría ahí para él. Ahogó un sollozo y la necesidad de socorrerla.


Ron no acallaba sus lamentos y arrastrándose hacia el cuerpo inerte se su amada esposa la acunó entre sus brazos, esperando que tan solo se tratase de un horrible sueño. Ginny miró el dolor y odio hacía ella, sonrió con suficiencia deleitando con la escena, absorbiendo el pesar y la angustia.


-Que patética Hermione... una muestra de valentía y sacrificio...-exclamó a la leona caída asqueada y frustrada al ver que el rubio no fue impactado por el hechizo. –dudo que tal ilusa acción seas redimida por tu traición- tarareó caminando de un lado a otro hasta que sus ojos se posaron en esa persona que lograba trastrocar tan fácil su semblante en una horrible faz. ¿Cuántas veces tenía que deshacerse del mismo odioso rubio que se empeñaba tanto en arrebatarle su felicidad?


Draco sentía el pequeño cuerpo de su pequeña tras de él temblar sin parar y no podía detener el odio saliendo en espirales de magia. Su pequeña no podía haber pasado por algo tan traumante… Con un protego silencioso resguardaba a Peony que solo sollozaba quedito sujetando sus rodillas en el suelo.


-¡ERES UNA MALDITA DESGRACIADA!- levantó su varita hacia la danzante Gryffindor que parecía lanzarle cuchillas con los ojos. Sintió su varita vibrar en su mano, hacía tiempo que no la percibía como si fuese una extensión de él, era un sentimiento glorioso para acallar su sed de venganza  -¡Nadie me amenaza, ni a mí y a mi hija y vive para contarlo! ¡CRUCIO!-


La pelirroja evadió el imperdonable, riéndose maniáticamente.


-¿Quieres que te aplauda por tu ridícula prueba de valentía?- Negó con la cabeza moviéndose con rapidez por la estancia -¡Jauleo!- gritó a la par que una pequeña celda mágica encerraba al cadáver de su ahora fallecida cuñada que era zarandeado por su desconsolado y sollozante hermano –Así nadie nos interrumpirá- sonrió como si nada hubiera pasado, sin pesar alguno, más que el insano deseo de posesión taladrando en los ojos verdes -Vamos a terminar lo que empezamos, ¿quieren?- soltó una risotada balaceando su varita de un lado a otro.


-¡¿Cómo pudiste hacerlo?!- gritó Harry saliendo de su estupor, reanudando sus ataques con renovada ira. Hilos rojos brotaban de su varita que pese a que esta se rehusaba a dañar a la pelirroja, no se quedaría de brazos cruzados sin dar la mayor pelea; no ahora que descubría el papel crucial que desempeñó en su separación de Draco, sus recuerdos perdidos y la lamentable muerte de su querida Hermione.


-Algo me dice que quieres otro imperius querido Harry- canturreó evadiendo un nuevo incendio en su camino.


-Quisieras... pero no creo que puedas- siseó.


-Ohh querido mío ¿aun dudas de mi capacidad? La primera vez fue muy fácil conseguirlo... un poco de poción relajante, una agradable semana en la madriguera y ¡Bum! Un Harry vulnerable al imperius...quien lo diría, el gran salvador del mundo mágico resultó sucumbir así de fácil- rió sardónica.


-¡Deja de hablar con un demonio!- prorrumpió Draco – ¡verdimillius tria!-


Una nube de gas la rodeó haciéndola toser. Sus ojos picaban  y su piel lacerada ardía con docenas de chispas eléctricas calándole en su interior. Pese a su dolor, sus letales maldiciones seguían volando de su varita sin piedad.


-Accio recuerdos- murmuró a la par que los hechizos mermaban a su alrededor. Con satisfacción les dedicó una perversa sonrisa –si vuelven a atacarme, destruiré sin miramiento sus preciadas memorias como debí haber hecho hacía mucho, mucho tiempo…-


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Un segundo y su varita tembló en su mano. Harry asimiló las posibilidades. Todos aquellos preciados momentos que estaba seguro haber compartido al lado de Draco ¿podía perderlos así como así, ahora de una forma definitiva? No creía poder, pero el rubio no era de la misma idea.


-¿Realmente crees que eso te servirá de escudo, comadrejita?- Draco sonrió. Sonrió de aquella manera tan fría y calculadora que por un momento le recordó al Malfoy que de sus recuerdos alterados y se estremeció –esos recuerdos puedes quedártelos ya que tanto te encantan… Harry y yo podemos formar nuevos y mejores… recuerdos a los que nunca tendrás acceso y que gracias a Merlín no formaras parte…- la pelirroja enrojeció de rabia apretando en su mano el frasco que lo quebraría si Hermione no le hubiera conjurado una pequeña protección.


Dejó que todo su odio la llenara y se arraigara mas en corazón dolido, dejó que todo ese desamor que alimentó desde el término de la guerra al ver su ilusión deshacerse frente a sus ojos se fundiera en su hechizo terminante -¡AVADA…!-  


Sectum!- gritó Harry interponiéndose nuevamente evitando que terminara de invocar la maldición asesina.


Con un aullante gemido desgarrador observó la sangre salir a borbotones de su profunda herida.  La mitad de su brazo yacía indolente en un charco escarlata contra el suelo sujetando aun su varita. Dejándose caer sobre sus rodillas miró estupefacta a Harry, SU Harry que sin miramientos y escrúpulos se atrevió a hechizarla de tal manera.


Aprovechando su vulnerabilidad, Draco dándose abasto comenzó a atacarla a punta de crucius esperando que así de algún modo pudiera remediar lo que perdió, la familia que nunca fue, su corazón dolido y años de odio, lágrimas y sollozos por algo que no fue su culpa.


Estaba enceguecido y solo pudo detenerse hasta que Ginny salió disparada por parte de un expulso pronunciado por Ron. Sus ojos enrojecidos de tanto llorar dejaban ver la profunda herida que le carcomía en el alma, su preciada Hermione ya jamás volvería y todo por quien menos esperaba, pero no dejaría que Malfoy la matara… ni siquiera para vengar a su amada esposa; de eso se encargarían en Azkaban, de eso estaba seguro, pues esa sanguinolenta mujer no era la dulce hermanita que una vez creyó conocer y no tenía remordimiento alguno de entregarla.


Por toda la magia empleada, Draco exhausto se desmayó en brazos de Harry. El azabache lo acunó con devoción acallando su propio sufrimiento instalado en su pecho, acariciando la espalda de su adorado rubio.


Ginny gritaba encolerizada, como se atrevía ese rubio a maldecirla con un cruciatus, como pudo su hermano intervenir cuando estaba tan cerca de arrebatar a Harry de las zarpas de ese malnacido de una vez por todas, los aborrecía con toda su alma. Ron no merecía llamarse su hermano pues solo ponía trabas a su plan por demás truncado. Probando su magia sin varita llamo a su fiel amiga hacia su mano izquierda, si Ron no le ayudaba, tendría que deshacerse de él.


Expelliarmus!- exclamó Harry sin soltar a Draco dedicándole aquello que Ginny jamás pensó ver en sus preciados ojos verdes. Odio en su mayor expresión, siendo obsequiado solo a ella por todas sus faltas. Negó con la cabeza, no podía verla así, tenía que quererla y amarla y si tenía que recurrir a un imperius para hacerle cambiar de opinión nuevamente, que así fuera.


-Petrificus totalus- la seria voz de Pansy Parkinson le dio de lleno contra su pecho. Harry exhaló aliviado de verla pues por su hechizo vinculante su varita parecía querer huir de sus manos y temía que la pelirroja tuviera algún as bajo la manga -Creí que sería demasiado tarde...- exclamó aproximándose a Harry para ver si su querido dragón se encontraba integró -¡maldición!- blasfemó cubriendo su boca con su diestra al ver el cadáver de la Gryffindor caída, pero enseguida se recompuso y se aproximó con cautela al cuerpo petrificado de la pelirroja.


-Creíste que te saldrías con la tuya ¿verdad, querida?- hizo una pausa al ver su mortecina palidez por la sangre perdida, su piel antes apiñonada ahora marcada por grandes surcos de carne quemada y ulcerada. Lo que le sorprendió un poco es que ni un solo sentimiento de empatía sentía por ella, ni lastima; pero eso no podía importarle menos -Al parecer tu querido Harry está muy feliz al lado de su familia- rió con suficiencia al verla tratando de asesinarla con su mirada encolerizada.


“Pobre ingenua” dijo para sus adentros sin comprender como es que seguía en pie. Se alzó de hombros y sin darle mucha ceremonia sacó un vial de su bolcillo para empinárselo en su boca. Sonrió triunfal. Sintió que por fin todo se encausaría en su lugar correcto.


-¿Que fue eso?- preguntó Luna entrando apenas en la estancia interesada en la acción de la pelinegra que pareció no escucharla.


Levantándose grácilmente giró sobre sus talones para dirigirse al pelirrojo que se veía más que destrozado por todo lo acontecido -Bueno, auror Weasley, procede y has los honores- el hombre asintió convocando vía Flu un llamado a sus compañeros para llevar a su hermana a Azkaban. No había otro destino.


Guardándose el frasco en su bolsa se aproximó con petulancia a Luna -Es simplemente algo para hacerle pagar cada una de sus faltas... es una poción de mi propia creación llamada "dulces sueños" válgase la ironía pues te da todo menos eso- su sonrisa envenenada se amplió enormemente girando su rostro hasta encontrarse con la pelirroja.


La cara pecosa se contorsionó en una horrible mueca como si tuviera frente así mil inferis apunto de devorarla, se retorció en su lugar gritando. Sus ojos cafés miraban desenfocados a todos lados, percibía su cuerpo escocer nuevamente con el incendio pasado, sentía la sangre escurrir de sus brazos y su pecho; no podía terminar así. Con angustia intentó llamar la atención de Harry, pero este con una mueca de desdén la ignoró para seguir alejándose de ella, ¿cómo se atrevía? ¿Cómo podía? Incluso después de esos maravillosos cinco años que compartieron ¿a caso realmente no significaron nada para él? No era posible.


Su piel no dejaba de lacerar, su cuerpo no dejaba de temblar, pero su corazón descompuesto no recibió ni un solo detenimiento de aquel que debía de amarla tanto como ella. Gritaba y gemía, pero no la escuchaba, no tenía salvación ni su merecido y tan ansiado final feliz.


-Es una verdadera lástima- exclamó Luna viendo al grupo de aurores llegar llevándose a una Ginebra mas desequilibrada de lo que valía recalcar. Ron con un asentimiento y un gesto de secar sus lágrimas secas se despidió de su amigo con un movimiento de cabeza para llevarse a su esposa y dar su declaración en el Ministerio.


Harry abrazó sobreprotectoramente a su familia, pero Draco haciendo amago de alejarlo se puso de pie. Con cariño tomó a su pequeña entre sus brazos y se alejó. Tenía que escapar de ahí, de ese asfixiante lugar de odio y muerte, de las miradas evaluadoras de los aurores y el abrazo de Harry que le quemaba. Sin decir palabra, ni una declaración se marchó dándole una última mirada al azabache que no rebatió como si no pudiera digerir todo lo que paso en un par de horas y con una mirada perdida veía su chimenea donde su rubio había desaparecido.


Quiso retenerlo, pero no halló la fuerza para ello. Pensar en perderlos fue la mayor de las torturas posibles que si no lloraba era por el vacio que sentía en su interior y la incapacidad de asimilar todo el torbellino que se cernía sobre ellos. Levantándose del suelo tomó el frasco de sus recuerdos y lo sostuvo en su mano.


-Dale tiempo Harry...- dijo Luna acariciando su hombro con cariño. Pero Harry no estaba seguro de que fuera lo correcto, no podía dejarlo de esa forma, a ninguno de los dos –tenemos que ver que haremos con tus memorias- el frasco con plateadas hebras enredadas lo llamó, eso era lo que tanto estaba buscando, ¿sería capaz de dar el siguiente paso?


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Harry tenía la incertidumbre sembrada en la boca de su estomago. Después de ir al Ministerio para dar su testimonio, charlar tendidamente con los más que sollozantes y afligidos Weasley y despedirse de su querida amiga, lo único que ansiaba era encontrar el cobijo de su rubio en su regazo para decirle cuanto los ama.


Cuando llegó al pequeño apartamento en Cherry Street, Draco ya estaba recostado en su amplia cama acariciando los cabellos negros de su pequeña dormida. Harry besó la cabecita de su princesa y se acurrucó frente a Draco; contempló sus ojos grises mostrando esa imperturbable tristeza como la que vio cuando lo volvió a ver en su consultorio. Se sintió reflejado en esa melancolía, que sin necesidad de palabra ambos se entendían.


Peony al sentir el calor de su cuerpo se acomodó mejor en su hombro sin abrir los ojos. Draco suspiró y con su mano libre acarició la barbilla de Harry, delineando los marcados ángulos que la definían. Lo atrajo con delicadeza para besarle lánguida y tendidamente. Ambos necesitaban en ese contacto, ese preciado encuentro reiterándoles todo su cariño y amor que se tenían.


Draco no pudo dormir, puesto que una congoja estaba instalada en su interior, aunque amaba a su querido Harry, los fantasmas que rondan a los corazones incautos y los monstruos del mañana podría sorprenderlos nuevamente evitando a toda costa que sean felices. No podía permitirlo, mucho menos cuando las circunstancias le pagarían factura con su pequeña.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Despertó frotando sus ojos con cansancio. Su cuerpo dolía y los recuerdos del día anterior bailaban descarados en su mente provocando una nueva oleada de pesar. Sintió la cama fría y eso lo alarmó. Buscó a tientas sus anteojos y lo que miró lo perturbó haciéndole saltar de la cama.


Todo estaba pulcramente ordenado y en cajas. La mesita de noche y su lámpara ya no estaba, incluso la pared antes pintada de un tenue verde estaba de un impersonal blanco; las significativas marcas de la vida de su amante y su pequeña durante esos años parecían haber desaparecido y eso lo abrumó de tal forma que salió corriendo de la habitación temiendo lo peor.


-¡Draco!- llamó asustado caminando hacia la sala donde estaba el ojigris acomodando el cabello a su hija dormida, recostada en su sillón predilecto -¿Qué significa esto?- preguntó dolido ante su actuación despreocupada como si nada hubiera pasado. El rubio suspiró besando la frente rozagante de Peony acercándose con precaución a Harry.


Midiendo sus palabras acarició la mejilla de su adorado de ojos esmeraldas, deseando embeberse en esas lagunas verdes y perderse para no decir aquello que tanto dolía, pero que era tan necesario hacer.


-Nos vamos, Harry…- dijo desviando su mirada acusadora. No podía soportarlo, pero debía hacerlo; por el bien de todos –tenemos que hacerlo y no vamos a volver…-


 

Notas finales:

Ya estamos a casi nada de terminar y para no fallarles aqui esta una nueva brecha intrigosa!

Reproches, tomatazos, palabras de aliento, espero lo que sea (los recibire con amor jeje) 

Los quiero queridas personitas que me leen e intentare darme tiempo para terminar el siguiente capi y contestar sus maravillosos rr! (claro, si es que sobrevivo a la uni que por cierto, lo veo muy poco probable ;A;) <--pff sin tanto drama y ya mas efusiva, les mando muchos besitos! :* nos leemos prontito~


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