Se puede decir que desde que Sanada me mando aquel mensaje, acepté que lo había perdido, no intentaré nada más, si él ha escogido a esa persona significa que realmente lo ama, al menos uno de nosotros si será muy feliz.
-Hiyoshi, ¿Qué estás haciendo aquí?-
-¿ya se te pasó la rabieta Atobe?-
-¿Cuál?-
-el día en que discutiste con Tezuka le dijiste que saldrías con Sanada, alguien me dijo que si lo conseguiste, ese día me ignoraste cuando viste al sujeto estoico ese-
-sí, lo hice, es más, no solo salimos, también la pasamos muy bien-
-¿Qué quieres decir con “la pasamos muy bien”?-
-si tuviera que decirte toda clase de cosas que hicimos juntos, tu nariz sangraría de envidia, seguro que te desmayabas por conseguir alguien que hiciera lo mismo-
-¿te acostaste con él?-
-¿Cuál es el problema si lo hice?-
-no me respondas con otra pregunta-
-no me preguntes para que no responda con otra pregunta-
-mírame, y dilo francamente ¿te acostaste con él?-
-¡si lo hice!, ¡¿y qué?! ¡¿Cuál es el problema?!-
No tardé mucho en sentir un golpe en la mejilla, me dolió demasiado, no sé porque me golpea si después de todo, a él, yo no le intereso nada, ahora sí que me ha hecho enojar, esta vez de verdad me va a conocer enfadado, por eso es que lo tomé del brazo y empecé a caminar con él a lo largo de la calle, hasta que llegamos a mi limosina y lo subí.
-¡suéltame Atobe!-
-conmigo no se juega pequeño desvergonzado, ahora sí que vas a conocerme molesto de verdad-
Su silencio y el temblor de su cuerpo me dejaron ver su miedo, pero parecía que tenía algo que recriminarme, no es que exista algo especial entre los dos, pero si es cierto que no tengo intenciones de dejar que me golpeen.
-llegamos, baja-
-no quiero-
-baja te digo, no quiero gritar ni repetirlo de nuevo-
-está bien-
Entramos a mi habitación y le pedí a todos que me dejaran la casa sola, sin ningún sirviente, solo me dejaron comida preparada y el jacuzzi listo para cuando quisiera bañarme.
-¿se puede saber por qué me golpeaste?-
-Atobe, ¿Cuándo abrirás los ojos?-
-¿de qué hablas?-
-siempre te he insinuado de todas las formas habidas y por haber, la clase de sentimientos que tengo por ti, y siempre las ignoras, me cortas la plática y sólo piensas en Tezuka-
-¿sentimientos?-
-está bien, lo diré claramente, Atobe, al principio te admiraba, pero ahora ya no sólo te admiro, también estoy enamorado de ti, me molesta que pienses en Tezuka Kunimitsu-
Sus palabras resonaban en mi cabeza, me hacían ir de un mundo a otro, como si se tratará de una broma.
-lo siento, pero… yo no puedo corresponderte-
-hagamos un trato, hazlo conmigo, si después de eso, dices que no soy lo suficientemente bueno para ti, entonces lo dejaré, y no volveré a insinuarte nada-
-tus palabras me recuerdan a mí, yo se las dije a Sanada y me dejó-
-pero yo no pararé hasta que te sientas satisfecho-
-esa no es actitud propia de ti-
-no, porque la aprendí de ti-
Sus manos me acariciaron con fuerza, era la primera vez que veía ese lado de Hiyoshi, nunca me esperé que tratará de acostarse conmigo, porque al no haber amor, es sólo acostarse, tener sexo al 100 y ya.
La realidad es que mientras me tiraba a la cama, no hice nada, quería saber de qué era capaz, y no fue hasta que vi como empezaba a quitarme la ropa que supe que iba en serio.
-Atobe, quítame la ropa tú-
-no quiero esto, de verdad, no quiero hacer esto contigo-
Al ver sus ojos, llenos de tristeza me di cuenta que si no lo hacía, mi pupilo lloraría, por ello trate de ser amable y se la quité, de inmediato me percate lo bien formado que estaba, no era como Sanada o Tezuka, pero si tenía lo suyo.
La forma en la que me acariciaba, y movía mi cuerpo fue llegando hasta el límite de mi paciencia, creo que no debo perder la cordura, pero era inevitable, quería lo que le me estaba ofreciendo, placer a mas no poder.
No fui cuidadoso, lento, considerado ni nada, simplemente no pude evitar penetrarlo con la fuerza de todo mi ser, hasta el punto de verlo soltar algunas lágrimas pero no se apartó ni quejó, por más que le dolía no me recriminaba, fue entonces cuando me di cuenta de que estaba sangrando, YO LO HABIA LASTIMANDO DEMASIADO.
-Hiyoshi, no tienes por qué seguir aguantándolo, ríndete y deja que te ayude a vestirte-
-no lo saques, no te detengas-
-no seas terco-
-no tienes que preocuparte por mí, si no te he complacido, está más que claro que será la primera y única vez, entonces déjame sufrirlo y disfrutarlo hasta el final-
-está bien, como quieras-
Habíamos llegado a casa a las 3 de la tarde, ya eran las 9 y no había parado desde las 4, ambos estábamos cansados, pero estaba preocupado porque había perdido una cantidad considerable de sangre, fui malo con él.
-Atobe, no te preocupes, sólo déjame dormir y mañana estaré listo para dejarte ir-
-¿quieres dormir conmigo?-
-no seas amable, me costará más la despedida-
-¿Qué harás de ahora en adelante?-
-supongo que le haré caso a otro que siempre anda detrás de mí, tengo que darle la oportunidad a mi corazón de amar de nuevo-
Fue en ese memento que lo supe, me di cuenta del vacío en mi corazón, “me estaba doliendo”.
-¿Quién te asegura que no te busca para jugar contigo?-
-eso no es asunto tuyo-
-pues no me gusta-
Me dolía que se comportara de esa forma, me estaba dando falsas esperanzas al comportarse como si estuviera celoso, pero no es cierto.
La mirada de Wakashi cambio un poco, fue más seria y triste.
-renuncio a t…-
Tapé su boca por instinto, estaba completamente confundido, pero no me gustaba la idea de verlo salir con alguien más, ¿será acaso cierto lo que dijo Tezuka?
Tú amas a alguien más, espero que no te des cuenta muy tarde
-Hiyoshi, déjame comprobar algo-
-¿Qué?-
Le arranque un beso, era el primero que le daba, ni siquiera lo había besado durante el tiempo en el que tuvimos sexo, no me atreví.
-no lo hagas nunca más, me lastimas-
Tengo segundos para entenderlo, “¿REALMENTE ESTOY ENAMORADO DE ÉL?”.
-ya me voy, adiós-
-espera…-
-¿ahora qué?-
-no estoy seguro, no te vayas, quédate conmigo-
-no juegues así-
-quédate Wakashi, quédate y sal conmigo-
-¿estás seguro?-
-no lo estoy, no te mentiré, pero si empiezo a sentir algo por ti-
No pasaron muchos segundos, cuando el vino y me besó, sus labios cálidos me devoraron por completo, ahora entiendo a Sanada, porque dice que cuando realmente amas a alguien, lo sientes y lo sabes, pero no lo escoges.
-Atobe, te amo-
-yo… también te…-
-no importa si aún no lo puedes decir, no te presiones, me lo dirás cuando puedas y salga de forma natural-
Pasó un mes desde que Atobe recibió mi mensaje donde le decía que fuera feliz, cuando me dijo que estaba saliendo con el pequeño Hiyoshi, me sorprendí, pero al parecer, ahora ambos, somos felices.
-Keigo, eres especial-
-te quiero mucho Wakashi-
-Sei, ¿en qué piensas?-
-en lo mucho que te amo-
-TE AMO-