Yukimura le dijo cosas a Tezuka que claramente se notó que le molestaron, para colmo fueron realmente duras, y estoy seguro de que lastimaron su orgullo, si os preguntáis porque pienso que lastimaron el orgullo de mi rival, es porque siempre pareció ser frio, pero lo supe por Chitose, que Tezuka había sido muy dulce y amable con su hermana, son cosas que no entendía en el momento.
-Yukimura, cuéntame ¿Cómo fue que Tezuka se peleó con Atobe?-
-tengo entendido que Atobe está obsesionado con él, pero él no quiera nada con Atobe, tuvieron una confesión pero al ver que no le harían caso, Keigo decidio molestarte-
-hay que ver como se porta este Atobe, es un dolor de cabeza-
-pero tú le hiciste caso-
-tengo curiosidad, me pregunto ¿de quién hablaba Tezuka?, ¿de quién está enamorado Atobe?-
-me enfadare contigo si esa clase de cosas te interesan-
-no seas tonto Seichi-
-es la primera vez que me dices que soy un tonto-
-no es porque esté interesado en el de esa forma, desde que te fuiste lo deje de ver y no quise salir con él, por más que insistió le respondí que no lo quería de esa forma-
-¿Por qué te acostaste con él?-
-deseo, placer, curiosidad-
-tus palabras no las entiendo del todo-
-deseaba sentir el cuerpo cálido de alguien, me sentía solo y quería comprobar si él podía hacerme sentir acompañado, es estúpido, realmente no entiendo en que rayos estaba pensando, me deje llevar por mi soledad-
-¿Qué más?-
-esperaba sentir placer estando con él, pero en realidad pensaba en ti, y cada vez que el me tocaba, sus manos fueron como plasma en mi cuerpo, caliente pero doloroso, me sentía sucio y desagradable-
-¿de qué tenías curiosidad?-
-perdóname, prefiero no contestar a eso-
-si no me lo dices no confiare en ti nunca más-
-quería saber que se sentía tener la piel tersa y perfumada de Atobe entre mis brazos, en ese momento fue cuando me confundí y pensé que lo quería, pero estaba huyendo de mi realidad-
-¿de qué realidad?-
-tantas preguntas me atormentan-
-quiero saberlo-
-Yukimura… mi primera vez no fue con Atobe-
-¿Qué?-
-no quise decírtelo, no quise aceptarlo, quise dejarlo en el pasado y olvidarlo, enterrarlo como un recuerdo, como si tan solo hubiera sido un sueño, pero es algo que quizá ya olvidaste-
-yo…-
-no, está bien, mi primera vez fue contigo, cuando teníamos tan solo 10 años, fue en tu cumpleaños, te quedaste dormido en la fiesta que te hicieron y te lleve a tu habitación, pero si recuerdas bien ese día estabas enfermo, y te equivocaste de hora al tomar medicamentos, estabas un poco intoxicado y como estábamos solos, nadie podía ayudarme-
-¿ayudarTE?-
-me negué por un buen rato, pero al final me tiraste al suelo y me desvestiste, ¿Qué querías que hiciera?, por obvias razones yo no me atrevía a tocarte fuerte, si te lastimaba no me lo habría perdonado, y soy un humano, lógico que si alguien te toca de esa manera sientes algo-
-¿a qué viene todo eso?- “que vergüenza”
-ese día con Atobe recordé tu piel, tu colonia, todo, esas cosas me cegaron hasta que fui consciente de lo que hacía y me fui a mi casa-
-entonces, si ya te has acostado conmigo, ¿Por qué no quisiste volver a hacerlo?-
-ya te lo dije, eres sagrado para mí-
-eres el único al que le daré todo de mí-
-esta noche me vas a pagar el que me hicieras sufrir tanto-
-¿en qué pensabas cuando me dijiste que estabas confundido?-
-me sentía culpable con Atobe, lo menos que podía hacer era brindarle un poco de mi tiempo-
-¿lastima?-
-no, él es un amigo algo diferente y especial, en otras palabras es un rival, lo ha sido desde que jugamos como la Tango Pair-
-¿Qué clase de persona eres? No logro entenderte-
-quiero decir que quería cuidar de él porque es mi amigo, así me sentía realmente pero no debía admitirlo ni con palabras ni con el pensamiento, pero está más claro que el agua que mi corazón se sentía así-
-realmente estas siendo muy tierno y dulce-
-pero lo seré más contigo esta noche, si me permites, te llevare a mi habitación y entonces descubrirás lo que siento y pienso por ti y de ti-
Esa noche lo lleve a mi habitación y cerré con el seguro, su mirada tierna y decidida a seguir me daban ánimos, esta vez no estaba loco, no me contendría ni un poco.