-Genichirou, tengo miedo-
-eso no es muy común de ti, tú nunca tienes miedo-
-pero…-
-¿quieres que lo deje?-
-no es eso-
-si te sientes así, es porque estas inseguro, tienes miedo porque no confías en mí, y siendo así no puedo continuar-
-yo confío en ti-
-¿entonces?-
-es solo que pensaba en lo diferente que será tenerte esta vez solo para mí, y tenía miedo de no poder darte todo lo que deseo darte-
-yo lo único que deseo, es simplemente tu amor-
Al contestarle así, Yukimura derramó algunas lágrimas y me abrazó, a cada beso que él me daba, yo desabotonaba tiernamente uno de sus botones, hasta que su camisa estaba completamente abierta, después deje que al desabotonara los míos, él estaba tan nervioso que lo hacía con inseguridad, pero por eso, es por lo que más lo quiero.
-¿me quieres?-
-te amo Seichi-
El recuerdo de su piel pálida o se comparaba en nada a la que ahora estaba viendo, su abdomen perfectamente marcado, sus delicados brazos, su bella espalda, las piernas torneadas y su hermoso rostro, nada tenía comparación a cualquier otra cosa que haya visto.
-¿de qué te ríes?-
-eres hermoso-
-¿Qué?-
-eres más fino, delicado y hermoso que cualquier mujer-
-si dices esas cosas me voy a sonrojar-
-pues hazlo-
Cuando él me quitó la camisa, casi por inercia miró mi cuerpo, y me dijo algo que nunca me espere.
-eres exactamente como yo me lo imaginaba-
-¿tú me imaginabas?-
-tu piel morena, también tienes una musculatura torneada y marcada, el aroma de tu colonia resalta, cuando te acaricio me embriaga, tus brazos fuertes y tu ancha espalda me hacen sentir protegido-
Si, este acto, no es simplemente sexual, es donde nuestro cuerpo y nuestra alma demuestran la sintonía de nuestros pensamientos, tan solo con acariciarlo ya soy inmensamente feliz.
-no tengas miedo y hazlo Genichirou-
Al principio simplemente trate de prepararlo con uno, luego dos y finalmente tres de mis dedos, solo porque su cara sonrojada penetraba en mi corazón como fuego que nace en una hoguera.
-si te duele, quiero que me digas-
-lo prometo-
Cada que iba penetrando su cuerpo me detenía por momentos para no herirlo, hasta que finalmente comencé a moverme con lentitud, después con un poco más de velocidad, y así hasta que la noche trascurrió.
-Genichirou, abrázame por el resto de la noche-
-claro que si-
-sin ti, me moriría de frio-
-no te dejaré nunca-
-lo sé-
Finalmente llegó la mañana y mi adorado Yukimura abrió los ojos para mirarme a su lado, no le pi la espalda en toda la noche, ni el a mí, nos dormimos mirándonos.
Cuando él se sentó en la cama, lo abracé por la espalda y besé su cuello mientras ambos cerrábamos los ojos en la tranquilidad y el amor.
Después de haber salido a desayunar, realizamos nuestras prácticas y al volver a nuestro cuarto, vimos abrazados una película, dormimos juntos y disfrutamos desde ese momento, la plenitud de nuestro amor, un amor que comenzó en una infancia y que hasta ahora sabemos que nunca se apagará.
Por otra parte, lo único que quedaba pendiente, era saber ¿Cómo la estaba pasando Atobe?
Hoy le envié un mensaje donde le contaba que estaba saliendo con Seichi, y él me contesto
-deseo que seas feliz-
-yo deseo lo mismo para ti-