Kirishima suspiro sonoramente al sentir que su amado novio abandonaba la cama para ir al baño a ducharse la verdad es que no pensaba dejarle ir a trabajar hoy, estaba lloviendo demasiado fuerte y se notaba a leguas que el menor estaba resfriado, estuvo tosiendo gran parte de la noche y con fiebre mientras deliraba cosas que no sabía si era verdad, sólo sabía que estaba enfermo y si se descuidaba podía empeorar considerablemente, pocas veces vio al menor desmayarse, a él le agradaba la idea cuando le ponía algún sedante a la comida con la intención de vestir al menor con llamativo o simplemente cuando lo veía demasiado cansado y estaba con trabajo acumulado
-Takafumi-le llamó levantándose para abrigarse-Vuelve a la cama, estas ardiendo en fiebre-
-Tengo trabajo que cumplir aun, tengo que ir a la editorial, volveré temprano lo prometo, cuida a Hiyo por mi ¿sí?-
-No me importa tu trabajo, aunque sea atándote te dejare aquí en cama-
-DEJA DE JODERME, TENGO TRABAJO QUE HACER-
-Eres un crio aun-suspiró mientras le agarraba de un brazo para terminar arrojándolo a la cama con el brazo en la espalda tal cual lo hizo en aquel hotel hace unos meses atrás-Te quedaras en casa, no me importa qué-le dijo para tomar la otra mano y juntarlas atándolas con el cinturón que saco momentos antes de tomarle ambas manos
-¡Suéltame!-le gritó mientras se daba la vuelta intentando soltar sus manos sin lograrlo
-Has silencio Hiyo está dormida aun y es muy temprano para que despierte-
-Entonces déjame ir y no molestare a la pequeña-
-Claro que no Takafumi-le miró-te bajare la fiebre sudando y un buen ejercicio para eso es el sexo-le sonrió un poco rebuscando en los cajones
La verdad es que ellos ya eran una pareja sólida pero cómo no les gustaba que lo notaran del todo así que en momentos cuando salían temprano y Hiyo se quedaba en casa de sus abuelos ellos ocupaban sus juguetes, sus eróticos juguetes
-Takafumi, te quedaras en casa si o si-le miró dándose la vuelta mostrándole una mordaza y unas esposas-te callas por las buenas o por la malas-
-¡DEJA DE JODERME!, TENGO TRABAJO ACUMULADO-
-Deja de joderme-le remedo-¿No tienes otra cosa que decir?,¿No te sabes otra frase acaso?-
El silencio inundo el lugar y el cinturón de Takafumi fue cambiado por las esposas y suspiró sonoramente, no le gustaba atar a Takafumi en contra de su voluntad, pero era su salud la que estaba en juego
-Abre la boca-
-Jodete-le dijo mientras apretaba sus labios
-Bien, llamare a la editorial-dijo marcando su teléfono-¿Henmi?, tu jefe no ira el día de hoy, esta con una fiebre horrible y apenas ha podido levantarse para ir al baño-
-Eres un…-reclamó Yokozawa intentando levantarse
-Oh, está bien, cuídele, no hay problema y sobre las vacaciones ya están, asique dos semanas tiene al igual que usted-
Escuchaba aquella palabras riendo un poco mientras apretaba la nariz de Yokozawa quien pensó aguantar un poco sin respirar pero no lo logro y al tomar la bocanada de aire la mordaza entro en su propia boca y fue atada tras su nuca
-¡¡¡¡MMM!!!!-
-¿Qué fue eso?-
-Oh es Takafumi está delirando de nuevo, te tengo que cortar, gracias por todo-
-claro-
Simplemente colgó y apoyo el cuerpo del menor en el respaldo de la cama para ganarlo en medio y arroparlo como era debido
-Iré por un café para mí y un té para ti-le miró-no quiero ver que estas fuera de la cama, pero de todos modos no llegaras muy lejos, vuelvo en un par de minutos-
-¡¡¡MMM!!!-
Cerró la puerta y fue por su café dejándolo en su taza para ir por la taza de su novio sirviéndole un té suave sacándole algunas gotitas para dormir a su hija colocándolas dentro, la cantidad exacta para dormir por al menos hasta la hora de la comida, esperando que con descanso hasta allí se pudiera sentir mejor, no le gustaba verlo así todo decaído
-E vuelto mi querido osito-le dijo sonriendo un poco y se acercó a él-si te saco la mordaza ¿Prometes no gritar?-
Sólo tuvo un gruñido pequeño y un asentimiento por parte del contrario
-Bien, también te desatare las manos pero a cualquier movimiento en falso te derribo y no me importara que estés enfermo te volveré a atar y esta vez a la cama-
-Lo prometo-
-Eso es-le sonrió tirando las cosas de vuelta al cajón entregándole el té
-¿Y esto?-
-Es té-
-Lo sé-le miró feo-me pregunto para que un té si sabes que yo no lo tomo, prefiero el café-
-Estas enfermo, sólo tendrás té ahora en la mañana ya veremos cómo estás en la tarde y te daré tu preciado café con leche-
-Pero…-
-Bebeto sin reproches-
-¡TKS!-Comenzó a beberlo
-Bien, eres buen chico cuando quieres-
Se ganó a su lado y le detuvo la taza cuando el contrario la soltó de golpe
-Valla hizo efecto más rápido de lo que pensé-se rió un poco
Con cuidado le colocó la pijama y lo arropo dejando un paño frío sobre su frente para tomar su café con cuidado antes de retirarse-dulce sueños…-
Una vez afuera se fue directo al cuarto de su hija con el desayuno listo
-Buenos días bella durmiente-
-Papá-le sonrió sentándose en la cama con cuidado-buenos días-
-¿Cómo te sientes?-
-Me siento bien, onii-chan se quedó conmigo todo el día de ayer-sonrió-espero que este bien-acarició el cabello de Sorata y se fijó en su desayuno
-Él está aquí aun-
-¿Pasó la noche aquí?, pensé que habías llegado temprano…-
-Algo así, no lo deje salir de todos modos, estaba muy helado y aun llueve asique preferí que él ese quedara aunque tiene algo de fiebre-
-¿Está bien?-
-Sí, tu tranquila, no iremos a trabajar durante las próximas dos semanas asique no hay problema Hiyo-
-Me alegro papi-
No pasó mucho para que Hiyo terminara su desayuno entre pequeñas bromas con su padre y mimos a Sorata quién gustoso los recibía desde su lado en la cama de la menor acompañándole en todo momento
-Bien hija-le sonrió-si quieres puedes dormir un poco, aunque es temprano aun-
-Gracias papá, dormiré un poco-le miró-no te molesta que no me levante en todo el día ¿verdad?-
-Claro que no, además así mantienes tu pie calientito y no estás pasando frío luego y dolor, porque valla que duele-
-¿Has tenido yeso alguna vez?-
-Si-se sentó a su lado-tenía más o menos tu edad-la arropó-en ese entonces yo tenía bastantes amigos de mi edad y jugábamos a patear el balón por horas, aunque un día me toco a la portería y valla que lo atrape, fue muy bueno pero caí sobe uno de mis pies y luego al suelo, no le di importancia, pero cuando volví a la casa y me fui a la cama después de bañarme pude notar lo inflamado que estaba mi pie, pensé en escondérselo a tu abuela pero ella me descubrió a los dos días porque no me había levantado de la cama cuando mis amigos me llamaron y porque no corrí a comer lo que ella me preparaba, si no hubiera sido por eso quizás nunca me hubiera descubierto, aunque lo agradezco porque después de eso, mi pie dejo de dolerme aunque el frío llegaba a hacerme llorar-
-Entonces cuando sienta frío te avisare-
-Claro que si hija-se levantó arropando a Sorata
-¿Cómo lo haremos con el almuerzo?-
-Pediré algo de comida-sonrió-tú no te preocupes, sólo descansa, me llamas cualquier cosa estaré cuidando a Takafumi-
-Claro-le sonrió y se adormeció al sentir el ronroneo de su pequeño felino
La puerta del cuarto fue cerrada con cuidado y suspiró un poco antes de mirar la casa sin saber que hacer realmente, aun eran las 8 de la mañana y tenía algo de sueño, quizás Takafumi no estaba tan mal como pensaba
-¿Dónde está?-preguntó suspirando una vez entró al baño-Aquí-sonrió victorioso para llevar el termómetro al cuarto y colocarlo en la boca de su novio
Mientras el termómetro calculaba la temperatura , Zen ordenaba un poco el cuarto y se situó con cuidado a un lado para revisar si estaba bien al sentir el pitido marcando que ya estaba listo
-38.5-suspiró-es algo alta, bien cambiare el paño y me quedare aquí-mojo de nuevo el paño y lo colocó de nueva cuenta en la frente del contrario para acomodarse a su lado-No me preocupes así, descasa..-
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Madrugada en la casa de los Yukina
Él frío despertó al menor de los dos para abrazarse más a su pareja y sonreír un poco al tenerle de esa manera tan agradable a su lado, lo amaba más que a nada y la verdad es que no pensaba quedarse con ese frío toda la mañana pero no quería alejarse del mayor, la comodidad de sentir a su novio y su hijo junto a él le tenía complemente feliz, anoche habían llegado exhausto, ni siquiera fueron capaces de abrir el regalo de yokozawa, esperaba que fuera algo bonito pero no quería algo muy llamativo, por lo que le dijo a Kisa suponía que era algo para el bebé, pero sólo suposiciones
-¿Yukina?-
-Kisa-san te desperté-le beso la frente-iré por un par de frazadas esta helado-miró por la ventana-y llueve muy fuerte afuera, tu sigue durmiendo-
-Tengo hambre…-
-Yo te traeré algo de comer-le sonrió-sigue durmiendo mientras-
-Gracias-le sonrió-ahora que lo pienso, cuando llegues abriremos el regalo de Yokozawa-
El menor sólo asintió antes de llevar un par de frazadas más y luego el desayuno
-Bien, ¿Qué será?-
Las manos del mayor temblaron un poco y rompieron el envoltorio sonriendo grandemente al ver un traje para recién nacido de color verde agua con una pequeña manta a juego con el traje
-Es…-
-Un hermoso traje-le completó Yukina sonriendo ante eso-Yokozawa-san tiene un buen gusto-le beso la frente-te amo amor-
Se sonrojo notoriamente y desvió la mirada hasta el traje, el primer traje de su hijo o hija no nacido aun, nada hubiera sido mejor que eso
-Quizás en un par de meses-miró a su novio-el también necesite uno como estos-se rió antes de guardar el traje y tomar su desayuno
Quizás ahora Murakawa se comenzara a llenar de bebés, no sólo por parte de ellos dos, aún quedan un par más por confirmar