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Please, Get Angry por sugarlimbo

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Notas del capitulo:

Acá la segunda parte de mi primer fic <3. Dedicado a Linna, mi amiga más bully y más pushy XD

Se acercó pisando con fuerza, con ímpetu, con rabia.
Yo me alejaba de él retrocediendo. Me producía un placer enfermo verlo estar enojado conmigo.
Su semblante era escalofriante. Si no lo hubiese visto sonreír cientos de millones de veces, no creería que era capaz de hacerlo.
Volví a retarlo: sonreí de medio lado y le mostré la cadena que había guardado en mi bolsillo…
Y él perdió el control.
Se lanzó contra mí y nos empujó a ambos a la baranda del balcón.
Dios mío, si eso no hubiese estado ahí la baranda, los dos ya habríamos caído.

Su cuerpo caliente pegado a mi cuerpo frío, me encantó. Me volvió loco. Perdí el enfoque y desesperadamente me dediqué a evitar que me quite la bendita cadena de las manos.
Al ser un poco más bajo que yo, Jinki no alcanzaba mi brazo, el cual estaba lo más alto que yo podía alzarlo. Todo por su maldito roce.
Podía sentir todo su cuerpo chocando maravillosamente con el mío. Era delicioso.
Pero nada es eterno.
En nuevo ataque de ira, con sus dos manos, tomó mi brazo y con toda su fuerza lo estrujó haciéndome gemir de dolor. 
Y finalmente, me la arrebató de las manos.
Estaba sudando, tenía la respiración acelerada y los ojos llorosos. Estrechó la dichosa cadena en su pecho y la miró con amor.
Luego me miró a mí con odio.
Y el pecho me dolió. Sentí como un pinchazo. Una fuerte punzada.
En ese momento realicé, que no me medí. De verdad eso significa mucho para él... Demonios. Odio sentirme culpable, pero esta vez es inevitable.
Se dio media vuelta retirándose. 
Pero yo no podía dejar esto así, sólo fue por un capricho mío. No quería que me odiara. Sólo que se enojase. Y vaya que lo hizo.
Y aún así no me reclamaba, aún así no me decía nada. 
Me sentía la peor basura. Aún en estos momentos, él me valoraba lo suficiente para no insultarme como sé que lo merezco.
—Hyung, perdóname—no pude evitar el tonito de súplica, salió solo. No quería suplicar, sólo detener.
Onew detuvo su marcha y guardó la cadena en su bolsillo.

Y todo fue demasiado rápido. Sólo alcancé a ver sus ojos ardiendo de enfado para cuando ya me encontraba contra el ventanal del balcón.
Onew me tenía fuertemente agarrado por el cuello de la camisa. Y me tomó con tanta fuerza que logró levantarme del piso. 
—Si vuelves a hacer eso, de mí no respondo—susurró.
Me aprisionó más fuerte contra la pared y apretó más mi camisa con sus puños, sólo para ser más intimidante. 
Era asfixiante. 
Aún así, cuando su aliento chocó contra mis labios, una corriente eléctrica recorrió mi espalda. Su aliento tibio, igual de asfixiante que su agarre…
Ya no sabía en qué concentrarme, si en mi falta de aire o si en sus apetecibles labios que se encontraban muy próximos a los míos.Los míos que los deseaban tanto.
—hy…hyung… no …pue…do…
Estaba empezando a ver doble, no podía respirar. Pero la rabia de Jinki era mucha y no había notado que yo ya debía estar azul.
Cuando cayó en la cuenta, me soltó rápidamente.
Aspiré con premura, con necesidad. Cuando fui capaz de levantar la cabeza vi que no me miraba. Tenía la cabeza gacha.
—Lo siento— me dijo con un tono duro —sólo… no lo hagas de nuevo— agregó yéndose nuevamente.
Pero lo detuve con mi mano. No, Onew. Esto no se queda así. Tú me provocaste
—¿Y qué si lo hago otra vez?
De nuevo yo no me encontraba pensando.
Sus labios, demonios, recordé sus labios. Sus apetecibles labios.
Por suerte seguía apoyado en el ventanal, sino probablemente me caería, pues el recuerdo de la boca del Dubu me provocó debilidad en las piernas. Cosquilleo en el estómago. 
—No hablas enserio ¿verdad?— incrédulo se giro sobre sus talones.
Mi mirada era segura, prepotente. Asentí con mi cabeza.
La consecuencia inmediata fue la aceleración de su respiración y la tensión de su cara.
Al parecer, había quedado sensible. Se estaba enojando con una facilidad completamente desconocida para mí. Y me fascinaba.
Se acercó a mi, nuevamente enojado.
Ya no furioso, ya no me odiaba. Y puso sus manos a los lados de mi cabeza. Situó su cara frente a la mía.
Su aliento le dio de lleno a mi cara.
Nuevamente su respiración me embriagaba y me confundía. Me estaba dejando en un estado penoso y necesitado. Pero él era completamente ignorante a ello. Lo maldecía por eso también.
—Ya para— me ordenó sin separar los dientes, perdiendo la paciencia.
Su voz otra vez: gravemente erótica. Su cuerpo desprendía calor, podía sentirlo, pero ya no estaba tan cerca del mío. Y eso no estaba bien, no ahora. No cuando tenía urgencia de Jinki
Lo tomé de su ropa y acerqué su cuerpo con urgencia al mío.
—No quiero parar, hyung
Me miró con cara de no entender.
Pasé mis brazos por su cuello y lo besé. 

Lo besé con fuerza, casi con rabia. 
Pero el simple masaje de nuestros labios no fue suficiente.
Lo mordí, y lo atraje más a mi cuerpo. En ese momento quería su calor. Necesitaba su calor. Me maravillaba lo malditamente bien que me sentía con el líder en este momento…

Pero había un problema. Un gran problema. 
Porque idiota no me respondía. Corrección, siquiera se movía.
Incluso en un momento como este logra desesperarme.
Lo miré: sus ojos estaban por salirse de sus órbitas. Y sus labios entre abiertos por la impresión. Y por la presión del beso, estaban rojísimos y húmedos. Se veía bastante excitante. 
Pero, demonios. ¡Por qué no reaccionaba! Aunque sea que me golpeara. ¡Que hiciera algo!¡Por favor!
Lo empujé un poco y lo alejé de mí.
Ahí reaccionó un poco.
—¿Qué… qué…

Argh… Yo no iba a explicarle nada. Que por una vez en su vida él entendiera solo algo, aparte de las matemáticas.
Yo me largaba.
Caminé hacia adentro. Ahora era yo el enfadado, no tenía una razón muy clara pero me sentía verdaderamente humillado. Lo había besado .¡Lo había besado! Y al parecer, yo sentía la burda seguridad que me respondería el beso. ¡Besé a uno de mis compañeros de grupo!
Y lo peor de todo es que lo volvería a hacer…

Creo que lo que tengo que hacer es dormir. Espero que eso ayude a enfriar mis ideas. Porque en serio, debo enfriarlas.
Pero mi intento de huida hacia mi pieza de vio frustrado. Mi brazo fue jalado con fuerza, lo cual provocó que todo mi cuerpo quede totalmente mirando hacia el lado contrario. Topándome cara a cara con Onew.
—Me explicas ahora mismo, qué te está pasando.—Exigió con tono de autoridad. El idiota no entiende que estoy con las defensas bajas. Que él no me debe hablar así.
Me sorprendo a mi mismo con la mandíbula salida y con los ojos muy abiertos. ¿De qué me perdí?¿Desde cuándo Jinki era tan autoritario?
Tragué duro. No iba a mirarlo mucho, sino podía ser contraproducente.
—Sólo era una broma Onew-hyung…
Traté de mirarlo burlonamente, en serio lo intenté. Pero cruzar miradas con él en este momento era suicidio. 
Sólo sonreí de medio lado con autosuficiencia.
—¿Y el beso?
Él seguía serio. Desgraciadamente tranquilo, esperando mi respuesta.
Respiré para tranquilizarme, el ambiente era tenso. Tenía que parar esto, ya
Lo miré fijamente, luego sonreí y le piqué la frente.
—¡Para que te relajaras, obvio!
Luego de eso, sólo alcancé a ver su semblante en shock. Porque huí rápidamente a mi dormitorio.
Mi corazón latía muy rápido. Estúpido corazón. Estúpido Jinki. ¡Estúpido beso!
…Estúpido yo.
Definitivamente, no me hacía bien pensar estas cosas, lo mejor sería cambiarme de ropa y dormir.
Mis pantalones estaban mucho más mojados de lo que creí. Estuve bajo la lluvia mucho tiempo. Me los quité y me puse los de pijama. 
Mi camisa, pues, eso ya no era género, era agua solidificada hasta cierto punto. 
Se sentía muy bien quitarse esa ropa mojada, pesada molesta… esa ropa que olía a húmedo… que olía a Jinki.. .

Y su maldito recuerdo arremetió en mi cabeza.
Sus ojos iracundos, 
Su cabello mojado por la lluvia
Su cuello.
Sus labios.
Y aunque yo nunca lo admitiré, también su sonrisa. Y ese recuerdo no estaba provocando nada bueno con mi viva imaginación.
No, esto era malo. Muy malo.
—Argh!—me quejé. Me jalaba un poco de los cabellos debido a la frustración.

Debo parar, esto ya dejó de ser entretenido. 
—Key…
Emití una especie de gritito ahogado. Me tomó de sorpresa en mis cavilaciones.
Él hizo el mismo sonido, pero luego de ver cómo estaba yo vestido. O desvestido. Supongo que ya no era tan fácil verme sin parte de arriba después de que lo besé.
Verlo así tan incómodo me hizo sentir fuerte y poderoso.
Como si él fuese mi presa. 
—¿Qué pasa hyung?— lo miré a él divertido y luego me miré. 
El sólo sonrojó. Y me odié al descubrir que consideré eso tierno.
Jinki tragó duro.
—Vine… a decirte…—volvió a tragar—…que por favor te alejes de mis cosas—terminó rápidamente. 
Yo casi podía saborear a mi víctima.
—No quiero—dije gesticulando exageradamente. Mi mirada era de desafío. —Si quieres que yo haga algo, tendrás que obligarme.
Me estaba arriesgando mucho. Si a Jinki le daba otro de sus ataques de ira. No sabía si viviría para contarlo. Y ya había empezado a sulfurarse. 
—Kibum…—me advirtió con palabras.
Yo le respondí con mirada arrogante. Ni yo tengo idea qué era lo que pretendía.
—¡Son mis cosas!— exclamó enojado Jinki. —¡Deja de meterte con ellas!
—Has algo al respecto—lo reté apuntando mis labios.— Detenme.
Puse la mirada más incitante que pude. Me moría de ganas de que está vez funcionara. Pero Onew volvió a quedar estático. Aunque salió mucho más rápido del shock.
—¿De qué hablas… de qué…
Me acercaba lentamente a él.
—Así hyung, así…
Tomé su brazo y lo pasé por mi cintura. Con el otro hice lo mismo.
Volví a rodear su cuello con mis brazos.
Me apegué a su cuerpo.
—Así puedes detenerme, hyung…— musité sobre sus labios, y los rocé.
Y no tengo idea qué habrá estado pasando por la mente de Jinki en ese momento, pero abrió su boca casi con hambre. 
Y él me besó.
Y fue ciertamente extraordinario. Me levantó por la cintura y yo abrí mis piernas y las crucé en sus caderas. Mientras me besaba, yo aprovechaba de tocar todo lo que tenía a mi paso. Me dirigió a mi cama y ahí caímos besándonos con desesperación. Pasó su lengua por mis dientes e hice yo lo mismo con él.
Me encontraba totalmente embriagado de Jinki. Bajé mis labios a su mandíbula, y seguí por su cuello. ¡Dios! Cuánto anhelaba ese cuello. Poder morderlo de la manera que ahora lo hacía…

—¡¡Holaa!!— era la voz de MinHo que acababa de llegar.
Onew se alejó tan rápido de mí, que pensé que nunca estuvo conmigo.
Me miró con cara de culpa y me pasó la primera sudadera que vio para que me la ponga encima. El abrió la puerta acelerado y antes de salir, me miró de reojo.
Inmediatamente, me sentí insatisfecho.
Mierda. Esto no se quedaría así.


Salí, como siempre, dignamente de mi habitación. Y me encontré con mi Dubu muy sonriente hablando con MinHo. Con su estúpida enorme sonrisa.
Con esa, mi boca.
Oops, creo que iba a tener más problemas con su sonrisa. Me molestaba que se las dedique a otros. Una molestia en el estómago y un sabor amargo en la boca se apoderaron de mí.

—¡Jinki hyung!— grité con tono jocoso. Él se tensó un poco al escucharme
Eso me gustó aún más.
—¿Qué es esa marca que tienes en el cuello?¡Parece que te mordieron!.
Mi hyung quedo violeta de vergüenza.
MinHo y yo nos reímos. Pero yo reí como si hubiese ganado una batalla. Reí con satisfacción. 
Más tarde, no sé cómo, haría que esa marca creciera, y se hiciera permanente.
Porque había decidido que Lee Jinki, el líder, mi hyung: Era de mi propiedad.

~ Y que tal vez, sólo tal vez, él era algo más que un capricho para mí… 



---

Fin

 

 

 

 

 

 

;___ Mayo 2009

Notas finales:

Reviews? :)


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