CAPITULO 4: CELOS.
POV SASUKE.
Hoy era domingo, pero no quería levantarme de la cama, no quería ver al pervertido de naruto, como se atrevió a tocarme de esa manera, ningún un hombre me había tocado, pero como tengo tanta mala suerte, en ese instante entra mi primo sai y me quita la sabana a la fuerza, hace que me levante.
Me levanto con dificultad de la cama, mi primo sale de mi habitación, pero antes de irse me dice que me apresure, para que vayamos a la playa, trato de negarme pero el tonto de sai se va antes de que me niegue, además ya lo conozco, si no voy, se la va a pasar molestándome, así que me cambio lo más rápido que puedo y bajo a desayunar, en el comedor se encuentra sai, mi hermano itachi y el dobe de naruto, me siento, pero no lo miro, debido a la maldita vergüenza.
Acabo de almorzar y subo a mi habitación para poder buscar mi traje de baño, cuando ya estoy listo bajo las escaleras, miro a sai, itachi y naruto esperándome, cuando el dobe me mira, empiezo a temblar a mi mente vienen los recuerdos de ayer en la noche y por consecuencia me pongo rojo, desvió mi mirada. Nos marchamos directo a la playa en un automóvil de color rojo, marca Toyota modelo Camry, que nos prestó mi padre, durante el transcurso no lo miro a la cara, después de una hora llegamos a nuestro destino.
Nos hospedamos en el hotel de chidori, pedimos cuatro habitaciones individuales, llego a mi habitación, luego me voy al baño y me pongo mi traje de baño y salgo del cuarto y me marcho solo para observar el mar, cuando lo miro quedo fascinado, no es la primera vez que vengo al mar, pero no importa cuántas veces lo mire, siempre quedó cautivado por ese hermoso mar de color azul como el cielo, dejo de admirarlo e me meto en el mar.
Pasa aproximadamente quince minutos, en los cuales estoy metido en el mar, me encanta el agua, ya que en la preparatoria estaba en el club de natación, pero mi hermoso día es arruinado por un rubio que me habla.
–Sasuke te gusta mucho el mar–dijo naruto y se acercó a mí e me acaricio la mejilla con su mano.
–No me toques–dije enojado y aparte su mano de mi rostro.
–Ayer en la noche, no decías lo mismo–dijo con una sonrisa burlona.
–Me agarraste desprevenido, además si me vuelves hacer algo como eso de nuevo, juro que te castro–dije con una mirada maquiavélica.
–No creo que serias capaz–dijo sin creer, que pudiera cumplir ese juramento.
–Inténtalo y veras sí soy o no capaz–dije con una sonrisa.
Nuestra conversación es interrumpida por una chica de pelo rosa, ojos color jade, piel blanca, le habla a naruto, este sale del agua, eso me molesta, siento que mi corazón se oprime, pienso que es este sentimiento, jamás lo había sentido, dejo de pensar y mejor salgo del mar y me voy hecho una furia. Antes de irme volteo, miro como los dos se ríen, eso hace que me enfurezca más, me voy directo al hotel.
Esa noche trato de dormir, pero no puedo, lo que paso esa tarde , todavía seguí molestándome, así tarde horas, hasta que el sueño me venció, al siguiente día me desperté, porque tocaban con insistencia la puerta de la habitación. Me levante con pereza, pero fui a abrir.
–Buenos días sasuke, solo vine a explicar lo que sucedió ayer–dijo naruto y me miro.
–No me tienes que explicar nada–dije e iba a cerrar la puerta, pero naruto impidió que cerrara, interpuso sus manos.
–Sakura es una compañera de la universidad, vino también de vacaciones a esta ciudad–me explico, pero la verdad no entendía porque lo hacía, ni que fuéramos novios.
–Ya acabaste de hablar, entonces déjame seguir durmiendo–dije ya cansado de esta situación.
–Estas tan molesto, eso significa que tienes celos–dijo naruto con una sonrisa.
Analice la insinuación del dobe, de que yo sentía celos, así que eso era lo que sentía, pero era absurdo, yo no podía sentir eso por ese tonto.
–No te hagas el importante, no siento celos–negué la afirmación de naruto.
–Entonces porque te fuiste muy enojado ayer–dijo naruto, pero ya no le pude contestar, porque llego sai y le dijo que se apurara, entonces el tonto se fue, pero eso fue lo bueno, ya que no sabía que le contestaría.
El resto de la tarde nos divertimos los cuatro juntos, rentamos una lancha y fuimos a admirar el mar, entre otras actividades que realizamos, en la noche fuimos a la playa, cenamos e contamos historias de fantasmas y románticas al siguiente día regresamos a casa, la verdad fue divertido, esos días que estuvimos ahí, pero jamás se lo diría a nadie, solamente yo lo sabré.
Continuara……………………