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PARADISE por MallowSJ

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Notas del capitulo:

Ok con esto yo lloré.

El 24 de diciembre Hangeng enfermó. El 25 de diciembre se recuperó gracias a Heechul.

Pasaron una bella navidad juntos, Hangeng quería ir a ver los árboles del parque cercano porque los adornarían con luces de colores por época navideña, y también habría una actuación con bandas en vivo y todo.

“¡Será como una cita!”

“No”

“Pero Heechuuuul”

“¡Que No! Primero porque, estás enfermo y en cama ¿recuerdas que tuviste cuarenta de fiebre? Y segundo,  Nine Tail se presenta y no quiero hacerles más público.”

Hangeng se cruzó de brazos, estaba sentado en la cama tapado hasta el abdomen, comiendo de mala gana una jalea sin azúcar que Heechul había comprado en el market que tantos recuerdos le traía.

“Necesitas descansar y olvidarte un poco de la audición de bailarines ¿ok?” Heechul llevaba un delantal de cocina, también adquirido en le muni super, del que se sentía bastante  orgulloso además de cute. “A que me veo muy mono ¿no? Soy tu empleada personal” Dio unas vueltas alrededor de la cama, guiñándole un ojo. Hangeng se vió sorprendido por unos instantes, luego recordó que se trataba de Kim Heechul, del que ya conocía bastantes facetas como para sorprenderse, así que se echó a reír.

“Creo saber lo que Hankyung necesita para dejar de estar malo” Heechul caminó de puntitas moviéndose con gracia hasta situarse justo al lado de Hangneg. En seguida le propinó un tierno beso en la frente. Hangeng inmediatamente se sonrojó.

“Yah! Por qué haces eso, lo que necesito es salir, ¡Moverme!”

“¿Hankyung no quedó satisfecho con mi asistencia?”

“¡Que te pasa!”  A Hangeng le subió todo el color al rostro de súbito, se limitó a mirar hacia su derecha, ignorando a su hyung.

Heechul resignado, buscó su boca pero Hangeng se negaba a darle un beso que de pronto comenzó a volverlo loco, pero su orgullo chino lo obligaba a negarse porque Heechul estaba siento totalmente irracional al no dejarlo salir, según él.

“Hannie está bien, puedes salir e ir a ver a esos ‘nine tails’, pero mami se enojará y si vuelves a estar abrazando el wáter te juro ¡Juro que no te cuidaré otra vez!”

“Es muy retorcido que seas mi mami”

“¡Ese no es el punto! Aish”  Ya era el turno de Heechul para hacer un berrinche, así que se sacó el delantal y se lo tiró en la cara a Hangeng.

“¡Yah!”

“Ya está, sal si quieres, yo ahora iré con JongWoon quien me ha invitado a una fiesta con los de BigBang ¿Los conoces? Bueno, Cuídate y abrígate.  Adioós”.

Hangeng no se lo podía creer, estaba entre dolido y extremadamente sorprendido. Él quería una puta cita con Heechul, a la luz de los adornos navideños, jugar con la nieve y  fotografiarse con Santa ¿Era mucho pedir?.

“¡Kim Heechul!” Justo cuando Heechul  tomaba su bolso, luego de arreglarse el cabello muy frescamente, Hangeng tuvo el valor y capacidad de reacción –algo extraño en él- para detenerlo.  Porque obviamente, NO PODÍA dejar ir a su adorado, idolatrado  e idealizado Kim Heechul así como asi, no cuando antes lo tuvo con un delantal rosa dando vueltas a su alrededor y queriendo besarlo. A Hangeng siempre le descolocaba enormemente cuando Hee cambiaba tan rápido de parecer, llegó a pensar que su amigo (o lo que fuera) era un bipolar y más de alguna vez consideró seriamente el recomendarle que viera un especialista. Pero luego se arrepentía porque en el fondo de toda la molestia y angustia que a veces le causaba el no poder complacer a su Hyung y el hecho de que le ignorara, era, irremediablemente, parte de su fascinación.

“No te vayas, no saldré, pero quédate… por favor”

Y ahí estaba  el puto Heechul, quien SIEMPRE, de alguna u otra manera conseguía que las cosas siguieran el curso que él quería. Sonrió con gran satisfacción sin que el chino pudiera verle, estaba aliviado porque ya estaba a salvo la vida de su amor. Si, Heechul exagera.

“Ñiaaam” Como era de esperarse (todos se lo esperan LO SÉ, excepto Hannie quien se sigue sorprendiendo y fascinando cofcofcofocfocofoc)  Heechul corrió y se tiró un piquero en la cama, quedó parte de su cuerpo sobre el chino, que por cierto estaba desorientado.

“No te puedo entender”

“Solo quería que no salieras, te quiero solo para mí esta noche” Sus ojos eran felinos y Hangeng terminó mareándose por tanto cambio de humor, pero e le fondo lo gustaba, ¡qué más da!

“¿Y la fiesta con BigBang?”

“Es mañana”

“¿Iras?”

Heechul guardó silencio y traviesamente miró a Hangeng, el que inocentemente pensaba que le diría que no por cuidarlo.

“Solo si mañana me puedo poner de pie, ya sabes”

 Y fue la gota que rebalsó el vaso para que Hankyung se diera cuenta que le habían tomado el pelo, sin embargo, no le pudo importar menos.

Tomó con firmeza a Heechul y sus miradas fueron cómplices, como siempre, como pensaba Heechul que estaban destinadas a serlo.

 

*-*-*-*-*-

El departamento aun olía a Hangeng.

Los ingenuos rayos luminosos de una mañana nebulosa le traían recuerdos del día de navidad, momentos en que no se le pasaba por la mente la remota idea de que pudiera perderlo. Y no es que Hangeng estuviera muerto, pero Heechul sentía que el corazón se le rompía cada vez que pensaba que estaban en el mismo planeta, respirando el mismo aire y ni aun así su unión fuera posible ahora. ¿Por qué? Por mero capricho, por falta de ganas.

No, no era eso. ‘La sociedad’ Tampoco. Su destino… quizás, porque por más que le diera vueltas y vueltas al asunto no llegaba a ninguna conclusión más que a una que le dolía en el alma; el pensar que ninguno de los dos era lo suficientemente valiente para hacer frente a lo que estaba escrito en su itinerario. Que ninguno de los dos podía ni quería formar su destino junto al otro por miedo a renunciar a ciertas cosas que los ataban. La patria, familia… la fama.

Lo que hacía sentir aún más miserable era que su razón no era lo suficientemente de peso como la de Hangeng.

Que muy probablemente su vida se estuviera yendo a la mierda aun habiendo elegido en forma horrible la fama en vez del amor.

No había más que hacer que llorar. El piso vacío, las tablas raídas del techo. La madera con olor a vida y a ramen salpicado. El aroma del que se había hecho adicto, que lo perseguía diariamente  y que se encontraba impregnado en ese departamento de mala ventilación.

Doloroso.

 Asfixiante, los recuerdos le inundaban la mente y cuando pensó que se volvería loco no pudo más que sentarse ne el piso sucio y sollozar fuertemente; gritos ahogados y espasmoticos no eran mas que un leve gemido casi inaudible.

Si Hangeng estuviera con él las cosas serían diferentes. Si Hangeng estuviera aquí y ahora probablemente no lo dejaría ir nunca más de mi lado. Nunca en mi maldita e insignificante vida.

 

Notas finales:

Gracias por los comentarios!! me hicieron el día


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