La conversación con el manager fue extremadamente agotadora. Su aguante psicológico era limitado y no pudo esta vez, convencerlo de agregar dos caras nuevas a la banda era extremadamente difícil. Era entendible, ya que habían pasado poco menos de dos meses desde su debut y todo se les complicaba mediante avanzaba el tiempo. Habían hecho su debut en prensa como tres miembros. La banda Paradise tiene exclusivamente TRES MIEMBROS. Su primer CD sería lanzado a la venta en dos semanas así que estaba siendo grabado y editado solo con las tres personalidades. Era un completo arme y desarme de todo el trabajo que llevaban hasta ahora, y no solo ellos, porque era sabido que tenían algo así como un gigante equipo haciendo todo en realidad para que tuvieran éxito. Era debido a esto que ya comenzaban a no tener vida y, a pesar de haber transcurrido tan poco tiempo desde la prueba de la audición, Heechul no recordaba cuando fue la última vez que pudo pasear libremente por la calle e ir al minisúper de la esquina a comprar una simple coca cola.
Eran cerca de las once de la noche y no mucha gente visitaba e market a esa hora. Por eso Heechul se consideró a si mismo tremendamente prudente a pesar de no llevar si quiera unos lentes para camuflar su rostro. En fin, caminó por el largo pasillo hasta el de las máquinas con gaseosas. Examinó unos minutos tras la mampara de vidrio de la máquina indeciso sobre lo que debía comprar ¿Coca Cola light u original?
Su mente estaba tan exhausta y atiborrada de pensamientos a causa de su agenda de la que estaba harto, que no se dio cuenta cómo, accidentalmente golpeó al reponedor de las latas cuando deslizó la puerta de la máquina refrigerante.
El chico exclamó de dolor, Su dedo índice había sido horrorosamente aplastado contra la goma de la puerta deslizante y no era para menos ya que eso debía doler bastante a juzgar por como el chico se retorcía de dolor. Sus intentos por querer pasar desapercibido fueron tirados por la borda cuando el joven se encogió y se hizo bolita en medio el pasillo, aun chillando como enfermo por su dedo, que por cierto, estaba dejando un charco de sangre nada agradable en medio del pasillo.
“Ehh… lo siento, lo siento de verdad”
Intentó calmarlo en vano, miró para todos lados y notó a la gente curiosa que quizás, solo quizás lo hubiera reconocido. Retrocedieron unos pasos queriendo huir lo más rápidamente posible del lugar, pero se detuvo. Pensó que era demasiado inhumano de su parte dejarlo desangrando ahí en medio, cuando fue él quien había tenido la culpa. Estuvo alrededor de un minuto parado entre gritos del chico y los propios al intentar calmarlo. Tenía miedo de que lo reconocieran en estas circunstancias, luego recordó que él era baterista y que en realidad a nadie le importaban los bateristas, y que quizás estuviera muy enrollado con eso de la fama cuando aún eran unos simples novatos. Pero pasó lo que debía pasar y sin darse cuenta, de pronto una aglomeración de personas les fotografiaba sin reparos.
Después de aquello todo fue confusión y Heechul se sintió enfermo. Tenía que salir rápido. Lo iban a matar en la empresa, esas fotos serían un serio, MUY SERIO problema para muchas personas. Y él encabezaba la lista de perjudicados.
Era su culpa después de todo. Primero él sabía que tenía que salir más cubierto de casa, él no tenía que comprar esa maldita coca cola en lata cuando tenían botellas en la nevera. Podía fingir que no era Kim Heechul, pero luego también recordó que era el tipo de baterista excéntrico que en el pasado show musical y en plena transmisión televisiva besó al guitarrista tal y como lo había visto hacer a los integrantes de sus bandas japonesas favoritas. Eso ya había sido un monumental escándalo, ya había aparecido en absolutamente todas las portadas y para ese entonces, debería ser conocido nacionalmente como el gay de mierda de la SM entertainment. Recordó como al terminar aquella presentación, lo habían llamado inmediatamente a la oficina del CEO quien le había gritado diciendo que era una jodida basura y que tendría que pagar las consecuencias. También recordó que al otro día, luego de salir en todos los canales de la farándula, le habían vuelto a llamar, diciendo que era un puto genio y que ahora la banda era extremadamente popular entre la juventud y los adultos “open mind”. Su digital single había sido descargada más de un millón de veces… en un día desde el escándalo del beso. Además consiguió que aceptaran unir nuevos miembros para que sus “scandal’s affairs” fueran olvidados y la atención de los espectadores se centrara en los recién llegados.
Si, salir de ahí y seguir su instinto era lo indicado.
La gente seguía apilándose y sacando sus celulares, preguntándole todo tipo sin sentido “¿Le has pegado?” “¿Realmente eres de Paradise?” “¿Crees que porque tienes tus cinco minutos de fama puedes andar por la vida golpeando a la gente?” “Pobre chico…”
No soportó más, puso de pie al reponedor como pudo, y lo condujo por los pasillos hasta la salida del local. En su desesperación porque la sangre se detuviera y el chico dejara de decir que era un secuestrador y preguntar dónde lo llevaba, Heechul tomó a la rápida unos algodones en bolitas desde uno de los pasillos y salió del mini súper sin pagar nada.
Se las había mandado, realmente.
Ya afuera del market y habiendo logrado esquivar a la turba de gente grabando y fotografiando como virus. Heechul solo odió al chico, abrió el envase de algodones hechos bolita rabiosamente con sus dientes y le tendió unos cuantos, rodeando completamente su dedo machucado y deforme. Tenía la mitad de la uña del dedo índice derecho partida en forma vertical. El otro trozo se había caído en algún lugar del mini super y definitivamente no se devolverían a buscarla porque eso sería inútil, la uña no se volvía a colocar, y pensó que tampoco podía pegar el algodón ahí porque de seguro quedarían restos estampados en la carne. IUG.
“Saliva, pon saliva en el algodón”
El chico obedeció al instante y no se movía más que para asentir las órdenes de Heechul, quien estaba notablemente histérico, le temblaban las manos.
“Ahora por favor piérdete, no quiero que me demandes o algo, solo fue un accidente. No llevo mucho dinero pero tengo…” El reponedor lo miraba con una cara suplicante.
“Solo esperaba que me llevaras a urgencias, esto está doliendo a horrores y necesitamos ir en tu auto, ¿seguro que tienes auto?”
MALDICIÓN, MALDICIÓN, MALDICIÓN.
Más gente viendo la mierda en que se había metido. El hospital era donde definitivamente NO DEBÍA IR. Llamaría demasiado la atención y empeoraría todo. Así que consideró que lo mejor era pagar un taxi que lo llevara y olvidarse del tema, por su bien.
Después de diez minutos de caminata y tratar de hacer parar un taxi en un lugar no habilitado, por fin pudo tomar uno para el chico que parecía más aturdido que antes ya que ahora no hablaba y se dejaba manejar como un títere. La herida seguía sangrando así que Heechul finalmente metió toda la mano del reponedor dentro de la bolsa de algodones y la dejó ahí solo queriendo no volver a mirar el destrozado dedo. ¿Cómo pudo hacerle tanto daño con abrir una estúpida puerta?
Una vez el taxi se detuvo, le pasó todos los billetes que tenía sin contarlos y le dijo que lo llevara a urgencias de inmediato. Heechul pensó que quizás debería contactarse con el chico otra vez en caso de una demanda pero fue demasiado tarde. El automóvil ya se había puesto en marcha y no podía hacer nada.
Botó aire por la nariz de forma bastante sonora. Su corazón aun daba enérgicos latidos debido a la adrenalina cuando todavía miraba el taxi alejarse rápidamente frente a él.
Estuvo cerca. Otra vez Kim Heechul salía airoso, solo tenía que pensar esta noche en como se enfrentaría mañana a los medios y sobre todo… al temible CEO.
***
“Otra vez Kim Heechul, OTRA VEZ”
No era el CEO ni el manager, ni nadie menos que Lee Sungmin a eso de las seis de la mañana despertándolo mientras lo agarraba firmemente de los hombros y le zarandeaba sin ninguna consideración con su cervical.
“Bastardo… como puedes hacernos esto una y otra vez”
“Eh… qué cosa”
“Qué cosa qué cosa” Sungmin le imitó y levantó el periódico para que Heechul pudiera ver, salían un montón de fotos que se tardó pequeños segundos en recordar.
“Ah, eso… solo fue un Scandal affair”
***
Eran los últimos días de abril y había un gran alboroto en el nuevo departamento de la banda.
“Este piso es como cuatro veces más grande que el anterior” A Jongwoon le brillaban los ojos ya que habían tres habitaciones y por fin, ¡por fin! tendrían privacidad.
“Heechul te haré caso más seguido, audicionar para la SM fue lo que nos sacó del basurero ese” Sungmin dejó caer su cuerpo en el moderno sofá blanco que ocupaba la sala. Obviamente estaba ebrio, y Jongwon también. Heechul bufó un poco malhumorado, después de todo no habían querido invitar a Kibum ya que pronto llegarían los nuevos integrantes junto al manager. Era de suponer que se llevarían un monumental reto, estar ebrios en la primera impresión de los que habían sido seleccionados con pinzas de entre los trainees de la compañía para convertirse en sus compañeros por quien sabe cuánto tiempo era bastante inapropiado.
Pero ya no había caso, el timbre sonó y Heechul fue en silencio a abrir la puerta.
“Es muy raro que Heechul hyung no se nos una”
“Debe estar queriendo ser el favorito de hip-Leeteuk hyung”
“Heechul está bastante gay, quizás le guste nuestro manager ¡HAHAHA!”
“Estás muy pers perssp perceptivo hoy, Sungmin” El pobre Heebum que justo pasaba por el lado de Jongwoon fue capturado en sus brazos. Heechul sintió pena por él pero el timbre sonaba insistentemente, así que el gatito tendría que esperar un minuto a que papi fuera a abrir al viejo-tonto del manager.
“Yo sé que te lo estás imaginando todo, guarrro” Sungmin se revolcaba de la risa en el sofá y Jongwoon eligió la alfombra para recostarse como un maldito ebrio que ya no podía mantenerse en pie.
El timbre seguía sonando con insistencia aun cuando Heechul había gritado por tercera vez que YA IBA. Sin mirar por la pantalla solo abrió de un tirón tratando poner su mejor cara –y tratando de tapar con su cuerpo a sus amigos ebrios tras él-
Pero lo único que encontró del otro lado fue un misterioso chico usando gorro de visera que tenía ambas manos alzadas, la derecha levantaba su dedo índice con un vendaje excesivo y en la izquierda sostenía una factura de hospital.
Ambos quedaron inmóviles por largos segundos.
“¡Hola!, me llamo Hangeng, mucho gusto”
The timeline finally was a starting point
Pero Heechul nunca supo nada.