No todo podía resultar bien.
El invierno llegó y con ello, la audición que Hangeng había estado esperando todo el año.
Era vísperas de navidad y Heechul ya no podía pasear solitariamente por Hongdae como solía hacerlo. Seguramente sería atacado/violado por una multitud enloquecida de ‘gente fea’, como solía decir a JongWoon cada vez que le invitaba a unas copas.
“Vamos, Heechul, no puedes quedarte solo cada veinticuatro de diciembre”
“Si solo te interesa ir al karaoke por Kim RyeoWook, no creo que sea necesario que yo vaya, es solo eso”
JongWoon comenzó a mover sus brazos frenéticamente, su rostro rojo como tomate e incapaz de articular palabra. Heechul había dado en el clavo. Sungmin, Donghae y EunHyuk estaban esperando a Jongwoon ya en la salida. Listos para una noche navideña de Karaoke feliz.
Tan irritante.
Lo peor era que quizás hubiera aceptado, de no ser porque sabía de antemano que solo iban para coquetear con los de Nine Tail, la banda supuestamente “enemiga” de Paradise. Heechul se divertía pensando qué pasaría si las fans de ambos grupos, que tanto se odiaban y hasta protagonizaban las famosas fanwars, se enteraran que eran amigos y muy probablemente más que eso. Especialmente JongWoon con el tal Kim RyeoWook, aunque JongWoon aun lo negara a muerte.
“Está bien, está bien. Te dejaré tranquilo y SOLO” JongWoon entrecerró los ojos, inquisidor. Pero Heechul no le prestó atención y siguió haciendo zapping mirando fijamente la TV sin inmutarse. Cuando sintió que cerraban la puerta tras ellos, arrojó el control remoto por alguna parte, haciéndolo añicos.
Estaba tan malditamente frustrado que podría morir. Enseguida cogió uno de los peluches favoritos de Sungmin, obsequio de sus fans que él solía dejar como decoración en el sofá. Puso uno de conejo rosa sobre su boca y comenzó a gritar de pura rabia.
En un arranque emocional, sacó de un tirón su teléfono móvil del bolsillo del pantalón y tecleó un mensaje de texto apresurado y lleno de ira.
Para: Han Mulan
Ni pienses hacer lo que has dicho ayer, no puedes hacerlo porque me perderás para siempre si te atreves.
Enviar
Cancelar.
No podía, inmediatamente borró el mensaje y tecleó nuevamente. Total y realmente arrepentido.
Para: Han Mulan
Perdón.
23:38
Mensaje enviado.
***
Era una agradable tarde de 23 de diciembre.
Se habían reunido en el lugar más alejado del parque más solitario de la ciudad. Ya habían estado varias veces ahí y Heechul conocía bien la banca con dos tablas menos y el árbol frente a ella que ahora estaba desnudo de hojas y con algo de nieve en su ramaje.
Hangeng lo esperaba de pié junto al árbol. Vestía exaeradamente abrigado ya que últimamnte sentía malestar de grgante y llevaba dos cafés calientes en las manos, le tendió uno a Heechul, y en seguida se sentaron en silencio.
“¿Me llamaste para esto? ¿Un café en medio del parque? Salí corriendo de la filmación del MV por ti”
Ya habían empezado mal. Era uno de esos días que Hangeng conocía bien, en los que Heechul era prácticamente insoportable y era muy difícil entablar una conversación seria con él porque en realidad todo le valía una mierda.
Estuvo muy tentado de irse calmadamente para evitar una inminente pelea, pero estaba enojado. Hangeng también tenía su límite de paciencia y estaba muy afectado por lo que iba a decir, había estado varios días pensándolo pero finalmente decidió que no podía alargarlo más, que era el momento. Dentro de cuatro días era la audición para bailarines y tenía que tomar decisiones.
“Heechul, si no llego a pasar la prueba, me iré a China al día siguiente”
Fue la misma Little boy estallar sobre Hiroshima.
“¿Qué estás diciendo?”
Hangeng lo previó todo, sabía que Heechul se pondría histérico pero creyó que podría controlar la situación. Y como era de suponer, se equivocó.
Porque para Heechul fue como si estuvieran cortando con él. Y NADIE ROMPÍA CON KIM HEECHUL.
Nadie, ¿Cómo se atrevía? ¡Chino estúpido!
Mientras su cabeza hervía en ira solo empeoró todo con sus reproches. Se sentía herido, era verdad. Pero no dejaría que lo viera vulnerable en ése momento y ocultó toda su tristeza bajo su peor carácter.
“Entonces, si no pasas la puta audición cortamos ¡¿eso quieres decir?!”
“No Heechul, ¡no!”
“Lo acabas de decir. Si te vas a China obviamente no nos veremos de nuevo GENIO.”
“¡Tú estás diciendo que no nos veremos de nuevo, yo no dije algo como eso!”
“¡Callate! Como si entendieras todo lo que te digo”
Hangeng se sostuvo la cara con la palma de su mano, estaba completamente indignado e impotente contra Heechul. El siempre ganaba, lo sabía, él siempre tenía la razón. Nunca pensaba en sus sentimientos.
Heechul era egoísta. Justo cuando se marchaba a paso rápido, tiró el vaso de café lejos, todo el contenido se vertió sobre los adoquines, junto con su cordura. Después de eso se devolvió hacia Hangeng, con ojos furiosos y expresión fuera de sí.
“¡Dijiste que nunca permitirías que me sintiera solo!”
Hangeng guardó silencio unos segundos, conteniendo unas humillantes lágrimas que casi se desbordaban por sus pequeños ojos. Pero no pudo, de verdad que no pudo y le escupió todo lo que sentía a la cara, sin piedad. Porque Heechul no tenía derecho a pedir consideración.
“Mi familia es pobre en China, y yo vivo acá sin más preocupación que yo mismo. Los echo de menos Hee, si no puedo pasar la audición exitosamente, mi familia asegurará que no tendré más motivos para quedarme… y realmente no debería tener motivos. Mi única motivación cuando las cosas han sido duras de soportar has sido tú. Y lo sabes muy bien. No puedo creer que te pongas así y no intentes si quiera comprenderme.”
Sus palabras fueron tan ciertas, tan verdaderas y sin malicia que sonaron dolorosamente dentro del corazón de Heechul, quien de pronto se sintió terrible. Así que no tuvo cara para detenerle una vez se dio vuelta y emprendió marcha por el sendero de adoquines del parque.
Fue la gran pelea del año, la primera y Heechul rogaba por que no fuera la última. Eso significaría tan solo una cosa, algo que sabía que no podría soportar.