Instinto por Noatharo

Loki que aún estaba en la nebulosa de sus pensamientos, se sentía muy cansado, hacer sus proyectos y los de Balder le tomaron buena parte de la tarde de ayer y noche. Eso, sumado al hecho de sentirse muy extraño, en la mañana había despertado con la semejante sorpresa de tener una erección y la temperatura de su cuerpo había aumentado considerablemente. Al principio pensó que era un brote de fiebre, pero descarto la idea al no sentir ninguna pesadez o dolor, solo en su parte íntima. Rápidamente se dirigió hacia el baño, una ducha fría solucionaría las cosas y así fue. 
 
Inconscientemente escuchó toda la explicación de la profesora de Salud y Adolescencia, y allí estaba, la posible respuesta que buscaba.
 
- Pr... Profesora Hill-. Loki levantó su mano.
 
- ¿Sí, señor Laufeyson? 
 
- Bueno pues-. Loki pasó saliva y se dio ánimos de continuar.- ¿Cuál es la edad estimada para el primer celo de los omega?
 
La profesora alfa tornó su mirada más seria.- Precisamente ése es el motivo por el cual repasamos este tema-. Hizo una pausa para capturar la atención de todos.- Muchos de ustedes sabrán que la Academia Shield no ha recibido a estudiantes omega sino hasta hace un año, por lo tanto su gran mayoría de alumnos son alfas y betas.
El tema en cuestión es la prevención del alumnado omega, muchos aquí rondan la edad de entre 16 y 17 años, misma edad en la cual comienzan a experimentar los primeros cambios para el celo, con esto quiero decir que, nuestro propósito es que sepan distinguir su época de celo y avisen inmediatamente a los directivos, dónde tratarán de coordinar sus días de licencia.
 
- Ya, ¿osea que ellos se saltarán clases solo por ser omegas? Por favor-. Se burló la alfa castaña
 
- Señorita Sylvan, ¿tiene, acaso, algo que compartir con la clase?-. Preguntó.
 
- Pues yo no le veo el sentido a que ello se les den días libres. Después de todo, ¿acaso no debíamos ser todos por igual? Ellos reciben días de licencia y nosotros qué-. Contestó Sif con una sonrisa burlona hacia el grupo omega.
 
- Verá, joven Sylvan. Aún le queda mucho por aprender. El celo de un omega no sólo es perjudicial para ellos mismos si no son contenidos, sino que también afecta tanto a alfas como betas. Recuerden que los alfas reaccionan muy fuertemente por el celo omega; mientras que los betas tienen el instinto de protegerlos, por lo que pueden llegar a darse enfrentamientos entre dichos betas y alfas, para la protección o posesión en cuyo caso sea-. 
 
- Hmnp... Como si fuera posible que un alfa de nuestro nivel se rebaje a eso-. Murmuró Sif por lo bajo.
 
Loki aún seguía con las dudas volando por su cabeza, él tenía dieseis años y faltaban aún cuatro meses para cumplir diecisiete. Bien, sabía que estaba en la etapa correcta para el celo, pero faltaba algo. Saber cuáles es los síntomas que se presentaban. 
 
Estaba por preguntar, cuando pasó. Otra vez, esa sensación de humedad en su parte trasera, se enderezó inmediatamente en su asiento, sentía como algo mojaba su ropa interior. <¡Demonios!> pensó mientras su respiración se tornaba pesada. El calor iba en aumento, apretó sus piernas solo para darse cuenta de que su miembro estaba semi erecto. < ¡Mierda! Mierda, mierda, mierda> se estaba excitando. Y allí lo confirmó, efectivamente eso era el celo. O más bien, el comienzo. Rayos, si eso era solo el principio, qué le sucedería cuando se desencadenara completamente.
 
Miró al frente, la profesora Hill seguía con su cátedra. ¿Qué haría? En medio del remolino de pensamientos sintió como más de esa sustancia espesa se deslizaba fuera de su cuerpo. Su miembro rozaba contra la tela de su ropa interior, provocando aún más su excitación. Mordiendo su labio inferior se recostó su cabeza contra el pupitre tratando de despejar su mente con la esperanza de poder calmar aquello. 
 
La campana sonó anunciando el fin de la hora. No recordaba la últimas vez que estuvo tan agradecido de escucharla sonar. Como si su vida dependiera de ello (y si efectivamente el celo lo que lo tenía de esa manera, también su castidad) guardó todas sus cosas en su bolsa. Pero tan rápido como se levantó de su asiento,  una fuerte mano lo empujó obligándolo a sentarse, otra vez.
 
- Laufeyson, mi buen amigo.- dijo con una sonrisa irónica. - Quisiera suponer que tienes lo mío, ¿no es así, cerebrito?-. Balder lo tenía acorralado.
 
Loki estaba desesperado el calor había disminuido solo un poco pero seguía sintiéndose agitado. Trató de calmarse rápidamente para hablar sin tartamudeo y ocultar su estado. 
 
- P... Pues aquí no lo tengo, solo déjame que vaya por...-. No pudo terminar la frase ya que Balder lo había tomado del cuello de su camisa obligándolo a pararse.
 
- Loki, Loki, Loki...-. Habló en fingido tono de decepción.- Deberías saber que no me gusta esperar y creo que te has buscado una fuerte golp...- Balder había levantado su puño en el aire dispuesto a incrustarlo en el estómago del azabache pero se detuvo cuando acerco más así mismo al omega. Inhaló profundamente y lo sintió, el aroma. 
 
Su instinto estaba despertando sin que se diera cuenta.  Loki vio sus pupilas dilatarse y de la garganta del alfa salió un sonido parecido a un gruñido mezclado con una especie de ronroneo suave. La piel del omega se crispó, estaba en peligro lo sabía, pero qué hacer. 
 
Balder acercó abruptamente el cuerpo de Loki al suyo colocando un brazo en la cintura, pegando aún más el cuerpo contrario. Con una mano corrió los cabellos azabaches para descubrir el pálido cuello que se le apeteció delicioso, volvió a inhalar esta vez rozando la punta de su nariz contra la piel mientras que con su otra mano libre la dirigió lentamente hacia un muslo y lo apretó.
 
Loki se estremeció, Balder estaba provocándole sensaciones que hasta el momento no conocía. El alfa apoyó su bien erecto miembro contra Loki provocando que este soltará un profundo suspiro, Balder sonrió satisfecho, dio una pequeña lamida en el cuello del omega dispuesto a clavar sus dientes en él para marcar su presencia.
 
- ¡Oye, tú!-. Pepper había entrado al aula buscando a su amigo.- ¿Qué diablos crees que estás ha haciendo? 
 
En la mente de Loki un interruptor se activó. ¿Qué mierda estaba haciendo? Coqueteando con Balder Odinson. Sacó fuerzas de donde no las tenía y empujó al alfa lejos de él, provocando que este tropezara con una silla y cayera al suelo.
 
- Loki, ¿qué está pasando aquí?-. Preguntó Pepper preocupada y alarmada ante escena con la que se encontró.
 
El azabache miraba asustado, no sólo por el hecho de empujar al macho alfa del curso sino porque ni él mismo supo qué fue todo eso.
 
- Yo no. Estaba por ir. El baño. Él solo se acercó y...-. <Genial, estoy hablando incoherencias, absolutamente genial, Laufeyson> se reprochó.
 
- De qué estás hablando-. La rubia beta no entendió para nada las cosas que habló su amigo, fue como si las hubiera dicho en un micro segundo.
 
Balder se levantó lentamente del piso, había recobrado parte de su conciencia. Él también se encontraba en medio de un lio interno por saber qué demonios pasó. Su vista se posicionó en Loki, quien al verse bajo la mira del alfa y temiendo por lo que pueda llegar a hacer, tomó su bolsa y salió corriendo del salón de clases gritando un "lo siento" en el camino.
 
Pepper, aún más extrañada y preocupada por Loki, enfrentó a Balder.
 
- Hey. ¿Qué le has hecho?-. Habló lo más seria posible aunque por dentro aun recordaba que estaba hablando con un alfa, por lo que tendría que proceder con cautela.
 
El castaño sin sacar la vista de la puerta por la que Loki había desaparecido contestó.
 
- ¿Qué le he hecho yo?-. Preguntó sarcástico. <¡¿Qué has hecho tú al interrumpir, entrometida?!>.- Eso no te incumbe-. Dijo despectivo, mientras colocaba sus manos en los bolsillos y salía del salón. Balder se encontraba extrañamente irritado por la repentina interrupción de la beta, él quería más,  mucho más de ese hipnótico aroma y solo lo quería para él. Y eso era lo que le irritaba aún más, Laufeyson la pagaría y no sólo con golpes, pensó mientras una sonrisa sádica se asomaba por sus labios.
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Se veía a un azabache corriendo por los pasillos, cuidadoso de no cruzar con alguna autoridad del instituto, hasta llegar al baño. Respiró aliviado al encontrarlo vacío. Abrió una puerta de un cubículo y se introdujo allí a reflexionar. ¡Rayos! Qué había sido todo eso. Balder lo había estado manoseando y él no había hecho nada por detenerlo. Tocó su cuello aun sintiendo el fantasma del tacto del alfa en el mismo. Y recordó la sensación de unos afilados colmillos acercarse a él.
 
- Oh, no.
 
Salió disparado del cubículo y se posicionó frente al espejo buscando desesperadamente una marca, aunque sea mínima. No la encontró.
 
- Gracias a los dioses-. Suspiró aliviado.- Pepper te debo una grande.
 
Si hubiera tardado un poco más y esos colmillos se hubieran enterrado en el, estaría en problemas. Una mordida de alfa significa la reclamación del omega como su pareja, tendría que estar a total merced de él. Se estremeció al pensar ser la zorra de Balder. Aunque dudaba mucho de que el castaño supiera lo que hacía. Cuando al fin se había relajado se dio cuenta que en todo el medio del embrollo, había olvidado por completo su situación.
 
- Mierda -. Musitó y comenzó a tantear sus pantalones en busca de alguna mancha de humedad, pero no la encontró. Sólo su ropa interior estaba húmeda por una sustancia espesa y semi transparente, en parte eso fue un gran alivio.
 
Pero todavía necesitaba saber acerca de su celo y lo más rápido posible. A su mente llegó su mejor amigo. ¡Claro, Steve! Él sabría explicarle, después de todo era casi un año mayor que Loki y ya había pasado su primer celo. Respiró unas cuantas veces dándose ánimo y salió del baño con cautela en busca del rubio omega.
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Al otro lado del instituto estaba Thor y un grupo de alfas descansando luego de la practica  disfrutando de la compañía de unas cuantas betas, cuando se le unieron su hermano menor y sus amigos. 
 
- Hey, ¿cómo va todo?-. Preguntó el alfa rubio mientras bebía una soda.
 
El grupo se instaló sentándose junto al equipo de football. Mientras el alfa Fandral hablaba.
 
- Agotador, odio los proyectos que dejan en literatura-. Habló exasperado.- Envidio a tu hermano por tener un ratón de biblioteca.
 
- ¿Mm? ¿Ratón?-. Dudó Thor al escucharlo.
 
- Sí,  Laufeyson. Se dedica a hacer los trabajos de Balder, es un cerebrito-. Dijo con tono burlón. - Aunque, el ratoncito tiene un buen cuerpo y un trasero apetecible.
 
Balder, que estaba sentado a su lado, escuchó toda la conversación realmente irritado por aun no poder sacar esa sensación de sí cuando tocó al omega. 
 
- Oye, ya cállate-. Habló seco y cortante. Pero eso no hizo que su amigo no decidiera hacerle una broma.
 
-Oh, vamos. No me digas que ya te lo has tirado jaja, el gran Balder se le para por Laufeyson-. 
 
- Tú te la buscaste-. Contestó el castaño, mientras se lanzaba a golpear a Fandral.
 
- Oigan par de idiotas-. Thor alzó la voz.- Si comienzan una pelea aquí nos dejarán sin campo de practica como castigo-. Pero fue ignorado olímpicamente por los otros dos.
 
- Olvídalo, Thor-. Sif estaba a su lado con una beta peli naranja sentada en su regazo.- Ellos no te escucharán, Balder estuvo así desde la clase del Omegaverse. Quién sabe que bicho le picó-. Terminó diciendo mientras besaba el cuello de la beta coquetamente. 
 
- ¿Omegaverse? ¿Acaso volvieron a jardín de niños?-. Preguntó en tono de burla.
 
Sif solo se encogió de hombros. - No es como si le diera mucha importancia. Sólo me interesa saber lo necesario-. Agregó mientras acariciaba la pierna de la chica en su regazo y sonreía lasciva.
 
- Hmja... Tu nunca cambiarás, ¿ha?-. Se burló el rubio.
 
- Y mira quién lo dice-. Sonrió de medio lado.
 
Thor volvió su vista donde estaba los dos alfas peleando y suspiró pesado. Mejor separarlos antes de que se vuelva un problema más grande.
 
- Oigan par de soquetes, ya paren con sus niñerías-. Logró separarlos luego de unos cuantos empujones.- Si quieren joder háganlo en otra parte, aquí no.
 
- Bien, ya entendí-. Respondió Balder aún enfadado mientras se acomodaba su chaqueta. En eso, la prenda, desprendió un dulce aroma que llegó a las fosas nasales de Thor por la cercanía de su hermano. 
 
El suave aroma dulce y picante. Aquel que lo dejo embobado y con ganas de más, anhelando. Ese aroma estaba impregnado suavemente en la chaqueta de su hermano.