-La oscuridad recorre tu cuerpo, falta poco ¡ya falta muy poco! ¡Pronto seré libre!-
Repetía una y otra vez Aoi, manteniendo sus pensamientos lejos de los de Takeru para que no sospechara nada
-Takeru! ¿Estas bien? Me tenías preocupado-
Le dijo Kouki cuando él y Michi entraron a la cabaña
-Estoy bien-
Le dijo, sin mirarlo a los ojos
-Y bien? Terminaron de comer?-
Les preguntó Michi
-Sí, no sabe tan mal como creíamos-
Respondió Kouki
-Así es! Ya me siento mejor ¡Muchas gracias, Michi-san!-
Le dijo Miku
-No lo hice por ustedes. Ya que decidieron seguirme, si no los cuido me causarán problemas-
Dijo con esa clásica expresión malhumorada
-Vaya! Parece que vuelves a ser la misma-
-¿De que hablas tonto cabeza de cereza? Nunca cambié-
-¿"Cabeza de..."? Oye, es Sakuragami! Sa-ku-ra-ga-mi-
-Creo que ese te queda mejor-
Se burló Shigeru
-Mo! No se burlen de mi nombre-
A pesar de tantas bromas y risas, Takeru estaba muy serio. Le preocupaba que su cuerpo no pudiera contener la oscuridad y se "desbordara" y si eso ocurría... no sólo su cuerpo, sino también su mente y su corazón se perderían, él nunca volvería a ser el mismo y Aoi lo controlaría por completo.
-Takeru-sa... Quiero decir, Takeru... ¿Estas bien? Pareces algo distante-
Le preguntó el pelirosa
-Sí... estoy bien-
Contestó, aún con la mirada perdida
-Te ves...-
-¡Dije que estoy bien!-
Gritó, sorprendiendo a todos
-Takeru...-
-Bi-bien, ya es tarde, será mejor que nos vayamos-
Dijo Asahi, jalando del brazo a Shigeru para que se fueran
-¿Eh? Ah, sí! Buenas noches-
-Buenas noches!-
Dijeron los dos y se fueron
-Nosotras también nos vamos-
Les dijo Michi a Miku y Hiyori y las tres se fueron, dejando a Kouki y Takeru solos.
-Kou...-
-¡Takeru!-
-¿S-sí?-
-Lamento... haberte hecho enojar, no quería...-
-N-no, no tienes que disculparte. No debí haberte gritado-
-Si...-
-¿Eh?-
-Si estas molesto por lo del beso, yo...-
-No es eso-
Dijo el peliazul, un poco avergonzado
-Entonces ¿Que te ocurre?-
-Nada-
-No puedes engañarme, sé que te ocurre algo-
-¡No te...!-
Trató de decir, pero fue callado por un inesperado segundo beso. Esta vez fue más corto que el anterior
-K-Kouki... ¿Por qué? ¡¿Por que hiciste eso?!-
-Porque... Creo que me he enam...-
-¡No! No lo digas, no quiero escucharlo-
-Pero tú me lo preguntaste, además... creí que sentías lo mismo por mí-
-¿Y-y si así fuera?-
-¿Eh?-
-Eso no significa que debamos...-
-Takeru-
Dijo el pelirosa sonriendo y dejando escapar un pequeño suspiro. Entonces se acercó más a él y lo volvió a besar. La intensidad se incrementó y Kouki bajó hasta su cuello recorriendo su piel con los labios. Takeru no hizo nada por impedirlo, permanecía inmóvil, con la mirada perdida y con un ligero rubor en las mejillas. Cuando Kouki le quitó la camisa pudo ver algo perturbador en su cuerpo: sus brazos estaban completamente negros y la oscuridad avanzaba, peligrosamente, por su pecho
-Takeru ¿Qué es...?-
-¿Lo ves? Es la razón por la que he estado actuando tan frío-
-¿Por qué no me lo dijiste?-
-¿Y que habrías hecho? No hay forma de ayudarme. Es lo que les espera, tarde o temprano, a todos los que hacen pactos con un Majuu-
-¡Lo lamento!-
Le dijo llorando
-No te disculpes, no es tu culpa-
-Pero... tiene que haber algo que pueda hacer por ti ¡Alg...!-
Esta vez fue Takeru quien lo besó
-No necesitas preocuparte, ya que... esta será la última vez que nos veamos-
-¿Qué...?-
Antes de que pudiera decir algo más, Takeru retomó el beso y Kouki se dejó llevar por el momento, olvidándose momentáneamente de sus preocupaciones.
Poco antes del amanecer, Takeru se vistió y se fue, cuidando no despertar a Kouki. Pero hubo alguien que sí despertó
-¿Vas a irte?-
Preguntó Michi, saliendo de su cabaña
-Sí... la oscuridad me consumirá pronto y si estoy con ustedes sólo les causaré problemas-
.¿Dejarás a Kouki?-
-…l estará mejor sin mí. Y ahora que no puedo pelear, no les sirvo de nada-
-Es tu decisión, pero ¿qué vas a hacer si te vas?-
-No lo sé, eso dependerá de Aoi-
-¿Por qué lo obedeces? …l no te ayudará en nada, no le importas, sólo te está utilizando-
-Lo sé, pero no tengo opción, fue nuestro trato-
-Y ¿Que ocurrirá si lo desobedeces? ¿Regresará tu enfermedad?-
-Sí, y como me encuentro tan débil no resistiré mucho, así que si lo hace... moriré-
-Y-ya veo, entonces... adiós-
-Adiós-
Y sin decir más, Takeru dio media vuelta y desapareció entre la neblina del amanecer.
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