La mañana había llegado y todos estaban ya despiertos
-¿Takeru? ¿Takeru, donde estás?-
Preguntaba un joven de cabello rosado que acababa de despertar y no había encontrado a su lado a la persona con la que había pasado la noche
-Michi ¿No has visto a Takeru?-
Le preguntó a la pequeña demonio una vez que salió de la cabaña. Esta lo miró con una expresión de tristeza
-¿Te dijo a donde iba?-
Preguntó Kouki, entendiendo que el peliazul se había marchado
-No... lo siento-
Se disculpó, lo cual era raro en ella, pero tampoco era tan fría, sabía lo mucho que le dolía a Kouki.
Los demás miraban desde lejos, Michi les había contado sobre la partida de Takeru y estaban preocupados.
-Voy a ir a buscarlo-
Dijo de pronto Kouki rompiendo el silencio y caminando en dirección al bosque
-¡Espera! No puedes hacerlo-
Le dijo su compañera
-¿Por qué no?-
-Porque es muy peligroso ¿Ya olvidaste la razón de por qué vinimos aquí? Rokuro te encontrará antes de que logres llegar a Takeru y te asesinará-
-Aún así...-
-No quiero! No quiero perderte-
-Michi... Lo lamento, pero él también está en peligro ¡y tengo que...!-
De pronto se escuchó un gran estruendo. Los habían encontrado
-Se acabó el tiempo-
Dijo un demonio pelirrojo que había llegado a donde estaban
-¡Rokuro!-
Exclamó alterada Michi
-¡Tú, maldito! ¿Que haces aquí?-
Le gritó enojado Shigeru
-¿Que qué hago aquí? Aquí es donde vivo, soy yo quien debería preguntarte eso-
El moreno estaba a punto de correr hacia él para atacarlo, pero fue detenido por Asahi
-Calma, Shigeru, no te precipites-
Le dijo
-Y bien, Kouki ¿Estás listo?-
Preguntó Rokuro
-¿Para qué? ¿Que quieres conmigo?-
-Me servirás mucho, eres el único que puede hacer que se vuelva perfecta-
-¿De quién hablas?-
-Que te lo diga ella misma. Ven aquí... Sakura!-
-¿S-Sakura?-
De entre la neblina que cubría la aldea, salió una joven que tenía el cabello del mismo color que Kouki, sus ojos eran una mezcla de rojo y negro y traía puesto un vestido blanco. Mostraba una expresión vacía y todo su cuerpo estaba cubierto de oscuridad, excepto por su pálido rostro.
-¿Es ese?-
Preguntó, señalando a Kouki. Su voz no parecía provenir de ella, era muy gruesa y escalofriante; como la de un demonio
-¡Yamato!-
Reconoció Michi
-¡Ah, Izanami! Hace siglos que no te veía-
-¿Te has apoderado por completo de su cuerpo?-
-¿Qué?-
Preguntó asustado Kouki
-Aún no, pero falta poco. Sabes que las tragedias atraen la oscuridad, ella ya ha sufrido mucho, sólo necesito hacerla sufrir una vez más y será toda mía-
-¡Nunca te dejaré tener a Sakura! Ella es mi hermana y la recuperaré-
-Pero si tú vas a ayudarme-
-¿Qué? ¡Yo jamás...!-
-Lo harás, aunque no quieras-
-¿Que te hace pensar eso? Yo nunca haría nada que pudiera lastimarla-
-Al contrario, es ella quien va a lastimarte a ti. Si hago que Sakura te asesine estando consciente, la tendré por completo-
-¿Que ella me... a-asesine?-
-Sí, tu pobre hermanita no soportará el dolor de perderte-
-¿Yamato, por qué haces esto? ¿Por qué estás trabajando con Rokuro?-
Le preguntó Michi
-Porque es conveniente para mí, queremos lo mismo; ser los demonios más poderosos del mundo-
-¿Y por qué tienen que usar a Sakura?-
-Nosotros no la buscamos, ella fue la que me buscó a mí para hacer un pacto-
-Pero ¿Por qué? ¿Por qué Sakura querría pactar contigo? ¿Para qué necesitaba ese poder?-
-Oye! Yo no puedo revelar nada, no sería ético-
Dijo Yamato en tono de burla
-Pero...-
-Ya! Basta de charla y prosigamos este encuentro-
Interrumpió el pelirrojo
-¿Encuentro?-
-¡Prepárate para morir, Kouki Sakuragami!-
Gritó Rokuro y, decidido a tomarlo por el cuello, saltó hacia él, a tal velocidad que ninguno tuvo tiempo de reaccionar, ninguno excepto...
-Temo que eso no será posible, anciano pelirrojo-
Dijo, mientras detenía su ataque sólo con su mano. Era una voz desconocida para la mayoría, pero que provenía de una persona que todos conocían muy bien
-Tú eres...-
-Siento haberte hecho esperar, tonto del cabello rosado-
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