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Orgullo y Prejuicio por Elbaf

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí una entrega más de este rol-fic indecente de mi gran ANiko-san y una servidora. Esperamos que os guste! ^^ Nos leemos abajo ^_^

ACE

 

Empezó medio balbuceando una disculpa. Bueno, tampoco iba a estar enfadado eternamente, pero sí es verdad que en ese momento no estaba dispuesto a dar mi brazo a torcer ante nada. Sólo tenía ganas de irme a dormir y descansar, mañana sería otro día y ya pensaría con más claridad... Traté de salir de su camarote, pero él me volvió a agarrar y, cuando me giré... me estaba besando. Me quedé en shock. Estático en el sitio. Marco, ¿me estaba besando? Y... ¿acaso me estaba gustando? ¡No! Él... Él... Lo aparté de mí de un empujón.

 

- ¿Qué narices estás haciendo, Marco? No sé si te das cuenta pero yo SOY UN HOMBRE.

 

Me miró desconcertado. Sabía que me había puesto MUY rojo. Joder. ¿Por qué no me había marchado ya? Vi que bajaba los ojos al suelo, avergonzado. Por un momento me sentí mal por él.

 

- Marco yo... - traté de suavizar mi voz, pero Marco ni siquiera se movió - Lo siento yo... tengo que irme.

 

Y abandoné su camarote como alma que lleva el diablo.

 

MARCO

 

-Pero me da igual que seas un hombre.....- susurre, pero ya nadie pudo oírme.

 

Oh joder, ahora sí que la había fastidiado pero bien con Ace, me dejé llevar, no me pude controlar y lo he fastidiado todo... Me tumbé en la cama con la cabeza entre las almohadas a oscuras, no quería seguir pensando, y menos después de ese ridículo por segunda vez... ¿Se puede saber que me estaba pasando? Yo...yo no soy así... Mierda. Apagué la luz y me dispuse a tumbarme en la cama, taparme con las mantas y no salir de ahí nunca más.

 

ACE

 

Me dirigí con paso decidido a mi camarote, entré sin hacer ruido para no despertar a todos los que ya dormían y me tumbé en la cama. Traté de dormirme pero no lo conseguía de ninguna de las maneras. ¿Dónde está la maldita narcolepsia cuando la necesitas? No me quitaba a Marco de la cabeza. Su mirada llena de culpabilidad, su forma de pedirme disculpas, sus labios rozando los míos... Una parte de mí quería apartarse esa imagen de la cabeza pero la otra... ¿Y si no le hubiera apartado? ¿Y si le hubiera... dejado hacer? Pensé por un momento... Si yo fuera él, ahora mismo... ni siquiera querría salir del camarote. Suspiré y me revolví incómodo en la cama. Quizá yo... oh, pero ¿qué estoy diciendo? ¡Él era un hombre y yo también! Él era... Un pensamiento vino a mi cabeza... ¿importaba acaso que lo fuera? Me debatí internamente en mi cabeza durante un montón de rato. Tanto, que me acabé quedando totalmente dormido. Cuando me desperté bajé directamente a desayunar, con la esperanza de encontrar a Marco y poder hablar con él, ahora que estaba más calmado y que había meditado todo bien. Pero no estaba en el comedor. Busqué a Thatch y le pregunté por él. Me dijo que estaba en su camarote, por lo visto no se encontraba muy bien. Asentí levemente y cogí más desayuno del que podría comerme solo. Salí de allí y llamé quedamente a la puerta de su camarote.

 

- ¿Puedo pasar? Vengo en son de paz.... lo prometo.

 

MARCO

 

No había podido dormir en toda la noche, no me encontraba nada bien, seguía sin querer moverme de la cama, estaba totalmente tapado y sin ganas de nada. Escuché como tocaban a mi puerta, seria Thatch otra vez, diciéndome que fuera a desayunar, me quedé sin contestar, pero de pronto escuché la voz de Ace a través de la puerta.

 

-Pasa... - Dije en un leve murmullo, sin salir de debajo de la manta.

 

El me escuchó y entró dentro de mi camarote. No quería mirarle a los ojos, no después de lo que hice ayer, no me sentía capaz de eso.

 

ACE

 

Entré y tuve que dejar que mis ojos se acostumbraran a la oscuridad del camarote de Marco. Cuando pude ver algo, le vislumbré dentro de la cama, tapado hasta arriba. Me sentí incluso peor que la noche anterior. ¿De verdad estaba tan mal por lo que había pasado?

 

- Te traigo el desayuno... - dije en un susurro.

 

No recibí respuesta así que lo dejé encima de su escritorio, procurando no manchar nada. Me acerqué a la cama y me senté a su lado. Le puse una mano en el hombro, él estaba de cara a la pared.

 

-Marco, yo... quería disculparme por lo que pasó anoche. Yo... reaccioné desproporcionadamente. Lo lamento, de veras... vamos, date la vuelta, hablemos como adultos, ¿de acuerdo?

 

MARCO

 

Ace me había traído el desayuno, pero yo no tenía nada de hambre. Se sentó al lado mío, y comenzó a hablarme. El se estaba disculpando cuando todo era mi maldita culpa... Me di la vuelta y me incorpore encima de la cama, sin mirarle a los ojos, con la mirada perdida y mirando hacia abajo...

 

- Ace, yo tengo la culpa de todo, no tendrías que estar ni siquiera aquí, no quiero molestarte mas, vete....

 

No merecía ni su pena hacia mí, no quería que se sintiera culpable y viniese a consolarme.

 

-Somos hombres, como tú dices, hice una tontería y lo siento mucho, perdóname. N-no volverá a ocurrir jamás, te lo prometo.

 

ACE

 

Cuando conseguí que se diera la vuelta y me encarase, volvió a mantener la vista baja. Aquello me hizo sentir aún peor. Trató de echarse las culpas a sí mismo. Pero él no tenía la culpa de nada. No elegimos de quién nos sentimos atraídos, después de todo. Pero yo tenía una idea muy distinta sobre la conversación que iba a tener con Marco...

 

 - ¿Crees que fue una tontería? - por primera vez, desde aquella noche, me miró a los ojos - Nadie está en la cama durante todo un día por una tontería, Marco. Además yo... yo... no tenía razón.- Me miró confuso - Quiero decir... no importa... a mí... no me importa... que yo... bueno, que tú... seas un hombre. He decidido... que no importa.

 

MARCO

 

No sabía si de verdad lo estaba diciendo en serio. Lo mire a los ojos, ¿lo estaba diciendo en serio?

 

- ¿D-de verdad?- El asintió sin decir nada más, notaba su mirada clavada en mi. El estaba siendo sincero conmigo, y yo quería serlo también con él. -A mi gustas tal y como eres Ace.

 

Le acaricie la mejilla suavemente, ni mamo temblaba levemente sobre su piel, aun no estaba seguro de que iba a hacer solo sé que necesitaba besarle otra vez, lo necesitaba. Aproximé mis labios a los suyos, con una suave caricia por su cara, y le besé.

 

ACE

 

No sabía si no quería o no podía creerme, pero notaba la inseguridad en su voz. Pasó a acariciar con una mano temblorosa mi mejilla, casi como si fuera la primera vez que tocaba así a alguien y antes de que pudiera darme cuenta, me volvió a besar. Al igual que la noche anterior, todos aquellos prejuicios que la sociedad durante años había ido metiendo en mí luchaban por salir a flote, pero esta vez conseguí ignorarlos, cuando miré al hombre que tenía enfrente, todo aquello se desvaneció. Sólo pude tumbarle en la cama y colocarme sobre él, sin dejar de besarle. No tardó en comenzar a pasar sus manos por mi espalda... Sabía lo que vendría ahora, yo, sabía lo que él esperaba de mí. Me aparté de repente, aún sentado sobre sus caderas. Cuando él me miró, confundido, sólo atiné a mirar hacia abajo y a decir:

 

-Tengo miedo, Marco...

 

MARCO

 

Correspondió mis besos, en ese momento no podía ser más feliz. Acaricié levemente su espalda, intentando no tocar el tatuaje, y pase las manos por su torso, el estaba nervioso. Estaba encima mía, notaba como mi erección crecía y con el encima era imposible de evitar. Me dijo eso, y eso era lo último que quería que él tuviera.

 

- Ace te juro que jamás te hare daño, pero, si de todas formas no estás preparado, yo por ti esperaré todo lo que haga falta. Le sonreí mientras le levantaba la cara.

ACE

Cuando me dijo aquello, no pude evitar sonrojarme como no lo había hecho nunca. No es que no quisiera... joder, ni siquiera me lo había planteado. Pero sabía que, siendo él, no me importaba mucho lo que viniera después. Creía firmemente en su palabra pero eso no evitaba que sintiera una leve punzada de miedo y la misma frase no dejaba de venirme a la cabeza "va a doler y mucho". Por otra parte no quería desilusionarle, parecía totalmente feliz desde que accedí a besarle... ¿Qué se supone que debía hacer ahora? Bueno, quizá podríamos posponerlo un poco... para esa noche o para el día siguiente, cuando ya me hubiera mentalizado del todo. Aparté las sábanas que había en la cama, me acurruqué junto a su pecho y, abrazándole por la espalda, comencé a besar su cuello:

 

- Creo que aún no estoy mentalizado... Pero tampoco quiero decepcionarte...

 

Cuando me moví, pegándome más a él, noté contra mi pierna su erección, que no hizo más que aumentar la mía, si eso era posible. Le escuché empezar a gemir cerca de mi oído y decidí que ya no debía seguir torturándole más. Si no quería pasar a la siguiente base, no debía preparar el camino como lo estaba haciendo...

MARCO

Me giré para ponerme frente a él, y acercarlo hacia mí pasando una mano hacia su espalda, que se encontraba desnuda, sin camiseta.

 

-Relájate Ace.

 

Esta vez bese su cuello lentamente, deslizando un camino lento de besos hacia su pecho. Notaba como poco a poco se iba tensando cada vez que bajaba, volví a subir, repitiendo el proceso. Delineé su clavícula con mi lengua, mientras lo abrazaba, quería que se sintiera protegido, nada malo le iba a pasar a mi lado, y quería que él lo supiera. Solté mi agarre de su cuerpo y seguí bajando, dándole leves besos por el pecho y el estómago hasta bajar a su ombligo, pasé mis dedos por el hueso marcado de su cadera. Acaricié con la punta de mis dedos su torso, para mirarlo de nuevo. El temblaba levemente, y volví a besarle y a abrazarle otra vez.

 

-¿Tu confías en mí?

ACE

Parecía que iba a ser demasiado tarde para echarse atrás... pero no quería, no aún. ¿Y si... era sólo lo que él buscaba? ¿Y si después de hacerlo... ya no quería saber más de mí? Ese pensamiento me hizo sentir angustia y me acurruqué aún más contra él. Empezó a besarme y acariciarme... cada vez que empezaba a bajar mis nervios se crispaban. Estaba demasiado nervioso, demasiado tenso... volvió a abrazarme y a besarme con dulzura... Cuando me preguntó aquello, me quedé pensativo. ¿Confiaba en él? ¿Me había dado motivos para no hacerlo? Mi respuesta tardaba en llegar y Marco lo notó. Vi una punzada de decepción en su rostro. Traté de enmendar mi pequeño error, cogiéndole suavemente por la barbilla y volviendo a besarle.

 

- Sí... claro que confío en ti... No es eso lo que me preocupa es... bueno no lo sé yo... nunca he hecho esto antes... - dije bajando la mirada y enterrando el rostro en su pecho - ... ¿Podemos esperar un poco... por favor?

 

Quise mirarle para ver su reacción pero me fue imposible, todo lo que alcancé a escuchar fue un suspiro... Como si estuviera harto de esta situación.

MARCO

Hasta yo estaba poniéndome nervioso, no quiero precipitarme con él. Me estaba precipitando, esto era nuevo para él, y también para mí, no quería ir rápido con él, el momento perfecto llegará, y no me importa ir lento si es por Ace. Me hizo esa pregunta, por un momento lo pensé y suspire. Alce su cara para que me mirara, pues se acurrucaba en mi pecho y no me quería ni mirar.

 

-Claro-Le sonreí Le volví a dar otro beso. -¿Desayunamos?

 

Me quede incorporado en la cama, cogiendo el desayuno que me había traído; Café, zumo, tostadas... de todo lo que había pillado por la cocina. El se incorporo conmigo apoyando su cabeza en mi hombro.

 

-Anda, coge desayuno si quieres, seguro que lo estas deseando-Le revolví el pelo.

ACE

Se me iluminó el rostro cuando me dijo aquello. ¡A mí! ¡Que tenía hambre a todas horas del día! Empecé a devorar lo que había en la bandeja y cuando me quise dar cuenta... apenas le había dejado una tostada y una mandarina agria. Me disculpé como pude pero él sólo me miró con ternura y una gran sonrisa. Me había dado cuenta de que no le había visto sonreír muy a menudo hasta esa mañana... Y me gustaba. Cuando acabamos de desayunar salimos a cubierta justo cuando el vigía daba la señal de que estábamos llegando a una isla. Pasamos el resto del día preparando el barco para atracar y al llegar la tarde algunos de los miembros de la tripulación fueron a atender asuntos varios a la isla. Entre ellos, Marco que, junto a algún que otro comandante habían decidido ir a pasar el rato a una taberna. Yo me había quedado en mi camarote. Hacía apenas un día o día y medio que me había integrado en la tripulación y aún no me sentía al 100% cómodo. Además, tenía ciertos asuntos personales en los que pensar y para eso la soledad me venía como anillo al dedo. Pero, culo inquieto que soy por naturaleza, al cabo de un rato me empecé a aburrir de no hacer nada y decidí salir en busca de Marco. Cuando llegué a la isla pregunté por la taberna y, conforme me acercaba, podía oír la juerga que mis comandantes se estaban corriendo dentro. Escuchaba clarísimamente las voces de Haruta y Thatch instigándole a Marco para que hiciera algo para lo que, según ellos, le faltaba valor. Con una tonta sonrisa en la cara, abrió la puerta de la taberna y me quedé de piedra cuando vi a Marco, sentado junto al resto de comandantes... besando a una mujer.

Notas finales:

Como siempre, a nuestros soles Ann-chan y Kai-onee-chan. Sois unos amores absolutos!!!

Al resto, muchísimas gracias por leer y comentar, nos leemos pronto!!!

 

Elbaf & Aniko.


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