Seireitei
<<Su reiatsu casi mata a Hanatarou y a Ganju, sus ganas de matar me generaron una ilusión de muerte, no puedo cortar su piel con mi espada, todo eso me molesta, pero lo más importante…>> pensó Ichigo, luego le gritó a su
-¡¿Qué clase de padre trae a su hija a un combate?!
-¡Imbécil, que no es mi hija! –En un rápido movimiento la niña cayó encima del hombro de Ichigo y al tratar de quitarla ella volvió junto al shinigami rival:
-Ken-chan, creo que se ha enfadado conmigo. –Le dijo la niña de cabello rosa.
-Fue por tu culpa idiota, le caíste encima.
<<Este tipo emite un reiatsu demasiado poderoso, pero a ella no le afecta>> pensó Ichigo. La niña se subió a un edificio y los observó tranquilamente con los ojos muy abiertos y una dulce sonrisa en el rostro.
-Sí… -Ichigo se encogió de hombros y le dijo-: definitivamente no puede ser tu hija.
-Cállate y déjame matarte. –Ichigo lo señaló con la espada y respondió con una sonrisa:
-No tienes shikai así que tu espada no puede volverse más fuerte, puedo ganarte…
Un golpe después…
Ichigo yacía en el suelo completamente ensangrentado a causa de una herida muy profunda en su pecho; aun así peleaba para mantenerse consciente.
<<¡Deja de sangrar! ¡Levántate, quiero ganar! ¡Quiero… ganar!>> pensó, y justo cuando comenzaba a perder la fuerza y el cansancio amenzaba con llevárse, distinguió una silueta junto al shinigami: apareció el viejo Zangetsu, quien lo llevó a su mundo interior. Al llegar, Ichigo se recostó en el edificio lleno de pánico; Zangetsu lo miró y le dijo:
-No te vas a caer, la otra vez tu mundo interior se caía a pedazos por que se te ocurrió convertirte en hollow
-Me lanzaron a un pozo en forma de alma con mi cadena del destino rota, ¡era normal!
-Toma. -Le lanzó una katana sin nombre-. Ahora probarás ser digno de esgrimirme, no soy tu herramienta, Ichigo… has vuelto a fallarme. –Lanzó la verdadera Zangetsu y alguien corrió a alcanzarla.
Vestido de blanco con un traje shinigami.
Cabello corto y blanco.
Sus ojos amarillos lo miraban fijamente.
Tenía su mismo rostro, pero Ichigo jamás usaría esa expresión burlona…
-¡Socio, tiempo sin verte! –Le dijo con cierta voz cavernosa.
-Tú… –Ichigo lo miró impactado; por su reiatsu supo que era un hollow. -¿Quién eres?
-Sí, yooo, Ichigo eres un dramático–le respondió con burla, luego giró la espada con la cinta y se la lanzó- da igual, no todos necesitan un estúpido nombre.
>>Ichigo, si mueres sería un problema para mí, prueba otra vez, ¡gánate a Zangetsu!
Volvió a lanzarle la espada, al fallar el golpe la recuperó y la volvió a girar:
-Sólo utilizas su poder pero no te importa saber de él. No sé cómo pudiste perder con esta espada tan poderosa en tus manos, idiota.
Zangetsu irradiaba un poder increíble y zumbaba con el deseo de sangre y pelea; el hollow volvió a lanzarle la espada, cayendo a escasos centímetros de Ichigo.
-¿Te crees diferente al tipo que no sabe el nombre de su espada?
<<¡¿Qué?! Maldición... es cierto, soy igual que ese tipo>> pensó Ichigo, comprendió sus palabras y miró al viejo Zangetsu con arrepentimiento.
-Socio, debería matarte y quedarme con tu poder… - Ichigo reconoció su propio egoísmo al no interesarse en lo que pensaba o sentía su camarada, usando su poder sin pelear con él.
-Hollow... Mátame si puedes… -Le respondió, luego miró al hollow y se detuvo para preguntarle: -¿Por qué me estás ayudando?
-Porque no debes morir, idiota, aún no. –Su hollow se lanzó para enfrentarlo cara a cara.
-Viejo… -Ichigo se volteó para mirar a Zangetsu, y le dijo-: quiero saber más de ti, volver a pelear contigo codo a codo, ¡QUIERO A MI ESPADA DE VUELTA! –Gritó mientras enfrentaba al hollow, el acero retumbó en sus manos y sus espadas se intercambiaron, en ese instante Ichigo recuperó a Zangetsu.
-Bien, creo que ganaste –tomó a Ichigo de la ropa- no vuelvas a perder o tomaré el control y me convertiré en tu amo. –Lo acercó a él y lo besó con brusquedad, Ichigo retrocedió de inmediato, su hollow le sonrió antes de que regresara a su pelea con Kenpachi.
-Disculpa que te haya llamado, necesitaba enseñarle una lección -dijo Zangetsu, luego arqueó una ceja-. Pero… ¿tenías que besarlo?
-¿Qué, querías que me aguantara las ganas?
-Esta bien, puedes regresar, por ahora le prestaremos nuestro poder para que no muera.
-Eso no pasará, si está en peligro… -dijo mirando al cielo mientras se iba despejando de la densa nubosidad- Yo moriré por él.
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Hueco Mundo
-Despierta idiota, ¿qué pasó contigo? Jamás te había visto así. –Lentamente, muy lentamente, abrió los ojos para encontrarse con la inquisidora mirada de su hermano, ojos dorados que lo examinaban con una mueca de burla y dolor.
-S-szayel, cállate, me duele todo, incluso la cabeza. No… -cerró con fuerza los ojos al recordar lo que había pasado- No quiero hablar del tema.
-Ten, te recuperarás con esto. –Le tendió una esfera de reiatsu, Yylforte la miraba con desconfianza, no podía levantarse de la cama así que solo giró la cabeza y preguntó:
-¿Es alguien de tu fracción?
-Pues… sí, tú come y cállate. –Yylforte lo seguía mirando con desconfianza. << ¿Qué le pasa a este? Ha de querer algo, nunca me ayudaría sin querer algo a cambio>> pensaba mientras Szayel le acercaba la esfera con una tierna sonrisa.
-¿Qué quieres? –Le soltó sin rodeos, Szayel lo miró con desconcierto.
-Arreglarte la cara y fastidiar a Grimmjow. –Yylforte abrió los ojos, sorprendido de sus palabras-. Sí, ya sabía de tu “incidente” con él; jajá, ahora sí te pasaste… Mira que tratar de violar a tu líder ¡a tu propio líder! Yo en su lugar te hubiera matado, pero si no te mató entonces creo que lo disfrutó un poco, ¿no?
Avergonzado, Yylforte bajó la mirada. Luego sintió los finos dedos de Szayel recorrer la lastimada piel de su rostro, examinándolo con detalle.
-Las heridas del rostro son bastante profundas, y tienes en otro lado ¿eh? Dudo que vayas a poder recuperarte sin mi ayuda, así que hazme el maldito favor de tragarte la esfera.
-No, es uno de tu fracción, qué asco.
-Muy bien, respeto tu decisión.
-¿De verd…? –En cuanto Yylforte habló Szayel le metió la esfera hasta la garganta, casi asfixiándolo. Una vez que pudo ingerir la esfera, Yylforte le reclamó:
-¡¡Idiota!! ¿Querías matarme?
-¿Para qué matarte? Es más divertido molestarte. Ya te sientes mejor, ¿verdad?
-Mmmm –era cierto, ya no sentía dolor- sí, estoy mejor.
-¿Cómo se dice…? –Yylforte frunció el ceño pero respondió a regañadientes:
-G-g-g-gracias.
-Por nada estupidito, ahora págame.
-¿Qué, con qué? Szayel idiot… -Terminó la oración contra los suaves labios de Szayel, éste se había agachado para acercarse y besarlo. Se levantó a centímetros de Yylforte y dijo:
-En cuanto te recuperes búscame en mi cuartel… -bajó la voz hasta producir un murmullo suave y sensual-. Tenías razón, sí quiero algo.
Yylforte estaba atónito. Lo miraba con los ojos muy abiertos cuando Szayel volvió a reclinarse sobre él para lamer sus labios antes de irse, dejándole un dulce sabor en la boca que el otro no pudo olvidar durante el resto del día.
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”Un shinigami medita con su espada para comunicarse con la entidad que reside en ella, parte de su alma, su poder…”
Lo leyó en alguna ocasión, pero ni siquiera recordaba el por qué decidió intentarlo. Aun así se encontraba sentado en el piso de su habitación con la espada reposando en sus piernas, cerró los ojos y se concentró en su reiatsu, al abrirlos…
<<Estoy soñando, estoy soñando… no, esto es mi mente>> pensó Ulquiorra mientras avanzaba por un terreno estéril y sin vida, tan parecido a Hueco Mundo.
A lo lejos se desplazaba una oscura silueta hacia él, se detuvo a escasos centímetros y le desgarró la vestimenta de un solo golpe.
Ulquiorra alcanzó a esquivarlo pero se quedó sin aliento por lo que presenció: la entidad tenía los mismos ojos que él, su rostro, cabello negro ligeramente más largo, era él mismo pero en una forma mucho más intimidante, su resurrección se le parecía un poco pero la entidad era mucho más poderosa. Al final pudo preguntar:
-¿Quién eres tú? –El ser materializó una lanza verde de reiatsu y le apuntó con ella, diciendo:
-Ya deberías de saberlo. –Ulquiorra desenvainó la espada mientras el otro seguía hablando-: Soy tu segunda resurrección, nací de la oscuridad que comenzó a brotar de tu reiatsu pero me separé de tí.
Le arrojó la lanza y Ulquiorra logró desviarla con la espada sólo para descuidarse y terminar en el suelo, bajo las garras de la supuesta resurrección.
-Veo que no recuerdas tu pasado, así que te diré lo poco que he visto: te convertiste en hollow con el vacío que generaste en tu alma al reprimir tus emociones. Has recibido una cantidad impresionante de heridas pero no recuerdas la sangre, eso es porque tu poder radica en la regeneración.
<<¿Cómo sabe eso?>> pensó Ulquiorra aún en el suelo, incapaz de levantarse
-¡¡Porque yo soy tú!! Ni siquiera debería materializarme en tu mente, pero incluso pude atraparte aquí y someterte.
-Oscuridad… no existías hasta que comencé sentir…
-¿Ira? –la resurrección lo interrumpió y agravó la voz: -Sí, también es por eso que tu poder aumentó y falta que se estabilice con el Hogyoku, también por eso estamos separados, así que… -lo levantó del cuello por encima de su cabeza y lo miró con frialdad- no me obligues a matarte, sin ti no puedo existir porque soy tu lado oscuro, pero es mejor la muerte a una vida indigna.
-Pienso lo mismo. –Ulquiorra levantó la espada y le cortó el brazo que lo sostenía, su resurrección lo soltó momentáneamente pero le surgió otro brazo con el que le quitó la espada y la lanzó hacia un lado. Inmovilizó a Ulquiorra con sus alas mientras que a él se le iba desprendiendo el pelo negro, dejando ver la misma piel blanca que compartía con Ulquiorra, quien trató de zafarse pero sólo consiguió que el otro le desgarrara la piel con sus garras.
-Dime algo, “poder”, si tú naciste de la oscuridad y la ira, ¿qué vendrá con…? –La resurrección lo miró con desinterés, luego arqueó una ceja:
-¿Exactamente de qué estás hablando? –Lo levantó del cuello para verle el rostro.
-La ira no es lo único que he sentido. –Su resurrección lo miró fijamente y Ulquiorra se revolvió ligeramente incómodo, el enigmático ser respondió:
-Has sentido otra cosa pero me niego a darte esa información, es demasiado humillante, y no estoy hablando de tus reacciones fisiológicas… -señaló su entrepierna- Maldición, tendré que decirte, hablo del miedo.
-¿Miedo? –Ulquiorra lo miró con incredulidad y luego se soltó de su agarre, alejándose de él para recuperar su espada que yacía en el suelo.- Yo no he sentido tal cosa.
-Como no lo recuerdas te repetiré tus ridículos pensamientos: “¿Pude sentir? Y ahora, ¿qué es lo que siento, qué estoy percibiendo?” ¡Patético!
Su contraparte materializó otra lanza y se abalanzó sobre Ulquiorra, él lo recibió con el acero y comenzaron a danzar de nuevo, reiatsu contra acero… Definitivamente era su reiatsu, Ulquiorra aún no entendía como su “poder” pudo separarse de él; esquivó un golpe y le lanzó una estocada, apartándolo y arrebatándole la lanza.
-¿Es que no te molesta la idea de ser como el resto de Arrancar? Al menos mantén tu poder alejado de esas ridiculeces, Ulquiorra…
-No soy como ellos.
-No completamente.
-Ridículo. –Ulquiorra le arrojó la lanza y su resurrección no intentó apartarse, fue atravesado limpiamente en el torso; se tambaleó pero logró caminar para acercarse a Ulquiorra:
-Si caes en tus emociones te irás debilitando. –Dicho esto lo mordió con fuerza en el hombro mientras se iba disolviendo en el aire, Ulquiorra lo observó desaparecer mientras le surgían alas, garras, cuernos y cola, convirtiéndose en “Murciélago” 2da resurrección.
Despertó ligeramente golpeado, y al observarse en el brillo de su espada un par de ojos verde/amarillos le devolvieron la mirada, notó garras en sus manos y alas mucho más grandes en su espalda.
Un nuevo poder.