Hueco Mundo
—Alguien debe decirle a Aizen-sama… —Tousen avanzaba velozmente y Gin trataba de seguirle el paso; de un momento a otro frenó y provocó que Gin tropezara con él—. Es tu culpa Ichimaru, debiste vigilar a las Espadas.
— ¿Y cómo iba a saber que Ulquiorra iría con Grimmjow? Ni siquiera era mi trabajo. —Gin se hizo a un lado para dar el paso a Tousen, quien lo guiaba al salón del trono.
—Sabes que necesitan vigilancia, yo no puedo ocuparme de todos.
—Espera, ¿tú puedes vigilarlos? —Gin se apartó a tiempo para esquivar la estocada de Tousen—. Está bien, ¡no vuelvo a bromear contigo! Pero ya en serio, alguien tiene que decirle a Aizen…
— ¿Decirle qué? —Cuestionó desde lo alto del trono un nuevo Espada, Tousen y Gin se detuvieron en seco al reconocer la voz.
—Nada importante, Su Alteza, sólo un pequeño incidente con un par de subordinados.
Dijo Gin, y no pudo resistir la curiosidad de abrir los ojos: Ichigo se encontraba de pie enfrente del trono, portaba la típica indumentaria arrancar y su cabello le llegaba hasta la cadera. Tousen le soltó un codazo a Gin y ambos se arrodillaron frente a él, Ichigo dio la vuelta y Gin advirtió que le faltaba la espada.
— ¿Quiénes son los subordinados? —Quiso saber Ichigo, ambos shinigamis bajaron la cabeza pero Tousen respondió:
—Le ruego que sea paciente, en un momento nos encargaremos de ellos personalmente.
—Eso espero. —Dijo Aizen justo detrás de Tousen y Gin, luego se arrodilló junto a ellos para unirse a su reverencia. —Mi príncipe… luces encantador.
Ichigo bajó del trono con Shunpo para arrodillarse y devolver la reverencia, Aizen sonrió con satisfacción y lo tomó de los hombros para levantarlo, Ichigo inclinó la cabeza al frente.
—Estoy a sus órdenes, Aizen-sama. —Aizen deslizó su mano sobre el rostro de Ichigo para sujetarle la barbilla y hacerlo levantar la vista.
—Cierra los ojos.
Ichigo obedeció, Aizen lo tomó de la cintura con la otra mano y dio un paso al frente para acercarse a su rostro y darle un beso delicadamente. Pudo sentir a Ichigo estremecerse ante su repentino contacto, pero él tan sólo abrió sus labios tímidamente para recibir la boca de Aizen, quien lo sujetó con más fuerza a medida que intensificaba el beso; deleitándose con cada segundo en contacto con Ichigo, saboreando el dulzor de su saliva, delineando su lengua con la propia. Ichigo comenzó a debilitarse con cada segundo que pasaba, por lo que Aizen tuvo que sujetarlo con firmeza de la cintura con un brazo mientras descansaba su cabeza sobre el otro, sin perder por un segundo los labios con su príncipe, en una escena similar a...
—Qué encantador Tousen, ¿has visto “Kissing the War Goodbye” del humano Victor Jorgensen? Esto es lo mismo pero en versión shinigami. —Tousen le tapó la boca y lo obligó a levantarse.
—A veces no sé si estás bromeando o si olvidas que soy ciego.
—Ambas cosas, o podría ser que no me interesa. —Tousen colocó la mano sobre la empuñadura de su espada, aunque se detuvo al percibir un aumento de reiatsu por parte de Aizen, quien se separó de Ichigo y levantó la vista lo suficiente para preguntar:
— ¿Por qué siguen aquí? —Gin ignoró el irritado tono de voz de Aizen y respondió sin vacilar.
—Tousen quiere decir algo de las Espadas. —Aizen miró a Tousen mientras sujetaba a Ichigo, quien yacía inerte en sus brazos; Tousen suspiró con resignación.
—Tenemos problemas con los intrusos: la octava Espada, Szayel-aporro Granz, acaba de ser derrotado por la Vasto Lorde, quien recuperó al Quincy y al teniente Abarai Renji. Por otra parte… parece que la Sexta Espada, cuyo nombre no deseo mencionar, perdió a la shinigami Kuchiki Rukia. —Aizen permaneció en silencio unos segundos, pero antes de hablar Ichigo se revolvió en sus brazos, lo que aprovechó Tousen para decirle—: no se preocupe, nosotros nos encargaremos de todo.
—Háganlo, no quiero tener ningún problema porque mañana será un día importante. —Aizen sujetó a Ichigo y lo miró unos segundos antes de dar la vuelta y encaminarse a la salida.
Mientras tanto, Gin y Tousen se dirigieron a otra puerta para salir de salón del trono.
— ¿Qué habrá mañana? —Gin sonaba molesto, Tousen lo ignoró hasta la quinta vez que hizo la misma pregunta.
—Ichimaru, Aizen-sama hizo el anuncio hace unos días, ¿no lo recuerdas? —Gin sonrió con cierto aire de cinismo y negó con la cabeza.
—Creo que no puse demasiada atención, no recuerdo nada. —Tousen se detuvo en un pasillo y le indicó un camino con la mano mientras hablaba.
—No me interesa, por ahora debemos detener a los Espadas, yo iré a buscar a la primera espada y tú buscarás a la cuarta. Por ahora sólo los dejaremos confinados en sus habitaciones, después Aizen-sama…
—Vamos, está demasiado ocupado con su pequeño príncipe como para preocuparse de peleas entre Espadas, dudo que recuerde este problema. ¡Oye, no me dijiste lo que habrá mañana!
—Más tarde darán un anuncio para que todo intruso lo escuche, ahora haz lo que te digo.
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Ulquiorra emitía un poderoso reiatsu que crecía peligrosamente, amenazando con hacer estallar todo el recinto. Starrk tuvo que utilizar todo su poder para impedir que el resto de los habitantes se diera cuenta de lo que estaba pasando, finalmente llegó a una de las salas del sótano del palacio, con lo que Ulquiorra disminuyó su reiatsu casi de inmediato.
<< Siempre pensando en todo, sabe que en el sótano es peligroso subir su reiatsu por el riesgo de dañar el soporte del palacio>>. Pensó Starrk, completamente idiotizado, observando los ojos de Ulquiorra, quien buscaba liberarse aún con el reiatsu limitado. Starrk lo depositó en el suelo con el mayor cuidado que pudo, y con un rápido movimiento le arrebató la espada para arrojarla lejos de ahí; Ulquiorra no daba crédito a lo que veía, así que buscó liberarse con Sonido pero estaba siendo sujetado con una fuerza sin precedentes…
Cada movimiento estaba siendo controlado por Starrk, sus ataques con cero estaban restringidos por la ubicación, y la falta de su espada le impedía hacer la liberación de su poder, sin mencionar que lo dejaba casi completamente indefenso ante su adversario.
Ulquiorra miró al Espada a los ojos, tratando de descifrar su extraño comportamiento; Starrk mantenía la misma expresión seria y su mirada estaba clavada en Ulquiorra, quien esperaba algún tipo de reproche de su parte. Starrk no dijo nada, sin embargo, la distancia que lo separaba de Ulquiorra fue disminuyendo hasta que le permitió descansar sobre él, lo cual puso en Alerta a Ulquiorra casi de inmediato.
—Mantenerme en el sótano con el propósito de limitar mi poder es una pésima idea, Espada. —Starrk escuchó a Ulquiorra en completo silencio. Aún tenía sus manos firmemente puestas sobre sus brazos para que no pudiera escapar, pero fue suavizando su agarre hasta desplazarse sobre él para mirarlo fijamente a los ojos.
—Traté de hablar contigo pero tus únicas respuestas fueron rechazo y desprecio. Sin embargo, esa exquisita frialdad me vuelve loco. —Starrk recorrió los labios de Ulquiorra con la mirada, muy lentamente.
—Cualquier tipo de diálogo es inútil respecto a este tema en particular, así que olvida el interés que tienes por mí.
—No planeo rendirme y creo que estás consciente de ello. Sé que puedes sentir algo, tú mismo te has delatado frente a Aizen-sama; y lo que es peor… ¿de verdad estabas celoso por Grimmjow?
—No sé de qué hablas. —Ulquiorra cerró los ojos con evidente molestia, Starrk presionó sus brazos y su voz sonó mucho más sombría.
—No necesitas fingir conmigo, escuché la conversación que tuviste con Nelliel; sé que preguntarse por el tipo de relación que tienen y eso te molestó. —Ulquiorra resistió el impulso por preguntarle cómo sabía el nombre de la chica.
—Era… relevante conocer esa información, ya que la Sexta estaba poniendo en riesgo la misión que Aizen-sama le encomendó por culpa de su relación con la Vasto Lorde.
—Muy buena excusa Ulquiorra, pero olvidas una cosa: no me rendiré contigo. Y ya que las palabras no funcionarán contigo, entonces tendré que intentar algo más. Después de todo, si una alimaña como Grimmjow logró captar tu atención, entonces tengo oportunidad.
Acto seguido, se precipitó contra sus labios con cierta rudeza por la velocidad. Ulquiorra lo miró atónito y trató de levantarse para escapar pero Starrk lo sujetó con fuerza, luego suavizó sus caricias y se levantó un poco para deslizar sus manos en los brazos de Ulquiorra, acariciando con sutil elegancia la tersa piel de sus dedos; a pesar de la resistencia que encontraba en él, logró tomar sus manos e inmovilizarlo al cruzar sus brazos por detrás de su espalda. Starrk se puso de rodillas para levantarse, arrastrando consigo a Ulquiorra, quien no paraba de atacarlo.
Starrk besó el cuello de Ulquiorra y levantó la cabeza para buscar sus labios, pero éste tomó impulso y le asestó un cabezazo. Starrk se tambaleó por el golpe, pero no lo soltó, se aproximó a la pared más cercana para recargar a Ulquiorra, separando sus piernas con su cuerpo para estar lo más cerca posible. Ulquiorra no dejó de pelear, con las piernas a los lados de Starrk buscó la manera de seguir golpeándolo, quien reaccionó con un beso lo suficientemente brusco como para provocarle una herida en los labios; y justo cuando la sangre comenzaba a fluir, Starrk se detuvo para limpiar cada gota con pequeños movimientos de los labios.
Ulquiorra cerró los ojos y consideró utilizar reiatsu, aun con el riesgo de destruir los cimientos del palacio. Pero no podía pasar por alto una cosa, y era el simple hecho de percibir una sensación extraña en lo más profundo de su ser, como si de alguna forma ya hubiera vivido este tipo de situación antes. Podía sentir el miembro de Starrk palpitando contra su entrepierna, sus jadeos contra su piel y la viscosidad de su lengua contra sus labios; pero intuía que era una experiencia negativa, lo que soñó con Aizen fue diferente, y lo que ha percibido… con Grimmjow.
Pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por algo que lo desvió de pensar en sus nuevos sentimientos.
Y era precisamente Starrk, quien trataba de estimularlo con sus manos.
Ni siquiera se dio cuenta cuando él lo soltó para comenzar a tocarlo por debajo de la ropa, así que Ulquiorra movió los brazos y logró apartarlo con un fuerte empujón, por lo que cayó al suelo. Starrk trató de inmovilizarlo nuevamente, sin embargo, Ulquiorra ya se había levantado y comenzaba a señalarlo con un cero en su dedo índice…
Ambos dirigieron la vista hacia la entrada, ya que el eco de unas frenéticas pisadas comenzaba a retumbar con mayor fuerza; podían sentir el reiatsu ajeno crecer peligrosamente cada vez más y sabían que era cuestión de tiempo antes de comenzar una pelea.
Aunque no esperaban que fuera del tipo verbal.
De pronto apareció Grimmjow en el marco de la puerta, miró unos segundos las ropas desgarradas de Ulquiorra y la erección de Starrk, arqueó una ceja y bufó:
— ¡Ulquiorra!, ¿cómo es que te hicieron mierda tan rápido?
—Cierra la boca, Grimmjow. —Ignoró su respuesta, sonriendo al ver los moretones en el rostro de Starrk.
—Sí que te gusta la mala vida, ¿eh?
— ¿Cómo nos encontraste? — Starrk se preparó para desenvainar la espada, pero miró con terror a Grimmjow sujetando la espada de Ulquiorra.
— ¿A quién le importa? —Respondió Grimmjow, y en seguida le gritó a Ulquiorra mientras le arrojaba su espada—. ¡Atrápala!
Starrk se interpuso entre Ulquiorra y Grimmjow para interceptar la espada, pero Grimmjow fue a su encuentro y lo detuvo con un puñetazo en el rostro. Ulquiorra utilizó Sonido para recuperar su espada, dio la vuelta y desenvainó para enfrentarse a Starrk pero se encontró con Grimmjow, quien se agachó un poco para poder tomarlo con un brazo y salir corriendo.
Starrk se recuperó del golpe y comenzó a perseguirlos utilizando Sonido, pero poco después las paredes comenzaron a vibrar; luego notó que los cimientos del palacio empezaron a quebrarse y que el piso cedía ante su reiatsu. Era cuestión de tiempo para que el palacio colapsara y, pensando en Ulquiorra, decidió continuar la persecución sin Sonido. Dio varias vueltas y se precipitó a las escaleras cuando percibió el reiatsu de Ulquiorra, sabía que estaba cerca, podía sentirlo.
Quería volver a tenerlo en su poder, era inaudito e inexplicable pero sus sentimientos eran tan reales para él como su propia existencia, así que no se daría por vencido, aunque Ulquiorra no lo quisiera. Su piel, tan tersa y blanca, exquisita y deseable; ojos de un profundo y enigmático color verde, nada en el mundo se asemejaba a ese color, tan sólo las piedras preciosas; y por si fuera poco, su cabello tenía el mismo color del majestuoso cielo nocturno, y su labio superior tenía el mismo tono; labios que despertaban en él deseos y pensamientos que nadie podría conocer.
Tan ensimismado se encontraba que no advirtió el furioso reiatsu que se acercaba a él, sólo sintió cuando algo le cayó encima y fue a dar de bruces contra la dura y fría superficie del suelo. Giró sobre su espalda y se encontró con Szayel, quien mostraba un par de golpes en el rostro y estaba completamente inconsciente.
—Levántalo. —Alzó la vista y se encontró frente a Tousen, quien lo señalaba con el filo de su espada.
— ¿Administrador?
—Conozco los problemas que has causado en el sótano, lo que ignoro es el motivo; retírate a tu habitación antes de que enfrentes los mismos problemas que la octava Espada. —Señaló a Szayel, Starrk frunció el ceño.
— ¿Y era necesario aventármelo? —Respondió Starrk, quitándose a Szayel de encima.
—Tenía que detenerte de alguna forma... espera un momento. —Tousen permaneció en silencio mientras recibía un comunicado de la novena Espada, Starrk escuchó exactamente lo mismo.
— ¿Todavía tengo que ir a mi habitación?
—No, a la luz de la situación lo mejor sería defender el palacio, yo iré contigo. —Starrk se levantó y señaló a Szayel.
— ¿Puedo dejarlo aquí?
—No, se recuperará en medio del combate, carga con él y vámonos.
Starrk se agachó para recoger a Szayel y siguió a Tousen hacia el desierto de “Las Noches”; en donde se encontraba una horda de intrusos recién llegados.
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— ¡Sexta, bájame! —Ulquiorra guardó la espada y miró hacia atrás, buscando a Starrk con la mirada—. Tengo asuntos pendientes con esa Espada.
—Cállate Ulquiorra, ni siquiera ibas ganando.
—No necesito tu ayuda.
—Ibas a disparar un cero, muy idiota y desesperado de tu parte.
—Controlé mi reiatsu para limitar el daño al mínimo.
— ¿En el sótano? Si querías destruir el palacio me hubieras avisado. —Grimmjow sonrió con burla y luego se puso serio—. Si no fuera por mí, Starrk ya estaría en la segunda ronda contigo.
—Al contrario, él sigue vivo por tu culpa, dije que no necesito ayuda y menos de un rango inferior. —Grimmjow chasqueó la lengua, se detuvo y lo dejó caer al piso.
—Listo. —Luego siguió caminando, hasta que escuchó la voz de Ulquiorra:
—Llévame con la Vasto Lorde. —Grimmjow volteó para mirarlo de reojo.
— ¿Para que la mates?
—Asesinar a un enemigo que debe ser capturado requiere suficiente estupidez que no tengo. Lo que me intriga es que Aizen-sama te ordenó eliminarla y tú…
—Me estaba castigando —interrumpió Grimmjow—, el muy bastardo sabe que la conozco y prefirió ponerme a prueba con esto, pero no lo haré.
— ¿Estás hablando en serio? ¿Qué relación tienes con ella? —Grimmjow giró sobre sus talones y avanzó lo suficiente para encararlo mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción.
—Eso ya lo habías preguntado, ¿por qué la curiosidad?
—Quiero saber por qué es tan importante para ti. —Grimmjow ladeó la cabeza ante esa respuesta y, sólo para fastidiarlo, se acercó a su rostro para preguntar:
— ¿Por qué? —Ulquiorra evadió su mirada por unos segundos antes de responder, con la vista clavada fijamente en aquellos fieros ojos azules.
—Tus acciones son una amenaza, actúas de manera independiente y pones en peligro todo.
—Qué mala excusa, no es lo que quería escuchar.
Grimmjow se acercó lo suficiente para olfatear su cabello y la piel de su rostro. Y antes de que Ulquiorra se moviera ante aquel atrevimiento, Grimmjow se arrancó un trozo del saco y lo estrelló de lleno contra él.
—Espada… —alcanzó a balbucear contra el trozo de tela en su cara, que ahora recorría su cabello.
— ¿Qué? Ya te había marcado aquel idiota, pero eso lo puedo arreglar.
Grimmjow retiró el trozo de tela y comenzó a acicalarlo con la lengua, llenando su cabello de saliva. Ulquiorra sujetó su espada, listo para desenvainar, aunque Grimmjow leyó sus movimientos y sujetó su mano; conforme lamía su cabello descendía para limpiar su rostro, aunque Ulquiorra no parecía muy conforme con sus acciones, ya que más de una vez trató de apartarse, moviendo la cabeza o avanzando hacia atrás. Grimmjow mantuvo el agarre para evitar que Ulquiorra desenvainara, pero utilizó el otro brazo para rodear sus hombros y limitar su movilidad.
Ulquiorra permaneció quieto en esa ocasión, al menos por algunos segundos, percibiendo la calidez que emanaba Grimmjow y advirtiendo el cuidado que imprimía en cada uno de sus movimientos; no era brusco, como lo fue Starrk, sólo tenía esa curiosa necesidad animal de limpiarlo con la lengua, aunque…
Grimmjow delineó el contorno de sus mejillas con la punta de la lengua, luego se movió a su nariz, y para sorpresa de Ulquiorra, dejó un suave mordisco antes de ladearse en busca de sus labios, los que saboreó de la misma manera: suavemente con la punta de la lengua.
<< ¿Qué estoy haciendo? ¡Reacciona!>> pensó Ulquiorra, inútilmente. Sus extremidades no reaccionaban, o simplemente no querían hacerlo, obligándolo a permanecer inmóvil mientras una oleada de sensaciones lo azotaban con crueldad.
—Tus escenas de celos son épicas, pero no es para tanto. —Murmuró Grimmjow contra sus labios, luego se separó un poco para observar el curioso rubor en las mejillas de Ulquiorra—. Nelliel se parece demasiado a mí, por eso no funcionó, la única vez que la besé fue como besar a mi hermana, fue demasiado extraño.
Los ojos de Ulquiorra se desviaron a los labios de Grimmjow por una décima de segundo, pero el felino de ojos azules logró darse cuenta y aprovechó el momento.
Todo o nada.
Grimmjow finalmente soltó la mano que sujetaba la espada de Ulquiorra y la utilizó para rodear su cintura y acercar su cuerpo a él, Ulquiorra estuvo libre para desenvainar y decapitarlo, pero mantuvo los brazos inertes a los costados mientras Grimmjow se aproximaba a él; Ulquiorra cerró los ojos por inercia y sintió algo suave en sus labios, abrió los ojos de golpe y vio a Grimmjow, pero no pudo ver el azul de sus ojos ya que los traía cerrados, lo cual quería decir que estaba concentrándose plenamente en él.
Ulquiorra no supo qué hacer, pero una extraña sensación comenzó a guiarlo: cerró los ojos y se concentró en los labios de Grimmjow, los cuales aprisionaban y mordisqueaban su labio inferior; luego entreabrió los labios y escuchó un suave gruñido de satisfacción del contrario, quien no dudó en tomar sus labios para saborearlos a profundidad, extasiándose con sus tímidos movimientos; Ulquiorra se dejó guiar hasta abrir más la boca, recibiendo con cierto desconcierto la lengua de Grimmjow, hasta que experimentó cierto placer en entrelazar su lengua o recibiendo pequeñas mordidas inofensivas.
Mas no resistió la falta de aire y tuvo que separarse abruptamente de Grimmjow, quien volvió a lamerlo pero inició en el cuello, dejando una estela de saliva a su paso; después subió a su oído y le murmuró:
—Tienes que respirar por la nariz.
Ulquiorra estuvo a punto de golpearlo pero Grimmjow lo sujetó fuertemente para inutilizarle los brazos y buscó sus labios nuevamente. Ulquiorra se unió a él nuevamente pero el sonido de unas pisadas los distrajo, ambos se detuvieron y voltearon a ver al intruso:
—Bastardo, tenías que venir a fastidiar justo ahora. ¡Qué haces! —Grimmjow sujetó a Ulquiorra y le dio la espalda al intruso, quien sujetaba una cámara.
— Ay vamos, pude haber tomado video. Además, cualquier otro hubiera hecho lo mismo en mi lugar. —Gin sonrió y tomó una foto—. Ah, por cierto, estamos bajo ataque.
— ¿A qué se refiere? —Preguntó Ulquiorra, una vez se hubo liberado del abrazo de Grimmjow.
—No es tan grave, algunos espadas fueron convocados a detenerlos, pero ustedes no escucharon el aviso… porque… la verdad no sé, pero debe ser porque tienen que limpiar el salón del trono mañana.
— ¡Nos dejaron fuera de la pelea para limpiar! —Rugió Grimmjow.
—Sí, y con lo que te gusta la pelea… creo que Aizen taicho sigue castigándote. En fin, el combate se está librando en estos momentos, pero Aizen no quiere que se arme un escándalo, así que vayan a sus habitaciones y esperen instrucciones para mañana. Pero vayan separados, ¿eh? —Gin les guiñó un ojo, Ulquiorra desvió la mirada y desapareció con Sonido, Grimmjow le mostró el dedo antes de salir a paso veloz, pero Gin tenía ganas de seguir molestándolo—. Grimmjow, ¡mejor deja descansar a Ulquiorra un rato!
El recién nombrado no respondió, sólo aceleró el paso y levantó los brazos para mostrarle ambos dedos estando de espaldas; Gin no pudo resistir por mucho y comenzó a reír mientras daba la vuelta y se encaminaba a su propia habitación.
<<Algo se me olvida, era importante, relacionado con esos dos. ¿Algo tenía que decirle a Grimmjow? ¡Ah! Tenía que regañarlo por tratar de matar a Rukia y por dejar escapar a Nelliel. Aizen me va a matar, o bueno, mañana en la noche se le olvida>> pensó Gin, alejándose a su dormitorio para descansar antes de mañana, un día importante, según Aizen.