Hueco Mundo
Renji le soltó una patada a Ichigo para apresurarlo y Rukia lo apoyo del otro lado.
— ¡Ya levántate bastardo! ¡Tu esposo y sus amigos se encaminaron al desierto para enfrentar al capitán comandante!
—Cállate Renji, ya ni me dejan despertar tran… ¡qué!
Se levantó y los jaló a la salida, giró sobre su hombro y un escalofrío le recorrió la espalda al encontrarse con la mirada de Ulquiorra.
—Ichigo, ¡deprisa! —Rukia lo empujaba afuera del salón y los tres empezaron a correr por los pasillos del palacio, buscando la salida.
Ichigo se quitó las prendas ceremoniales y sólo se quedó con una yukata blanca; Rukia notó el cambio de ropa, miró a Renji y éste se encogió de hombros, así que se atrevió a preguntar:
—Ichigo… ¿hasta dónde llegó la ceremonia?
—No lo recuerdo.
— ¡Inténtalo!
—Yo estaba a punto de beber sake, era la tercera copa.
—Está bien, es posible que la ceremonia…
— ¡Abajo! —Gritó Renji y los tomó de los brazos para tirarlos al piso justo antes de que un cero los alcanzara.
Se incorporaron de inmediato para enfrentarse a Ulquiorra, quien se aproximaba a ellos con el torso descubierto y ensangrentado.
—Esa sangre no es suya… —murmuró Renji mientras desenvainaba.
— ¡Ulquiorra, qué has hecho con Ashido! —Reclamó Ichigo, a lo que Ulquiorra se limitó a responder brevemente, avanzando hacia ellos
—Su Alteza, terminaré la pelea por usted. —Ichigo lo señaló con la espada.
—Yo puedo pelear por mi cuenta, y ellos no son mis enemigos, eres tú.
—Aizen-sama ordenó evitar lastimar al príncipe, y nuestra desobediencia podría costarnos nuestras vidas, sin embargo… —Ulquiorra lo señaló con el índice, amenazándolos con un cero— el riesgo me parece aceptable con tal de capturarlo.
Ichigo respondió con un aullido largo, estridente e inconfundible; Rukia y Renji voltearon lentamente para ver a Ichigo usar su máscara hollow con el atuendo shinigami. Había recuperado su poder.
— ¿En serio no podemos matarlo? —Yammy apareció detrás de Ulquiorra y sujetó con sus gigantescas manos a Rukia y Renji mientras que Ichigo comenzaba a preparar un ataque.
—Te repetiré las palabras de Aizen-sama: “Este intruso en particular ocupará un lugar junto a mí..., el que se atreva a hacerle daño lo pagará con su vida”.
— ¡Oh, vamos! ¡No dijo nada del resto! — Dijo Yammy mientras asfixiaba a los shinigamis, Ichigo se lanzó contra él pero fue detenido por Ulquiorra.
—Yammy… llévatelos.
Ichigo apenas alcanzó a dar la vuelta y observar cómo Renji y Rukia se debatían para zafarse, pero fueron arrojados a la arena de pruebas, destrozando un par de paredes a su paso. Yammy se apresuró y atravesó la pared para ir por ellos, Ichigo se giró para atacarlo con la espada en lo alto cuando fue abofeteado fuertemente por Ulquiorra.
— ¿Debo recordarle sus deberes como príncipe de Hueco Mundo? —Preguntó Ulquiorra mientras sujetaba a Ichigo de un brazo.
— ¡No! ¡Estoy harto, todo fue un engaño! Sé que Aizen está detrás de esto, pero no entiendo… ¿qué piensa ganar? —Ichigo logró zafarse y comenzó a contraatacar con mayor ímpetu, incrustando su espada en el hombro de Ulquiorra.
—Su Alteza… me parece que no entiende su lugar en Hueco Mundo. —Ulquiorra colocó su espada debajo de la contraria y la impulsó fuera de sí, un chorro de sangre salió de la herida y comenzó a regenerarse rápidamente—. No tiene derecho a oponerse a este mandato, no puede opinar, criticar y mucho menos cuestionar las decisiones de su Rey, Aizen-sama.
—Jugaron con mi vida como si no significara nada, y eso no pienso perdonarlo —Ichigo volvió a atacar y recibió un par de cortes en los brazos—. Aizen no es mi rey.
—Tu vida como humano y shinigami no servía para los propósitos de Aizen-sama. —Ulquiorra lo pateó y mandó a Ichigo a estrellarse del otro lado del salón.
— Qué rápido olvidas tus buenos modales. —Ichigó escupió sangre mientras se reía entre dientes —. Con eso compruebo que todo lo que me metieron en la cabeza era pura mierda.
— ¿Cómo explicas las visitas de tus amigos? —Ulquiorra dejó la actuación de lado y golpeó a Ichigo en el rostro con la empuñadura de su espada.
—La espada de Aizen… —Ichigo logró levantarse para ponerse en guardia, Ulquiorra lo estaba esperando.
—Es inútil razonar contigo, y ya que has visto la realidad no me queda más remedio que encerrarte en el sótano hasta nuevo aviso —Ichigo atacó de frente y Ulquiorra lo frenó con su espada, deslizó hábilmente el acero y lastimó de gravedad a Ichigo en las manos—. Te advierto que no podrías llegar en una pieza, al igual que tus amigos.
<<Renji, Rukia… mierda, ¡los había olvidado!>> pensó Ichigo mientras trataba de seguir la pelea pero sus manos perdían el agarre con su espada debido a la sangre. De inmediato tuvo respuesta:
“Se te olvidaron, no me sorprende, bastardo…”
<<Cállate Shiro, no me estás ayudando>> pensó Ichigo, Ulquiorra lo observó atentamente y comenzó a materializar un cero.
“Llama a Tensa, no te queda mucho tiempo y a tus amigos tampoco”. Ichigo se plantó firmemente en el suelo:
— ¡BAN-KAI!
Ulquiorra conocía su ataque por la pelea que tuvo con Grimmjow, pero no esperaba que su espada emanara tanto poder, disparó el cero pero fue desviado con un movimiento de Ichigo, por lo que destruyó una de las vigas que soportaban la construcción y el techo comenzó a colapsar.
“¡Qué esperas imbécil, sal de ahí!”
Ichigo guardó la espada y comenzó a correr utilizando el poco Shunpo que sabía, Ulquiorra pronto lo rebasó utilizando Sonido y buscó cerrarle el paso, sin embargo, alguien saltó sobre él y lo derribó para después alejarse con Ichigo…
— ¡Itzigo! —Ichigo miró a su izquierda y se encontró con Nelliel.
— ¿Tú, pero cómo…? No importa, ¡vamos!
Corrieron sin descanso con Ulquiorra pisándoles los talones hasta llegar a un inmenso lugar bajo el domo del palacio. Ahí se encontraron con Renji defendiendo a muerte a Rukia —quien se había roto una pierna y tenía una costilla expuesta—, mientras trataba de contener a Yammy, ahora convertido en un gigantesco hollow. Byakuya invocó su bankai para apartarlo de ellos pero el hollow desistió de alejarse hasta que Byakuya dirigió su ataque y le introdujo las cuchillas por la boca, Yammy dio un paso atrás y comenzó a escupir sangre cuando los afilados pétalos de cerezo recorrieron su tracto digestivo, después dio un paso en falso y calló estrepitosamente a la arena, en donde comenzó a retorcerse violentamente hasta que las cuchillas comenzaron a salir disparadas por todos lados, despedazándolo y dejándolo fuera de combate.
Grimmjow no se quedó atrás y lanzó un cero contra ellos, Byakuya tardó en recoger sus cuchillas y el ataque no pudo ser desviado por completo, sin embargo, lo último que Rukia vio antes de desmayarse en la arena fue a Renji colocándose enfrente de Byakuya para recibir el ataque.
Cayó de rodillas mientras Byakuya se apresuraba para sostenerlo y amortiguar su caída. Grimmjow se acercó a ellos pero notó que Ichigo usaba su traje negro de Shinigami, sonrió y pensó en retomar su pelea con él, pero Nnoitra abandonó su combate contra Kenpachi y se lanzó por Nelliel
Grimmjow frenó en seco y no supo qué hacer, sobre todo porque Ulquiorra llegó al lugar y empezó a pelear contra Ichigo; supuso que Ichigo no sería un problema para Ulquiorra pero nunca había visto al Shinigami pelear de esa manera. Ambas peleas estaban muy reñidas y avanzaban con rapidez, Ichigo sangraba sin parar y Ulquiorra lanzaba golpe tras golpe, hasta que sujetó a Ichigo y lo arrastró afuera del palacio…
Mala señal.
Grimmjow pensó en seguirlos pero Nnoitra había invocado su resurrección y estaba amenazando a Nelliel, ella logró freírlo al devolverle un feroz ataque con cero, pero justo cuando avanzó hacia Nnoitra y se dispuso a matarlo, su poder se desvaneció en el aire y tomó una forma de niña. Grimmjow no daba crédito a lo que estaba viendo, y cuando Nnoitra se acercó a ella, sintió una explosión de reiatsu en el techo del palacio. Un poder abrumador se expandió por todo el recinto y no provenía de Ulquiorra, por lo que Grimmjow se enfrentó a una decisión: ¿a quién debía apoyar?
Conoció a Nelliel durante su estancia en las noches, y después de perderla un largo tiempo, finalmente había regresado y temía que muriera a manos de Nnoitra.
Pero no se comparaba con Ulquiorra, ese Espada que encontraba constantemente la manera de interesarlo por su peculiar forma de ser, pero era algo más que eso, como si al estar con él Grimmjow finalmente pudiera encontrar algo de tranquilidad en su vida.
Al menos eso estaba pensando… pero se distrajo demasiado tiempo y lo supo cuando sintió una punzada de dolor y miró hacia abajo para observar una espada sobresaliendo de su pecho.
— ¡Muévete! —Gritó Kenpachi y retiró su espada, derribando a Grimmjow—. Nadie me quita una pelea.
Nnoitra levantó su espada y estuvo cerca de matar a Nelliel, pero Kenpachi se interpuso y desvió su espada mientras Yachiru la cargaba para escapar de ahí.
—Mierda… — <<soy un maldito idiota, al final no ayudé a nadie>> pensó Grimmjow sujetando su herida abierta, pero notó que el reiatsu afuera del palacio se mantenía constante—. ¿Quién está peleando…?
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Aizen recién terminaba de dirigir el ataque contra los shinigamis que aguardaban afuera del palacio, sus tres primeros Espadas habían logrado contener a los capitanes pero detener al Capitán comandante requirió del uso de algunas extrañas artimañas, así que Aizen se encontraba disfrutando de un nuevo poder robado, el cual yacía justo en sus manos al igual que la vida del Capitán Comandante.
—Si ustedes permanecen con vida es por mi decisión, prefiero que vivan de rodillas antes que derramen su sangre buscando una pelea vacía y sin sentido contra su nuevo rey.
Así se dirigió Aizen a los capitanes que se encontraban en peligro de ser derrotados, aunque sus tenientes seguían peleando contra las fracciones de los Espadas. Se escuchó un estallido en el techo, Aizen miró al cielo y observó a Ichigo descendiendo con su espada lista para arrojarle un ataque con reiatsu.
—Getsuga… ¡¡Tenshō!! —Gritó Ichigo mientras llegaba a su encuentro.
Aizen sonrió tranquilamente y abrió los brazos para recibir su ataque, Ichigo se sorprendió cuando su Getsuga se partió en dos al chocar con Aizen. Y más aún cuando se dio cuenta que iba directo hacia él.
—No deberías hacer eso. —Dijo Aizen después de atraparlo—. Es peligroso caer desde esa altura, y más para mi nuevo príncipe.
— ¡No soy…! —Aizen buscó sus labios con rapidez, Ichigo sintió de inmediato cómo sus fuerzas lo abandonaban—. Tú me haces esto…
—Perdóname —Aizen se separó de él y acarició con ternura su rostro—, pero tu poder nutre al Hogyoku de formas que no podrías imaginar, por eso necesitaba que estuvieras aquí. Y ya que te trae tanto dolor, te lo explicaré: el humano Tsukishima te implantó recuerdos para confundir tus memorias del pasado y alejarte de tu hollow interno, además, yo te mostré un par de ilusiones para reforzar tus nuevos recueros, pero… asumo que Tsukishima está muerto, ya que ahora no tienes esos recuerdos en tu mente. Además, tu espada siempre encontró la forma de regresarte tu memoria y poder, pero eso no duraba mucho tiempo, ¿cierto?
—V-voy a… matarte. —Alcanzó a balbucear, Aizen lo tomó nuevamente del rostro pero ahora le dio un beso que le robó el aliento por completo, saboreando el interior de su boca ávidamente con la lengua.
—Gracias por prestarme tu poder; ahora, procura que no te lastimen, percibo un sabor a sangre en ti. —Ichigo sintió cuando lo dejaban en los brazos de otra persona—. Por favor, cuida que no lo lastimen hasta que pueda reunirse con nosotros.
—Puede confiar en mí, Aizen-sama. —Dijo Ulquiorra mientras sujetaba a Ichigo entre sus brazos…