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Vacío por RotMond

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Notas del capitulo:

Hola!

Quería actualizar desde ayer... pero me faltaba lo más emocionante del cap y no quise dejar la idea incompleta.

Mmmm, espero que el Super bowl no me quite ranking XD (digo, por eso actualizo a esta hora, yo lo voy a ver n_n aunque no llegó mi equipo u_u).

A leer!!! 

Y disculpen las faltas de ortografía, por ahora no puedo arreglarlas, lo haré más tarde, muuucho más tarde O.o

Seireitei

 

Transcurrió una semana después del autonombramiento del nuevo monarca, quien mantuvo el flujo de energía en los tres mundos con el simple hecho de existir, acción que le permitía gobernar la Sociedad de Almas desde los cielos; no obstante, en los tres mundos se respiraba una atmósfera lúgubre, saturada de incertidumbre, pues la situación en la que se encontraban sus habitantes era absolutamente inverosímil: Aizen eliminó al ser supremo que había mantenido la existencia de los tres mundos, un ser superior, un dios para todos ellos…

 

El Seireitei fue sacudido con la primer orden de su “nuevo” rey, pues aún no se habían terminado de recuperar cuando se les ordenó buscar a determinadas personas para volver a crear la cámara de los 46, que es el órgano que ostenta el poder legislativo, ejecutivo y judicial en la Sociedad de Almas.

Esta cámara está formada por 40 sabios y 6 jueces, sin embargo, Aizen proclamó que la cámara tendría 20 miembros menos para dedicar parte de esos fondos para impulsar la educación en el Rukongai, con lo cual el nuevo monarca esperaba mejorar las condiciones de vida de los habitantes. Los nuevos integrantes de la cámara fueron hombres y mujeres de distintos escuadrones, e incluso de ciertos distritos del Rukongai, y todos estaban instruidos en ciencias políticas y eran poseedores de una sabiduría excepcional.

No conforme con esto, todos los miembros de la cámara fueron despojados de sus privilegios y podrían ser juzgados de manera equitativa, como todos los habitantes de la Sociedad de Almas; Aizen también decidió eliminar los impuestos que se llegaban a cobrar en el Rukongai y los aplicó a todas las familias nobles, por lo tanto, ahora el mantenimiento de los escuadrones era responsabilidad de los nobles.

 

Los pocos Vizard que sobrevivieron para regresar al mundo humano, Hiyori, Risa y Hachi, se mantenían a la expectativa de todo lo que sucedía en el Seireitei, cuyos escuadrones aún sanaban sus heridas mientras le devolvían el antiguo puesto a aquellos que habían sido expulsados injustamente por culpa de Aizen: Hirako Shinji como capitán de la 5ta división, Muguruma Kensei como capitán de la 8va división y Rōjūrō Ōtoribashi, mejor conocido como “Rose”, regresó como capitán de la 3ra división. 

Ellos esperaban que la salud del Capitán comandante Yamamoto mejorara para pedir su autorización y colaboración para ir en contra de Aizen, con los argumentos de no dejar impune al criminal que provocó tantas bajas en los tres mundos y ensuciara sus manos con sangre real.

Y para sorpresa de los Vizard, el Capitán los recibió para expresar las siguientes palabras: “uno deja de sostener la Justicia cuando abandona la Justicia Universal”; y poco después se dio a conocer una noticia que conmocionó a toda la Sociedad de Almas: el Capitán Comandante había nombrado a Kyoraku Shunsui como su sucesor, pues había decidido dejar su cargo de la manera más honorable realizando “Seppuku”, con base en la muerte del rey espíritu. Kyoraku le prohibió al teniente Sasakibe realizar “Oibara”, pero eso ya se lo había prohibido el difunto capitán Yamamoto.

 

La muerte de uno de los capitanes más poderosos en la Sociedad de Almas conmocionó profundamente a todos los habitantes del Seireitei, quienes reaccionaron de una manera violenta: se arrancaron los vendajes, buscaron sus antiguas armaduras y corrieron por sus espadas, listos para iniciar un nuevo combate; pero sus alaridos de guerra y murmullos de excitación fueron enterrados de golpe cuando Kyoraku apareció en lo alto de uno de los edificios más elevados del Seireitei, diciendo: 

—Conozco bien sus sentimientos, sé por lo que están pasando, y aunque quisiera liderar esta nueva ofensiva en contra del usurpador del trono, me temo que no podré hacerlo. —Los shinigamis volvieron a gritar, alarmados, para reclamarle a Kyoraku por su aparente cobardía en contra de Aizen, pero cada escuadrón calló de golpe mientras observaba a su respectivo capitán aparecer junto a Kyoraku.

—Nosotros no podemos intervenir, no esta vez, ya que no tenemos el poder suficiente para enfrentar a Aizen—. Explicó Ukitake, colocando una mano sobre el hombro de Kyoraku en señal de apoyo.

—Nadie lo tiene, y si alguien tratara de oponerse a sus órdenes pondría en peligro a cada ser vivo existente, pues la Sociedad de Almas, el Mundo Humano y Hueco Mundo yacen completamente a la merced de Aizen. —Explicó Mayuri con evidente irritación.

—Nadie había logrado acercarse al Rey espíritu y seguir viviendo para contarlo, pero el poder de Aizen le permitió hacerlo… y asesinarlo. —Comentó Unohana, a lo que Soi Fong agregó:

—No podemos pelear contra él, ni todos los escuadrones juntos podrán acercarse lo suficiente como para hacerle daño. —El silencio reinó entre los presentes, ninguno se atrevió a mover un músculo.

—Ni siquiera nosotros podemos utilizar todo nuestro poder para saldar cuentas, y deseamos hacerlo, pero sería una pelea inútil, no vale el riesgo. —Explicó Rose, hablando por Kensei, Hirako y el resto de capitanes.

—Escuchen bien, inútiles, ¡no vamos a pelear y es nuestra última palabra! —Bramó Zaraki, por lo que los presentes envainaron las espadas, ligeramente asustados.

—Aún tenemos que dialogar algunas cosas con Aizen, mañana partirán tres emisarios y ustedes deberán esperar a su regreso. —Declaró Byakuya, dando la vuelta para regresar a su escuadrón.

 

Cólera, frustración, impotencia, rabia… los corazones de los shinigamis aún resentían ambas pérdidas, tanto del rey espíritu como del capitán Yamamoto, pues eran absolutamente irreparables; algunos se veían renuentes a renunciar a la pelea, incluso buscaban instigar al resto para que actuaran como ellos y se rebelaran en contra de Aizen, pero sus capitanes escucharon sus planes de rebeldía y los reprendieron severamente, amenazándolos con trasladarlos a otro escuadrón en caso de volver a incurrir en esos absurdos propósitos.

Los capitanes se mostraban completamente intransigentes, algunos incluso se veían aún más obstinados para que sus escuadrones no buscaran rebelarse. Y aunque al principio nadie entendió sus razones, poco a poco comprendieron que sus superiores tenían razón, pelear contra Aizen sería como si las hormigas buscaran defenderse de la implacable fuerza de la naturaleza. Sus capitanes ansiaban asesinar a Aizen casi tanto como ellos, tenían muchísimas razones para querer hacerlo, pero tenían que ser realistas, si antes no pudieron hacerle frente, ahora que tenía su poder al máximo sería imposible.

 

Debían aceptar que Aizen se había convertido en su nuevo rey.      

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Palacio Real (al día siguiente)

 

El palacio había sido parcialmente remodelado, o más bien… el nuevo rey había puesto buena parte de los bienes del antiguo rey a disposición de la tesorería de la Sociedad de Almas, ordenando que fueran subastados para conseguir más fondos para el Rukongai. Aizen siempre había sido partidario de un estilo de vida sencillo, sin lujos o riquezas, aunque se veía cómodo vistiendo ropas blancas y una larga capa dorada sobre sus hombros, cayendo con infinita gracia y majestuosidad por su espalda.

Aizen descansaba en un amplio trono, que había construido con sólo materializar una amplia cantidad de partículas espirituales, cuando alguien llamó a la puerta antes de entrar. Era Tousen, quien después de hacer una reverencia condujo al interior del recinto a los shinigamis que actuaban como emisarios de la Sociedad de Almas: Ichigo, Kyoraku y Yoruichi. En cuanto estuvieron en presencia de Aizen, Ichigo se sorprendió al ver que Kyoraku se quitaba el sombrero y hacía una reverencia, al igual que Yoruichi, por lo que se vio forzado a imitarlos.

 

Aizen sonrió al notar esa resistencia en Ichigo, pero disimuló lo suficiente para darles la bienvenida.

—Jamás creí que tendría que reverenciarte de esta forma. —Tuvo que reconocer Kyoraku, con la mirada fija en Aizen—. Pero las cosas ya no son como antes, tienes el poder del Rey espíritu y tenemos que aceptar que te has convertido en su sucesor.

—Existe la costumbre de asesinar a un capitán para tomar su lugar, pero jamás creímos que alguien podría asesinar a un rey. —Señaló Yoruichi, añadiendo—: las cosas están muy tensas en la Sociedad de Almas, queremos evitar que alguien haga alguna estupidez que le cueste la vida.

— ¿Y cómo piensan hacerlo, teniendo todos a un enemigo en común? Mi reinado ha iniciado y sé que no tengo contentos a los habitantes del Seireitei, en especial a los nobles, pero es lo que se debe hacer, el Rukongai se encuentra en la miseria extrema mientras que en el Seireitei se encuentran toda clase de lujos.

—Tienes razón, pero no olvides todo lo has hecho para estar en ese trono. Esas heridas permanecen abiertas y todos necesitan sanarlas con venganza o justicia, dime cómo evitar que la gente busque hacerlo, pues hay un criminal que no pagará por sus actos. —Kyoraku volvió a colocarse el sombrero después de hablar.

—Incluso tienes en el palacio real a las personas que te ayudaron con tus actos de traición, sin mencionar a un par de hollow… —Indicó Yoruichi, señalando a dos entidades que se hallaban algo apartados de ahí.

—Shihōin Yoruichi, no puedo regresarte tus antiguos puestos como capitana de la 2da división y comandante de las fuerzas especiales, aunque puedes regresar como cabeza de tu clan, pues tu hermano aún necesita de tu guía.

—Eso no compensará los 100 años que viví en el exilio, ni arreglará lo que sucedió con los Vizard. —Señaló Yoruichi, a lo que Aizen respondió.

—Es un inicio. —Ella hizo una pequeñísima reverencia y dio la vuelta para salir.

—Lo que dijo Yoruichi tiene sentido, ¿es necesario que tengas aquí a dos hollow? —Preguntó Kyoraku.

—Ellos no estarán aquí por mucho tiempo, al igual que ustedes, son emisarios de Hueco Mundo y vienen a pactar algunas condiciones para regresar a su hogar… o quedarse aquí, en el caso de Starrk. —Comentó Aizen, a lo que los hollow respondieron con una reverencia antes de retirarse.

— ¿Tendrás a un hollow en el palacio real? —Preguntó Kyoraku, algo extrañado de esa curiosa decisión.

—Los anteriores guardias quedaron relevados de su cargo, por lo que necesito nuevos guardias. Él será uno de ellos, y me servirá junto con Gin y Tousen.

—Tres guardias, ¿no son demasiados para el rey?

—No, y no serán los únicos, tengo otro voluntario que logró sobrevivir en Hueco Mundo. Pero necesito a un representante en el Seireitei, alguien con suficiente poder como para resistir mi presencia de vez en cuando y transmitir órdenes directas cuando sea necesario. —Miró a Ichigo directamente a los ojos, quien no había pronunciado palabra hasta ese momento.

—Yo vengo a asegurarme de que el Mundo Humano no tenga más incursiones de hollow, ya sean adjuchas o vasto lorde. —Aizen permaneció en silencio por unos segundos, apoyando su rostro suavemente en el dorso de sus dedos, y antes de responderle se dirigió a Kyoraku:

—Antes habías dicho que necesitaban venganza o justicia para sanar, pero necesitan tiempo, y con eso verán que mis acciones, más que necesarias, eran urgentes para el bienestar de los tres mundos. Verán las ventajas de tener un rey que pueda velar por sus súbditos. No interferiré más de lo necesario en el Seireitei, por ahora necesito hablar con Kurosaki, si me das unos minutos…

 

Kyoraku se quitó el sombrero y después de una pequeña reverencia salió del salón, Ichigo se irguió y cruzó los brazos, pero recordando los consejos de Yoruichi, optó por mostrarse fatigado.

—He decidido regresar su antigua gloria al clan Shiba, por lo que ahora serás parte de una de las familias nobles. —Declaró Aizen, a lo que Ichigo respondió:

—No soy Shiba…

—Portas el apellido de tu madre, tu padre solía ser Shiba Isshin. De cualquier forma, Ichigo, decidí dejarte en libertad porque la ceremonia no finalizó adecuadamente y porque ahora no podrías cumplir con tus deberes conyugales. —Ichigo sintió un escalofrío caminar sobre su piel, el cual fue en aumento al notar que Aizen lo recorría con la mirada.

—Creí que habías dejado el asunto de la boda por la paz… —respondió Ichigo, dando un paso atrás.

—Tú eres mi primera creación, no podía evitar sentir afecto por ti. Además, al ser el shinigami legendario creí que tendrías suficiente poder como para estar a mi lado, pero te robé demasiada energía y no alcanzaste tu potencial, aunque confío en que algún día lo harás. —Explicó Aizen, poniéndose de pie.

— ¿Shinigami legendario? Debe ser otro más de tus inventos. —Reclamaba Ichigo, poniéndose a la defensiva.

— ¿Nadie te lo dijo? Es la leyenda del nacimiento de un shinigami capaz de superar los límites de poder establecidos, uno que podría convertirse en la mano izquierda del rey espiritual e incluso llegar a tomar su poder con el fin de equilibrar las fuerzas en el universo. —Aizen dio un paso al frente, Ichigo sintió un incremento en el reiatsu de Aizen.

— ¿Por qué habría de creerte? —Aizen sonrió con inmensa ternura por su respuesta, lo que hizo enojar a Ichigo.

—Entonces dime, ¿por qué otra razón el orgulloso de Kuchiki Byakuya te reclamaría para él? —Ichigo no recordaba ese detalle, por lo que simplemente se encogió de hombros.

—La existencia del Shinigami legendario supondría la salvación o destrucción de la Sociedad de Almas, es evidente que tú eres ese Shinigami… y respecto a tu poder, es tan elevado que no podrás regresar al mundo humano. —Exclamó Aizen con un ligero pesar por lo que podría sentir Ichigo, pero él reaccionó con furia.

— ¡¡No puedes dejarme en el Seireitei, no pienso quedarme aquí!! —Aizen dio otro paso al frente, Ichigo no resistió más y se dobló para caer sobre sus rodillas.

—No depende de mí, si regresas alterarás el flujo de energía, ya eres demasiado poderoso como para volver a poner un pie en el Mundo Humano, aún con sellos de contención. —Ichigo buscó alzar la vista, desafiante—. Por otro lado, alcanzarás un poder equiparable al mío dentro de 10 años, y en ese momento podré desposarte. —Explicó Aizen sin miramientos, Ichigo se sorprendió tanto que terminó en el suelo, por lo que Aizen retrocedió hasta el trono.

— ¿Y una vez casados? —Preguntó Ichigo, y ante la pícara sonrisa de Aizen, Ichigo se apresuró a comentar—: no podré amarte, si eso es lo que quieres. Un rey elige a sus parejas, y tú no dejas de llamarme príncipe, pero date cuenta de algo: podrás obligarme a casarme contigo, pero no puedes obligarme a amarte, ya lo intentaste y no funcionó.

—Como el shinigami legendario, asumo que ya copulaste con el espíritu de tu espada. —Aizen interpretó su silencio como un “sí”.

—Entonces ya le perteneces en cuerpo y alma a tu espada. —Sentenció Aizen.

 

“Esa es mi fresita sabrosa y jugosa… Ichigoooo, sólo por eso te voy a poner en cuatro para darte toda la noche, Tensa y yo no te dejaremos dormir…” Escuchó Ichigo en su cabeza, e incluso la temperatura de su espada aumentó, luego siguió escuchando las obscenidades de Shirosaki y sintió calor en su rostro.

—Tu espada tendrá que aprender a compartirte, ya que aún puedes casarte con quien se decrete… malditas leyes. —A Ichigo le resultó curioso escuchar a Aizen maldecir.

— ¿Leyes? —Preguntó Ichigo, no pudo resistir la curiosidad.

—El máximo líder de los nobles tiene el deber de desposar al shinigami legendario, y si mi memoria no me falla, se trata de Kuchiki Byakuya. —Ichigo frunció el ceño, pero respondió:

—Aún falta comprobar que yo sea el shinigami legendario.

—Eso quedó más que comprobado con tu espada, y también cuando detuviste la ejecución de Kuchiki Rukia o cuando te enfrentaste a Ulquiorra, en donde regresaste de la muerte para derrotarlo… Ichigo, por ese motivo y más te reclamo para mí, esas absurdas leyes de la profecía pueden abolirse con una orden mía.

—Los recuerdos e ilusiones sólo me hicieron aborrecerte más, si te casas conmigo me propondré a matarte en cada oportunidad que tenga, y sabes que en un futuro podría tener el poder para hacerlo.

— ¿Y qué te detendrá de hacerlo en un futuro, estés casado conmigo o no?

—Una promesa de paz. Que dejarás de interferir con el Mundo Humano y evitarás que sea invadido por hollow, que los mantengas en Hueco Mundo, de tal forma que no provoquen daños en otros mundos; y que tu mandato no sea una dictadura sobre el Seireitei.  Pero sobre todo, que todas las muertes que has provocado no queden en el olvido.

—Quieres evitar una nueva guerra, pero debes darte cuenta de que eso no depende de mí. De cualquier forma, emitiré una disculpa por mi traición siendo capitán y ofreceré un reinado de paz.

—Es un trato. —Respondió Ichigo, luego hizo una reverencia y salió de la habitación; Aizen volvió a su trono y se quedó meditando un momento, pues un inmenso sentimiento de vacío se había apoderado de su interior. “¿Así es cómo te sentías, Ulquiorra?” pensó mientras un ligera y pequeñísima lágrima se asomaba de sus ojos.

 

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Mundo Humano (Londres, 1939)

 

El estruendo del vidrio quebrándose inundaba la habitación, pues sus ocupantes rompían botellas de vino al calor de la más reciente discusión. Grimshaw estaba rodeado por sus socios, y tenía que soportar sus quejas:

— ¡No abuses de tu autoridad, el Capo no estará indispuesto por siempre! —Reclamaba uno antes de comenzar a soltar blasfemias en italiano.

— ¡No aceptamos Associati en otras tierras, lo sabes! —Decía otro, sujetándose con fuerza de su asiento, después se levantó y dio una vuelta por toda la habitación.

— ¡Y tampoco es italiano! —Le recordó uno de ellos, después cambió su tono de voz a uno más acusador, manteniendo la mirada fija en Grimshaw—. ¿Qué favor pidió?

—Ninguno, él no sabía que estamos en la mafia. —Mientras sus hombres soltaban las peores maldiciones al aire, uno de ellos de al menos 40 años de edad, Cyro, le respondió:

—Grimshaw, ¿qué te llevó a reclutar a ese niño? —Por imposible que parezca, todos guardaron silencio al unísono—. Ya sabemos que el “blanco” no se encuentra en el país, ¿qué más quieres?

—Revisa bien sus cuentas —Grimshaw traía la carpeta de Uruki bajo el brazo, la tomó con la otra mano y la arrojó sobre la mesa—, tiene más de un cliente, lo sé porque el inútil de su jefe le solicitó referencias.

— ¿Tú crees que él nos dará más peces gordos? —Volvió a preguntar Cyro, el resto permaneció callado, meditando las opciones que tenían; Grimshaw esbozó una gigantesca sonrisa, se cruzó de brazos y fue por otra botella de vino.

— ¿Tienen hambre o no? —Soltó de repente, sus hombres estallaron en carcajadas.

—Creo que te subestimé muchacho, se hará lo que tú digas. —Cyro le palmeó la espalda, quitándole la botella de vino—. Aun así, pagarás tus apuestas.

—Ahora que lo recuerdo... nuestro nuevo Associati nos pidió un favor. —Agregó Grimmshaw con el ceño fruncido y enseguida se quedó callado, entretenido con la expectativa y el suspenso que había generado en sus socios; de mala gana, Cyro le sirvió un trago de vino, Grimshaw lo aceptó con gusto, lo apuró de un sorbo y se aclaró la garganta antes de hablar—. No les va a gustar, pero creo que es un trato justo: dejaremos en paz al Dr Schiffer.

 

Y la discusión volvió a empezar, Grimshaw tardó bastante tiempo para convencer a su banda y decidieron que había tomado la decisión correcta, puesto que era mejor sacrificar a un individuo para ganar un lote completo de “presas”. De cualquier forma, en cuanto Uruki salió de la habitación en la que había sido encerrado no fue visto con buenos ojos, por lo que su “protector” tuvo que sacarlo él mismo. Recorrieron varios pasillos con olor a tabaco y humedad, bajaron un par de pisos y llegaron a un extenso patio lleno de basura.

—Tenemos un código de honor bastante estricto, no podemos dañar a nuestros socios siempre y cuando no nos traicionen. —Explicó Grimshaw sin miramientos, abriendo la puerta que daba al exterior.

— ¿Exactamente que necesitas de mí? —preguntó Uruki cuando se vio libre del edificio de mala muerte.

— El doctor Schiffer significaba una presa muy valiosa para nosotros, por lo que tendrás que rendir cuentas del resto de tus clientes. —Uruki frenó en seco, dio la vuelta y encaró al maleante de ojos azules.

—Ustedes ya me arrebataron todos los documentos, no tengo más que ofrecer, prácticamente acabas de destruir mi carrera, futuro profesional, ¡todo! Ustedes no tendrán consideración alguna con mis clientes, de inmediato irán a…

Uruki se detuvo al notar que Grimshaw le estaba dando la espalda, se adelantó a él y lo vio sacando un cigarrillo para encenderlo con pasmosa tranquilidad; Uruki se molestó bastante pero decidió mostrarse tranquilo, dispuesto a no dejarse llevar por la irritación del momento.

—No creas que vamos a desplumar a todos tus clientes de una sola vez, no somos tan estúpidos. —Grimshaw miró sobre su hombro para ver que sus socios se esforzaban en observarlos a través de las ventanas, tomó a Uruki del brazo y lo arrastró por la calle para salir a la avenida, agregando lo siguiente—: señorito Schiffer, no sé qué tanto sepas de la mafia, pero creo que no hace falta decirte lo que pasará si vas con la policía.

—No soy tan estúpido como para arriesgarme a ir con policías tan incompetentes. —Uruki se liberó del agarre de Grimshaw y declaró, mirándolo frente a frente, las palabras que terminarían por sellar el “trato” que tenía con la mafia—. Si se acercan al Dr. Schiffer me encargaré de hundirlos, uno por uno, y empezaré contigo, Jaggaer.

—Piénsalo dos veces antes de amenazar a un capo —respondió Grimshaw, dándole un ligero empujón a Uruki para enviarlo al suelo—, si llegaras a faltarme al respeto en presencia de mis socios, tendría que darte un tiro en la cabeza. Y mejor no menciones mi apellido.

—Si no me necesitaras ya estaría muerto, prefieres no tener que matarme a no ser que la ocasión lo amerite. Por otra parte, si no quieres que tus socios conozcan tu apellido alemán, harías bien en no divulgarlo tan abiertamente. —Uruki se levantó del suelo y se sacudió el polvo que llegó a ensuciar su impecable traje negro—. No tendrán problemas de mi parte, aunque necesito pedirte algo de discreción, pues mi secuestro podría levantar sospechas.

—No es habitual que las familias tengan Associati que no sean italianos, pero necesitamos personas que colaboren en algunas… actividades, así que no te sorprendas si decido visitarte en tu despacho. —Uruki dejó los ojos en blanco y Grimmshaw sonrió, después le revolvió el cabello con fuerza y dio la vuelta para regresar con sus socios.

 

Y así comenzó su vida delictiva… poco después llegaron rumores de que Alemania había empezado a movilizarse el año pasado, por lo que el cliente que tanto quería atrapar Grimshaw regresó a Inglaterra, lo cual estropeó sus planes. Cierto día, Uruki se encontraba en su despacho cuando levantó la vista para encontrarse con la cínica sonrisa de Grimshaw, quien vestía un impecable traje negro con la camisa blanca. Sin darle explicaciones, lo obligó a ponerse de pie y lo hizo enviar un telegrama para informarle a su jefe acerca de una falla. De esta forma, prácticamente lo obligó a participar en la estafa, de la que ningún empleado había salido bien librado, pues todo el dinero que le quitaron al pobre hombre no dejó suficiente como para continuar con las operaciones de la fábrica.

Ese dinero le dio suficientes recursos a los Tattaglia, por lo que Grimshaw no molestó a Uruki en un tiempo, aunque después lo hizo dar información de otro cliente suyo, y eso que el inicio de la guerra ya había empezado a diezmar los recursos de las víctimas.

 

Poco a poco, fue interactuando más con Grimshaw, quien aprovechaba cada vez que podía para ir a molestarlo a su despacho. Un día, simplemente se lo llevó a su cuartel para mostrarle lo que habían conseguido de Italia, y aunque para Uruki era un simple queso parmesano, Grimshaw se relamió al pensar en lo que se podría cocinar con eso, así que lo puso a lavar verduras para ayudarle con la preparación de una pasta. Fue algo incómodo, ya que Uruki seguía siendo un extraño entre tantos italianos mafiosos, pero Grimshaw manejó un ambiente festivo que terminó por unirlos a todos con sus disparatados chistes.

 

Una vez, durante una fría tarde invernal Grimshaw llegó a su despacho y se quedó parado, observándolo detenidamente. Uruki levantó la vista, irritado, a lo que Grimshaw sonrió y le dijo:

— ¿Te han dicho que pareces mujer? —Uruki abrió los ojos como platos y le arrojó lo primero que encontró en su escritorio, Grimshaw esquivó el ataque y siguió observándolo.

— ¿Has venido sólo para decirme eso? —Reclamó Uruki, algo irritado.

—Vamos, serías una mujer bonita. Mira, si tuvieras el cabello más largo, y un vestido verde… si me casaba contigo. —Le explicó Grimshaw tratando de aguantar la risa, Uruki se levantó furioso y le gritó:

— ¡Vete de aquí! —Grimshaw soltó la carcajada y se dobló de risa, por lo que la persona en irse fue Uruki.

 

Y otro día, simplemente se lo llevó a beber, incluso recuerda que era viernes en la noche y él se encontraba completamente agotado, quería irse a casa a descansar pero Grimshaw tenía otros planes para él. Llegó a su despacho y se lo llevó a uno de tantos bares que había por la zona.

— ¡Vamos, tengo sed! —Gritó Grimshaw con entusiasmo, empujándolo en la entrada.

— ¡Nunca dije que te acompañaría! —Se quejó Uruki, pero a Grimshaw le dio lo mismo.

En cuanto entraron al local, todas las miradas se posaron sobre ellos, algunos sujetos saludaron a Grimshaw con la mano y otros le enseñaron el dedo, mientras que las mujeres los miraban furtivamente de reojo. Tan sólo se instalaron en el bar cuando fueron abordados por una joven mujer de cabello rubio.

— ¿Me invitas algo? —Le preguntó la joven a Grimshaw mientras le acariciaba el brazo.

—No, piérdete. —Y en consecuencia, la joven se alejó de ellos, claramente ofendida.

—Eso fue descortés de tu parte, Grimshaw, hay mejores maneras de rechazar la propuesta de una dama. —Le cuestionó Uruki, a lo que el otro respondió:

—Por culpa de la guerra todo escasea y sube de precio, no le voy a invitar nada a nadie, y tampoco tengo que ser cortés. Pero me disculparé si me enseñas a “rechazar una propuesta”. —Grimshaw sonrió y recibió los tarros de cerveza mientras observaba que una linda joven pelirroja se acercaba a Uruki.

—Buenas noches, joven señor. —Lo saludó ella, notando el pulcro traje negro que portaba Uruki, el cual resaltaba su piel blanca y penetrantes ojos verdes—. ¿Me permitiría sentarme?

—Sería un honor, señorita. —Respondió Uruki, a lo que ella respondió con un ligero rubor en su rostro.

—Este idiota dijo que no invitaría tragos a nadie. —Se apresuró a decir Grimshaw, a lo que Uruki reaccionó soltándole un codazo.

— Debo discrepar de su opinión, joven amigo, pero su compañero no me parece lo que usted acaba de expresar; por otra parte, mi empleo me permite pagar mis bebidas, por lo que no es necesario que solicite compasión alguna. —Respondió la joven dama con gentileza, Grimmshaw iba a responder cuando fue llamado por una de sus “amigas”.

—Te cuidas Uruki, vuelvo en un rato. —Y se fue sin decir más.

— ¿Su nombre es Uruki? Es particularmente hermoso, jamás lo había escuchado.

—Mi padre lo eligió para mí, dice que tener algo de mis ancestros, más que la sangre, me ayudará a tenerlos presentes. Disculpe el descuido, olvidé preguntar por su nombre.

—Descuide, mi nombre es Natalie, espero no haberlo importunado con su amigo.

— ¿Mi amigo? —Se preguntó Uruki, después de darle un sorbo a su cerveza—, ¿habla usted del sujeto que interrumpió nuestra conversación? Honestamente, no creo que sea mi amigo.

 — ¿Está usted seguro de eso? Entonces, a mí me parece que él se está esforzando en serlo. —Agregó la joven, Uruki la miró con desconfianza por sus palabras, pero movido por la curiosidad, preguntó:

— ¿Podría decirme sus razones para tal observación?

—Un buen amigo acompaña a otro a un sitio, aunque sólo uno de ellos desee estar en ese lugar, y eso lo deduzco por el comportamiento de ambos; además, él se maneja con tanta familiaridad con usted que parecería que lleva años de conocerlo. —Respondió ella con total honestidad.

 

Uruki terminó su tarro de cerveza, aunque no estaba acostumbrado a beber con el estómago vacío, por lo que el alcohol le surtió efecto con rapidez. Natalie pareció darse cuenta de ello, aunque pensó erróneamente que Uruki tenía fiebre y decidió preguntar, y al no obtener respuesta, se tomó el atrevimiento de tocar su frente con la palma de su mano izquierda.

— ¿Se siente mal? —Escuchó una voz ronca justo atrás de ella, por lo que pegó un brinco que la hizo retirar la mano, giró hacia su izquierda y se topó con Grimshaw.

—Creí que tendría fiebre, de repente se tambaleó y su rostro se enrojeció. —Respondió Natalie, Grimshaw le dio un rápido vistazo a Uruki y dijo:

—Nada más está un poco borracho, lo llevaré a su casa. —En un segundo, Grimshaw se aproximó a Uruki y rodeó su cintura para llevárselo a pesar de sus protestas, aunque tuvo tiempo de despedirse de su nueva amiga antes de que Grimshaw lo arrastrara afuera del bar.

— ¿Pero qué fue eso, primero me llevas a un bar y después me sacas casi a rastras? —Reclamó Uruki, Grimshaw lo había soltado y se fueron caminando por la acera.

—Se me acabó el dinero, y creo que la cerveza no te sentó muy bien, no resistes bien el alcohol. —Y Grimshaw lució otra de sus cínicas sonrisas.

—Grimshaw, no había comido nada, por eso me afectó tanto la bebida.

—No te creo, enano.

—Ni siquiera me interesa. —Respondió Uruki, altanero.

— ¿Quieres apostar? Otro día iremos por cerveza, y el que aguante más tendrá permiso de humillar al otro.

— ¿Qué? Espera, no estaba justificando mi falta de tolerancia al alcohol como si fuera algún tipo de vergüenza… —se apresuró a explicar Uruki, aunque Grimshaw no le dio importancia, pues dijo:

—Cobarde.

—No soy ningún cobarde, Grimshaw Jaggaer, y no tengo motivos para probarte nada… pero acepto. —Acto seguido, Uruki se reclinó sobre un poste y vomitó, Grimshaw soltó la carcajada pero le dio un par de palmadas en la espalda cuando Uruki comenzó a toser.

 

Grimshaw no dejó pasar mucho tiempo para hacerlo enfrentarse a él con cerveza. Estaban a mediados de 1940 y las cosas con la guerra habían ido bastante lejos, por lo que el precio de todo se disparó notablemente y ellos tendrían que embriagarse con cerveza de baja calidad, pero no importaba. Se encontraban en el cuartel y la mayoría de los socios estaban ahí, divirtiéndose con la escena:

Al principio, bebieron al menos tres botellas de cerveza sin parar, poco después empezaron a degustarla un poco más, y cuando se dieron cuenta, ya se habían terminado todo lo que habían comprado. Uruki se sentía ligeramente mareado pero aún podía hablar correctamente, mientras que Grimshaw se veía completamente normal, hablaba, reía y se movía exactamente igual que siempre; lo cual quería decir que tenía una tolerancia elevada al alcohol o siempre estaba ebrio.

Grimshaw, algo entonado, busca un par de botellas de vino que estaba guardando para “tiempos difíciles”, pero decidió abrirlas para seguir con la apuesta que tenía con Uruki. La primera botella se esfumó con rapidez, pero la segunda tardó un poco en acabarse. Uruki sintió que se le nublaba un poco la vista y sentía un inmenso peso en la nuca, lo que lo hacía caminar extraño cada vez que iba al baño, tambaleándose y chocando con todo lo que se le pusiera enfrente. Y cuando regresó del baño, noto que Grimshaw estaba quedándose dormido encima de la mesa y que sus socios se habían ido a dormir.

—Gr-Gr-Grimmm… —éste levantó la mirada y le susurró, con un dedo encima de los labios:

—No me gruñas… —comentario seguido por una carcajada, Uruki apartó la mano de Grimshaw.

—Y-y me voy, ess t-tard-ee. —Dio la vuelta, tambaleante, pero Grimshaw lo tomó del brazo.

— ¿Q-Qué te diría t-tu padre sssi te viera así? —Preguntó con esfuerzo, a lo que Uruki se paralizó—. V-ven conmigo, mejooor qu-uédate.

 Uruki no tuvo otra opción, no quería presentarse alcoholizado en su casa, pues realmente temía decepcionar a su padre; además, estaba tan ebrio que tuvo que apoyarse de Grimshaw para poder caminar hasta uno de los cuartos que tenía aquel edificio de mala muerte.

— ¿EE-stmos en t-tu habitahd? —Trató de preguntar Uruki, Grimshaw simplemente lo depositó encima de un colchón viejo y fue al baño a buscar un balde, cuando notó que Uruki no dejaba de dar vueltas.

—S-si siiigues así, t-t vas a maarear. —Uruki no le prestó atención, Grimshaw se acercó a él y le hizo bajar un pie del colchón para que tocara el piso—. Listo, ¿sstas mejor?

 

Uruki asintió con la cabeza, cerró los ojos y su respiración se volvió más lenta, pues se había quedado dormido. Grimshaw tenía frío, no pensaba quedarse sobre la alfombra o a los pies de la cama, por lo que se tumbó junto a Uruki y compartieron la frazada. Un par de horas más tarde, Grimshaw despertó para ir al baño, pero notó que… su brazo izquierdo estaba sobre Uruki. Lo retiró con rapidez y se levantó al baño, una vez que regresó, se detuvo un momento para quitarle los zapatos y cubrirlo más con la frazada; el chico de 22 años no se había movido en las horas que llevaba dormido, sólo tenía los labios entreabiertos y un hilillo de saliva corría a través de ellos.

Grimshaw frunció el ceño y le hizo cerrar la boca con una mano, pero Uruki no la cerró. “Qué piel tan suave tiene este pequeño bastardo” reflexionó Grimshaw por un momento, y con un ágil movimiento felino se colocó a escasos centímetros del rostro de Uruki, tomó uno de sus mechones de cabello y también se sorprendió por su suavidad.

Sus ojos se posaron sobre cada facción del rostro de Uruki, era un hombre, evidentemente, pero poseía rasgos delicados y hermosos, por eso Grimshaw lo había molestado diciéndole que parecía mujer.

 

Y en un instante sus ojos se detuvieron en sus labios, levantó una mano y colocó un par de dedos para delinear el contorno mientras un pensamiento se cruzaba en su cabeza, podría ser el efecto del alcohol o no… “al diablo” pensó él, y se acercó lo suficiente como para sentir la textura de aquellos labios con los propios. “Es como besar una pila de pasta” pensó Grimshaw, asociando estúpidamente los labios de Uruki con la comida, aunque era su comida favorita. Por puro instinto, Grimshaw cerró los ojos y aprovechó la abertura de aquellos labios tan finos para entrelazarse con él. Y fue cuando sintió que Uruki se movía, abrió los ojos y el gusto le duró poco al enfrentarse a dos esmeraldas que lo observaban con terror.

 

—Grimshaw… —era como si lo estuviera llamando, aunque en realidad Uruki buscaba apartarlo de él.

 

Grimshaw se levantó un poco pero solamente para colocarse bajo la frazada, justo encima de Uruki, quien aún lo miraba desconcertado; volvió a lo que estaba, tomándolo por sorpresa al capturar sus labios con un ardor que resultaba inimaginable, aunque muy excitante.

Uruki levantó las manos para empujarlo, pero Grimshaw las tomó y las colocó a los lados de su rostro. Someterlo era aún más gratificante, pero tuvo que soltar una de sus manos para despojarlo de la camisa azul, y en ese momento, Uruki le puso la mano sobre el rostro para tratar de quitarlo, pero Grimshaw lo mordió para después sumergirse en el delicado cuello de Uruki para decorarlo con besos agresivos y mordidas.

 

Volvió a apoderarse de sus manos para inmovilizarlo, Uruki trataba de hablar pero aún seguía mareado por el alcohol, mientras tanto, Grimshaw deslizaba su lengua por el toso desnudo de Uruki, arrancándole un jadeo inconfundible, cosa que pareció disfrutar el contrario.

Uruki era tan delgado, pálido, frágil, e incluso lampiño, era la personificación de la elegancia en una persona; incluso Grimshaw notó todo esto y percibió cierta culpa por apoderarse de él de esa manera, pero en cuanto deslizó su lengua sobre los tiernos bultillo de Uruki, sintió que su entrepierna reaccionaba. De alguna forma, algo que Uruki jamás admitiría, las caricias de Grimshaw estaban surtiendo efecto en él.

—No, essspera, q-que hacesss. —Trató de reclamarle Uruki por sentir que le desabrochaban el pantalón, pero Grimshaw estaba decidido a sacarle aunque sea un gemido, quería escuchar esa voz.

 

Deslizó su mano sobre el miembro erecto de Uruki, y él no se opuso, incluso tuvo que aferrarse a la almohada al sentir esa extraña caricia ajena sobre su cuerpo. Grimshaw se colocó a su lado para mordisquear su oreja mientras lo masturbaba como si fuera su propio miembro; de vez en cuando se asomaba para ver a Uruki ruborizado, con los ojos muy abiertos y los labios ligeramente separados.

Y la ansiedad por obtener su propio placer comenzó a hacerse presente, aunque le resultaba placentero observar a Uruki, él también debía satisfacerse o su erección comenzaría a dolerle.

 

Grimshaw aún tenía buena parte de su ropa, por lo que se levantó un poco para despojarse del saco blanco, desabrocharse la camisa azul y zafarse los pantalones. Uruki no hizo nada en esos breves momentos, dejó de pelear, de quejarse o de intentar escapar; parecía dispuesto a seguir con Grimshaw, quien le quitó la camisa y poco después le arrancó el pantalón negro, colocándose sobre él para comenzar a masturbar ambos miembros con una sola mano.

Como le llevaba 20 centímetros de estatura a Uruki, esa postura no lo dejaba ver su rostro, así que se levantó un poco sin dejar de masajear con vigor ambos miembros, y lo que vio provocó que aumentara la velocidad para la delicia de ambos…

 

La lluvia comenzaba a caer sobre las ventanas, creando una atmósfera sutil.

 

Ante sus ojos se encontraba la sonrojada piel de Uruki, tenía los ojos tiernamente cerrados y se mordía los labios para contener sus gemidos. Grimshow bajó un poco para besarlo, a lo que Uruki no se negó, entrelazaron sus lenguas, saborearon la acidez de sus salivas con una nota de alcohol y Grimshaw no pudo evitar morder un poco sus labios, tan finos, que poseían una textura cremosa con un sabor dulce y adictivo, que lo llevó a saborearlo con lentitud y deseo.

Después se irguió sobre Uruki, aceleró el frenético masaje sobre ambos miembros, y finalmente, logró escuchar un inconfundible y tenue gemido proveniente de una exquisita y excitada voz; pero después de eso, lo que lo hizo correrse casi a la par de Uruki, fue escuchar su nombre salir de aquellos dulces labios…

 

Notas finales:

Mother of lemon!!! (no hubo penetración pero fue lemon)

n_n

***

Aizeeeeeen!!! T_T

(lo sé, es mi adoración y lo hago sufrir... uy, ustedes me van a odiar en el siguiente capítulo, uno de tantos en donde el drama asesinará al humor).

Y regresando a Aizen, ¿por qué creen que recordó a Ulquiorra?

:D

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Al final del fic daré datos curiosos del mismo (algunos tipo blooplers), así que mejor me ahorro algunos comentarios.

Gracias por leer, los veré el 19 de febrero n_n

Y empieza la cuenta regresiva.

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