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Vacío por RotMond

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Notas del capitulo:

Hola :D

Pensé que debía actualizar mañana pero cuando me metí a revisar el fic encontré "18 de marzo" y pensé:

"Oh mierda, es hoy"

Les tengo una buena noticia y una mala...

y una peor...

.....

La peor, pues, ya se acabó el fic T_T

La mala, es que me confundí del día para actualizar y aún no termino la segunda parte XD lo siento

La buena, es que la subiré mañana :D

***

¡A leer! Y como siempre, gracias por estar aquí

+++

Jajaja, ¡que tonta soy! Olvidé algo:

Les dejo la canción que aparece en una parte del fic, les recomiendo escucharla mientras leen *u*

 

La reconciliación del Mundo Humano y la Sociedad de Almas se materializaba con la formación de una pareja bastante peculiar. Uno de ellos afirmaba aborrecer la raza a la que pertenecía el otro, pero no ponía resistencia cuando lo visitaba en su mundo, e incluso él acudía al Seireitei para verlo. De esta forma, se visitaban mutuamente en sus respectivos mundos, y aunque ninguno hablara acerca de su relación, era evidente que compartían un acuerdo “corporal”.

—Uryuu… —susurraba Renji a su oído mientras apoyaba su vientre tatuado encima de su pequeña espalda Quincy.

— ¿P-por qué me llamas por mi nombre? Ah… no recuerdo que seamos tan cercanos. —Respondió Ishida ajustándose los lentes, pues había olvidado quitárselos antes de que Renji lo tomara por sorpresa.

—Me he corrido dentro de ti, encima de tu trasero y en tu cara, ¿pero dices que no somos cercanos? —Le reclamó Renji, un poco ofendido por el comentario, después lo tomó de los brazos y lo colocó de espaldas sobre la cama para encarar a Ishida. Y a pesar de estar completamente excitado, dejó de penetrarlo.

— ¿Qué haces? —Le reclamó Ishida, quien aún contenía la prueba de su orgasmo dentro de sí.

—Dime que soy para ti. —Preguntó Renji, quien no dudaba en decir las cosas directamente.

— ¿Por qué preguntas eso en este momento? —Ishida le dio un rápido vistazo al miembro empalmado de Renji, suponiendo que no sería capaz de contenerse por más tiempo por lo excitado que estaba.

—Porque no dejaré que alguien me utilice, aun cuando aprecie a esa persona. —Ishida sonrió y giró el rostro para que Renji no pudiera observar el tierno rubor en sus mejillas y la emoción en sus ojos.

—Abarai-kun, hablas de tu temor a ser utilizado pero soy yo quien te sirve de consuelo para olvidar a tu capitán. —Su voz se escuchaba ligeramente apagada, pero Renji fue capaz de escucharlo, así que se reclinó sobre Ishida para quitarle los lentes y verlo directamente a los ojos.

—Entiendo que creas que no ha pasado mucho tiempo desde que decidí dejarlo atrás, pero tienes que entender que no sabía lo que sentía por él, sólo confundía las cosas. —Renji se acercó para besarlo, pero Ishida lo interrumpió:

— ¿Y cómo sé que sabes lo que sientes por mí? —Renji sonrió y le dio una mordida en la punta de la nariz.

—Está bien, te diré lo que siento: La admiración por mi capitán era simple atracción física por un superior, o incluso envidia por sus habilidades, eso es seguro. —Ishida trató de evadir su penetrante mirada, aunque Renji lo sujetó para que no pudiera girar el rostro, observando la belleza de los ojos azules de Ishida—. Pero contigo es diferente, aún me queda mucho por conocer de ti pero tengo suficiente tiempo para hacerlo, y quiero conocerte mejor. Jamás me había enamorado de alguien, sentirme tan vivo por otra persona es algo que siempre había querido sentir. Sé que dirás “es pasajero”, lo sé pero no me importa; eres capaz de ver más allá de lo que una persona muestra en su exterior, soy un estúpido shinigami y aun así me permites estar contigo.

  —No eres estúpido, yo… te quiero por lo que eres, Abarai-kun. —Dijo Ishida, Renji se abalanzó a sus labios y los encontró mucho más tiernos y apetecibles que nunca.

—Dime Renji… —Le dijo rápidamente mientras volvía a besarlo, deslizando su lengua por sus labios antes de erguirse para enterrarse profundamente en el interior de Ishida.

Y así volvieron a entregarse al calor del momento mientras el celular de Ishida vibraba a causa de las constantes llamadas de Inoue Orihime, quien esperaba con Sado Yasutora a la puerta de su residencia ya que habían acordado pasar por él para dirigirse a la ceremonia que iba a efectuarse en el Seireitei…

 

— ¿No deberíamos adelantarnos? —Comentó Sado en voz alta, tenía media hora esperando con Inoue y sabía que Renji había viajado al Mundo Humano, por lo que supuso que Ishida estaría “ocupado”.

—Pero Ishida-kun dijo que iría con nosotros… —le recordó Inoue, y poco después escucharon cierto alboroto proveniente de la habitación en el piso superior.

—Sigue con Renji. —Indicó Sado mientras Inoue se ruborizaba.

—No les molestará la idea de quedarse más tiempo. —Dijo Inoue después de reconocer los gritos de Renji; ambos comenzaron a caminar con rapidez para encontrarse con Urahara y su nuevo portal.

— ¿Cómo te sientes? —Dijo Sado de repente mientras caminaba junto a Inoue.

— ¿Sado-kun? —Aquella pregunta en particular la tomó por sorpresa.

—Ichigo no podrá regresar de la Sociedad de almas. —Respondió Sado con la vista al frente.

—Podremos visitarlo, aún estaremos en contacto.

—Él tendrá otra vida en el Seireitei con nuevas obligaciones que atender y nosotros no podremos visitarlo tan a menudo, también tenemos cosas que hacer en este mundo. —Le recordó Sado, ella volvió a sentir una inmensa tristeza sobre sus hombros.

—Lo veremos en ocasiones especiales, como hoy. —Respondió sin vacilar y con una sonrisa, pero su voz únicamente expresaba la amargura del adiós.

—No has respondido. —Le recordó Sado, volteando a verla a través de sus mechones gruesos de cabello castaño.

—Sé a qué te refieres —respondió Inoue, extinguiendo la sonrisa de su rostro—, pero te aseguro que aunque me duela, lo quiero lo suficiente como para resignarme a dejarlo ir.

— ¿Y no te molesta el motivo? —Preguntó Sado, ella negó con la cabeza.

—Él tiene derecho de amar a quien desee, o en este caso… de casarse. Si alguien no es para ti, no puedes forzar las cosas con esa persona, esperando que algún día te quiera.

—No te sientas mal, fue lo mejor para ustedes. —Respondió Sado, esbozando una pequeña sonrisa. Podría ser la conversación más larga que jamás haya tenido con él, así que Inoue le devolvió la sonrisa y siguió caminando, comenzando a liberarse de la carga que traía por culpa de un amor no correspondido.

 

.

.

.

 

Seireitei

Era un día tranquilo, hermoso y soleado, o así les parecían todos los días desde que la paz había regresado a los tres mundos con el fin de la guerra entre la Sociedad de Almas y Hueco Mundo. Las actividades en el Seireitei habían vuelto a la normalidad, a pesar de los cambios que había hecho su “nuevo rey”.

¿Quién podría haber predicho que las acciones de Aizen traerían tanta prosperidad? Después de enviar sus disculpas por haber derrocado al rey, muchos nobles temían que sus órdenes se enfocaran a una repartición equitativa de bienes, y en lugar de eso Aizen les aseguró que sólo necesitaba quitarles algunos “privilegios”.

La gente de los distritos de la Sociedad de Almas notó la implementación de nuevas fuentes de trabajo (financiadas parcialmente por los impuestos de los nobles), lo cual marcó el inicio de una nueva era, en donde se buscaba disminuir la pobreza y delincuencia. Por primera vez en siglos, los habitantes de la Sociedad de Almas estaban en paz con el Seireitei, por lo tanto, cada escuadrón renunció a sus intentos por rebelarse contra sus capitanes, resignándose a ser gobernados por un “genocida traidor”.

Aunque Aizen les había prometido no interferir más de lo necesario con el Seireitei, ellos deseaban poner a prueba sus palabras para ver si podrían creer en él. Todos los capitanes había reservado el día para estar presentes, pues la ceremonia de alguna forma marcaría la unión entre el Reino de Aizen con el Seireitei. Todos debían asistir, aunque algunos capitanes tenían problemas para llegar a tiempo…        

—Kurotsuchi-sama, se acerca la hora para asistir a la ceremonia. —Nemu sostenía los últimos informes que había solicitado el capitán, quien padecía de ciertos dolores de cabeza.

—Nadie se molestará si no estoy presente, tengo cosas más importantes que hacer. —Le explicó el capitán, ella se dio la vuelta para dejarlo en el laboratorio. En cuanto estuvo solo, escuchó una voz en su cabeza: “Claro, como buscar la forma de materializarme de vuelta, ¿no?”, y después escuchó a alguien más, diciendo: “no soporto estar con este imbécil en la cabeza de un extraño, ¡sácame de aquí!”.

— ¡Cállense ustedes dos! —Les reclamó Mayuri, y en seguida escuchó la conversación: “Yylforte, no decías eso anoche, ya perdóname, ¿quieres?”.

—En cuanto descubra la manera de sacarlos de mi mundo interno los echaré a patadas. —Los amenazó, aunque su respuesta fue una serie de sonidos sugestivos de lo que podrían estar haciendo Szayel e Yylforte. “Aunque antes de eso…” pensó Mayuri, sonriendo ante las posibilidades de tener dos cuerpos jóvenes y hermosos a su entera disposición.

 

Lejos de ahí, dos shinigamis corrían para llegar a la ceremonia, aunque tardaría al menos dos horas en comenzar, pero el capitán creía que el ejercicio les serviría de entrenamiento.       

— ¡Hisagi! ¡Date prisa o llegaremos tarde! —Gritaba su héroe de la infancia corriendo adelante de él, Hisagi se esforzaba en mantener el paso pero se sentía fuera de forma, ya que en ausencia de Tousen había tenido que lidiar con las obligaciones del puesto de Capitán, descuidando su entrenamiento como shinigami.

—Así nunca vamos a llegar —dijo Kensei después de frenar en seco, haciendo que Hisagi chocara contra él.

— ¡Capitán, estamos yendo en dirección contraria! —Gritó Hisagi después de verse en el lado opuesto del Seireitei, cerca de la entrada.

—Es cierto, creo que dimos una vuelta adicional, me adelantaré con shunpo. —Y salió, dejando a Hisagi agotado y perdido en el Seireitei. “Al diablo, me voy caminando” pensó y siguió su camino sin ninguna prisa. “Desde que lo asignaron no ha dejado de fastidiarme, era mucho más genial cuando lo conocí” se quejaba mentalmente, tratando de recordar el camino de regreso a su escuadrón.

—Kira, espero que tengas mejor suerte que yo…

— ¿Kira? —El gritito agudo de Hisagi hizo que su capitán pegara una carcajada.

—Pensé que estaría en la ceremonia. —Dijo Hisagi, tratando de aparentar tranquilidad.

—Todavía no empieza, y como tardabas mucho regresé para ver en qué estabas perdiendo el tiempo.

—No es nada. —Respondió y emprendió la carrera, pero su capitán lo alcanzó sin problemas.

—El tatuaje en tu rostro, ¿sabes lo que significa? —Preguntó Kensei arqueando una ceja.

—No, me lo hice años después de ver su tatuaje, usted me rescató cuando era niño. —Respondió Hisagi, Kensei tardó un momento en entender y sonrió, aunque después comenzó a reír, diciendo:

—“69” es un número que se utiliza para simbolizar el sexo oral simultáneo entre dos personas. —Y apenas terminó de hablar, Kensei estalló en ruidosas carcajadas que se escuchaban por toda la calle.

— ¡Qué! —Gritó Hisagi, llevándose una mano a la cara—, ¡he llevado una postura sexual en la cara todo el tiempo y nadie me lo dijo!

—Jaja, si… probablemente no lo sabían o se sentían muy avergonzados como para preguntarte.

— ¡¡Pero usted tiene el número en el vientre!! —Hisagi comenzó a mirar a su alrededor, preocupado de que pudieran verle el rostro.

—En mi caso el 6 se refiere al primer kanji de mi apellido y el 9 por la división del Gotei 13 a la que pertenecí en el pasado. Lo oculté porque sabía que podría malinterpretarse, pero es gracioso que tú tengas el tatuaje tan visible.

—Ahhhh, ¡diablos! —Se quejaba Hisagi con la mano sobre el tatuaje, Kensei lo tomó del antebrazo y lo hizo bajar la mano.

—No debes sentir vergüenza o culpa por llevar ese tatuaje, si mi memoria no me falla, decidiste convertirte en shinigami y proteger a los demás tal y como yo lo hice contigo; tu tatuaje fue una manera de honrar a la persona que te inspiró.

—Sí, pero ahora todos creerán que soy un pervertido, ¡por el 69 que tengo en la cara! —Exclamó Hisagi, Kensei negó con la cabeza y le puso una mano al hombro, susurrando:

—Deberíamos intentarlo algún día. —Lo soltó y se adelantó tranquilamente, dejando a Hisagi petrificado en el mismo lugar. “¿E-Escuché bien? ¿Dijo “deberíamos”, insinuando algo con el 69?” pensó Hisagi, pero el grito de Kensei lo sacó de sus pensamientos: 

— ¡Hisagi! —Y volvió a correr detrás de su capitán, tratando de pasar por alto el comentario sin lograrlo.

 

Pasaron cerca del escuadrón de Kira y lo alcanzó a ver en la entrada, levantó la mano y lo saludó, aunque fue como si le estuviera recordando el asunto de la ceremonia. Kira le devolvió el saludo y regresó a su cuartel para decirle a su capitán, por enésima vez, que debían salir de inmediato para no llegar tarde. Lo encontró cómodamente sentado con una guitarra en las manos, rasgando sus cuerdas y murmurando algunas palabras, negando con la cabeza.

—Capitán, debemos partir a la ceremonia, no tardará mucho en empezar y es necesario que usted esté presente. —Rose no levantó la vista, sólo permaneció inmóvil hasta que Kira terminó de hablar.

—Primero siéntate un momento y termina los reportes conmigo. —Rose  lo miró a los ojos, luciendo una sonrisa cálida y amable—. Te prometo que nos iremos pronto.

Kira asintió y se dirigió al escritorio que Rose le había asignado, una hermosa pieza de caoba que al principio le había servido para ayudar a su nuevo capitán. Ahora que Rose se había acostumbrado a sus deberes, ya no era necesario que Kira estuviera todo el tiempo en su compañía, sin embargo, siempre lo llamaba para que trabajara en su despacho mientras él tocaba la guitarra.

“Otra vez lo mismo” pensó Kira con los reportes en la mano, dándoles un vistazo para ver lo que debía revisar, pero se percató que esos papeles eran de la semana pasada.

—Capitán, ¿no son estos…? —Preguntó alzando la vista, pero se interrumpió al encontrarse con la mirada de Rose. “No necesito que me vigilen” pensaba Kira, enfadado, mientras apartaba esos papeles y tomaba los de la semana, dispuesto a terminar cuanto antes.

—Observarte ha sido una gran fuente de inspiración para mí. —Lo escuchó decir, Kira levantó la mirada y volvió a encontrarse con Rose, quien le ofreció una sonrisa mientras lo contemplaba desde su lugar.

Kira no supo lo que debía responder y siguió trabajando, pensando que su capitán buscaba molestarlo, pero la melodía que comenzó a escuchar lo tranquilizó al instante… y por si aquella música no fuera suficiente, la voz perfectamente entonada de su capitán lo hizo levantar la mirada.

Is this love… that I'm feeling

Is this the love… that I've been searching for

Is this love… or am I dreaming

This must be love

'Cause it's really got a hold on me…

A hold on me

Su capitán cantaba con exquisita soltura y lo miraba directamente a los ojos, sonriendo durante las breves pausas que tomaba para seguir cantando. Kira conocía ese idioma humano, alguna vez lo había escuchado durante las misiones y le había interesado lo suficiente como para aprender lo básico; en cuanto supo lo que decía la canción bajó la vista, tratando de concentrarse en su trabajo, pero la suave melodía de la guitarra lo distraía constantemente… unos cuantos acordes profundamente cargados de sentimientos.

I can't stop the feeling

I've been this way before

But, with you I've found the key

To open any door

I can feel my love for you

Growing stronger day by day

An' I can't wait too see you again

So I can hold you in my arms…          

Kira sintió que su corazón latía con más fuerza, sus manos comenzaron a sudar y poco después reconoció a las mariposas infernales que revoloteaban en su interior. “No puede ser…” pensó, algo asustado; escuchó la música más cerca y al levantar la vista pudo ver a Rose acercándose a él sin dejar de tocar…

Is this love or am I dreaming

Is this the love that I've been searching for

Is this love or am I dreaming

Is this the love that I've been searching for

Rose se agachó y apoyó su guitarra en una rodilla, rasgando las cuerdas con particular parsimonia y cantando con un inmenso brillo en los ojos; Kira no había notado la belleza en el rostro de su capitán, su hermosa voz o la sutileza de su cuerpo, pues siempre había preferido fijarse en otro tipo de personas, pero ahora que podía observarlo de cerca, sabía que Rose era excepcionalmente atractivo.

Is this love… or am I dreaming

Is this the love… that I've been searching for

Is this love… or am I dreaming

Is this the love… that I've been searching for

Rose dejó de tocar y apoyó la guitarra a un lado, tendiendo una mano al rostro de Kira, él no lo rechazó, incluso apoyó su mano sobre la que le ofrecía Rose.

Is this love… or am I dreaming

Is this the love… that I've been searching for…

Kira recibió los versos finales sobre sus labios entreabiertos, sellando el final de la canción con un beso.

 

.

.

 

Un par de horas más tarde…

El hermoso atardecer que habría coronado la ceremonia fue reemplazado por un panorama sombrío, se observaba el cielo cubierto de nubes oscuras que no paraban de derramar lluvia, misma que resultaba abundante y fría al tacto. La mayoría de los habitantes del Seireitei huyó a resguardarse a sus respectivos escuadrones, pero los capitanes y tenientes de cada escuadrón del Gotei 13 se presentaron a la ceremonia, la cual se llevó a cabo en el primer escuadrón.

Ambos vestían el atuendo tradicional, aunque el “esposo” portaba un kimono negro y su hakama era de color gris, mientras Ichigo vestía completamente de blanco en contra de su voluntad. Ambos ingresaron al recinto tomados de la mano, Ichigo miró a su izquierda y sonrió al ver a sus hermanas y a su padre sentados junto a sus amigos del mundo humano; un poco adelante se encontraba Inoue con Sado, Ishida, Renji y Rukia, ellos mostraban una mezcla de tristeza y felicidad en sus rostros.

Ichigo supuso que ellos pensaban que estaba “obligado” a casarse, pero a él no le molestaba tanto la idea, después de todo, estaba protegiendo a los tres reinos y podría llegar a acostumbrarse a su nuevo esposo, aunque eso podría tomarle tiempo. La pareja fue presentada ante los invitados por el nuevo capitán comandante y ambos iniciaron la ceremonia con un ritual de purificación, en donde ambos intercambiaron un  rosario justo antes de que Kyoraku iniciara una plegaria tradicional para bendecir la unión de la nueva pareja.

Después procedieron con el “san-san kudo”, en donde se ofreció sake sagrado a la pareja en tres cuencos lacados tradicionales.

— ¿Estás seguro de esto? —Escuchó Ichigo, miró a su futuro esposo y respondió:

— ¿Ya te arrepentiste, Byakuya? —Él no contestó, y aunque Ichigo no alcanzara a observarlo, Byakuya sonrió mientras realizaba dos intentos y bebía sake durante el tercero, luego depositó en sus manos la pequeña copa de sake e Ichigo imitó sus movimientos, haciendo dos intentos y bebiendo al tercero.

—Procedan con sus juramentos, el shinigami legendario será el primero. —Pronunció Kyoraku solemnemente, Ichigo se aclaró la garganta y empezó:

—Juro defender la autonomía del Seireirei como un miembro útil para esta sociedad, defendiendo las libertades y derechos de todos sus habitantes. —Y justo después escuchó a Shiro en su mente: “No te estás casando con el jodido reino, di algo más”, a lo que Tensa agregó: “Shirosaki tiene razón, repite lo que voy a decir...” Ichigo escuchó con atención y dijo—: y sobre todo, juro eterna lealtad y devoción a mi cónyuge.

Se escuchó un ligero murmullo de admiración, por lo que Ichigo estuvo a punto de cruzar los brazos, pero Byakuya lo tomó de la mano mientras bebía del segundo sakazuki y se lo entregó a Ichigo, quien lo imitó.

—Juro amarte y serte fiel hasta el día en que muera, protegerte y enseñarte a servir a nuestra tierra de la mejor manera, para que la leyenda del shinigami legendario perdure hasta el final de los tiempos. —Exclamó Byakuya, tomó la tercera sakazuki y después de dos intentos bebió el sake, después le dio el sake a Ichigo quien se veía nervioso.

Kyoraku dio la ceremonia por terminada, y aunque el beso no era una acción obligatoria, Byakuya dio un paso al frente y tomó a Ichigo de las manos para atraerlo hacia él, Ichigo desvió la mirada pero Byakuya lo sujetó del rostro para besarlo, lo cual desató una oleada de felicitaciones en el interior del recinto.

 

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Mansión Kuchiki

 

Ichigo se veía tranquilo, no había tristeza en su rostro después de ver a sus amigos y familiares del mundo humano, quienes se veían felices y un poco tristes por tener que despedirse de él. Tampoco estaba enojado, incluso había asimilado la situación, a tal grado, que en ese momento estaba preparándose para su noche de bodas... mientras tanto, Byakuya lo esperaba en su habitación con cierta ansiedad corriendo por sus venas.

Cuando Ichigo finalmente apareció en la puerta vestido con una larga yukata blanca, Byakuya no pudo evitar levantarse para observarlo detenidamente; Ichigo frunció el ceño y se cruzó de brazos, diciendo:

—Toma una foto, duran más tiempo. —A lo que Byakuya respondió:

—Buena idea… —y se giró para ver si encontraba alguna cámara en su habitación, pero Ichigo lo detuvo sujetándolo de la manga, diciendo:

—Era broma. —Byakuya lo tomó de la mano, Ichigo se sonrojó un poco y evadió su intensa mirada.

—Tendré que dejarte solo por un tiempo —exclamó señalando la espada de Ichigo sobre la cama—, primero tienes que formalizar tu unión con el espíritu de tu espada.

— ¿Estás bromeando? —Preguntó Ichigo, mirando de reojo su reluciente espada sobre la cama de Byakuya.

—No. Te esperaré en la antesala. —Byakuya acarició su mano sutilmente antes de salir.

En cuanto Byakuya salió, fue como si Ichigo sintiera la irremediable necesidad de tomar su espada y largarse de ahí, pero su matrimonio lo hizo hacer un juramento y él jamás había traicionado su palabra. Se subió a la cama para hincarse y apoyar su espada sobre sus piernas, en cuanto cerró los ojos, sintió que era transportado a su mundo interno, en donde Shirosaki y Tensa lo esperaban ansiosamente. Como de costumbre, se entregó a los brazos de Tensa para hundirse en sus labios mientras Shiro lo besaba en la espalda y lo acariciaba con cierta rudeza por todo el cuerpo.

Ichigo se había acostumbrado a ellos y había llegado a sentir una poderosa conexión con ambos, a pesar de ser el espíritu de su espada, sabía que los amaba. Shirosaki era un bueno para nada que buscaba la manera de quitarle el control, pero sería capaz de dar su propia existencia con tal de salvarlo, y era esa inquietante pasión lo que despertaba en Ichigo los más bajos instintos. Y Tensa… fue atracción a primera vista, su bankai siempre le había permitido explotar su poder al máximo para proteger a los suyos, Ichigo sabía que siempre peleaba acompañado, y era la devoción que Tensa sentía por él lo que le inspiraba a confiar ciegamente en su espada.

Ichigo cerró los ojos y se entregó a las caricias que le proporcionaban los dos, y cuando los abrió, se encontró con los inquietantes ojos amarillos de Shirosaki mirándolo fijamente.

—Esta vez será diferente, ya estuviste con Tensa pero creo que te olvidaste de mí. —Dicho esto, Shirosaki se tumbó de espaldas y se llevó a Ichigo con él, lo sujetó de la cabeza y le introdujo la lengua hasta lo más profundo de la garganta mientras Tensa le introducía los dedos para buscar su próstata… Ichigo mordisqueó a Shirosaki y sujetó ambos miembros para estimularlos, pero Shiro le tomó la mano y lo hizo introducirle un par de dedos.

—Vamos Ichigo, sé que quieres follarme… hazlo, sé que quieres sentirme. —Decía Shiro mientras se besaban, Ichigo lo miró confundido pero accedió a lo que le pedía, y mientras penetraba a Shiro Tensa se ocupaba de atenderlo con sus manos.

—Ah… Shiro… Tensa…

—No te olvides de mí. —Ichigo reconoció la voz, giró sobre sus hombros y se encontró con Zangetsu justo detrás de él, en donde había estado Tensa.

— Supongo que no sabías que son personalidades diferentes. —Le explicó Shiro mientras besaba a Ichigo, señalando a Tensa junto a Zangetsu—. El viejo no te veía como nosotros lo hacemos, pero con el tiempo llegó a sentir lo mismo. Ichigo se quedó sin palabras, Shiro lo soltó y Zangetsu lo atrajo a su rostro para besarlo, por lo que comprobó que sentía lo mismo por él que por Tensa y Shiro, y aunque tendría que acostumbrarse a la idea, las exquisitas embestidas que recibía de Zangetsu eran un buen inicio.

—Levántate un poco, Ichigo. —Le pidió tensa, a lo que Zangetsu respondió tomando a Ichigo de los hombros para ayudarlo, y poco después Tensa prácticamente se sentó sobre la cara de Shiro.

—Mmmm, eso es Shiro, sigue lamiendo. —Exclamó Tensa con los ojos cerrados y una expresión de profundo placer en su rostro, Ichigo comenzó a besarlo y casi se olvida de seguir penetrando a Shiro si no fuera porque éste le dio un golpe en la pierna.

Ichigo perdió la noción del tiempo, sólo supo que había estado dentro de Shiro, Tensa e incluso de Zangetsu, liberó tanto semen que terminó rendido entre los tres hombres, quienes no paraban de deslizar sus manos por toda su suave y deleitable piel, sus marcados músculos y los rincones más privados de su intimidad.

—Tienes que venir a visitarnos más frecuentemente, pero por ahora necesitas ir al Seireitei para sellar tu unión con Kuchiki Byakuya. —Dijo Zangetsu, paseando su lengua por los muslos de Ichigo, él apenas pudo responder. —No te preocupes por el cansancio, estarás completamente recuperado cuando despiertes.

Fue despedido en medio de besos y caricias, despertando poco a poco para encontrarse en la habitación de nuevo, pero conforme abría los ojos…          

 

.

 

(Poco antes)

 

“Primero deberá formalizar su unión con el espíritu de su espada, después podrá unirse a ti”. Recordó Byakuya mientras esperaba a que Ichigo terminara de contactar a su espada, aunque la inmensa variedad de sonidos eróticos que alcanzaba a escuchar de su habitación logró despertar su curiosidad, así que se acercó a la puerta para ver de cerca: Ichigo estaba recostado, sudaba y jadeaba mientras sus prendas se deslizaban por su piel para desnudarlo, su espada estaba justo a su lado, con el filo alejado de su cuerpo para no dañarlo. Poco después lo vio levantarse repetidamente para adoptar diferentes posturas, por lo que supuso que la estaba pasando bien con el espíritu de su espada, que bien podría ser más de uno.     

Ese pensamiento le dio una punzada de celos pero se contentó con saber que Ichigo le pertenecía en cuerpo y alma, y eso lo llevó a recordar… ¿cómo fue que llegó a sentirse atraído por él? Byakuya tenía el deber de desposarlo por el asunto de la profecía, pero si bien había estado casado con la hermana de Rukia, la verdad era que también le atraían los hombres, y uno tan joven e indomable como Ichigo había capturado su atención desde que se atrevió a retarlo con tal de salvar a Rukia.

Byakuya sabía que Ichigo estaba cumpliendo su deber con el Seireitei, y de paso, desafiaba los antiguos planes que tenía Aizen para convertirlo en su príncipe; sin embargo, intuía que no le era completamente indiferente al shinigami legendario, por lo que estaba dispuesto a comprobar si Ichigo sería capaz de tomar su matrimonio en serio.

Se acercó a Ichigo, quien yacía en su cama cubierto de sudor, estiró los dedos y recorrió la piel de una de sus piernas; Ichigo reaccionó al instante, exhalando un ligerísimo suspiro de sus labios antes de abrir los ojos un poco, observando a Byakuya frente a él con la yukata abierta, con el miembro prodigiosamente empalmado y dispuesto…

—Siento acercarme de esta forma, pero no podía esperar más tiempo. —Le explicó a Ichigo mientras subía a su cama y se recostaba junto a él.

El brillo en los ojos de Ichigo y su respiración entrecortada le indicaron que podría pasar toda la noche con él sin que Ichigo manifestara algún tipo de vergüenza o pudor, y Byakuya decidió no desperdiciar una oportunidad así: utilizó su bufanda blanca para taparle los ojos a Ichigo, quien seguía con los sentidos despiertos después de su encuentro con los espíritus de su espada, por lo que incluso anhelaba ser tocado, besado, acariciado, penetrado...

Byakuya se colocó de lado y se acercó lo suficiente a Ichigo para observar sus ojos tiernamente entrecerrados, después comenzó a estimularlo masajeando con lentitud su miembro, olvidándose por completo del suyo; para su sorpresa, Ichigo se aproximó a él para iniciar un beso mientras bajaba sus manos por su pecho y vientre, hasta alcanzar su erección.

Ichigo no podía ver a Byakuya, pero su piel le transmitía toda clase de sensaciones que elevaban su propio placer; Byakuya no tenía experiencia con hombres, pero el inmenso deseo que Ichigo había encendido en él parecía guiar cada uno de sus movimientos, poniendo a prueba los consejos que había recibido de Kyoraku, a quien no podría ver de la misma forma cuando estuviera cerca de Ukitake.

Byakuya sacudió la cabeza para olvidarse de las otras parejas y concentrarse en Ichigo, quien se arqueaba de puro placer por el simple hecho de ser acariciado. Byakuya se incorporó y puso a Ichigo en cuatro sobre la cama, haciéndole apoyar las rodillas y las manos sobre las sábanas, después se agachó un poco para besar cada uno de sus jóvenes glúteos antes de proceder a estimularlo con la lengua; Ichigo se mordió un poco los labios pero terminó cediendo al deleite, jadeando cada vez que la lengua de Byakuya cosquilleaba su entrada aún intacta.

Byakuya comenzó a alternar las lamidas con la preparación previa, introduciendo cada uno de sus dedos, poco a poco y muy lentamente, mientras seguía masturbando a Ichigo con la otra mano. Saber un poco de anatomía le permitió a Byakuya tantear los estrechos rincones de su nueva pareja para encontrar el punto exacto que debía presionar, haciéndolo gemir al instante.

Ichigo se encontraba completamente desinhibido, jadeaba y gemía sin control, por lo que Byakuya retiró los dedos y lo tumbó de espaldas sobre la cama, sujetó ambos miembros y los masajeó vigorosamente mientras le quitaba la bufanda de los ojos. Ichigo parpadeó antes de fijar su vista en él, Byakuya esperaba que le soltara alguna tontería humana o que al menos frunciera el ceño, pero el shinigami estaba completamente relajado, incluso sonrió antes de levantarse y tomar a Byakuya de los hombros para atraerlo a su cuerpo.

—Ya no puedo esperar más… —fue lo que Ichigo susurró a su oído antes de lamer el lóbulo de su oreja, Byakuya lo besó en el cuello antes de levantarse, apoyar una de las piernas de Ichigo en su pecho y comenzar a penetrarlo. Le tomó un poco más de esfuerzo y lubricante, pero finalmente consiguió introducirse por completo, volvió a masajear a Ichigo en lo que se acostumbraba a su presencia, pero Ichigo comenzó a moverse por su cuenta, por lo que Byakuya siguió sus sensuales movimientos, apoyándose sobre Ichigo.

—No soy tu espada. —Le dijo, acompañando sus palabras con un rítmico vaivén que lo hacía jadear, Ichigo resopló y una sonrisa socarrona adornó su rostro.

—Ya lo sé y no me interesa. —Ichigo sacó la lengua y lamió los labios de Byakuya antes de enlazarse en un largo beso, el cual tuvo que terminar para gemir abiertamente, diciendo—: Mmm, Byakuya, sabía que querías joderme pero lo tomaste demasiado literal.

—Deberías llamarme Kuchiki-san, ahora estamos casados. —Byakuya aceleró el ritmo, jadeando al unísono, Ichigo volvió a besarlo antes de gemir su nombre, lubricando ambos vientres con la señal de su más reciente orgasmo, el primero con un hombre en el mundo real.

—Byakuya…

El recién nombrado no pudo contenerse más y se corrió por completo dentro de Ichigo, quien lanzó sus brazos alrededor de su cuello, diciendo:

—Acostúmbrate, sólo yo te puedo llamar Byakuya. —Y volvió a unirse a él en un largo beso, arrancándose suspiros y mordisqueándose mutuamente, fue un beso en donde ambas lenguas danzaban al unísono, buscando apoderarse de la otra y tomar el control. Byakuya sonrió ante la altanería de Ichigo, sintiendo su miembro cobrar vida nuevamente dentro de Ichigo…

—Tenemos suficiente tiempo, Kurosaki, veamos cuánto resiste el famoso shinigami de la antigua profecía. —Murmuró Byakuya mientras salía del interior de Ichigo, deslizándose sobre su cuerpo.

— ¿Te estás burlando de…? Ahhh, mmm… —Ichigo trató de preguntar, pero se interrumpió para gemir con gusto, ya que Byakuya se había apoderado de su miembro con la boca, lamiendo los restos del semen de Ichigo.

La temperatura disminuyó mientras una tormenta caía sobre el escuadrón, pero ambos estaban suficientemente calientes como para ignorar el mal clima. Fue una noche de bodas que ambos recordarían por el resto de sus vidas, y en adelante, Ichigo y Byakuya dejarían sus diferencias de lado para comenzar una nueva era en donde ambos estarían ocupados defendiendo la soberanía del Seireitei.

Mientras tanto, algo de tiempo sería suficiente para que ambos comenzaran a generar sentimientos más fuertes, a tal grado de decir “te amo” a los ojos del otro, rindiéndose por completo a los más genuinos sentimientos que un ser pueda llegar a experimentar.     

 

.

                                                          

Reino

 

Aizen empezó sus mandatos iniciando con la creación de la “división cero”, pues afirmó que la presencia de dos guardianes fue insuficiente para detenerlo a él:

Su primer guardia se eligió en contra de la voluntad del Seireitei, no obstante, para Aizen fue una forma de generar una alianza con Hueco Mundo: Coyote Starrk y su fracción conformaron la guardia beta. Aún en contra del Seireite, Aizen eligió como guardia gamma a Tousen y a Gin como guardia delta; el Seireitei no puso tanta resistencia con el nombramiento de un verdadero superviviente de Hueco Mundo, quien incluso sobrevivió a uno de los peores enfrentamientos con uno de los hollow más poderosos, así que Aizen nombró a Ashido como su guardia épsilon.                                 

Y por último, una forma de tener relativamente tranquilo al Seireitei fue nombrar a Kurosaki Ichigo como su guardia alfa, quien se encargaría de ser intermediario entre el nuevo reino y el Seireitei. Los planes de Aizen incluían desposarlo y adueñarse de su creciente poder, pero decidió respetar las leyes más antiguas del Seireitei y lo dejó unirse en matrimonio con el líder las casas nobles, Kuchiki Byakuya.

 

—Justo en estos momentos se está llevando a cabo la ceremonia del shinigami legendario. —Le comentó Tousen a Aizen a una distancia prudente, sacándolo de su letargo mientras el clima se adaptaba al estado de ánimo del rey: la lluvia comenzó a caer en el exterior y por el descenso de temperatura era evidente que era una lluvia helada.

—Lo sé, retírate por favor. —Tousen realizó una reverencia y salió del salón del trono, pero Gin aprovechó la situación, permaneció en su lugar y dijo:

—Apuesto a que no fue fácil hacerse a un lado. —Gin dio un par de pasos al frente, Aizen respondió:

—Prometí que no interferiría en las cuestiones del Seireitei más de lo necesario, y las antiguas leyes son algo que voy a respetar. —Aizen soltó un largo suspiro y apoyó una mano en su barbilla, pensativo, Gin volvió a acercarse a él, señalando lo más evidente:

—Aunque eso signifique perder a su pequeñito. —Aizen no respondió, supuso que Gin deseaba burlarse de él a pesar de su estado de ánimo, pero no se lo impediría si eso le daba cierta satisfacción.

—Cierto. —Gin estaba en la parte baja del trono y elevó la cabeza al mismo tiempo que abría los ojos, Aizen no recordaba la belleza en sus ojos azules, por lo que se contentó con esa vista por un rato sin darse cuenta de algo hasta que fue muy tarde. La punta de la espada de Gin se encontraba en su garganta, rozando su piel hasta hacerlo sangrar un poco, Aizen se reclinó hacia atrás pero la espada siguió sus movimientos, arrebatándole un poco más de sangre.

— ¿Cómo puedes acercarte tanto? —Preguntó, cortándose la garganta en el proceso, pues estaba sorprendido de que Gin pueda estar tan cerca de él sin caer al piso.

—Estoy acostumbrado a tu aplastante reiatsu, pude adaptarme a tu nuevo poder con el Hogyoku y aunque me tomó más tiempo, también logré acostumbrarme a tu nuevo poder como rey. —Explicó Gin, dando otro paso al frente, introduciendo un poco la espada en la garganta de Aizen, cobrándose un poco más de sangre real.

—No es suficiente, la influencia del Hogyoku debió darte más poder. —Comentó Aizen, y al hablar, la espada se movió en su garganta, agrandando más la herida.

—Vamos Taicho, no tiene importancia, ahora empieza a suplicar por tu vida. —Respondió Gin, Aizen volvió a preguntar mientras admiraba los furiosos ojos azules de Gin.

— ¿Qué motivos tienes para matarme?

—Creo que ya tienes suficiente edad como para darte cuenta de tus errores, pero te daré una pista: llevas toda una vida haciéndome a un lado. —Gin impulsó la espada con mayor profundidad, por lo que Aizen comenzó a teñir sus prendas de color rojo.

—Si quieres matarme… hazlo, pero primero deberás llamar al Shinigami sustituto o tú mismo deberás recibir el poder del Hogyoku, de lo contrario, los tres mundos terminarían siendo destruidos.

—No creo que seas capaz de renunciar a tu poder, ¿desde cuándo te importan los tres mundos?  Sólo tratas de salvarte. —Respondió Gin, Aizen sonrió con los labios manchados de sangre.

—No pienso dejarte morir, estoy tratando de salvarte.

—Mientes.

—Tú, Ichigo y Jugram están en el Seireitei, quiero que ustedes sigan viviendo. —Respondió Aizen, Gin retiró un poco la espada y Aizen comenzó a regenerarse.

—Jugram no volverá al palacio, Ichigo jamás se casará contigo y yo te mataré, ¿por qué te preocupas por nosotros? —Señaló Gin mientras el temblor en sus manos le impedía mantener la espada quieta, hiriendo a Aizen en la garganta.

—Tengo una deuda con Jugram, no puedo dejar que muera, respecto a Ichigo, él será feliz en el Seireitei y lo acepto. Y en cuanto a ti… piénsalo, de los tres eres al que nunca pude dejar ir, siempre te mantuve a mi lado.

—Claro… yo fui una pieza más en tu juego, como todos, pero a mí me reutilizabas constantemente. —Gruñó Gin, apretando los dientes ante el creciente enojo que sentía.

—Fui egoísta, siento haberte hecho a un lado y no decirte lo que significabas para mí, pero jamás pensé en dejarte porque te amo, y si debo morir, prefiero que sea tu espada la que me quite la vida. —Respondió Aizen, Gin retiró la espada pero aún la mantenía lo suficientemente cerca como para amenazarlo.

—Cállate, ibas a casarte con Ichigo.

—Fue cuestión de jerarquías, algo que debía seguir si pensaba consolidarme como rey, pero pensaba tener más de una pareja como rey, y eso te incluía, pero pensaba reservarlo como una sorpresa. —Gin arqueó una ceja, confundido, pero le reclamó:

—No es cierto, tú eres capaz de inventar lo que sea con tal de salirte con la tuya, te conozco. —Aizen regeneró las heridas de su garganta casi de inmediato, diciendo:

—Tengo dos anillos de compromiso en la mano y uno tiene tu nombre, ¿quieres comprobarlo? —Levantó la mano izquierda y le mostró que decía la verdad, tenía un par de anillos de oro puro, y uno de ellos tenía su nombre grabado… “Ichimaru Gin”. Ante aquella visión Gin retrocede de inmediato, le dio la espalda a Aizen y envainó la espada.

—No me interesa, consigue otro guardia porque yo me voy. —Comenzó a caminar a la salida, aparentemente se había arrepentido, en cuanto llegó a la puerta notó que no podía abrirla, sacó la espada y trató de cortarla pero Aizen había creado un kido de contención alrededor del salón del trono.

—Te había dicho que no pude dejarte ir, ¿crees que puedes salir de aquí? —Le explicó Aizen justo detrás de él, Gin trató de correr hacia la izquierda pero Aizen lo retuvo con un brazo; Gin se giró para alejarlo con la espada y fracasó, ya que Aizen consiguió arrebatársela para arrojarla a los pies del trono.

—Traté de matarte, ¿quién te asegura que no lo volveré a hacer?

—Porque sigo vivo, muy en el fondo no quieres matarme. —Gin frunció el ceño y buscó la manera de zafarse, Aizen lo apoyó contra la puerta y se lanzó a devorarlo. Gin puso resistencia pero siempre había sido débil ante los adictivos labios de su capitán.

—Gin, déjame tomarte aquí mismo. —Murmuró Aizen, frotándose contra él de una manera poco sutil. Gin encontró la forma de zafarse y utilizó shunpo para recuperar su espada.

—Taicho, estás haciendo trampa, si quisieras detenerme ya lo habrías hecho, sólo estás jugando conmigo. —Le reclamó Gin, se había puesto de espaldas y colocó su espada al frente para detener a Aizen, quien quería arrojarse sobre Gin.

—Pude decir unas palabras para inmovilizarte o matarte con kido, utilizar mi espada para pelear contigo o incluso subir mi reiatsu para derribarte, pero no quiero lastimarte, ya lo he hecho en el pasado. —Dijo Aizen, Gin retrocedió en el piso y chocó con el trono, Aizen se agachó frente a él y se quitó uno de los anillos.

— ¿Te gustaría casarte conmigo? —Preguntó Aizen, Gin permaneció en shock pero respondió:

—No me gusta compartir… ya lo sabes.

—Te aseguro que, aunque pueda solicitar más de una pareja, me limitaré a tu decisión, Gin. —Aizen aguardaba su respuesta y trataba de ser paciente… podía tocar a Gin sin matarlo, podía amarlo nuevamente.

—Acepto. —Respondió Gin, poniéndose de pie, Aizen sonrió y trató de abrazarlo pero Gin mantuvo la espada entre ellos y agregó—: pero tengo varias peticiones.

—Bien, déjame escucharte. —Aizen estaba cada vez más ansioso. 

—Déjame sentar en tu trono. 

— ¿Ahora mismo? —Gin asintió con la cabeza, por lo que Aizen lo invitó a sentarse con la mano, Gin retrocedió hasta alcanzar el trono y subió de espaldas para sentarse.

—Bien, ahora siéntate encima de mí, con los tobillos recargados en tu trono.

— ¿Quieres que tenga las piernas abiertas sobre ti? —Aizen sentía curiosidad por las peticiones de Gin.

—Sí, voy a follarte aquí mismo y quiero que seas tú el que se mueva sobre mí. —Gin dejó la espada.
— ¿De verdad quieres introducirte en el ser más poderoso del universo? —Preguntó Aizen, incrédulo, Gin no dijo nada, por lo que Aizen sonrió para acercarse a él.

—Si te concedo esa petición, ¿aceptarás?

—Siempre y cuando hagas lo que te digo durante el acto. —Respondió Gin con una sonrisa y un peculiar brillo en sus ojos. Aizen se sentó sobre él y comenzaron a besarse ansiosamente, Aizen tenía problemas para controlar su reiatsu debido a la excitación que sentía, y para su sorpresa, Gin agregó lo siguiente—: Taicho, desvístete y comienza a estimularte…

— ¿Tanto así deseas verme humillado? —Preguntó Aizen, Gin no dijo nada pero deslizó sus manos por debajo de su ropa, animándolo a complacerlo.

Aizen se despojó de sus prendas y comenzó a masturbarse ante la atenta mirada de Gin, quien lo tomó de la mano para lamerle los dedos, pidiéndole que se los introdujera él mismo.

— ¿No piensas hacer nada? —Exclamó Aizen, masturbándose mientras dilataba su entrada.

—No, quiero que tú lo hagas. —Gin se abrió un poco sus ropas para tener acceso a su propio miembro, pues la escena de su rey estimulándose justo encima de él era bastante provocadora—. ¿Podrías decirme algo sexy, Taicho?

—Eres tan perverso Gin, no conocía esa creatividad de tu parte… —Gin sonrió ante ese cumplido—. Puedes follarte a tu rey todo el tiempo que quieras, necesito sentir tu delicioso pene dentro de mí. 

Aizen no pudo evitar reírse un poco con lo que acababa de decir, Gin lo atrajo hasta él para morderle la boca mientras lo ubicaba encima de él.

—Taicho, ¿siempre habías sido el dominante? —Preguntó Gin, penetrándolo con cuidado.

—Sí.

—Me cuesta un poco creerte.

—Puedes preguntarle a… —Gin lo interrumpió penetrándolo de golpe, Aizen se impresionó por su rudeza pero lo atribuyó a los celos de Gin, así que disfrutó cada punzada de dolor como si fuera la sensación más placentera.

—Cállate y móntame, Taicho. —Le ordenó Gin, Aizen comenzó a moverse sobre él a pesar del dolor, el cual fue apaciguado un poco debido a las habilidosas manos de Gin sobre su miembro; conforme disminuía la lluvia su excitación aumentaba a tal grado que le era casi imposible contener su reiatsu, Gin comenzaba a agotarse pero aun así lo sujetó de los muslos para ayudarlo a menearse sobre él.

—Aizen… también te amo. —Dijo de repente, antes de inundarlo con su abundante esencia y caer desfallecido sobre el trono. Aizen sujetó la mano que Gin tenía sobre su miembro y se masturbó un poco más para correrse.

Aizen bajó del trono y cargó a Gin en brazos para llevarlo a su recámara, al llegar lo depositó con cuidado en su cama, tapándolo para que no se despertara por el frío; escribió una nota y la dejó en su escritorio junto al anillo que le había ofrecido, después le dio un último beso de despedida y salió de la recámara, encontrándose con Starrk en el camino, quien se apresuró a ofrecerle su capa ya que Aizen seguía completamente desnudo.

 

A la mañana siguiente, Gin encontró la nota:

 

“Tendrás el atuendo ceremonial mañana a primera hora, ya que pienso casarme contigo lo más pronto posible. Y no te preocupes, voy a cumplir mi promesa, sólo tú estarás a mi lado como cónyuge, pero no te sorprendas si alguien te dice “reina”, pues… eso es lo que serías. Descansa y recupérate pronto, en la noche de bodas pienso hacerte mío innumerables veces”.

“Te amo, y no pienses escapar de nuevo, tú me perteneces”.

 

Después de leer la nota, Gin se puso el anillo y salió con una sonrisa. “Reina… pues tu reina piensa follarte de nuevo, Taicho” pensó, imaginando algunas cosas interesantes para su noche de bodas.

 

 

Notas finales:

Vueltas y vueltas...

El capítulo estuvo así:

Lemon

futuro lemon

futuro lemon

Lemoooon entre cuatro

bello lemon nupcial

hermoso lemon de reconciliación :D

Quise empezar con Ishida y Renji para después meter a algunos shinigamis, y pues... adoro esas parejas. 

Cuando pensaban que Aizen se casaría con Ichigo, BAM! era Byakuya

Y creían que Aizen se quedaría solo? Gin llegó a rescatarlo!!! (sí, trató de matarlo y lo hizo suyo... pero es que tienen una relación complicada).

**

Los bloopers los subiré... el lunes, espero

Son datos curiosos o graciosos del fic, realmente no es "obligatorio" leerlos pero se los recomiendo, ya que podrían aprender cosas interesantes que mencioné en este fic XD

Hasta mañana :D


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