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Striper a la fuerza por Fullbuster

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Naruto Namikaze POV


 


Llegué a casa cansado aunque por una parte… algo feliz por el día con Sasuke, no esperé que fuera a comportarse tan bien después del tiempo que habíamos estado separado. Él seguía diciendo que no sabía nada de Asahi, pero yo le había mandado aquel mensaje, debía saberlo ¿Quién me decía que no me estaba mintiendo? Quizá sólo pensaba en su carrera y un hijo le habría dificultado hacerse famoso, habría tenido que renunciar, quizá prefirió renunciar a su hijo y ahora que tenía su maravillosa vida… quería volver conmigo y recuperar a Asahi, pero… ¿Quién podía estar seguro de lo que pasaba por la cabeza de Sasuke? No tenía ni idea.


Con él todo era complicado. Le amaba, de eso estaba seguro y cuando le había visto sacándose las fotos con mi hijo no pude evitar reírme, eran tal para cual, por muy serio que pareciera Sasuke, en realidad era un gran chico que sabía hacer sonreír y divertir a la gente, apenas tenía sentido del ridículo y eso me gustaba de él. Cuando quería hacer algo simplemente lo hacía y al final… acabó besándome.


No me dio tiempo a reaccionar, me sorprendí y salí en la fotografía con los ojos muy abiertos, no podía creerme que él me estuviera besando teniendo a nuestro hijo delante haciendo caras raras, pero sí, Sasuke siempre conseguía su propósito, había distraído a nuestro hijo con tal de robarme aquel beso sabiendo que no le pegaría, no delante de Asahi. Sasuke era demasiado inteligente, siempre lo había sido pero también era un chico vengativo y eso a veces… le cegaba demasiado.


Llegamos a casa y abrí la puerta dejando a Asahi entrar, hoy era mi día libre en el club y lo agradecía, sólo quería poder tumbarme un rato y descansar de este agotador día. Le quité la chaqueta a mi hijo dejándola encima de una destartalada silla y ya se iba corriendo cuando tuve que cogerle de la bufanda y traerlo de nuevo hacia atrás con cuidado para quitársela.


- Ve a preparar el agua, te vas de cabeza a la bañera – le dije sonriendo y él sonrió.


- Vale – me dijo saliendo corriendo por la casa hacia el baño.


Escuché cómo se encendía el grifo del agua y aproveché para quitarme la chaqueta y la bufanda. Metí la mano en el bolsillo de la chaqueta antes de dejarla en la silla y miré la fotografía de Asahi haciendo caras raras con su padre mientras yo intentaba tras de ellos aguantar las ganas de reírme, creo que esos dos se llevarían bien, pero es que Asahi tenía esa inocencia de los niños, no veía lo que estaba bien o lo que estaba mal, casi prefería que siguiera así, se lo había pasado en grande con su padre, al fin y al cabo, era su padre, yo no podía negar ese hecho.


Dejé la tira con las tres fotografías encima de la mesa y me marché hacia el baño ayudando a mi hijo a desvestirse para meterlo en la bañera. Una vez dentro, jugó con el agua y un par de juguetes mientras yo esperaba sentado en el suelo con la espalda pegada a la pared vigilando que estuviera bien allí dentro.


- ¿Qué te ha parecido? – le pregunté a mi hijo.


- Me gusta papá – me dijo sonriendo – es divertido.


- Sí, tú padre siempre ha sabido cómo ganarse a la gente – le dije sonriendo.


- ¿No estás contento de que esté aquí? – me preguntó algo serio.


- Claro que estoy contento – le sonreí – pero es complicado. ¿Tú estás feliz de haberle conocido?


- Sí – me dijo sonriendo.


- Entonces yo también soy feliz Asahi, todo lo que te hace feliz a ti me lo hace a mí.


Mi teléfono sonó en aquel momento y al sacarlo de mi bolsillo vi el nombre de Sasuke. Me sorprendió que llamase tan pronto, quizá se le habría olvidado algo pero cuando lo cogí, lo primero que escuché es que se lo había pasado muy bien con nosotros y que le gustaría repetir. Creo que quería ver a Asahi más tiempo y es que cinco años apartado de él daban mucho para pensar, sabía que querría pasar el mayor tiempo posible con Asahi.


- ¿Quieres ir mañana a dormir a casa del papá? – le pregunté a Asahi y creo que Sasuke se sorprendió al escucharme preguntar algo así a nuestro hijo, no se lo esperaba que le diera tanta libertad.


- Sí – me dijo Asahi sonriendo intentando escaparse de la bañera.


- De acuerdo – le dije sonriendo – mañana te lo llevaré a tu casa.


- Iré yo a buscarle – me dijo.


- Vale. Oye Sasuke… Gracias – le dije.


- ¿Por qué? – me preguntó.


- Ya sabes por qué – le dije haciendo referencia a que no le defraudase, pero no quería decirlo frente a mi hijo.


- Naruto… adoro a ese niño, es nuestro hijo, lo quiero con locura y quiero pasar todo el tiempo que pueda con él. También te amo a ti y lo sabes, no dejaré de luchar hasta que me perdones.


- No es tan fácil.


- Es muy fácil Naruto, tú no me dejaste y yo no te abandoné, confía en mí por favor, encontraré a la persona que ha creado este malentendido, aún tiene tú teléfono, sólo tengo que encontrar quien era la persona que se está haciendo pasar por ti. Aclararemos esto, te lo prometo… sólo confía en mí hasta entonces.


- Vale – le dije.


Colgué el teléfono y me quedé pensativo. Amaba a ese chico, le quería con locura pero… ¿Por qué no podía terminar de creer en sus palabras? ¿Me había abandonado o no? No sabía ya qué pensar. Una parte de mi al ver lo buen padre que podría ser quería creerle y otra parte de mi sabiendo lo que había sufrido estos cinco años estando solo… no podía terminar de creerle. Estaba confuso y lo sabía, mis sentimientos me decía que volviera con él, mi cabeza me decía que estaba loco por pensar si quiera en esa estúpida idea.


Saqué a Asahi de la bañera y tras secarlo y ponerle el pijama me ayudó a poner la mesa mientras yo preparaba algo de cena o más bien… el microondas lo preparaba porque hoy había… Ramen instantáneo. Supongo que nunca fui un buen cocinero o al menos no hasta que nació mi hijo. Los niños son los más exigentes de la casa y me tocó aprender bastante rápido, no me quedaba de otra.


Me sorprendió cuando alguien tocó al timbre de mi casa y fui a abrir dejando a Ashi terminando de poner la mesa. Él sonreía como siempre, era un chico alegre y eso me gustaba de él. Al abrir, me encontré con Kabuto y me sorprendió, sé que hoy el club estaba cerrado por día de descanso pero no esperaba verle allí. Traía una bolsa con algo, creo que comida.


- ¿Kabuto? – pregunté sorprendido de que estuviera en mi puerta.


- Te he traído algo de cena – me comentó con una sonrisa - ¿Puedo pasar?


- Claro – le dije apartándome y dándole sitio.


Mi hijo también se sorprendió un poco pero cuando vio los caramelos que traía para él sonrió, él siempre era así.


- Cena primero Asahi – le dije viendo los caramelos.


- ¿Podré comerlos después?


- Uno – le indiqué – si te los comes todos ahora no te quedarán para mañana.


- Vale.


- Asahi… ¿Qué se dice? – le pregunté.


- Gracias – le agradeció a Kabuto y éste le revolvió el pelo.


- No tenías que haberte molestado en traer nada – le comenté.


- Quería hacerlo.


Al final me tocó preparar algo más para comer y Kabuto se quedó con nosotros. Comimos prácticamente en silencio si no fuera porque Asahi nos contaba cosas del colegio o de sus amigos. Kabuto sonreía y yo lo miraba. Sé que él quería formar parte de nuestras vidas, quería ser como un padre para Asahi pero yo no podía evitar pensar que Sasuke era su padre biológico y encima… por mucho daño que me hubiera hecho aún le amaba, yo no podía pensar en tener otra relación sin  haber arreglado todo el problema con Sasuke. Creo que nos lo debíamos, los dos. No me creía capaz de casarme o formar una relación sin sentir lo que tenía que sentir por la otra persona… amor.


Acosté a Asahi en cuanto terminó de cenar y se lavó los dientes. No tardó en dormirse y es que creo que tantas emociones había tenido hoy al ver a su padre por primera vez en cinco años que había caído rendido. Yo me alegraba de que aquel día que lo vio en el parque no se hubiera percatado precisamente de que era él, estaba más pendiente de jugar que casi ni se fijó en Sasuke y la vez del club… estaba tan dormido que tampoco se enteró o eso creía, porque si se había dado cuenta… desde luego no dijo nada.


- Gracias por la cena Naruto – me dijo Kabuto cuando se marchaba


- De nada – le comenté.


- Oye Naruto… ya sabes que…


- No empieces por favor, sabes perfectamente que no puedo quererte, yo… hace mucho que ya no siento nada por nadie, lo único que me importa es que mi hijo esté bien. Por favor… entiéndeme.


- De acuerdo. Pero sólo quiero que sepas que yo estaré aquí siempre que lo necesites, podría arreglar toda tu situación.


- Lo sé. Gracias de verdad pero… prefiero seguir como hasta ahora.


- Vale. Buenas noches Naruto.


Kabuto se marchó y yo cerré la puerta marchándome a dormir. Miré la casa y que suerte había tenido de momento de que Sasuke no viera mi casa, seguramente se enfadaría conmigo por dejar que mi hijo durmiera en un sofá pero para los muebles que había… empecé a pensar en aquel momento que quizá estuviera mejor con su padre y no conmigo.


Por la mañana dejé a Asahi en el colegio y me fui a la casa de Gaara, no vivía lejos y necesitaba hablar con alguien de todo lo que me estaba pasando con Sasuke. Gaara me abrió la puerta en calzoncillos y se sorprendió bastante.


- Lo siento ¿Te pillo en mal momento? – le pregunté.


- Para nada, pasa – me comentó y vi a Sai que estaba allí a medio vestirse, creo que alguien había tenido una noche movidita – nos vemos en otro rato – le comentó Gaara al chaval y ni siquiera se despidió de él, le indicó donde estaba la puerta y él se fue.


- ¿Y eso? – le pregunté.


- Sólo un rollo de una noche – me dijo serio – también tengo mis necesidades.


- Ya lo veo – le dije sonriendo.


- ¿Estás bien? – me preguntó.


- Sólo necesitaba hablar con alguien. Ayer estuve con el padre de Asahi.


- ¿Y ha ocurrido algo malo?


- No, todo lo contrario. Sasuke está muy dispuesto a pelear por su hijo pero…. No sé que pensar de él y encima tengo estos malditos sentimientos por él cada vez que le veo y sé que está mal que los tenga, me abandonó, no sabía nada de él en cinco años.


- ¿Te ha dado alguna explicación? – me preguntó Gaara dándome un café.


- No, bueno… que él no sabía que me había quedado embarazado.


- ¿Y es posible que no lo supiera?


- No lo sé, yo le mandé un mensaje.


- Puede que no le llegase – me dijo Gaara.


- No sé qué debo hacer.


- Ir despacio – me dijo Gaara – si le quieres, ve despacio y asegúrate de que él está dispuesto a pelear por ti y por su hijo.


- Oye Gaara – le pregunté ahora sonriendo un poco - ¿Tú y Sai?


- Calla – me dijo serio – tú no has visto nada.


- ¿Pero estáis saliendo?


- Algo así – me dijo sonriendo levemente – dejémoslo en que era un rollo sólo ¿Vale?


- Vale… como quieras – le dije sonriendo aunque creo… que esos dos tenían algo.


 


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