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Striper a la fuerza por Fullbuster

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Naruto Namikaze POV


 


Estaba en mi saco de dormir y aunque sé que era incómodo, que no tenía una cama, que apenas dormía bien por las noches, etc… estaba feliz y es que por fin volvía a estar con el hombre del que me enamoré por primera vez ¿Cuánta gente se quedaba con su primer amor? No mucha pero yo tenía esa suerte, podía estar con él y eso era todo lo que me importaba, lo único que tenía que pensar y tener muy claro, es que Sakura intentaría hacer de las suyas para separarme de Sasuke, no se rendiría pero yo le había prometido confiar en él, tenía que confiar en él para evitar malos entendidos. Ya habíamos sufrido una larga ausencia de cinco años por mentiras, por falta de información, por no haber podido hablar y comunicarnos… sé que ese tiempo solo me dolió, pero también miraba a Asahi, él había sufrido incluso más que yo deseando conocer a su padre.


Por fin todo parecía volver a su lugar original, por fin Sasuke volvía conmigo, con su familia de la que nunca debió separarse. Asahi estaba orgulloso de su padre, lo sabía, había venido muy contento de la visita a su casa, había visto finalmente a sus abuelos y supongo que eso era culpa mía, tuve tanto miedo de que pudieran arrebatarme a mi hijo que no le había ofrecido la posibilidad de conocerlos, supongo que no siempre tomamos las decisiones adecuadas, intentamos proteger a los que queremos y a veces… fallamos intentando hacer algo bueno. Mi propio egoísmo le quitó esa posibilidad a mi hijo y esperaba ahora que todo parecía arreglarse… que mi hijo pudiera perdonarme y pasara tiempo con la familia Uchiha, con su familia.


Esa era mi mayor ilusión, poder tener una familia, supongo que porque nunca había tenido ninguna. Siempre había sido complicado el sistema de adopción, tardaba demasiado y muchas veces ponían impedimentos legales a familias normales y decentes, así que al final… acabé viviendo en ese orfanato toda la vida. A veces me preguntaba por mi familia, otras veces no tanto. Me gustaba imaginar si realmente mis padres estarían pensando en mí en algún momento de su vida, yo creo que no lo harían y eso me entristecía, más que nada porque si me habían abandonado era por algún motivo.


En parte me habría gustado tener una explicación del motivo para abandonarme, otras veces pensaba que ya estaba hecho el daño así que daba igual las excusas, que si eran pobres y no podrían darme lo que buscaban, que si había sido un accidente… daba igual todo, la cuestión es que yo había vivido en este orfanato con la esperanza de que un día volverían a por mí, eso me habían dicho las monjas que me cuidaban allí, pero no volvieron, no cumplieron su promesa y llegaba a pensar que las monjas me habían mentido simplemente para mantenerme la esperanza.


La única familia que yo conocía de verdad, era a la familia Uchiha. Desde que conocí a Mikoto que venía a hacer obras de caridad por el orfanato, se había encaprichado de mí y me invitaba a cenar a su casa muchas veces. Me gustaba ir allí a cenar, porque era como estar en una familia de verdad. Sasuke no se lo tomó muy bien al principio, luego empezó a ser más amable hasta que empezamos a salir. Me enamoré de ese chico de fuerte carácter, conocía a Sasuke y era perseverante, luchaba por lo que quería y no había forma de impedírselo, siempre ganaba. Sentía un poco de envidia por eso, él siempre era tan perfecto y yo… yo bailaba en un club para ganarme el pan de cada día mientras él había triunfado en la vida. ¿Alguna vez podría yo alcanzarle? No lo creía y aún así… me había elegido a mí, pudo elegir a cualquier persona, a cualquier famoso de su nueva vida pero me escogió a mí y a su hijo, eso me hacía feliz porque sentía que esa fama no había cambiado en absoluto al chico al que siempre amé.


Por la mañana cuando me desperté pasé todo el tiempo que tenía con Asahi y es que no hacía más que preguntarme cosas de su padre y yo no podía evitar sonreír, al fin y al cabo era el hombre del que me había enamorado. Sasuke siempre lo fue todo para mí y pensar en que podíamos volver a ser una familia me emocionaba, no podía ocultar tampoco mi felicidad, quería que tuviera la oportunidad de ver crecer a su hijo, que tuvieran ambos la oportunidad de conocerse y vivir juntos, sé que podíamos ser felices, sólo necesitábamos una oportunidad.


Aquella noche dejé a Asahi en casa de Karin y es que no pude contactar con Sasuke, tenía su teléfono apagado y no había forma de encontrarle. Karin se alegró mucho de ver a Asahi y le conté un poco por encima que había arreglado las cosas con Sasuke y es que cuando vio mi sonrisa de felicidad no pudo evitar preguntarme, ya sabía ella que algo bueno había pasado en mi vida. Se alegró mucho por nosotros y se quedó con mi hijo diciendo lo bien que se lo iban a pasar juntos.


Me fui al club y aunque deseaba ver a Sasuke, no sabía realmente si aparecería o no. Desde que había vuelto no se había perdido ni un solo día, siempre venía a verme y en parte lo agradecía. Al principio me daba vergüenza tener que bailar para él, al final creo que me había acostumbrado, lo veía como uno de los tantos clientes que me visitaban, aunque él era el único especial para mí. Iba de camino hacia el club cuando me encontré con un joven atractivo de larga cabellera rubia y abrí los ojos, no esperaba verle a él.


- Hola Naruto – me dijo con una alegre sonrisa – Qué difícil eres de encontrar. ¿Te acuerdas de mí? – me preguntó.


- Claro Dei – le dije sonriendo – el mejor amigo de Itachi, venías a jugar a baloncesto conmigo cuando el orfanato nos obligaba a hacer deporte.


- Sí, obra social supongo – dijo sonriendo – pero en realidad me lo pasaba tan bien que siempre esperaba el día para volver a jugar con todos vosotros.


- Solíais venir todos, creía que lo hacíais obligados para no dejarme solo – le sonreí.


- No Naruto, íbamos porque nos gustaba, además… ¿Quién te habría enseñado a jugar a baloncesto sino? – dijo señalándose y sonriendo, lo que me hizo sonreír.


- Cierto – le dije.


La verdad es que había tenido largas conversaciones con Deidara, él era más mayor que yo y supongo que era mi confidente, a él fue al primero que le conté que creía que era homosexual y por primera vez me sentí aceptado cuando se lo dije, porque a él no le importó, de hecho… él también lo era. Pese a que me llevaba muy bien con él en los años de mi juventud, casi le veía como a un hermano mayor o como a un padre al que podía contarle cualquier cosa, siempre me había ayudado en todo lo que había podido. Aún así… era bastante joven, apenas tendría ahora mismo los veintiocho años si llegaba.


- No sabía si sería un buen momento para hablar – me dijo – si estás ocupado podemos quedar en otro momento.


- No, está bien. Aún tengo un poco de tiempo antes de entrar al trabajo.


Nos sentamos en un banco del parque y le estuve preguntando sobre su trabajo, parecía contento con lo que hacía, le gustaba su trabajo. Deidara siempre tenía una sonrisa increíble y aunque en su adolescencia lo había pasado mal con los compañeros de clase que se metían con su homosexualidad, creo que tener buenos amigos como Itachi le había ayudado.


- ¿De qué querías hablar Dei? Porque no creo que hayas venido a hablarme de tu trabajo – le comenté.


- Es un tema un poco delicado… pero me parece… que hemos encontrado a tu padre.


- ¿A mi padre? – pregunté sorprendido – mi padre me abandonó. ¿Por qué querría saber algo de él ahora? – le dije enfadado.


- Si es quien creo que es… no te abandonó Naruto, estuvo en la cárcel mucho tiempo.


- ¿En la cárcel? ¿Es un delincuente?


- No – me explicó y me enseñó un periódico en el que aparecía el nombre de Minato Namikaze – Falta confirmar que es tu padre Naruto, pero sí por un casual lo es… quiere decir que no te abandonó, lo metieron preso por un delito que no cometió. Tuvo que dejarte en el orfanato prometiendo que volvería a por ti, pero no lo pudo hacer, ha estado encerrado veintidós años Naruto – me explicó.


- ¿Dónde puedo encontrarle? – le pregunté – quiero saber si es verdad que es mi padre, quiero preguntárselo a él en persona.


- Sigo buscándole, pero en cuanto lo sepa, haré que os podáis reunir, te lo prometo.


- Me alegraría – le dije – quiero saber todo lo que ocurrió si es que es realmente mi padre.


Deidara se marchó de allí enseguida, supongo que tenía cosas que hacer y yo me marché al trabajo. Cuando llegué Kabuto estaba como siempre muy encima de mí, tan pendiente que a veces me agobiaba un poco porque yo no quería hacerle daño, no podía estar con él, no le amaba y menos ahora que estaba arreglando las cosas con Sasuke.


Hice mi actuación y me sorprendió un poco ver a Sasuke allí. Supongo que como no me había contestado al teléfono en todo el día me había hecho pensar que quizá hoy no podría venir a verme, que no estaría con él ni siquiera unos minutos, pero me alegró verle allí. Por lo menos hoy ningún cliente trató de tocarme ni de subir a la plataforma, aunque podía ver en los ojos de Sasuke su disgusto, no le gustaba que me desnudase frente a gente y lo entendía, tampoco era mi sueño, pero era un trabajo, pagaban mucho por venir a verme y este sueldo era lo que me permitía mantener a Asahi, lo que me hacía que pudiera tener una casa o algo similar teniendo en cuenta como era nuestro piso.


Cuando bajé de allí ya vestido cogí a Sasuke del brazo apartándolo de todos y me lo llevé fuera del local un segundo antes de tener que ir a atender la barra. Estaba muy serio y lo supe en cuanto le besé sin que él me correspondiese.


- ¿Qué ocurre? – le pregunté preocupado.


- Tenemos que hablar de algo importante Naruto, tengo que hacer algo que no te gustara, pero… quiero que sepas que te amo y trataré de estar contigo en cuanto pueda.


- ¿De qué hablas? – le pregunté y creo que iba a contarme algo cuando Sakura apareció a su espalda.


- Sasuke… Espero que hayas venido a contarle sobre nuestro compromiso – dijo de golpe.


- ¿Me estás siguiendo? – le preguntó enfadado.


- Claro que sí, vas a ser mi esposo, quería saber dónde te metías por las noches.


- Dónde me meta no es asunto tuyo.


- ¿Vas a casarte? – le pregunté de golpe sin entender nada - ¿Con ella? ¿Y que pasa con nosotros? ¿Qué tengo que decirle ahora a tu hijo? ¿Qué has cambiado de opinión? Eres un cerdo – le dije sin entender qué estaba ocurriendo.


- Confía en mí – me dijo en tono serio – por favor… sólo confía en mí – comentó susurrando sin que Sakura lo escuchase para luego hablar en alto – voy a casarme con Sakura, así que no podemos seguir viéndonos.


Entendí algo… creo que lo estaban chantajeando o pasaba algo, Sasuke me quería a mí, me había dicho que confiase y quería hacerlo, por primera vez quería confiar en él y demostrarle que podía hacerlo, así que fingí enfadarme aunque le mostré una sonrisa antes de que Sakura llegase dándole a entender que había entendido su mensaje, iba a esperarle.


Sakura llegó y apartó a Sasuke de mí dejándome allí solo un poco desorientado, pero no me quedaba nada más…que confiar en Sasuke, algo estaba tramando, lo sabía…Sasuke siempre ponía esos ojos fríos cuando pensaba en algo, cuando estaba metido en algún asunto importante y yo no le iba a estorbar. Seguro que me lo explicaría en cuanto pudiera.


 


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