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Striper a la fuerza por Fullbuster

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Naruto Namikaze POV


 


Confiaba en Sasuke y eso me repetía una y otra vez mientras servía copas a los clientes y trataban de ligar conmigo, yo tenía que confiar en Sasuke, seguro que tenía una buena razón porque lo que había pasado entre nosotros la otra noche tenía que significar algo, no creo que yo fuera una conquista más en su ajetreada vida, tenía que ser algo más y de eso intentaba convencerme una y otra vez, pero a veces dudaba y no podía evitarlo.


Sasuke era un famoso guitarrista, tocaba en su grupo, las fans le perseguían a donde fuera y yo sólo era un chico pobre y huérfano que trabajaba desnudándose en un local de mala muerte por unos billetes y que servía copas a gente que me miraba de forma lujuriosa después de haberme visto completamente desnudo encima de esa plataforma. Todos querían llevarme a su cama pero sólo un cliente lo había conseguido… Sasuke Uchiha y eso que no empezó nada bien nuestra nueva relación.


Sonreí al recordarlo, ni siquiera me había reconocido el desgraciado de él y ahora me daba cuenta de que quizá había cambiado para que me reconociera, él había visto multitud de gente, habría conocido a muchos rubios pero no me había olvidado, cuando me reconoció me di cuenta de que él seguía amándome y que era capaz de arriesgar todo por mí y por mi hijo, siempre estaba cuando le necesitaba, como el día en que necesité llevar a Asahi a urgencias. Él se hizo cargo de todo el papeleo, lo llevó al hospital y no le importó nada excepto la salud de su hijo, aquel día… caí de nuevo a sus pies.


Por la mañana me despertó el timbre de la puerta y no sabía quién podría ser a estas horas, pero de lo que estaba seguro, es de que tenía que levantarme a abrir y gritando que ya iba me encaminé hacia el lugar quedándome absorto cuando al abrir apareció frente a mí una señora con elegante traje y con una carpeta en la mano, ¡Asuntos sociales y sabía perfectamente a lo que venía!


Tuve que dejarla pasar y claro… se sorprendió de la vivienda, ya sé que no era quizá la mejor vivienda para un niño, pero creo que estaría mucho mejor con su padre que no con un extraño, iba a estar mejor cuidado conmigo, yo lo había cuidado todo este tiempo y hacía lo que fuera por él.


Discutí con aquella mujer y es que no atendía a mis razonamientos, tan sólo estaba fija en que no era un lugar adecuado para un niño. Tras tanto insistirle al final me comentó lo que ocurría, alguien había hecho una denuncia en mi contra y supuse que había sido la maldita de Sakura, por suerte según la mujer de servicios sociales… Asahi era reclamado por su padre, por Sasuke y aquello me dejó de piedra, estaba pidiendo su custodia y seguramente lo hacía por culpa de esa denuncia porque él me había prometido que no me lo quitaría y lo había cumplido hasta ahora, así que algo pasaba, aún así, yo no quería que se lo llevasen, no podían llevárselo, mi vida no importaba nada sin mi hijo. Pese a mis esfuerzos, se llevaron a Asahi pero al ver a Sasuke en la calle y ver como mi hijo se iba a sus brazos supe que estaría bien.


- Me lo llevo unos días a casa – comentó para evitar que Asahi se diera cuenta de lo que ocurría - ¿Quieres venirte unas semanas a casa de los abuelos? – le preguntó Sasuke con una sonrisa.


- Sí – le dijo Asahi sin entender nada- ¿Papa no viene?


- Yo no cielo – le dije – ésta es la semana de los abuelos, a la próxima nos veremos ¿Vale? – le comenté intentando no llorar – cuídalo – le dije a Sasuke y él asintió.


- Lo siento Naruto, pronto estará de vuelta, te lo prometo.


Me despedí de Asahi cuando le vi subir al vehículo y pude fijarme en los ojos de Sasuke, estaban hinchados y estaba convencido de que había estado llorando esa noche, por lo menos quería creer que le sentaba tan mal como a mí todo esta situación. Aquella mañana y toda la tarde me quedé en casa, no quise salir para nada y es que sin Asahi era como si mi vida perdiera sentido, ya nada importaba ¿Para qué ir a ese estúpido club? No tenía que llenar la nevera para mi hijo, ni pagar las facturas, ya me daba igual, así que me quedé tapado en el saco de dormir sin querer hacer nada, sólo llorar.


Me quedé dormido allí mismo y me desperté de madrugada cuando tocaron al timbre de casa. ¿Quién podría venir a las tantas de la madrugada? La gente normalmente dormía, sé que yo debería de estar trabajando, pero por lo general… la gente acostumbraba a dormir a estas horas. Me levanté cansado y con los ojos aún hinchados para abrir la puerta, frente a mí estaba Gaara con cara de preocupación pensando que me había ocurrido algo y se incrementó su preocupación al verme tan demacrado. Gaara entró por mi casa.


- ¿Qué te ocurre? No has venido a trabajar.


- No estaba de humor para bailar.


- Kabuto no te perdonara esta falta, muchos clientes habían venido a verte y no has aparecido.


- Lo superaran – le dije cerrando la puerta y marchándome de nuevo hacia la habitación, pero Gaara me siguió.


- ¿Y Asahi? – preguntó al no verlo.


- Con su padre, vino una mujer de servicios sociales a llevárselo, al parecer ni la vivienda es digna para un niño ni mucho menos mi trabajo. Por lo menos está con Sasuke.


- ¿Estás bien?


- Estoy genial – le dije – lo he criado solo durante cinco años y ahora me lo quitan sin más porque piensan que no le doy una buena vida… no les importó nada de eso hace cinco años, hago lo que puedo, no tienen derecho a juzgarme – le dije llorando y Gaara se lanzó a abrazarme – no quería ir a trabajar así.


- Lo entiendo ¿Vale? Pero no puedes derrumbarte así sin más, tienes que levantar la cabeza y ser fuerte, tú siempre has sido fuerte, has salido adelante, así que demuestra ahora que puedes seguir haciéndolo, encontraremos la forma de recuperar la custodia, ya lo verás.


Gaara se quedó esa noche conmigo a hacerme compañía aunque creo… que en realidad estaba preocupado de que hiciera alguna locura y había venido a asegurar y a vigilarme. De todas formas no se me ocurría hacer locuras, Asahi volvería, estaba seguro de ello, confiaba en Sasuke y sabía que me lo devolvería en algún momento. Por la mañana Gaara se marchó a dormir y yo iba a hacer lo mismo cuando sonó de nuevo el timbre, esta vez al ir a abrir, me encontré con Kabuto y aquello si me sorprendió.


- ¿Qué haces aquí? – pregunté sorprendido.


- Anoche no viniste a trabajar – me dijo.


- ¿Has venido a recriminármelo? Porque no estoy para nada de buen humor – le comenté enfadado y él bajó su tono de voz.


- No vengo a recriminarte nada Naruto, de hecho vengo a hablar contigo de otro asunto importante.


- ¿Trabajo? – le pregunté – mira lo siento, enserio… pero no he tenido un buen día, no podía ir a bailar delante de unos extraños, no con mi humor.


- Lo entiendo – me dijo – sabes que eres la estrella del local, muchos van a verte pero también entiendo que necesitabas tomarte esa noche libre.


- Perfecto – le comenté.


- ¿Me vas a invitar a pasar o me vas a dejar aquí en la puerta esperando?


- Claro… pasa – le dije.


Kabuto entró por casa y sé que mis pintas debían de ser horribles, ya Gaara me lo había dicho hace un rato, pero es que no tenía ganas de nada, lo único que necesitaba saber es si mi hijo estaba bien… que seguro que sí porque estaba con Sasuke y me fiaba de que le estuviera cuidando, sé que para Sasuke también era importante Asahi, aún así seguía sintiendo esta preocupación, era la primera vez que Asahi no estaba conmigo después de cinco años y tras haberlo tenido hasta en mi vientre… dejarlo marchar era lo más duro a lo que me había enfrentado hasta ahora.


- ¿Quieres tomar algo? – le pregunté y Kabuto miró una botella de tequila encima de la mesa pequeña del salón.


- ¿Desde cuándo bebes? – me preguntó.


- Desde anoche – le comenté sirviéndome otro vaso.


- ¿Y Asahi? – me preguntó – Vamos Naruto… deja de beber, no es nada bueno y darás malas influencia a tu hijo.


- No importa, no está aquí. Se lo ha llevado su padre. Creo que es un buen momento para celebrar. No te preocupes… puedes beber tranquilo, la compré anoche en el bar de abajo.


- Dame eso y déjalo ya, no te hace ningún bien.


Kabuto me quitó la botella de las manos pero en el forcejeó acabé en el suelo quejándome por el golpe con Kabuto encima de mí cogiendo mi mano que sostenía la botella. Estaba sonrojado, le veía claramente pero yo no sentía lo mismo, para mí Kabuto era mi jefe, un buen amigo quizá, pero nada más. Carraspeé y se apartó de mí de golpe quitándome la botella y vaciándola en el fregadero tirando el recipiente a la basura.


- No soy nada sin Asahi – le dije de golpe y él se extraño.


- No es cierto. Siempre has sido un chico muy interesante, casi todos se morirían por estar contigo, de hecho… yo sigo queriendo estar contigo – me dijo – por favor… dame una oportunidad Naruto, cásate conmigo y seré el padre perfecto para tu hijo, te ayudaré a recuperarlo, nos darán la custodia.


Aquello me dejó de piedra y por unos segundos… no supe qué hacer ni qué contestar porque era cierto que no le amaba ni podría llegar a hacerlo, mi corazón sólo podía pertenecer a Sasuke pero aún así… pensaba en que realmente era una solución, él tenía un buen sueldo, un negocio propio, una casa decente, a él si le darían la custodia y seríamos una familia. Quizá no me importaba tener una familia… sólo quería recuperar a mi hijo y por él sería capaz de hacer cualquier cosa. Era una dura decisión, porque sabía que esa decisión me alejaría de Sasuke, pero podría tener a mi hijo, recuperaría mi vida pero también es cierto que jamás escaparía de ese antro de mala muerte, seguiría siendo el negocio perfecto para Kabuto, el perfecto bailarín que le traía dinero.


No quería eso, quería poder tener una vida mejor, escapar de ese tugurio, poder estudiar quizá, poder criar a mi hijo junto a Sasuke… junto a mi padre tal y como Deidara me había hecho saber, porque tenía un padre y al parecer… no se había olvidado de mí.


- Necesito pensarlo – le dije esquivando su pregunta – dame unos días y te daré una respuesta.


- Vale – me dijo Kabuto.


 


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