Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Striper a la fuerza por Fullbuster

[Reviews - 907]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Naruto Uzumaki POV


 


El compromiso que me había propuesto Kabuto me tenía tenso, no sabía cómo reaccionar a él pero cuando recibí esa mañana la llamada de Deidara para ir a conocer a mi padre, dejé de pensar en el futuro para centrarme en mi presente, por fin podría conocer a mi padre, después de veintidós años iba a saber quién era, me iba a poder explicar todo lo que ocurrió, podría hablarme de mi madre o de no sé… de lo que fuera, sólo quería conocerle y estar con él.


Quedé en el parque de mi barrio, era un sitio por lo general muy tranquilo y sé que podríamos hablar tranquilamente de todo lo que había sucedido estos años, incluso de mi embarazo, porque seguro que quería hablar de eso también. ¿Cómo sería mi padre? Me moría de ganas de verle, quería saber cómo era, tanto físicamente como psicológicamente, me moría de ganas, por fin iba a conocer a mi padre.


Me marché hacia el parque, estaba entusiasmado con todo esto y tampoco tuve que esperar mucho. Estaba sentado en un banco cuando vi que al fondo venían Itachi, Deidara y un hombre de cabello rubio como el mío y ojos azules increíbles. Desde luego tenía que ser mi padre. Sonreí al verlos venir y prácticamente nada más levantarme del banco corrí hacia mi padre lanzándome contra él abrazándolo. No pude contener las lágrimas y no quería soltarlo por miedo a perderle de nuevo.


Mi padre se agarró a mí con fuerza, creo que tampoco quería soltarme y noté algo húmedo y frío caer sobre mi hombro, estaba llorando pero no me soltaba, me apretaba cada vez más contra él y cuando me soltó, pese a las lágrimas vi su sonrisa, sus manos cogieron mi rostro y me miraba fijamente.


- Qué mayor estás – me dijo y quizá fuera algo tonto, no iba a quedarme veintidós años como un bebé, pero aún así me hizo sonreír.


- Lo siento – le dije – yo creí… creía que me habías abandonado.


- Ey no, lo siento yo, creí que saldría antes de la prisión, contraté abogados para que vieran mi caso pero todos me engañaron, yo no tenía dinero, no era nadie influyente y supongo que era mejor pagar yo el crimen de otro. Supongo que acabé rindiéndome, acabé pensando que nadie me ayudaría hasta que un abogado se fijó en mi caso, por fin vuelvo a estar libre y lamento mucho haberte dejado todos estos años solo, no tenía a nadie con quién dejarte.


- Quiero saberlo todo – le dije – por favor.


- Claro, tenemos todo el tiempo del mundo ahora Naruto, te lo contaré todo, pero yo también quiero saber y conocer todo lo que me he perdido.


- Yo… tengo un niño o tenía, su padre ha pedido la custodia – le dije entristecido.


- Vente a vivir conmigo, recuperarás la custodia. Tengo dinero ahora, una buena reputación, ningún juez se opondrá a dártela cuando vea que puedes mantenerlo – me comentó.


- Te lo agradezco, porque Asahi es a lo que más amo en este mundo, lo necesito.


- Lo recuperaremos, hablaré con los mejores abogados, hablaré con Iruka y llegaremos a un acuerdo, ya lo verás.


- Vale, eso resuelve muchos problemas.


- Vente a mi casa y lo hablaremos todo con tranquilidad.


Decidí irme con él y madre mía su casa… la mía entera cabía dentro de su salón, era increíble, se notaba que ahora podía permitírselo, la indemnización tenía que haber sido muy elevada. Minato me contó que estaba haciendo negocios con Fugaku y que estaba invirtiendo su capital en otros negocios, me comentó que quería ayudar a la gente que me había ayudado a mí cuando lo necesité y en parte se lo agradecí. Yo no quería utilizar su dinero, pero mi padre era muy insistente y muy cabezón, dijo que ese dinero era de los dos y podía utilizarlo como mejor me pareciera, así que al final, accedí, quería recompensar a unas cuantas personas, a Karin, a Gaara… a Kakashi.


Esa tarde decidí pasarme por el club a dar mi renuncia, me marchaba de ese club por fin, ahora podría estudiar, intentar volver a tener una vida, quería recuperar a Asahi y Minato llamó a Iruka, estuvimos por la tarde noche con él hablando de todo el asunto para recuperar. Llegué a pensar que tenía que casarme con Kabuto para recuperar a mi hijo pero mi padre apareció como arte de magia impidiéndome cometer esa locura o más bien… Deidara había aparecido trayéndome a mi padre de nuevo. Se lo agradecía con locura.


Aquella mañana cuando me desperté vi como metían presos a la familia Haruno, mi padre había puesto la televisión y por estar pendiente de otras cosas casi se le quema el desayuno, pero yo me reí, mi padre era todo un caso. Fugaku vino aquella mañana a ayudarle con lo de sus finanzas y antes de marcharse a buscar a Deidara, me dio los tres cheques.


Salí de casa junto con Iruka, él me acompañaría, ahora vivía a bastante distancia de mi barrio pero quería ir a entregar los cheques, así que subí al coche con el abogado de mi padre. Durante el camino pensé en mi padre y en cómo le iría con Deidara, creo que le gustaba un poco pero era normal, a mí también me pareció un chico interesante, fue uno de mis mejores amigos en la juventud al menos hasta que desaparecí, no quise meter en líos a nadie ni que descubrieran lo de Asahi, supongo que no debí distanciarme de él.


Cuando llegamos a mi antiguo edificio subimos y tocamos en la puerta de Kakashi. Abrió con lentitud dándome cuenta de que no llevaba su camiseta y únicamente tenía puesta una toalla enrollada en su cintura, era muy probable que acabase de salir de la ducha o que fuera ahora hacia allí. Se sonrojó levemente al vernos allí pero se sonrojó mucho más Iruka al verle tan desnudo.


- Naruto – me llamó – Creí que te habías marchado.


- Lo he hecho – le dije con una sonrisa – encontré a mi padre y me he ido a vivir con él pero… queríamos darte algo.


- ¿A mí? – me preguntó sorprendido - ¿Qué es? ¿Se te olvidó darme algo de lo que te dejé? ¿Algún cuento infantil quizá? Ya sabes que los compré para Asahi.


- Sí, tranquilo, es otra cosa.


Iruka abrió su carpeta dándole el cheque y Kakashi se sorprendió al ver la cantidad que había. Creo que no se esperaba eso para nada. Nos dejó entrar y nos comentó que iba a ir a cambiarse. Estuvimos sentados en el sofá hasta que vino ya vestido y se sentó frente a nosotros con las manos temblorosas sosteniendo el cheque.


- No puedo aceptarlo, es demasiado – me dijo intentando devolvérmelo.


- Es para ti, ya te he dicho que mi situación ha cambiado y ahora puedo devolverte el favor, voy a devolvéroslo a todos los que me ayudasteis. Acéptalo, te lo mereces, por favor. Me haría más daño si no lo aceptaras.


- Está bien – me dijo – lo invertiré bien.


- Eso espero – le dije sonriendo – siento tener que marcharme pero aún tengo que visitar a más gente.


- Por supuesto, no te entretengo. Gracias Naruto.


Me extrañó cuando Iruka decidió quedarse allí para explicarle los trámites legales, yo creo que por las miradas que se habían lanzado, quizá le explicaría más bien otra cosa que no tenía que ver con el cheque, pero no pensaba meterme en ello. Yo seguí con mi ruta en dirección a la casa de Gaara, quería que dejase ese club de una vez y pudiera estudiar igual que yo, que saliera de ese mundo.


Llegué a la casa de Gaara, no vivía lejos de mí y recordaba todo lo que había hecho ese chico por mí apenas sin conocerme y es que nos conocimos en ese local bailando. Él había comprado a veces comida y llenado mi nevera, había cuidado de Asahi en algunos turnos, me había dejado dinero cuando lo necesité y sobre todo… a veces me había dejado venir a ducharme a su casa cuando algún mes me cortaron el agua. Gaara se merecía esto y mucho más, porque yo no abandonaba a mis amigos cuando las cosas iban mal, los apoyaba y les ayudaba como ellos me ayudaron a mí en mis peores momentos.


Cuando Gaara abrió la puerta, estaba medio desnudo también ¿Qué pasaba hoy? ¿Era el día de abrir las puertas desnudos? Gaara se sorprendió mucho de verme allí, sobre todo porque no había ido a trabajar y seguro que ya sabía que había dimitido, me había marchado de ese club para siempre, no quería volver a bailar frente a extraños de manos largas.


- ¿Puedo pasar? – le pregunté y él se sorprendió más.


- Sí claro. Sai – gritó al cerrar la puerta tras de mí – vístete, tienes que marcharte.


- Pero si aún no… - cuando Sai salió y me vio se detuvo en seco – vendré más tarde – le comentó a Gaara buscando su camiseta y colocándosela marchándose por la puerta.


- De verdad que vosotros tenéis algo serio.


- No es lo que parece – me dijo Gaara.


- Por favor… siempre te pillo con él, tenéis algo.


- ¿Qué necesitabas Naruto? – preguntó.


- Venía a darte esto, sé que querías estudiar empresariales y lo vas a necesitar, creo que podrás dejar de trabajar en ese club, no tendrías buena fama como empresario si sigues desnudándote ahí – le sonreí y él al ver el cheque se sorprendió.


Dijo lo mismo que Kakashi pero a mí no me importó, el cheque era suyo y acabó abrazándome, sé que dejaría ese club y que aprovecharía la oportunidad que le estaba ofreciendo. Cuando acabé con Gaara, me dirigí a ver a Karin, seguía trabajando y me miró como si necesitase un tazón de Ramen, de hecho me lo puso aunque no lo pedí y no iba a decirle que no. Seguramente Karin sabía perfectamente que no podía pagárselo, pero le daba igual, ella siempre tenía algo para mí por eso cuando terminé el tazón, sin decirle nada le dejé el cheque encima de la mesa junto a mi tazón vacío. Ella siempre hacía el mejor Ramen del mundo.


Ya salía por la calle cuando la puerta del local se abrió de golpe y la vi venir corriendo hacia mí lanzándose a abrazarme con el cheque en la mano. Sé que estaba llorando y que era de felicidad, ella siempre quiso ampliar su negocio así que esperaba que con eso pudiera hacerlo, porque cocinaba muy bien y tenía un corazón increíble con la gente.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).