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Striper a la fuerza por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Aviso: Cómo he conseguido avanzar un poco la historia, voy a tratar de publicar día sí y día no hasta su finalización, aún no me ha dado tiempo a contar cuántos capítulos va a tener, en cuanto lo sepa lo pondré en las notas del primer capítulo. Un Saludo y espero que disfrutéis leyendo.


Atte: Fullbuster

Sasuke Uchiha POV


 


Me encontraba en un avión de regreso a mi ciudad y sinceramente… tras haberme recorrido toda Europa de conciertos, volver al condado de Nevada junto a mis padres que vivían en Las Vegas no me hacía gracia. Quería descansar pero allí no había forma, la gente me reconocería y me llevaría a los locales o me pedirían tocar o autógrafos, al menos mis padres vivían en un pueblo cercano y estar algo alejado de la gran "ciudad que nunca dormía" tenía su punto bueno, algo de descanso y próxima la ciudad de la diversión. Habían pasado cinco años desde que me había marchado de casa y había recorrido el mundo en esta dichosa gira, estaba harto de viajar… sólo quería regresar y descansar una buena temporada.


Nunca esperé tener tanto éxito con mis canciones, con mi grupo, pero aquí estábamos, atravesando países, aguantando a locas fanáticas que intentaban colarse en nuestros camerinos y conciertos larguísimos donde nos pedían seguir tocando tras la última canción y en los cuales acabábamos tocando dos o tres canciones más de nuestro repertorio.


- ¿En qué piensas Sasuke? – me preguntó Neji, otro de los integrantes del grupo.


- En que tengo ganas de llegar – le dije en mi forma seria.


- Vendrás a la ciudad con nosotros a tomarte algo, ¿No? – me preguntó.


- No – le dije de forma cortante.


- Eres muy soso Sasuke, creí que cambiarías en todos estos años. Cuando estuviste con Naruto eras más simpático.


- No hables de él – le grité enfadado.


- Vale, no te pongas así – me dijo Neji sentándose en su asiento de nuevo.


Naruto… aún le recordaba al menos su nombre y que era rubio. ¿Cuánto estuve realmente con él? ¿Una semana? Ni siquiera creo que llegase a eso. Yo era un chiquillo que soñaba con ser un gran cantante, era el bajista del grupo y éramos buenos. Conocí a Naruto de casualidad porque mi madre cuidaba a niños sin familia y trajo un día a Naruto a comer a casa.


Recuerdo que me llamó la atención su cabello rubio, sus ojos azules… su sonrisa porque aunque era huérfano y no tenía a nadie, él sonreía y era un chico simpático que se comportaba de forma muy educada. Durante la cena agradeció todos los platos que le pusimos y halagó a mi madre con sus piropos de niño pobre, pero creo que a mí también me gustó ese chico. Cuando conseguí que saliera conmigo y a los pocos días de acostarme con él… tuve que firmar aquel contrato por el que me marchaba unos años de gira por el mundo con mi grupo.


Me prometió que me esperaría siempre, que estaría aquí para cuando yo volviera… pero me mintió, fue un maldito traidor. Yo creía que le estaba enamorando perdidamente de mí y luego me di cuenta que era yo el que había caído en sus redes, pero fue él quien me dejó.


Se atrevió el ignorante de él a dejarme por un mensaje de texto en el móvil ¿Cómo era posible que un niñato huérfano se atreviese a dejarme a mí por un mensaje? Le llamé… ¡Claro que le llamé! Pero el muy desgraciado no se atrevió a cogerme el teléfono. ¿Qué se creía ese crío? Conmigo nadie jugaba. Desde aquel momento decidí no enamorarme de nuevo, nadie más jugaría con mi corazón como lo había hecho Naruto.


Cinco años habían pasado desde que me dejó ese rubio que me había traído de cabeza, ahora lo único que deseaba de los rubios… era hacerles sufrir como uno de ellos me lo hizo a mí, chicos como ellos sólo servían para una cosa… para darme placer una noche y luego despreciarlos como Naruto me despreció a mí. Tenía mucho odio en mi interior y lo sabía, pero no podía hacer nada para remediarlo, me sentía dolido con aquel chico de cara angelical y buenos modales que había venido a mi casa una vez a cenar y del que yo llegué a pensar que se había enamorado de mí.


El avión aterrizó y bajamos entre la multitud de fans que nos esperaban pero en cuanto vi a mi familia me reuní con ellos y subí al coche. Nos fuimos a casa y mi teléfono no dejó de sonar.


- ¿No vas a cogerlo Sasuke? – me preguntó mi madre con una agradable sonrisa.


- No – le contesté de forma seca.


- ¿Es tu novia o qué? – me preguntó Itachi burlón.


- Peor… mi representante – le dije viendo el nombre de Sakura en la pantalla.


Con la discográfica de Sakura es con quien habíamos firmado el contrato… maldecía el día en que lo hice, esa niña rica y pija de papá se venía con nosotros a todos los lados diciendo que era nuestra representante y es que su padre… el auténtico jefe de la compañía nos había puesto en sus manos y no paraba de perseguirme por todos los rincones.


- ¿Qué sabéis de Naruto? – pregunté a mis padres.


- Nada – me dijo mi madre entristecida – se marchó del orfanato hace mucho, nadie le ha visto desde entonces. ¿Por qué preguntas ahora por él?


- Por nada – le dije – simple curiosidad.


¿Dónde se habría metido ese crío? Bueno que más daba… ya me había destrozado el corazón, había destrozado mi vida, ahora yo sólo vivía por mi trabajo. Ser famoso y tocar con mi grupo era lo importante aquí. No debería preocuparme por él. Cuando llegué a casa me duché y me dormí un rato, sólo quería descansar en mi añorada cama, pero Itachi me despertó a las nueve de la noche para cenar.


Revisé mi móvil y es que había tenido que ponerlo en silencio para que dejasen de agobiarme, tenía como veinte llamadas de Sakura. Podía ser muy pesada cuando se lo proponía. Lo que me sorprendió fue el mensaje de Neji diciendo que el grupo se reunía hoy y que saliera un rato con ellos a disfrutar. Al final después de cenar en familia, decidí ir.


Todo el grupo se reunió. Neji, nuestro guitarrista era un poco reservado, pero era un buen tipo y Suigetsu era… bueno… era raro a su manera, pero cantaba genial y nos hacía gracia a todos, siempre estaba bromeando. Al que nunca entendí fue a Lee y es que con ese cabello tan poco favorecedor y sus frases raras sobre la juventud era tremendo. Era nuestro batería y luego estaba yo… el bajista, la guitarra eléctrica era lo mío, había dado clases desde pequeño y me gustaba. A la que no esperé ver fue a Sakura.


- Sasuke… - me llamó enfadada – te he estado llamando.


- Lo sé.


- ¿Por qué no me cogías el teléfono?


- Porque no me apetecía, creí que había quedado claro cuando no descolgué la segunda vez – le dije de forma irónica y todos trataron de aguantar la risa mientras Lee me gritaba.


- No le digas esas cosas a mi dulce flor – decía hacia Sakura, pero ésta pasó de él.


- Soy tu representante, debes cogerme el teléfono.


- Mira… yo obligado sólo le cojo el teléfono a mi madre – le dije claramente enfadado – quería descansar del viaje y no aguantar tus sermones… si sigues así me voy a mi casa – le comenté de forma seria – no soy un crío al que puedas manejar a tu antojo, sólo eres mi representante. De hecho… ni siquiera sé que haces aquí, es una reunión del grupo y dios nos salve de que entrases a él.


- Sasuke… no seas borde – me dijo Neji ahora aunque ni él se aguantaba la risa.


Puede que fuera un poco frío… y borde… y cabezón, pero… ¿Qué esperaban? Yo era un Uchiha y él único que me había llegado a soportar era Naruto y tampoco mucho tiempo por lo que vi, porque en cuanto pudo me dio la patada.


- Vayamos de fiesta y pasémonoslo bien – dijo Suigetsu con una gran sonrisa pacificando el ambiente.


Como dijo Suigetsu salimos de fiesta. Vimos los casinos, pasamos el rato en alguna discoteca y ya al final de la noche cuando Sakura más agobiado me tenía, es cuando pedí ayuda con la mirada a mis compañeros para hacer que se marchase. Suigetsu fue el que tuvo el primer plan.


- Entremos ahí – me dijo


¡Dios santo! Mis ojos se abrieron como platos al ver aquel tugurio de mala muerte con un letrero gigante y con esa estridente luz donde ponía “Stripers”. Yo no quería entrar ahí, de hecho iba a decirle que no entraríamos cuando vi a Sakura con la misma cara que yo y lo entendí. Sakura no entraría en ese lugar ni muerta.


- Entremos – le dije cambiando de opinión.


- ¿No sabía que te iban esos rollos Sasuke? – me dijo Lee sonriendo.


- Tengo curiosidad – le comenté mintiendo.


Mi única curiosidad era como deshacerme de la molesta compañía de Sakura. Desde luego en cuanto abrimos la puerta Sakura dijo que se largaba a su casa y yo sonreí triunfante terminando de entrar. Quería entrar, esperar unos minutos a que Sakura se alejase lo suficiente y salir pero cuando vi a aquel chico rubio allí subido en la plataforma quitándose la ropa mientras la gente le metía billetes en el tanga… no pude apartar mis ojos de él, me excitaban sus movimientos tan sensuales y provocativos. Me recordó en parte a Naruto pero no podía ser él, Naruto quería estudiar artes escénicas, él no estaría en un tugurio como este y menos haciendo eso… Quizá sólo me recordaba a Naruto porque era rubio, pero estaba claro que no era él.


- ¿Qué ocurre Sasuke? – me preguntó Neji.


- Quiero a ese chico – le dije – quiero pasar una noche con ese chico.


- ¿Otra de tus conquistas? ¿No has tenido suficiente con tus fans? – me preguntó Suigetsu.


- Quiero a ese rubio – le dije sonriendo.


- ¿Por qué? Hay más gente en este local.


- Tiene que ser él y punto


- ¿Por qué? Tú dijiste que odiabas a los rubios – me dijo Neji de nuevo.


- Porque me recuerda a alguien – le dije con seriedad.


- Sasuke… no hagas locuras, sabemos lo vengativo que eres.


El chaval se desnudó por completo y sé que tenía los ojos cerrados mientras nos enseñaba todo su cuerpo desnudo. Era un cuerpo perfecto, bien trabajado… y su miembro… me gustaba, todo lo que veía de él me gustaba, para una noche ese chico tendría que estar genial. Ahora sólo tenía que convencerlo. El chico abrió los ojos cuando un hombre trató de subir al escenario y uno de los de seguridad lo bajó, pero ese chico rubio posó sus ojos en mí y no dejó de mirarme ni un segundo mientras se marchaba por donde había entrado al escenario.


Me sorprendió porque aunque el chico desapareció corriendo del escenario, apareció poco después ya vestido normal tras la barra. Casi todos los que habían estado aquí metiéndole billetes se fueron a pedir copas y yo pensé en la cantidad de dinero que ganaba ese chico para el local, no sólo los billetes que lanzaban en su espectáculo, si no que encima luego les atraía como la luz a las polillas hacia la barra para seguir gastando dinero. Ese chico era sorprendente, todos le cogían las muñecas tratando de lograr algo de él y supe… que quizá no lo conseguiría, pero tenía que intentarlo, quería a ese chico bajo mi cuerpo susurrando mi nombre con locura.


Como supuse… aunque intenté ligar con él creo que al final me comporté como un idiota ofendiéndole. Creí que sería un chico de barrio bajo, que ofreciéndole algo de dinero se vendría conmigo pero no, este parecía tener su orgullo y no muy escondido, tenía carácter y eso me gustaba. Tampoco quiso decirme su nombre y aquello… hizo que lo desease aún más.


- ¿Qué ocurre Sasuke? – me preguntó Suigetsu mientras veía como ese chico rubio se marchaba de la barra para irse.


- Creo que hay que venir más veces por este local – le dije sonriendo.


- ¿Has encontrado una nueva presa? – me preguntó sonriendo.


- Sí… una muy excitante. La caza sólo acaba de comenzar rubito – susurré hacia Suigetsu sonriendo sacando una sonrisa también en él.


Supongo que todos los del grupo conocían mis aires de mujeriego desde que me había marchado de gira hace cinco años. Desde que Naruto me dejó.


 


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