Eduardo: deacuerdo… te amo Alex –dijo de forma cariñosa mientras se acurruca en el pecho de Alex
Alexander: y yo a ti Eddy no podría vivir sin ti -Alex tomó con delicadeza el mentón de Eduardo y plantó sobre sus labios un tierno beso, el cual fue correspondido por el otro, sin darse cuenta que eran vistos por alguien desde afuera.
Los dos adultos terminaron algunos deberes domésticos juntos y al finalizar terminaron por irse a dormir esperando un nuevo día de trabajo… o almenos con las pocas esperanzas que mantenían.
Al día siguiente toda la mañana paso de los más normal, enviando a Emilio a la escuela cercana, pasando las clases como de costumbre, o almenos a la perspectiva de Emilio ya que por lo general se burlan y lo humillan por sus padres, entre otras cosas, mientras que pasara sus padres todo resultaba un día laboral como siempre… con casi nada de trabajo.
Todo marchaba bien hasta llegar al mediodía, hora en la que Emilio salía de clases para ayudar a su “madre” a trabajar y hora en la que por fin descansaría de los chicos que lo molestaban; pero aun que por más que lo quisiera esta ves todo se le vendría en contra.
Chico: ¡hey, cosa! ¿A dónde vas? –dijo aquel niño de mayor estatura refiriéndose a Emilio
Emilio: a-a mi casa ¿A dónde más? –para Emilio esto era muy malo, sabía que si no escapaba ahora ellos le harían algún daño y lo que menos quería es que su “madre” se preocupara. Peor en que gran error estaba
Chico: ¡hey muchachos! La cosa se quiere ir a su casa maldita –dijo en tono burlón mientras se acercaba junto a cuatro chicos más – mira pequeño te propongo algo –se inclinó un poco quedando a la altura del pequeño Emilio
Emilio: solo déjame en paz por favor –tratando de alejarse de sus atacantes Emilio retrocedió unos pasos pero por desgracia la pared de un muro se lo impidió quedando totalmente acorralado, no había escapatoria así que se empezó a preparar mentalmente para los golpes que recibiría
Chico: lo aremos con una condición –dijo de una manera casi amistosa pero más burlona que antes rodeando los hombros de Emilio con su brazo
Emilio: ¿cu-cuál? -Emilio no estaba seguro quería que lo dejaran de molestar, pero a la es le costaba trabajo confiar en las palabras del chico más alto
Chico: es sencillo… es medio día ¿no?... solo tienes que probar un poco de tu “hombría”…. O lo que sea que tengas… solo si eres valiente te dejaremos en paz y te dejaremos ser nuestro amigo –dijo el chico como si todo lo supiera
Emilio: ¿enserió?... ¿no bromean? –Emilio había escuchado parte de la conversación de sus padres anoche y lo que menos quería era volver a cambiar de pueblo, puesto que ya habían estado en cinco pueblos antes, buscando en donde pudieran establecerse, y esta era una oportunidad que no podía dejar pasar… total ¿Qué tan malo iba a ser?
Chico: si ~ solo tienes que pasar parte delo que quede de la tarde y cerca del anochecer en la mansión cerca de las afueras del pueblo –hablo el chico muy sonriente al igual que los demás
Chico 2: si no, no aceptas entonces eres un cobarde –dijo de manera desafiante uno de los chicos
Emilio: ok acepto pero deberán de cumplir su palabra –dijo de manera retadora, solo era pasar un rato en una mansión vieja, anterior mente Emilio la había visto pero nunca pudo entrar, así que ahora era su oportunidad y no la desperdiciaría por nada del mundo, y menos cuando el reto dependía de su estadía en el pueblo.
Chico: pues entonces te veremos a las 6 de la tarde en las rejas, nosotros ya sabemos cómo entrar ahí –fue lo último que menciono el chico antes de retirarse junto a sus amigos
Emilio: ¡bien no faltare! –menciono Emilio decidido a probarse a si mismo su valentía y por lo menos a crear nuevos amigos
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. 6 horas después -.-.-.-.-.-.-.-.-
Emilio: bien ya llegue ¿Cómo entramos? –estaba decidido aria que lo respetaran tanto a él como a sus padres
Chico: es sencillo solo tienes que soportar por lo menos 20 minutos adentro –dijo el chico quitando una madera dejando un hueco por donde todos podrían pasar –vamos entra te ayudaremos a entrar a la mansión Emilio entro seguido de los demás, pasando por el patio principal, hasta llegar al portón de madera, ahí los chico empezaron a retirar los tornillos principales que sostenían al portón, jalaron leve el extremo dejando un espacio por donde podría pasar Emilio.
Chico: solo ten cuidado con los fantasmas –dijo divertido
Emilio: ¿fantasmas?, ¿Que fantasma? –pregunto confundido ya que nunca mencionaron entes en la mansión
Chica: ¿no lo sabes? En esta mansión espantan, mi hermano estuvo aquí hace algún tiempo y aseguro junto con otros tres chicos que aquí los atacaron unos fantasmas Emilio trago en seco, ¿en que se había metido? – y-ya veo- menciono algo inseguro
Chico 2: ¿Qué?, ¿no tendrás miedo? o si –dijo casi burlón al ver la cara de preocupación de Emilio
Chico: ya es tarde para arrepentirse, o entras o nunca te dejaremos en paz –aseguro el más alto
Emilio: ok entrare, solo son 20 minutos – se acercó al hueco y entro a pesar de que algo no le daba mucha con fianza.
Mientras Emilio se iba adentrando, los chicos sonrieron, le iban a dar una lección de por vida a Emilio, una vez que este entro los chico cerraron la puerta y volvieron a colocar los tronillos dejando encerrado a Emilio dentro de la mansión, ya puestos de nuevo los tornillos los chicos se retiraron corriendo dejando solo a Emilio.
Emilio: ¡hey! ¡Sáquenme de aquí esto no lo acordamos! – Gritaba y golpeaba la puerta, pero nadie contesto –sáquenme - dijo, estaba solo, o habían dejado ahí, se dio la vuelta para ver la mansión por dentro pero no veía nada, todo estaba obscuro.
Poco a poco Emilio dejo que si imaginación lo invadiera, pensando que cada penumbra con forma de bulto podría ser un posible fantasma, se arrincono en una esquina detrás de un mueble; se sentó y abrazo sus rodillas ocultando su rostro en ellas.
Lo único que quería era que lo encontraran sus padres, que todo fuera un sueño y sin más dejo que las lágrimas cayeran de sus mejillas, estaba encerrado y no podía hacer mucho ya que no veía nada en absoluto, y dormir ahí no le iba a gustar, claro que Emilio no sabía que las camas de esa mansión estaban presentables, pero ¿Qué es lo que te imaginas al estar en una mansión vieja, donde prácticamente nadie la habita? Asi que lo único que hizo fue esperar.
Todo parecía estar muy tranquilo; pero poco a poco se empezó a ver una pequeña luz, cosa que llamo la atención de Emilio, era una mansión abandonada, Emilio observo el pequeño y casi tenue resplandor que venía de un sótano, hasta que se pudo divisar la sombra de algo junto a la pequeña luz, eso bastó para que el corazón de Emilio latiera a mil, ¿y a quien no?
Si te dicen que en esa mansión hay fantasmas ¿Qué arias? Emilio cerro los ojos fuerte mente sin darse cuenta de que la sombra pertenecía a Alfred, quien se encontraba encendiendo algunas linternas de velas para de una vez despertar a su querido Arthur.