Pov. Normal:
Emilio: ¿siempre pelean así o es por lo de las cejas? – Pregunto extrañado ya que nunca había presenciado esa manera de actuar tanto del ex-cazador como del vampiro orgulloso.
Alfred: siéndote sincero si… pero estoy empezando a querer callar a Arthur y llevármelo de una vez- decía mientras hacía leves muecas al tener siempre que soportar a ambas personas.
Emilio: ¿y eso? –pregunto el más joven ya que sabía que Alfred era una persona calmada, tan solo le basto convivir un rato con él para saber cómo era Alfred de tranquilo.
Alfred: en primera despertaran a todo el pueblo si siguen gritando, en segunda tenemos algo de trabajo y en tercera… yo también tengo un límite y están a punto de…
No logro terminar la oración cuando la pelea verbal empezó a ir de mal en peor ya que estaban empezando a golpearse y a jalonearse de los cabellos como si de niños se tratase tal batalla. Alfred al ver esta situación saliéndose de control se levantó con un ligero tic en el ojo dispuesto a darle fin al par de peleoneros, todo esto siendo observado por Emilio.
Alfred: ¡escúchenme bien par de idiotas o se calman o se calman, ya estuvo bueno que se peleen cada vez que se ven!- esta vez la voz de Alfred termino distorsionándose alcanzando un tono de vos realmente enojado y ¿Cómo no estarlo si los que se suponen ser “adultos” se pelean cual niños?, además a cualquiera que ame a su pareja le enojaría que otro hombre lo toque
Tanto Arthur como Françoise estaban impactados, no solo por el tono de voz de Alfred sino porque parecía un asesino ya que tenía un aura negra detrás suyo por el enfado, juntándole que era extremadamente raro que dijera groserías.
Arthur: Alfred… t-tu voz – por primera vez Arthur se sentía atemorizado al grado de manifestarlo pues Alfred con esa aura parecía un verdadero vampiro de clase noble
Alfred: ¿saben qué? Nosotros nos retiramos –seguía serio, su mirada era fría, sin más empezó a retirarse de ahí claro que se despidió de Emilio ya que él no tenía culpa alguna –Arthur- llamo a su pareja ya no tan serio pero si prácticamente ordenándole a lo que Arthur obedeció
Emilio: ahora si se pasaron los dos Françoise –dijo Emilio sonriendo y viendo a su amigo francés que estaba petrificado del susto
Françoise: había visto a Alfred molesto pero no tanto como ahora… y en todos mis años como cazador nunca me toco sentir este tipo de sentimiento con ninguna criatura – pensaba Françoise, pues ver de aquella forma a Alfred fue algo realmente tenebroso
------En la mansión------
Una vez dentro de la mansión Arthur cerró la puerta tras el pero unos brazos lo jalaron hacia atrás dándole la vuelta sintiendo unos labios posándose sobre los suyo, era Alfred quien empezó a aprisionarlo de forma posesiva y demandante. Una vez que se separó Arthur vio algo en los ojos de Alfred que lo hacía ver más distinto
Arthur: ¿A-Alfred que te pasa? Entiendo que mis peleas con Françoise te hayan hartado pero… ¡waah!- sin previo aviso Alfred lo cargo y se lo llevo a lo que eran las habitaciones de invitados aventando a Arthur en la cama –¡¿qué rayos te pasa?-
Alfred: estoy no molesto, sino furioso por dos cosas, la primera porque me arte de tus discusiones como si fueras un niño – decía mientras se subía encima de Arthur sin quitar esa mirada molesta
Arthur: ¿y-y la segunda? – no pudo evitar tartamudear ya que al ver a Alfred encima de él lo hacía sentir nervioso
Alfred: porque se atrevieron a tocarte sin mi consentimiento- esas palabras salieron sin vacilar, fueron directas y firmes
Arthur: ¿he? Pero eso no fue tocarme me estaba pegando y… ¡mmm! –Sus labios habían sido atrapados por los de Alfred de forma demandante – A-Alfred ¿qué te pasa? Actúas muy extraño-
Alfred: estoy harto de tener que lidiar contigo – esas palabras habían hecho que Arthur sintiera como si muriera de nuevo
Arthur: ¿esta ves t-te iras? – por alguna razón su voz no paraba de quebrarse
Alfred: no… déjame terminar, estoy harto porque me sigues sobreprotegiendo a pesar de que te haya dejado en claro que ya no soy tu “hermanito” asique te diré dos verdades a ver si así cambias – menciono de manera ya un poco más tranquila pero su expresión no cambiaba
Arthur: ¿verdades?... ¿qué verdades? – le daba algo de curiosidad pero trataba de no demostrarlo
Alfred: primera ya se el tema “tabú” del que discutías con Françoise, los dos se referían al sexo ¿no?, pues ahora se en que consiste- lo había dicho sin tacto alguno, acercándose más a Arthur de manera peligrosa
Arthur: ¿sexo?... ¡¿ese mal nacido de Françoise te lo conto todo?! ¡Juro que esta ves si lo mat… - fue incapaz de continuar la frase ya que había sido silenciado por un beso por parte de Alfred, uno muy distinto a los que le daba
Alfred: ¿querías que leyera más libros no?, pues así aprendí en la biblioteca del pueblo- menciono ese detalle una vez que se alejó de un sonrojado Arthur –y segunda, no creas que por que eres hombre te me escaparas porque ya sé cómo hacerlo también… y no, no fue Françoise el que me enseño pero tampoco te diré donde lo aprendí- sonríe de manera arrogante ya que por primera vez en años se podía sentir casi vivo y a la vez libre de esos secretos
Arthur: t-tu… ¡¿TUQUE?! – aún seguía sonrojado ya que la acción de Alfred había sido de manera atrevida y el estado en el que se encontraba podría decirse que era uno dominante, mas aquella sonrisa estaban provocando que a diferencia de otra veces Arthur pudiera sentir su corazón a punto de explotar.
Alfred: justamente lo que escuchaste… así que de una vez te advierto que tengas cuidado Arthur –Alfred ya no parecía ser el mismo que Arthur conocía ya que Alfred nunca dejo que Arthur viera su parte seme ya que incluso para él le era un poco incómodo, pero esta vez no, esta vez le dejaría bien en claro a Arthur la situación aunque tuviera que hacerlo suyo a la fuerza ( incluso los más amigables y tiernos tienen un límite ¿no? 0v0?)
Arthur: ¿cu-cuidado?... Cómo que tenga.... ¡¡mmm!!
Alfred no se estaba apiadando de Arthur ya que en cuanto iba a alegar este lo besaba posesiva y demandante mente con tal de callarlo, pero en este último beso Alfred había logrado colar su lengua en la boca de Arthur, creando así una batalla para ver cuál era la ganadora.
Ya que no necesitaban del todo el oxígeno el beso se había extendido un poco más que el de un humano (muy obvio ¿no? ¬w¬), Arthur al haberse descuidado un poco termino dejando que Alfred guiara el beso… ¡¿ahora el muy idiota le ganaba incluso con los besos?!... pues por lo visto sí.
Poco a poco Arthur comenzaba a sentir esa necesidad de que Alfred lo tocara, así como empezaba a sacar leves gemidos al sentir como tanto su lengua como la de Alfred rozaban los enormes colmillos que poseían ambos.
Arthur: ¡Mmm!... Mmm~ - nula mente intentaba alejar a Alfred pero lo que tenía de fuerzas lo había abandonado por completo… podía sentir como Alfred lo iba recostando en aquella cama.
Cuando sus labios por fin se separaron, un hilo de saliva conectaba las bocas de los dos y sus respiraciones agitadas se escuchaban junto al golpeteo de ambos corazones.
Alfred: cuídate Arthur porque en cuanto bajes la guardia no dudare en devorarte, así que se agradecido de que te esté dejando prepararte para lo que vendrá – con cuidado se levantó de la cama y se retiró para realizar sus labores en la mansión dejando a un Arthur completamente rojo hasta las orejas por aquella determinación que mostraba el joven vampiro y con un corazón prácticamente queriendo explotar.
Pov. Arthur:
Ya había pasado un par de semanas desde aquel extraño y repentino comportamiento de Alfred, a la siguiente noche por un momento pensé que había vuelto a la normalidad, por en que gran error estaba, en cuanto le deba la espalada a Alfred me sentía observado y cual grande fue mi sorpresa cuando al fin descubrí que esa mirada tan penetrante era la de Alfred que solo lograba ponerme más y más nervioso… cualquier movimiento que hacia él no lo perdía de vista.
Durante este último tiempo me sentía como una presa siendo asechada por un depredador; el comportamiento de Alfred con los demás era normal, aparte de que se llevaba bien con Emilio y que cada vez que íbamos a la casa de Françoise tanto Emilio como Alfred platicaban de lo más normal.
Françoise ya no me molestaba tanto ya que al igual que a mi Alfred nos vigilaba y para cavarla aquella vez que me beso… ¡¡MALDICION, ESE CONDENADO BESO ME GUSTO!! Y no sé porque pero el sabor que tenía Alfred no era tan dulce, no como su aroma; mierda ahora era yo soy el baboso.
Françoise: creo que ahora si lo hicimos enfadar –me dijo Françoise una vez que Alfred se fue para ayudarle a Emilio con algo
Arthur: y lo que falta, no me ha quitado la vista de encima desde esa ves- suspire levemente mientras tomaba un sorbo de mi preciado te
Françoise: bueno también lo terminamos orillando a que se comportara así… casi parece que te está celando –
Arthur: si lo se… siento que voy a volver a morir – deje caer mi cabeza a la mesa ya que en verdad no tenía ni la más mínima idea de cómo zafarme de esta situación
Françoise: si lo he notado… casi te devora con la mirada, parece un animal salvaje cazándote
Arthur: no en necesario que lo menciones… ¿Qué voy a hacer ~? –se me estaban acabando las opciones y tener a Alfred casi encima de mí me alteraba un poco, pero… aun así había una pequeña vocecita que me decía que ya era hora de dar el siguiente paso en nuestra relación
Sabía que Françoise me estaba viendo re reojo y un suspiro de su parte –fácil ya no se puede retrasar más lo que sabes que era inevitable, tendrás que decir ahora si por fin lo “hacen” o sino mejor rompes con él, es la única salida – me dijo y al igual que yo tomo de su te
Lo estaba pensando y vivir sin Alfred extrañamente me era algo difícil tanto de afrontar como de soportar, lo que me dejaba una sola opción… lo malo es que seguía sin sentirme preparado.
Françoise: veo que tienes dudas… mira te diré una técnica para saber si en verdad deseas que Alfred te marque… es un poco bajo pero de que funciona, funciona- me dijo y le mire leve ya que a estas alturas por más mínima que fuera la ayuda la aceptaría
Arthur: ¿qué tengo que hacer? – le dije algo agotado, no tenía otra idea y esta era la única que podría ayudarme un poco
Françoise: fácil durante el día vete al baño y estimúlate un poco- no le había podido entender del todo por lo que lo mire extrañado cosa que hizo que él suspirara –que bayas al baño y masajees un poco tu miembro – me dijo enojado por no entender al inicio la indirecta
Arthur: …. ¡¡¿ESTAS LOCO?!! ¡Eso solo lo hacen los vagos! –dije alterado, no podía creer que Françoise mencionara tal bajeza ante mi
Françoise: calma~… si es bajo y todo eso, pero es la única forma en que te darás cuente de lo que realmente quieres además de que funciona muy bien
Arthur: no me digas que tu… -le mire con terror, ya que en cierta forma no esperaba que Françoise se rebajara tanto
Françoise: ha~ eso… no, no, lo que pasa es que lo hice mucho antes de ser cazador –me dijo como si eso no fuera la gran cosa
Arthur: enserio que estas enfermo –dije aun aterrorizado por tal confesión
Françoise: bueno la próxima vez no te vuelvo a ayudar con tu novio precoz – mejido en cierto tono indignado
Alfred: Arthur ya es tarde hay que regresar a la mansión, en seis horas amanecerá –me dijo Alfred y sin más ambos nos retiramos de la casa de Françoise.
El trayecto fue calmado y silencioso, al llegar me puse a leer mientras que Alfred terminaba algunos deberes.
Alfred: ya termine Arthur –revisa la hora haciendo un leve puchero
Arthur: ya hay que ir a dormir –cerré mi libro y me levante de mi asiento – vamos Alfred – me dirigí a donde estaba mi ataúd y me dispuse a dormir
Alfred: ¿no habrá una forma para evitar que el sol salga? –le escuchaba quejarse
Arthur: … no lo creo pero ya duérmete que a ti te cuesta trabajo levantarte –acomode un poco mi almohada y entre en mi cama –que descanses--dije antes de cerrar la puerta
Alfred: que descanses Arthur –y después de eso escuche como el también cerraba la puerta de su cama.
Durante un buen rato intente dormir… pero las palabras de Françoise resonaban en mi cabeza, fue en ese momento que decidí verificar lo que en verdad siento por Alfred y siendo sincero ya habían pasado varias veces en que soñaba que Alfred me hacía suyo y obvio que no se lo diría, aunque por la actitud de Alfred en estos últimos días y… respeto (cof cof vergüenza cof cof) era como lo único que me salvaba de sufrir una vergüenza.
Salí de mi cama y me dirigí al baño, estaba por salir el sol así que pensé que no habría problema en que verificara lo que me había mencionado Françoise, me encerré quitándome mi capa y algunas prendas. No estaba muy seguro de hacerlo pero en verdad lo necesitaba.
Comience con algunas caricias en mi cuerpo, imaginando que eran las manos de Alfred tal y como a veces soñaba, primero el pecho y un pequeño masaje en mi miembro… no se sentía mal y sin darme cuenta ya estaba excitado al grado de que gemía del placer que sentía y poco a poco empecé a susurrar el nombre de Alfred… todo iba bien a mi parecer.
Hasta que escuche como alguien aclaraba su garganta provocando que saliera de mis pensamientos y prestara atención a quien estaba en la puerta del baño, provocando que me sonrojara completamente y deseando por primera vez que la tierra me tragara o que el sol me desintegrara.
Alfred: ¿Qué rayos estás haciendo…. Arthur?
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