Sin ningún atisbo de misericordia mordió el cuello de Arthur empezando a beber un poco de la poca sangre que este emanaba para si formalizar, Arthur ante aquello solo pudo ahogar un grito de dolor saliendo junto a un gemido lastimero, dolía, lo asqueaba, detestaba que alguien siquiera se le acercara de aquella u otra forma, menos Alfred,al final ese pequeño niño al que convirtió, al que crio como si de verdad fuesen hermanos y también al que mejor lo conoce y viceversa, le hacía sentir diferente, si eran hermanos pero… era más que obvio que no lo era de sangre y ahora con el aún menor ya más independiente el lazo de crecimiento como hermanos se había roto, pero a cambio había formado uno nuevo, un lazo de amor, muy similar a lo que los sucios hombres lobo y otros entes místicos (ya sean de luz u oscuros) llamaban “pareja destinada”.
De tan solo pensar eso no pudo sentirse humillado pues al fin de cuentas su hermano tomaba de su sangre sin su consentimiento, lo estaba lastimando y además eran ese tipo de momentos que enserio odiaba con todo su ser no tener una fuerza bruta e imponente(grande) como la de Alfred, enserio ¿cuándo se había vuelto así?, pronto sus pensamientos fueron cortados al sentir un aroma de cierta colonia muy familiar, no solo eso unas pisadas que ya sus oídos conocían a la perfección y… una mirada tan pesada y escalofriante que aun sin poder ver sabia de quien se trataba y por lo que sentía Alfred estaba furioso
Alfred: quita tus sucias manos de mi Arthur, stupid vampire -fue lo que salió de su boca como si de veneno se tratase
Scott ya había percibido que el sabor en la sangre de Arthur era diferente, producto de la mezcla de cortejo de otro vampiro, que su consideración podría ser un inútil, al oir aquellas palabras se separó del rubio notando que a su costado izquierdo se encontraba un vampiro, casi un crio si no fuera porque su fisionomía parecería ser al de un adulto, lo que más le llamo la atención no solo fue la mirada y la forma tan vulgar de dirigírsele si no también una fragancia…no, no era un vampiro como él y Arthur, era un medio vampiro y para colmo por la fragancia, pareja de su hermano
Arthur: a-Alfred -menciono con dificultad preocupado, a pesar de que sabía que el oji azul estaba molesto, eso no dejaba que Alfred era… para su desgracia “corazón de pollo” (ósea débil).
Scott: ¡JA! ¿Debes estar bromeando… enserio Arthur?, emparejarte con una cochinada como esta? Tanta protección a esta basura de prometido
Françoise: -estaba agotado, pero no dejaba de sorprenderse, no reconocía a Alfred, no con esa expresión en su rostro, digna de un vampiro, no uno cualquiera, uno dispuesto a matar por todo, pero lo que lo volvía un poco él es que era para salvar la vida de su amor eterno de las tinieblas – Alfred que haces aquí?!
Alexis miraba la situación agotado, pero él lo admitía, necesitaba del joven vampiro y su supuesta fuerza, pero no era capaz de decirlo, era imposible que el ojiazul ganase su primera batalla contra una pura sangre experimentado en batallas.
Alfred aún más enojado por el comentario del pelirrojo hacia él le hizo apretar más los puños, al grado de sentir como sus garras cortaban su piel – no me hagas repetirlo de nuevo, quita tus manos de mi pareja o ya veras – fue su última advertencia, Arthur decía conocerlo pero la verdad era, que este nunca le había llegado a ver su peor lado cuando se enojaba, era bueno ocultando eso y nunca tuvo la necesidad de estar a su limite
Scott: hmp vaya modales -mira a Arthur sonriendo como si su triunfo estuviese asegurado- supongo que tendré que castigarlo por tal falta de respeto hermanito… despídete de tu noviecito Arthur porque de esta no regresa del inframundo
Y sin más aventó a Arthur a un costado para que no estorbase, pero Arthur lejos de hacer caso al golpe que se había dado contra una casa solo pudo levantar la vista preocupado y dolorosa, Scott se acercaba altanero a Alfred, tenía que salvarlo, pero ahora eso era prácticamente imposible
Pronto Scott comenzó a correr y en un salto dando un giro estiro su pie impactando este con la mejilla del menor, si era seguro que le había roto algo en la cabeza o eso creyó, pero al poco tiempo noto que Alfred se había mantenido firme, no lo había movido ni un centímetro y este lo miraba ya en su tope.
Alfred ya excediendo el límite de enojo, su mirada se había vuelto mucho más que solo fría, esta reflejaba odio y sed de sangre, pero no para comer, poco a poco un aura distinta empezó a envolver al oji azul después de la patada que había recibido por el pelirrojo.
Con fuerza agarro al Kirkland mayor del pie – ¿es lo mejor que tienes? – dijo en un tono frio para así con su característica fuerza aventar al vampiro mayor, no contra cualquier lugar, oh no, claro que no, su buena puntería había hecho que Scott se estrellara contra la mismísima iglesia, a sabiendas de lo que sucedía con los vampiros, sin embargo, él no era un vampiro completo.
Scott con dificultad se levantó con unas diferentes heridas, por esto mismo los vampiros odiaban pisar aquellos lugares, además de que los debilitaban, pero él era un kirkland, no podía debilitarse mucho en un lugar así y mucho menos por un “plebeyo” que desgraciada mente era su cuñado, pero eso terminaría ahí mismo.
Los hombres y mujeres que estaban resguardados en dicha zona junto al sacerdote corrieron a los lados buscando su salvación, solo que con el sacerdote tratando de proteger aquellas almas pues este ya traía su rosario de madera con detalles de plata pura, lo que no esperaban ver era una figura que rara vez conocían, oh si algunos medio identificaban al oji azul, aunque nadie se metía en los asuntos de nadie este luego les hacía platica, corta pero lo hacía, no entendían que estaba haciendo ahí oh porque de aquella aura preocupante y asesina que le dedicaba al vampiro mayor.
Scott: bien chiquillo, así lo quisiste -de un movimiento brusco en sus brazos extendió y se notó una afiliación de sus garras, así como el crecimiento de sus colmillos- no tendré piedad de ti – corriendo a gran velocidad empezó a impartir diferentes golpes contra el menor, golpes que podrían ser mortales
Alfred, se defendía con habilidad, por muy vampiro que fuese se había prometido a si mismo proteger a Arthur y eso aria, incluso si fuese de su propia familia, e incluso quería ver el mundo cambiar con los años con su eterno amor de ojos color jade, ¡¿a quién mentía?!
Estaba rabiando por el simple hecho de que alguien que no fuera el besara a SU Arthur y además le quisiese separar de su lado, con eso era motivación suficiente como para matar a su cuñado para eliminar cualquier intento de separarlos.
Con ese pensamiento había logrado detener todos los golpes que el vampiro le propinaba y al mismo tiempo impactando a los espectadores que no podían creer que un humano pudiese resistir tales ataques y a gran velocidad.
No fue hasta que fue acorralado contra un gran crucifijo cuando esquivo un ataque, por esa parte aun no le hacían daño dichos objetos, pero si el contrario era un purasangre no tenía tiempo que perder.
Primero esquivo los ataques del vampiro que iban a su cabeza dando estos en el crucifijo que aunque había sufrido algunas fracturas se pudo observar que de la mano de Scott empezaba a salir humo y un sonido muy peculiar semejando a la carne asada, producto del contacto además de un alarido de dolor por parte del pelirrojo que retiro su mano de inmediato y alejándose un poco observando el estado en que había terminado, era una quemadura bastante potente, eso quería decir que aquel crucifijo había sido rosado con agua bendita eso explicaba el porqué de una quemadura algo severa pero pronto sanaría con algo de sangre humana.
Miro a los espectadores sonriente antes de abalanzarse hacia el pequeño grupo que protegía el inútil sacerdote.
Un golpe, solo un golpe, fuerte y preciso había dado con todo su cuerpo, ¿la razón?, Alfred le había dado con toda su fuerza con el crucifijo con el que había chocado su mano que por producto del impacto anterior mente recibido más la gran fuerza del ojiazul había terminado por partirse, por lo que más le descolocaba era el hecho que el menor no sufría para nada tener contacto con el objeto religioso.
Scott: ¡¿C-COMO PUDISTE?! …. ¡¡Es imposible que pudieses agarrar esa cruz sin quemarte si eres uno de los nuestros, IMPOSIBLE!! -fue su exclamación, en toda su existencia jamás había visto tal capacidad, ni un rasguño al contacto, ni una sola quemadura, solo una mirada fría como si estuviese blandiendo una simple espada
Alfred: protegeré lo que es mío por derecho y ni tu ni nadie me lo impedirá… aunque eso incluya matarte aquí mismo – aun con su tono frio y mirada semejante a la de un depredador, sin brillo fija en el pelirrojo, sostuvo con firmeza el pedazo de madera que tenía en sus manos de la gran cruz y lo fue despedazando con facilidad…quizás algunos pequeños cortes pero nada más allá, lo fragmentos se habían vuelto ideales para ser semejantes a estacas, sostuvo dos de los fragmentos y se dispuso a lanzárselos al ojiverde mayor
Scott fue esquivando aquellos casi grandes y disparejos fragmentos filosos por el corte abrupto, punzantes cual estaca, debía admitirlo, el menor tenía muy buena puntería…demasiada para su gusto, uno de los picos había logrado rozar con su pierna, dolía mucho y el pestilente sangrado no había esperado en salir tras el rose…gracia a la madera más con lo que había sido rodeada, la pequeña cortada fue incrementando en tamaño provocando que sangrase más, debía beber sangre y ya, volvió a ir tras los humanos pero recibió otro golpe más.
Alfred sostenía el resto de la cruz, se le habían terminado los fragmentos pero aún quedaba la gran cruz por lo que se dispuso a proteger a los humanos que estaban resguardados en la iglesia, cada vez que Scott intentaba atacar él lo alejaba con un gran golpe con la cruz debilitando más al vampiro, este al ver que podría ir contra aquellos bultos de sangre estando protegidos por el ojiazul no lograría nada y menos aun estando adentro de ese recinto por lo que salió en busca de otro suministro.
Alfred al ver sus intenciones rápidamente agarro un candelabro de plata pura, la cual a diferencia de los otros objetos esta empezó a quemarle por lo que la soltó de inmediato por auto reflejo, tenía que terminar con esto, no podía dejar que ese kirkland se saliese con la suya, sin otra alternativa volvió a tomar el objeto soportando lo que pudiese el quemar del metal por lo que no pudo evitar hacer una mueca de dolor sin darse cuenta que así mostraba sus colmillos a los expectantes humanos y sacerdote, dándoles la respuesta a todo lo que vieron y con quien habían tratado.
Alfred rápidamente salió con el candelabro en mano y soportando la irritación y escozor que le provocaba siguió con rapidez al mayor.
Françoise y Alejandro iban corriendo entre las calles seguidos de Arthur, iban hacia la iglesia donde había visto al vampiro menor y al mayor terminar por estrellarse, Arthur estaba preocupado, no por su hermano él estaba consciente que con ese tipo de pensamientos no podía considerarle aunque de todas formas para el Scott kirkland ya estaba muerto, pero su corazón aunque muerto que fuese desde nacimiento velaba por la seguridad de su pareja…no, más bien de su esposo ya que se habían enlazado para la eternidad de aquella forma y no podría ver a alguien más que solo Alfred en su preocupación, en plena carrera había logrado observar a Scott pasar sobre los tejados podía ver lo mal herido que estaba, sin duda a causa del enfrentamiento con Alfred, tenían la ventaja de haber dado alerta al pueblo y todas las casas se encontraban protegidas con ajo detrás de ventanas y puertas además de cortinas cerradas y chimeneas rociadas con agua bendita
Arthur detuvo su carrera para ir detrás del pelirrojo alertando así a los dos cazadores, una vez en el tejado pudo sentir una ráfaga a su lado, fue casi en cámara lenta, era Alfred pasando a su lado derecho, se veía que no estaba tan lastimado hasta que su vista dio en el candelabro de plata pura en la mano derecha de este, su mano ya estaba presentando quemaduras cada vez más severas por el agarre, rápida mente le miro preocupado observando en la mirada de su amado no solo determinación, sino que también aun vampiro en su estado más puro al cazar ¿era posible que Alfred luciese de clase alta aunque no tuviese sangre pura? ¿Un rey, emperador o conde, crecido entre la clase baja? No lo sabía, lo que sí, era que esa faceta en Alfred había hecho que algo en su abdomen y corazón se regocijase con solamente mirarle y verle al fin como el adulto que era, si hubiese nacido siendo mujer sin duda en esos momentos Alfred sería un muy buen candidato para su decendencia, pero no lo era.
Alfred siguió su camino persiguiendo a Scott por las azoteas, pronto llegaron al centro de la ciudad donde en un mal movimiento la herida de Scott se abrió provocando que el vampiro se contrajera de dolor y dándole la oportunidad a Alfred de darle alcance, por lo que enseguida y sin perder el tiempo propino su mejor y potente patada a la cara de Scott provocando que esto marease al pelirrojo.
Scott furioso por no poder hacer caer a un humano que le proporcionara una fuente de alimento arremetió contra el menor, evitando el contacto con el candelabro.