Scott furioso por no poder hacer caer a un humano que le proporcionara una fuente de alimento arremetió contra el menor, evitando el contacto con el candelabro. Al poco tiempo la batalla dejo de ser una pelea “normal” se estaba empezando a ver más una pelea entre feroces bestias, una tratando de imponer ante el más joven pero con cualidades únicas y con mayor fuerza, estaban destrozando toda la plaza, faroles, el pequeño estanque, el abrevadero para los caballos, algunas estatuillas y árboles, todo entre sus potentes golpes, más lo de Alfred de hacían retumbar el suelo cuando su puño izquierdo daba contra el suelo, ya que si daba más golpes con el derecho corría el riesgo de fracturarse su mano gracias al candelabro, ¿Por qué no lo soltaba? Simple, hasta entonces era lo único con lo que contaba como arma para matar al ojiverde mayor
Scott: eres bueno chiquillo y fuerte, pero te falta técnica -con facilidad tomo su espada y empezó a blandirla contra el menor dando varios cortes, su única menta era cortar de una sola vez la cabeza del menor, solo así daría fon a su enfrenta
Alfred esquivaba el filo y de vez en cuando cuidando su cuello sin embargo recibió los cortes en sus brazos y parte de su cara y torso, Scott era muy bueno con la espada además de ser bastante fuerte con ella por lo que debía cuidar su cuello si es que quería seguir alado de Arthur, en algunas ocasiones lograba retirar el sable con ayuda del candelabro, pero aún seguía sin ser su fuerte. Inesperada mente entre los ataques de Scott, otro filo se había interpuesto entre él y el sable de Scott, era la espada de Arthur cosa que hizo sonreír al menor, pero sin bajar del todo su guardia
Arthur: solo YO tengo permitido darle una paliza al idiot detrás de mí -fue su declaración mirando enojado al ojiverde mayor y de un impulso logro hacer que este se alejase de ambos
Alfred: eso fue cruel. . . pero aun así te amo y más -se acercó al de menor estatura tomándolo de la cintura con su mano izquierda, aunque el agarre fue un tanto fuerte pues la plata empezaba a crear estragos en el al tenerla en su mano por tanto tiempo
Arthur: después trataremos tu mano, aunque pudiste agarrarla con alguna tela -regaño al menor por su imprudencia al tener contacto total con el metal del candelabro
Scott: vaya que enserio son molestos. . . esperaba poderte hacer mi consorte hermanito, pero veo que eso no será así -se colocó en una pose de batalla dispuesto a deshacerse del traidor de su hermano y del menor inexperto
Alfred: entonces terminemos con esto de una vez -fue lo que sentencio antes de ir contra el pelirrojo junto a su amado
Ambos vampiros peleaban en sincronía, mientras uno defendía y bloqueaba con su sable, el otro atacaba con el candelabro y fuertes golpes y patadas, si con uno era problemático con los dos juntos y sincronizados era mucho peor, no tardo que ambos agotaran y acorralaran al kirkland mayor, aunque eso era poco decir pues lo estaba moliendo a golpes y estocadas, pronto uno de los golpes con el candelabro dio directo en la cara del pelirrojo cosa que aparte de lastimarlo severamente, lo desestabilizo siendo atravesado por la espada de Arthur en el estomago
Scott: muy mal hermanito… no apuntaste bien -menciono en medio de una sonrisa arrogante, burlándose de un error demasiado evidente que había cometido el kirkland menor mientras blandía su espada directo a su cuello
Arthur: nunca apunte a tu pecho- podía matarlo ahí mismo, pero prefirió dejárselo a su pareja y evitar cualquier otro percance dispuesto a sacrificarse, pero una mano sostuvo con firmeza el filo que amenazaba con dar fin a su inmortalidad
Alfred: jaque mate – expreso el menor de los vampiros detrás del pelirrojo sosteniendo en un firme agarre la espada que amenazaba el cuello de Arthur, sabia la fuerza que podía aplicar el mayor en un solo ataque con esta por lo que su agarre no debía disminuir, pero como había mencionado, aquella batalla la habían ganado los dos, con toda su fuerza atravesó el pecho del pelirrojo con el candelabro justo en el corazón, si hubiere sido una espada u otro objeto de batalla podría considerar su empalamiento, sin embargo el objeto era corto pero con la fuerza que aplico fue lo suficiente como para atravesarle el corazón
Pronto del pecho de Scott empezó a carbonizarse, cosa que le hizo quejarse por el dolor antes de ver a Arthur y sonreír -el clan queda en tus manos…hermanito – fueron sus últimas palabras antes de convertirse en ceniza total, solo dejando como testigo su sable
Alfred solo suspiro antes de soltar el candelabro y soltar a un lado el sable, en cuanto hizo esto Arthur tiro de igual forma su sable suspirando pesado, nunca imagino que enfrentarse a su familia habría sido tan desastroso, pero al fin podía darse un respiro antes de ir a abrazar a Alfred, mientras Françoise y Alejandro iban llegando al lugar observando que ambos vampiros estaba bien además de la poca tierra que se había alzado durante la batalla, algo de ceniza oscilaba alrededor de ambos que siendo iluminada por la luna, como si de pétalos negros se tratase y la ceniza más pequeña que aún mantenía un poco de chispa de tonos rojos y anaranjados creaba un efecto lluvioso, todo esto daba un efecto místico y a su modo romántico para la pareja, tomando en cuenta lo que eran.
Alfred: ¿ya estas más tranquilo? -pregunto sintiendo el ardor de los cortes profundos y su quemadura en palma siendo regenerados, pero sin dejar de estar feliz
Arthur: no . . . aun no, tu mano está más dañada que yo o el resto de tu cuerpo -su tono era un tanto preocupado, pero a su vez tranquilo, se había quitado un peso de encima, pero eso no quitaba su preocupación hacia su pareja
Alfred: estaré bien…algunos tomates y quedara listo -expreso antes de besar la cabeza de su amado
Arthur: hmp . . . idiot -se había sonrojado muy leve por la acción del más alto, pero no permitiría que lo viese de esa forma por lo que oculto un poco su cara en el pecho del ojiazul permitiéndole así olfatear un poco del aroma de su contrario – hay que volver a casa, quieras oh no para que no deje marca deberás beber sangre
Alfred rio muy leve -sabes que no me gusta su sabor
Arthur: lo sé . . . mientras sea la mia no habrá problema -expreso de forma tranquila
Alejandro se acercó notando ambos sables en el suelo además de la ceniza que poco a poco se iba volviendo polvo -veo que hicieron bien su trabajo… y hasta más -miro a la pareja, sin duda ese par le había caído bastante bien, jamás pensó que un ser oscuro podría llegar a ser tan amistoso como esos dos -no tomaran sangre verdad?
Alfred: Arthur solo tomará la necesaria, pero será de animal o la mía -explico mientras aún mantenía al más bajo de la cintura con su mano sana
Alejandro: te arriesgaste mucho con la plata niño, deberías tomar un poco de sangre para que sane más rápido -estaba sacando un pequeño frasco donde había guardado algo de sangre animal
Françoise: jeje dale un poco, pero te aseguró que no tolerara ni una sola gota, ha sido así desde que lo conozco y por parte de Arthur…pues…desde que lo convirtió – miraba a Arthur con total evidencia, pues era curioso que el cejudo fuese quien iniciase un abrazo con el menor
Arthur: cállate viejo pervertido – amenazo enojado el oji esmeralda al ver la mirada maliciosa que le dedicaba el excazador
Alejandro ya veía venir la típica discusión entre los tres…oh más bien la hora de molestar al vampiro mayor, signo de que todo había terminado. Había regresado a la mansión de los vampiros para tratar el hambre de ambos chupadores de sangre, además de dejarlos descansar, esa era más tarea de Françoise, Alejandro había ido a ver que el resto de la pequeña guerrilla que había formado estuviesen bien, además de verificar las bajas y evitar alguna otra transformación de cadáver a vampiro.
Mientras en la mansión ambos vampiros descansaban junto a su amigo humano el cual se atendía las heridas, Arthur mantenía un buen control de sí mismo además de que con Alfred ya bien alimentadito y rellenito solo era cuestión de esperar a que su cuerpo llenase de bastantes nutrientes a su fría sangre, aun les parecía extraño pero eran preguntas que aún no podían resolver aunque Arthur supiese las funciones de los metabolismos humanos y vampíricos, todo eso quedo a un lado cuando Arthur empezaba a sentirse mal, lo cual no dio importancia pensando que era producto del hambre y que había consumido casi la mayor parte de sus fuerza en la pelea contra Scott.
Alfred había esperado paciente cuando sintió su cuerpo más pesado, signo de que ya podía alimentar a su pareja hambrienta – Arthur, ya puedes comer – abrió los brazos en espera de un abrazo
Françoise: ¿te sientes bien Arthur? -pregunto extrañado al ver que al kirkland le costaba levantarse de su asiento
Arthur trataba de levantarse, sus brazos fallaban, pero una vez que lo logro sintió un gran mareo haciendo que viese que todo a su alrededor diera vueltas, por lo que termino por doblarse un poco esperando obtener estabilidad, cosa que no funciono para nada. Alfred al ver esto corrió logrando atrapara a su pareja en el aire, así que lo cargo teniendo cuidado para así dejar al descubierto su cuello, al poco tiempo recibió la mordida del menor sintiéndola un poco débil
Françoise: ¿quieres que vaya a cazar alguno conejo o algo? -se ofreció ya terminando de atender sus heridas
Alfred: no está bien… solo hay que esperar a que se llene y se recuperara -explico mientras tomaba asiento dejando que Arthur tomase lo necesario hasta sentirse mejor -será mejor que descanses Françoise yo aun puedo aguantar además tengo que esperar a que Arthur termine de comer -ahora sabía lo que sentían las madres cuando alimentaban a sus niños, aunque… no era igual, pero de alguna forma se sentía así
Françoise: bien, no quiero contagiarme ni tentar al pobre de Arthur así que iré a mi casa, adiós -se despidió sin mucho ánimo, el Jones tenía razón, estaba cansado y por ello no podía despedirse como otras veces y lo que más quería ahora era dormir
Alfred: hey! No hay nada de que contagiarse aquí -se quejó leve antes de ver que el francés se había retirado, aunque no había desaprovechado la oportunidad de mirar un poco la piel de Arthur ya que después de la batalla sus ropas habían sido rasgadas y gracias a que Arthur estaba lo suficiente mente cansado no se la había acomodado, pero se veía apetecible por lo que no dudo en besar aquella piel hermosamente pálida dejando un muy notable chupetón como marca, provocando que de la boca del menor saliera un leve gemido para pronto proseguir a dejar una serie de marcas en aquella piel casi traslucida.
Arthur al sentir aquella atención le fue imposible seguirse alimentando, aunque ya había tomado lo suficiente como para que cada una de sus heridas terminaran de sanar, dejando salir más y más gemidos con forme su contrario avanzaba.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español